REBELIÓN A BORDO.
(1962)

Infravalorada versión del real
archiconocido motín, una superproducción americana de 19 millones $ con
muchísimos valores fílmicos, y que no desmerece en nada a la de 1935 de Frank
Lloyd, incluso me atrevo a decir que la mejora, con más espectacularidad, más
valores estético-visuales, y dando más luz a algunos elementos opacados en la
anterior revisión, una Magna cinta que conjuga la aventura, la acción, el
drama, la crítica al despotismo, el romance y el drama, ello con una muy ágil
dirección de Lewis Milestone (que reemplazo a Carol Reed) en su última
realización, y con un elenco actoral extraordinario. Al igual que la
protagonizada por Clarke Gable se basa en las dos
primeras novelas de la trilogía “Rebelión a bordo” (“Mutiny on the Bounty”, “Men Against the Sea” y “Pitcairn's Island”)
de Charles Nordhoff y James Norman Hall, guionizan Charles Lederer , y los no acreditados Eric Ambler , William L. Driscoll, Borden Chase , John Gay y Ben Hecht . Fue una filmación caótica que disparó su presupuesto, tardando
dos años en terminarla, fue un fracaso comercial, no llegando a cubrir gastos,
con una taquilla USA de 14 millones, aunque si fue nominada a varios Oscars,
siete, por mejor película, mejor
dirección de arte, mejor fotografía en color, mejores efectos especiales, mejor
montaje, mejor música y mejor canción original: "Love Song from Mutiny on
the Bounty (Follow Me)", no ganó estatuilla alguna.
Arranca en Portsmouth en el 1987, el navío de la Royal
Navy Bounty zarpa rumbo a Tahití en los mares del sur, la misión es sacar de la
isla miles de plantas del árbol del pan rumbo a Jamaica, con el objetivo de que
dé alimentar de modo barato a la mano de obra esclava. El capitán es el
tiránico Bligh (gran Trevor Howard), el lugarteniente es el pomposo Fletcher
Christian (buen Marlon Brando), el capitán pone por encima de la tripulación la
misión, es por ello que para ser más rápido decide intentar cruza el Cabo de
Hornos en el peor de los tiempos, pero el tormentoso clima le hace desistir
tras varias semanas, debe tomar el Cabo Buena esperanza, para recuperar tiempo
acorta las raciones comida y así no tener que para por el camino a repostar,
las condiciones se hace insoportables para la tripulación cuando osa quejarse
en boca de su combativo representante, Jhon Mills (buen Richard Harris), los
castigos y vejaciones se multiplican, Flecher Christian no es partidario de los
arbitrarios castigos del capitán. Tras varios meses consiguen llegar a Tahití,
un Edén tropical, allí la tripulación se siente en el paraíso confraternizando
y algo más con las nativas, hijas del amor libre. Fletcher tiene un romance con
Maimiti ( Tarita
Teriipaia ), hija del
rey de Tahití. Lo malo llega cuando
tienen que partir, las condiciones a bordo de la Bounty se agravan aún más.
La cinta al igual que la versión anterior
es una gran cinta de aventuras, donde también hay drama, romance y reflexión
moral sobre si está primero el sentido del deber hacia el superior o está bien
derrocar al poder establecido cuando este sobrepasa la línea de la tiranía
despótica, si es legitimo rebelarse
contra tus superiores por abuso del poder, nos habla si el éxito de una misión
está por encima de la vida humana, sobre si está justificada la rebeldía ante
un poder sátrapa, para enfrenta el valor ante las injusticias, la dignidad ante
las vejaciones, la amistad frente al egoísmo, la solidaridad frente al imperio
del mando del terror de las humillaciones, la camaradería frente a las ansias
vengativas, la solidaridad frente a la corrupción moral, arremete contra el
darwinismo social, pone en alza las relaciones interraciales y culturales, ello en un contexto exótico con tintes
claramente humanista cercano en muchos tramos al naturalismo documental, con
Hermosas tomas de los Paraísos de Tahití. La Bounty se convierte en una
proyección de la sociedad, un lugar cerrado donde la clase social queda
remarcada en estratos, los más bajos son los que hacen el trabajo peor, los que
viven en peores condiciones, la clase media son los oficiales, la correa de
transmisión a la clase ínfima, esta como casi siempre es la más importante,
tienen comodidades, pero se deben al poder, la que mueve el mundo, es la que
está en medio y es la que puede romper dinámicas tóxicas hacia los de abajo, y
arriba el Capitán, el que tiene poder omnímodo sobre las vidas de todos, y como
decían en Spiderman <Un gran poder acarrea una gran responsabilidad>, la
disciplina no tiene por qué ser aplicada en base al miedo, esta debe ser justa,
correcta y no avasallar, esta debe ser aplicada con equilibrio, si no puede extrapolándolo,
suceder una Revolución Francesa, por cierto casualidad, ocurre coetánea con
estos hechos.
El relato posee un ritmo bastante fluido
a pesar de su extenso metraje (185 minutos), siempre están sucediéndose cosas,
manejándose con tensión creciente e inteligencia la relación entre Bligh y
Christian, un entente de gran intensidad, que a medida que avanza se convierte
en densa, con diálogos que son duelos formidables, hasta que al final explota, salpicado de momentos en que se expone el
sadismo y despotismo del capitán, que hace nos posicionemos claramente a favor
del motín, las dosis de humor que en la versión 1935 estaban más
repartidas en el film, aquí se atienen a
la estancia en Tahití, siendo el motor de esto el choque de culturas, la
puritana inglesa con la libertina tahitiana. El film posee una buena
construcción de personajes, los vemos evolucionar, los vemos con dudas, con
inseguridades, con ilusiones, con cerrazón. Los antagonistas representan dos
modos de gobernar y entender la vida, Bligh es un marino hecho a sí mismo,
obsesionado con la disciplina, esta debe llegar por el terror y no por el
respeto, lo más importante es la misión ordenada, las personas son meros peones
sacrificables en pos de triunfar en el objetivo ordenado, en el otro lado está
Christian, un aristócrata, despreocupado, pomposo, que a medida que pasan las
millas y observa el modo de emplear el poder su capitán se implica más y más en
favor de sus inferiores, derivando en él
una lucha interior sobre la moralidad de amotinarse. Milestone dirge con fuerte
pulso, creando excelentes momentos, con gran manejo de la gente con algunas
coreografías impresionantes.


Marlon Brando compone a un
Christian muy alejado del de Gable, me provoca sensaciones encontradas en su
interpretación en algunos momentos me parece genial y en otras (escasas) una
caricatura, tramos penosos y chirriantes son su presentación en el barco, con
dos mujeres y vestido de modo emperifolladlo, un bufón que no te lo crees, el
otro momento ridículo es que aparece en su camarote con un enorme batín de
satén, un sombrero para dormir fachoso, y una gran pipa, digno de un payaso, me
sobra, esto, extirpado esto me queda una interpretación en que denota un gran desarrollo, del nihilismo al
inicio, el cinismo, con ademanes amanerados, va progresando mientras vemos le
afecta lo que pasa a su alrededor hasta que implosiona, su lenguaje físico también
crece desde este manierismo referido hacia el porte del liderazgo, ello con un
acento inglés muy bueno, como curiosidades, se dirigió a sí mismo en varias
escenas, su aspecto físico varía bastante del principio al final, en que se
nota mucho más hinchado, también reseñar que en la filmación conoció Tarita, que pasó a ser su tercera esposa, con la que se casó y
tuvieron 2 hijos, fundiéndose realidad y ficción. Trevor Howard también edifica
a un Bligh distinto al de Laughton, no despliega tanta maldad, lo hace más
sutil, parece menos cruel, y más parece obsesionado con su misión que sádico,
lo dota de andares de pato que lo hacen singular, de pose ruda, adusta, serio,
un lobo solitario con seco carácter, muy bueno. Richard Harris demuestra lo
gran actor con un rol de raza, vibrante, enérgico. Richard Haydn es William Brown el botánico encargado de
recoger la planta del pan, es el narrador en off del relato, es aquí uno de los
defectos del film, un rol naif, sin fuerza, no se entiende sea el que nos
cuente la historia, no hacía falta.
Este de la voz en off es uno
de los defectos del film, no aporta más que inseguridad en lo que se narra,
carece de matices, de ironía, de mordacidad, de carácter especial, es un
personaje sin alma. Tampoco el romance de Christian con la nativa Maimiti posee calado alguno, sin chispa, sin calor, sin química, y lo de
que el padre (asimismo un carácter guiñolesco exagerado) se moleste ante Bligh
porque Fletcher no se acueste con ella me es un recurso cómico muy chusco, de
brocha gorda, debieron ser algo más elegantes.
La puesta en escena resulta
apabullante, con una sobresaliente dirección de arte de George W. Davis (“Eva
al desnudo”, “La túnica sagrada” o “Sinuhe, el egipcio”) y J. McMillan Johnson
(“La ventana indiscreta”, “La Historia Más Grande Jamás Contada” o “El rostro
impenetrable”), rodando en los espacios naturales y paradisiacos de Tahití, con
la construcción de un magno barco, reproducción del real, con un muy realista vestuario
de Moss Mabry (“Rebeldes sin causa”, “El mensajero del miedo” o “Tal como
éramos”), y esto atomizado por la impresionante fotografía de Robert
Surtees (“Ben-Hur”, “El graduado” o “El golpe”), filmada en Panavision 70 Ultra widescreen proceso, la primera con este
recurso, aprovechando con brillantez el
amplio ancho de pantalla con algunas soberbias escenas, en planos generales del
barco en navegación sobre el océano, o en las del Edén de Tahítí, o en la
colosal de la pesca nativa con cientos de mujeres en cadena en el agua y las
barcas con ablentadores, con un colorido fulgurante, que se eleva en las tomas
del Edén-Tahití, emitiendo placidez y un lirismo visual estético magno, como
fascinante en el tramo del incendio, todos estos elementos punteados
maravillosamente por la música de épica de Bronislau
Kaper (“Dulce pájaro de juventud”, Los hermanos
Karamazov” o “Lord Jim”), sabiendo moverse con
sabiduría entre los diferentes ambientes del relato, viniéndose arriba en
Tahití con melodías étnicas que nos transportan de un modo onírico a la
serenidad del Paraíso tropical, con un tema de amor estremecedor, como premio
tuvo la nominación al Oscar, lástima que compitió con la mítica de Maurice
Jarre de “Lawrence de Arabia”. A esto se suma la apoteósica coreografía
Antológica de Hamil Petroff, imperial en el manejo de la masa de tahitianos.


Momentos recordables: El de
los tremendos flagelos al personaje de Richard Harris, nos llega su dolor; El
espléndido tramo en que intentan cruzar el Cabo de Hornos, desborda
autenticidad, con tormentas, con grandes olas que cruzan el barco, con los
marinos congelados y agotados, con el navío zozobrando de un lado a otro,
sobresaliente; La poética llegada de la Bounty a Tahití derrocha naturalidad,
autenticidad, con el jolgorio de los nativos, las barcas de los tahitianos
saliendo al encuentro del barco, con un movimiento de masas fenomenal, con un
aprovechamiento de la grandiosa pantalla colosal, un Icono del cine; La escena
de la pesca con la cadena de cientos de mujeres nativas en un lado del mar y
las barcas de los hombres avanzando hacia ellas, es una inmersión en el túnel
del tiempo, sublime; El naturalismo asimismo de la fiesta tribal , con los
bailes de los tahitianos; La tensa escena del intento de huida de los tres
desertores y la posterior persecución de Christian, estupenda; Todo el tramo
del increscendo en que se produce el motín, se enciende la mecha con la idea de
racionar el agua de Bligh, haciendo que el que quiera agua deba subir al mástil
a coger el cazo, y solo puede beber esa medida, la tensión por la sed aumenta,
hasta derivar en la rebelión de Christian por el despotismo de su superior, muy
bien llevada la tensión hasta el estallido, produciéndose una gran frase de
Christian hacia Bligh <Y dele usted las gracias al Diablo, que es quien le protege, de no haber
logrado hacer de mi un asesino>; Cuando ya en
Pitcairn los marinos le cuestionan a Christian por su estado de ánimo este
responde <No me arrepiente de mis
acciones a excepción de un ligero deseo de estar muerto, que estoy seguro base
me pasará>; La gran escena del incendio, la tensión se masca entre los que
están en la Bounty.
El rodaje está catalogado como
uno de los más problemáticos de la historia del cine: Tres meses se necesitaron para construir una réplica exacta del navío
HMS Bounty para usarla en l film. El navío fue botado en un muelle de Tahití,
con los directivos de la MGM presentes, en el agua, navegó unos metros, zozobró
y acabó hundiéndose de costado por un defecto. Hubo que fabricar otra, que se
incendió por dos veces. Para cuando se pudo empezar a
rodar en las paradisiacas islas era el mes de diciembre, con el consiguiente
mal tiempo de esa época. Las lluvias y los vientos estuvieron a punto de volcar
varias veces la réplica de la Bounty y retrasaron de nuevo el inicio del rodaje.
También tuvieron que sufrir enfermedades tropicales y gran parte del equipo
cayó víctima de las enfermedades venéreas tras sus intensas relaciones con las
nativas de la isla, entre ellos Brando, que le mantuvo en cama
mucho tiempo, pasaban los meses sin que hubiera interpretado ni una escena.
Finalmente se incorporó al rodaje y lo hizo con otra exigencia, que despidieran
al director, Carol Reed, lo echaron y contrataron al veterano Lewis Milestone.

La estrella del filme, Marlon Brando, llegó a Polinesia con un contrato leonino con poder para que cualquier
sugerencia suya debía ser tenida en cuenta. La primera fue devastadora, reescribir
el guión, no quería la película
fuera una simple copia de la versión de 1935, tampoco le gustó el protagonismo dado al capitán Bligh. Sin guión no se podía
rodar, Brando se tiró varios meses viviendo de modo hedonista en la isla. Se
hacía traer desde USA champán y caviar cada semana en un jet privado que pagaba
la MGM, en una de sus noches de juerga se peleó por una chica con Richard
Harris. En la lucha, Harris le dio un salvaje mordisco en la mejilla a Marlon,
meses después, este se tomó el desquite en una escena en la que tenía que
azotar a su compañero con un látigo. Brando cambiaba
diálogos sobre la marcha, celebraba orgías nocturnas en las playas de Tahití,
tuvo disputas además de con Harris con Trevor Howard. Otro contratiempo
ocasionado por Brando fue que durante el tiempo que duró el rodaje aumentó su
peso en unos 20 kilos, con el consiguiente trabajo por parte de vestuario y
fotografía para intentar disimular su cuerpo en los ajustados trajes de la
época. Así mismo los excesos a los que sometía su organismo durante las noches
hacían que llegase con un aspecto lamentable al set por la mañana y necesitase
de grandes letreros para poder acordarse de sus diálogos los cuales, de todas
formas, se inventaba a su antojo.
Algunas diferencias con la
versión anterior, la de Frank Lloyd de 1935: En la primera hay leva
(reclutamiento forzoso de marinos), Fletcher Christian tiene un comportamiento
amanerado, aquí no hay flagelación en el puerto de un muerto, aquí no hay
doctor chistoso y borrachín, ni tampoco elemento del cocinero torpe, no hay una
especial relación entre Byam y Christian, en la primera Byam es contrario al
motín, aquí es un incitador, aquí se tiran más de 50 minutos en la isla, con lo
que queda más patente la interrelación entre los dos mundos, en la primera no
hay los tres desertores, y si en esta (hecho real), en la de Loyd la espita del
motín es la muerte de un tripulante, aquí es el racionamiento de agua, en la
priemra es el propio Bligh el que capitanea una misión para apresar a los
amotinados (hecho falso), aquí esto solo se medio esboza en una tensa escena de
huida de un navío inglés, en la de Lloyd acaba antes de
poner pie en Pitcairn, con un discurso idealista, en esta no hay discurso, los
vemos en la isla, Fletcher quiere volver a Inglaterra, en la de Lloyd no, es
Fletcher quien decide hundir el barco, en esta son los marinos los que lo
queman y por supuesto vemos morir a Bligh intentando salvar al barco, cosa que
no se ve en la de Lloyd, vemos en esta el juicio a Bligh, y no vemos el juicio
a los amotinados apresados.
La historia real:
Para la misión del Alto
Almirantazgo Inglés de transportar brotes del árbol del pan a Jamaica y que
esta fruta sirviera de alimento barato para los esclavos, se eligió de capit´na
al experimentado William Bligh (33 años), oficial que ya había viajado por el
Pacífico con el mítico capitán James Cook en su última travesía en el
Resolution (1776-1779), estando presente en su muerte a manos de nativos de
Hawai, siendo asistente del capitán interino John Gore, la expedición partio el 23 de diciembre de
1787 partiendo del muelle de Spithead, en Hampshire (Inglaterra).Bligh conocía
al joven Fletcher Christian (23 años), ya había navegado con él. Por todo ello
le recomendó para que aceptaran su inclusión en la oficialidad del barco. El
itinerario previsto incluía doblar el Cabo de Hornos pero, después de pasar un
mes intentándolo, el mal tiempo acabó persuadiendo a Bligh para cambiar la ruta
y se dirigió al Cabo de Buena Esperanza. Desde allí se adentraron en el Océano
Índico, atravesando Indonesia y entrando en el Pacífico hasta Tahití. Este duro
viaje puso a prueba la relación entre Bligh y el primer oficial, John Fryer. La
situación llegó hasta tal punto que Bligh decidió degradar a Fryer y poner a
Christian en su lugar. Finalmente, tras diez meses de periplo, la Bounty llegó a Tahití el 26 de octubre de
1788. Allí empezó la tarea de recolectar las plantas del fruto del pan y
empezar a trasladarlas al navío en el espacio que se había previsto para ello.
Durante los cinco meses de estancia en Tahití, la tripulación trasplantó 1015
plantas. El Capitán Bligh permitió durante todo este tiempo que sus hombres
confraternizaran libremente con los nativos y residieran en la isla. Muchos de
ellos mantuvieron relaciones con las jóvenes de la isla y el propio Fletcher
Christian acabó casándose con una de ellas, cuyo nombre era Maimiti. El paraíso
en el que vivió la tripulación de la Bounty durante estos meses causó estragos
en muchos de ellos cuando vieron que tarde o temprano deberían regresar a las
inclemencias de la vida en el mar. Tres de ellos decidieron cometer la
imprudencia de la deserción siendo rápidamente apresados y castigados
duramente. En este punto, hay que prestar una especial atención puesto que el
código de la época establecía que a todos los desertores se les debía colgar.
Sin embargo, William Bligh decidió que siguieran con vida y el castigo que se
les aplicó fue el del azotamiento en cubierta. Pero aquel escarmiento ante toda
la tripulación fue interpretado por algunos como una humillación más que el
Capitán Bligh infligía a una tripulación que había sufrido mucho desde que el
barco zarpó de Inglaterra. Seguramente a los marineros les faltaba la madurez
suficiente para asumir su responsabilidad y quizá el mismo Fletcher Christian
pecaba de ese mismo defecto.
 |
Capitán Bligh |
Sea como fuere, la Bounty abandonó Tahití el 4 de abril de 1789
rumbo a Jamaica. La tensión debió crecer enormemente durante aquellas semanas
porque el 28 de abril, estando el navío a 1300 millas de Tahití (cerca de
Tonga), nueve miembros de la tripulación se amotinaron y su líder no era otro
que el segundo al mando, Fletcher Christian. Hacía poco que había amanecido y
Christian y sus acólitos bajaron a las dependencias del capitán, le despertaron
y le condujeron a la cubierta. Cuando Bligh pidió explicaciones a Christian y
le pidió que reconsiderara la decisión, éste sólo respondió: “I’m in hell, I’m in hell…”Del
total de miembros de la tripulación, 19 se unieron al motín, 2 se mantuvieron
neutrales y 22 permanecieron leales al capitán. Christian ordenó que se dejara
a Bligh y sus partidarios en el bote del barco (7 m de largo) donde sólo cabían
18. Hubo algunos marineros leales que tuvieron que permanecer en la Bounty a pesar de estar disconformes con el motín. Bligh contó con el apoyo del antiguo
segundo de a bordo, John Fryer. Christian les facilitó un sextante para que
pudieran orientarse y dirigirse a un puerto seguro. Sin embargo, los frutos del
pan fueron lanzados al mar ante la desesperada mirada del capitán derrocado, en
una imagen que varios artistas han recreado a lo largo de los años sobre el
lienzo. Christian puso rumbo de nuevo a Tahití, una vez allí su objetivo de
eludir la persecución de la Marina Real, recogieron a las parejas que habían
hecho en su anterior estancia allí, así como a varios más tahitianos y
embarcaron rumbo a encontrar una isla que no estuviera en las cartas, un paraje
inexplorado donde los británicos no pudieran localizarles. Dieron con el lugar
idóneo, la pequeña isla de Pitcairn, en el centro del Pacífico sur. Pitcairn es
una isla volcánica mal situada en las cartas de navegación (culpa del
cartógrafo de la Armada Real Carteret) y su paradero exacto distaba mucho de su
localización real (200 millas), está a 8000 km de Australia y a 2200 km de
Tahití, avistada por vez primera por los occidentales el 2 de julio de 1767 por
Robert Pitcairn, del que toma el nombre, por el error cartográfico no hayaron a
los amotinados a los que la marina real buscó con ahínco durante 3 meses.
Christian tuvo la suerte de localizarla en enero de 1790. Allí desembarcaron e
incendiaron la Bounty el 23 de enero de 1790, para no quedara rastros que
pudieran ser avistados por la Marina Real. Pero en Pitcairn, los amotinados y
los nativos tahitianos que se añadieron a ellos no hallaron tampoco la paz. Con
el tiempo, estallaron rencillas entre ellos y en 1793 se desencadenó una
rebelión en la isla que acabó con la muerte de varios de los miembros de la
tripulación de la extinta Bounty. Fletcher Christian fue una de las víctimas de
esos enfrentamientos aunque la información sobre todo ello es muy confusa. A los cinco años de estancia en Pitcairn, todos los hombres, a
excepción de cuatro polinesios, dos ingleses, un escocés y un marino nacido en
las Indias Occidentales habían fallecido de muerte violenta, como resultado de
los celos y las disputas. El guardamarina Edward Young, casado con Teraura, se
hizo cargo de la comunidad, emprendiendo la educación de los niños y el
servicio religioso. Muerto Young, John Adams -que hablaba con acento cockney- se
convirtió en el patriarca de aquella microsociedad, compuesta por 10 mujeres
polinesias y 23 niños nacidos en Pitcairn, y siguió la labor educativa y
religiosa de Young. No es de extrañar que, cuando la marina británica descubrió
en 1814 a los supervivientes de Pitcairn, se vieran sorprendidos por la gran
religiosidad de la colonia y la peculiaridad de su lengua -un inglés fluído
pero con una gramática deficiente y un curioso acento. Lo que sí está
documentado fue que en 1808 el navío Topaz llegó a Pitcairn y sólo uno de los
amotinados seguía con vida, John Adams. También encontraron a Maimiti y su
hijo, ocho mujeres más, y unos cuantos niños que eran hijos de los miembros de
la tripulación de la Bounty que habían ido desapareciendo a lo largo del tiempo
víctima de las propias disputas entre ellos. En 1825 John Adams fue perdonado
de sus actos e incluso la capital de la isla fue bautizada con su nombre.
 |
Fletcher Christian |
En cuanto a Fletcher Christian, a pesar de que
oficialmente había muerto durante los enfrentamientos de 1793, se siguieron
difundiendo otras leyendas que incluso le situaban en Inglaterra donde había
conseguido regresar con otra identidad. Sea lo que fuere, sus descendientes se
convirtieron en una familia de referencia en Pitcairn y en las islas Norfolk donde
se fueron expandiendo. Incluso hoy, hay mucha gente con el apellido Christian
en aquellos parajes. El lugar donde el navío fue quemado se conoce como la
Bounty Bay y sus restos fueron descubiertos en 1957 por el submarinista Luis
Marden. William Bligh, por su parte, protagonizó un épico retorno a Inglaterra
sobreviviendo a una muerte casi segura en aquel bote en el que fueron
abandonados en pleno Océano Pacífico. Fue capaz de encontrar la dirección
correcta y navegaron más de 6000 kilómetros durante 41 días hasta llegar al
puerto de Kupang (por entonces colonia holandesa de Timor) donde fueron
recogidos y trasladados posteriormente a Inglaterra, solo uno de los que
estaban en el bote murió en la travesía, John Norton, apedreado hasta la muerte
en un encuentro poco amigable con los nativos de Tofua. Bligh fue exonerado de
su responsabilidad en la pérdida de la Bounty y se le encomendaron nuevas misiones
en las que siguió probando su sobrada pericia como navegante, aunque a partir
de los hechos se propicio el cambio de las
Leyes vigentes de la Marina británica en los buques de su Armada. Bligh pudo llegar a Inglaterra y dar noticia del motín, el 15 de marzo
de 1790 el Almirantazgo despachó al HMS “Pandora”, al comando del capitán
Edgard Edwards para rescatar al “Bounty” y apresar a los amotinados. Tras una
brillante carrera, Bligh murió en Londres en 1817, a los 63 años de edad.
El “Pandora” arribó a Tahití
el 23 de marzo de 1791, apresando a cuatro hombres del “Bounty” que habían ido
a recibir el buque, y diez más en las siguientes semanas. El 8 de mayo de 1791
el “Pandora” abandonó Tahití, y durante tres meses visitó las islas cercanas en
busca del buque y de los restantes amotinados. El 29 de agosto de 1791 chocó
con un arrecife de la Gran Barrera, hundiéndose con la pérdida de 31
tripulantes y 4 prisioneros. Los restantes 89 tripulantes y 10 prisioneros,
embarcados en botes, arribaron a Timor el 16 de septiembre de 1791. Al ser repatriados a Inglaterra, los 10 prisioneros fueron juzgados por
una corte marcial, y el fallo dictado el 18 de septiembre de 1792 dispuso que 4
hombres que Bligh había denunciado como inocentes, fueron absueltos; 2 fueron
condenados y, posteriormente, perdonados (uno de ellos Peter Heywood, más tarde
alcanzó el grado de capitán), otro fue perdonado por un tecnicismo legal; y los
3 restantes fueron convictos y ahorcados. Bligh y Edwards, fueron juzgados por
sendas cortes marciales por la pérdida de sus respectivos buques, siendo
declarados inocentes. Bligh terminó su carrera
naval con el grado de vicealmirante, siendo posteriormente designado gobernador
de Nueva Gales del Sur. Edwards volvio para rescatar al “Bounty”, comandando el
HMS “Providence”, acompañado por el tender “Assistant”, para completar la
recolección de plantones del árbol del pan, el 3 de agosto de 1791. Este viaje
se realizó con éxito, recolectándose 2.126 plantones del árbol del pan y miles
de espécimen botánicos de otras especies. Al año siguiente el viaje se repitió,
bajo el comando del capitán Bligh. En ambos casos no encontraron rastros del
“Bounty” ni de los restantes hombres. Este episodio ha sido fuente de
inspiración para literatos y cineastas. Lord Byron escribió un poema titulado The Island, donde narra los acontecimientos
ocurridos en la isla.
En 1838 Pitcairn (junto con
las desiertas islas de Henderson, Ducie, y Oeno) fueron incorporadas al imperio
británico. Para solucionar el problema de comunicación de los amotinados y sus
mujeres, ya que ninguno hablaba la lengua del otro, tuvieron que recurrir a
inventarse una lengua propia. Ésta ha llegado hasta nuestros días y se conoce
actualmente con el nombre de "Norfolk". En 1856, los descendientes
del Bounty fueron trasladados a Norfolk, aunque algunas familias no tardaron en
regresar a Pitcairn, constituyendo la base de la actual población.

Historia de los barcos de las
versiones diferentes: Para la versión de 1935 se prepararon 3 buques, el HMS “Bounty”, se re adaptó el “Lyly”, de dos palos, de 142 toneladas,
construido por Dickie BROS, en San Francisco, en 1882. La reformó en los
astilleros Wilmington, de
California. Para la película de 1962 la MGM encargó a la Royal Navy la
construcción de una réplica del “Bounty”, con el nombre “Bounty II”, se
construyó de acuerdo a los planos originales en los astilleros Lunemburg, de
Nueva Escocia. Su tamaño se aumentó en alrededor de un tercio del original,
para permitir acomodar las grandes cámaras de 70 mm en uso, el barco costo
750.000 dólares, tuvo dos meses de retraso en llegar. La MGM mantiene este buque en su poder y eventualmente realiza viajes
con fines de caridad. La necesidad de mantener actualizada la licencia de la United States Coast Guard, el “Bounty II” fue restaurado en los astilleros Boothbay Harbor en el
2002 y en el 2006. Posteriormente fue utilizado
en diversos films como “Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest”, “Pirates of the Caribbean: At World's End”. La segunda reconstrucción fue
hecha en 1984 para el film de Dino de Laurentis “The Bounty”,
buque construido en acero y
madera. Se encuentra amarrado en Darling Harbour, Sydney, Australia, realiza excursiones para
turistas,
En conjunto
me queda una notable y bella cinta de aventuras de las que te deja poso de
reflexión. Fuerza y honor!!!

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