NINOTCHKA.

Muy sugestiva
comedia romántica del gran Ernst Lubitsch, aunque algo arrugada por el tiempo,
dejando ver sus costuras algunos hilachos mal engarzados, es su obra más famosa
junto a “Ser o no ser”, una divertidísima sátira del comunismo y su
adoctrinamiento encorsetado de ideas. Está basada en
un relato del húngaro Melchior Lengyel (Lubitsch también adaptó de él “Ser o no ser”), “Silk stocking”,
guionizan Charles Bracket (“Bola de fuego”, “Días sin huella” o “Sunset
Boulevard”), Walter Reish (“Camarada X”, “Luz que agoniza” o “Niágara”) y el
gran Billy Wilder (no le hace falta presentación), desarrollan con mordacidad y
sarcasmo una jocosa crítica al totalitarismo de pensamiento que es el
comunismo, filmada en cuando el gran enemigo de los americanos eran los rusos
del pérfido Stalin, el destino quiso se estrenara dos meses después del inicio
de la WWII, en realidad todavía los rusos seguían siendo los malos, pues eran
todavía a liados de los nazis, fue después, cuando las tornas cambiaron y los
soviéticos pasaron a ser aliados de los estadounidenses y derivó en USA se
apartó de la circulación el film para no molestar. El film está regado con
diálogos punzantes, frases megaingeniosas, situaciones brillantes, con el
clásico y mítico “Toque Lubitsch”, todo esto aumentado por las grandes
actuaciones, donde destaca el icono Greta Garbo, de hecho ella es el gran
reclamo, siendo su primera comedia y penúltimo trabajo en pantalla,
aprovechando su famosa presencia asociada a su fama de melancólica y compungida
se publicitó con el slogan <Garbo ríe!>, expresando que era la vez
primera que lo hacía en cine, esto no era cierto, lo hizo en “Cristina, Reina
de Suecia” (1933). La cinta fue un gran éxito taquillero, obtuvo 4 nominaciones
a los Oscars (ganó ninguno), película, actriz principal (su cuarta y última
nominación), historia original y guión (primera de las 21 que tuvo Billy
Wilder), este año arrasó “Lo que el viento...”. En 1957 el realizador Rouben
Mamoulian realizó un ramake de la historia convirtiéndola en un musical,
"La bella de Moscú", protagonizado por Fred Astaire y Cyd Charisse.
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Ernst Lubitsch |
El escenario es la París de
finales de los años 30, allí tres soviéticos llegan con la misión oficial de su
régimen de vender unas joyas confiscadas a la aristocracia rusa durante la
Revolución, Iranov (Sig Ruman), Buljanov (Felix Bressart), y Kopalsky
(Alexander Granach), antes de que puedan venderlas la antigua dueña de
las mismas, la Gran Duquesa de Rusia Swana (Ina Claire) se entera de que sucede, y envía a el
conde León d'Algout (Melvyn Douglas), para que interceda e impida la venta,
para ello interpondrá una demanda a un tribunal francés, con lo que la estancia
de los tres soviéticos se dilata en parís, hecho que aprovecha León para
“corromperles” con el “decadente” capitalismo. El tiempo pasa y la situación
está estancada, mientras los tres soviéticos se están pegando la gran vida,
viviendo en un hotel de lujo en la mejor suite, con lo que el Gobierno
Soviético decida enviar a otro agente de la Junta de Comercio Rusa a
supervisarlos, este la rígida e inflexiva Nina Ivanovna "Ninotchka"
Yakushova (Greta Garbo).
Como ya he comentado es una ácida y corrosiva comedia
que ataca con mucho humor a un régimen totalitario como el soviético, como más
tarde Lubitsch atacaría al nazi en “Ser o no ser”, desarrollado a un ritmo muy
fluido, con diálogos frescos, divertidos, ingeniosos en las réplicas y
contrarréplicas, construyendo situaciones paradójicas, donde el contraste de
ideas y los equívocos son fuente de continuas chispas de humor, revestido de
elegancia y sofisticación. Un enfrentamiento entre constreñido comunismo, seco,
pragmático, rígidocolectivista, amenazador, unipensador, representado en la
figura de Ninotchka, chocando contra el individualismo, la libertad, la alegría
de vivir, reflejado en París y sobre todo en león, un farsa donde el
Comunismo-Ninotchka es atraído por el glamuroso, consumista y hedonista
Capitalismo-Léon. La cinta puede verse como un canto al espíritu inabarcable
del ser humano, a sus ansias de libertad, a su librepensamiento, a su pasión
por vivir, a sus ansias de no ser limitado. Y todo esto con el prodigioso y
mítico sello del “Toque Lubitsch”, la elegancia, el buen gusto en el gag, las
ingeniosas elipsis, los sabrosos gags con dobles sentidos, el manejo de la ironía con mucha sutilidad, con sibilino uso de los
fueras de campo, normalmente enfocando puertas tras la que sude algo que no
vemos pero que Lubitsch hará nos lo imaginemos, creando gran complicidad con el
espectador. De Lubitsch Billy Wilder afirmó era el mejor “tooper”, cuando el
guionista le llevaba una idea chistosa para el film, este instantáneamente le
respondía con otra que superaba la suya.
La puesta en escena rezuma elegancia, filmada casi toda
en estudio, con notable dirección de arte por parte de Cedric Gibbons (“El mago
de Oz”, “Cantando bajo la lluvia” o “Un americano en París”), recreando un
bucólico hotel, locales de fiesta, la Torre Eiffel, o el deprimente piso en
Moscú de Ninotchka, ello con la ágil fotografía William H. Daniels (“El invisible Harvey”, “La
gata sobre el tejado de zinc” o “La Conquista del Oeste”), en un patinado de
grises, con suaves y sugerentes travellings, acercándose con mucho cariño a
Greta Garbo, haciéndola deslumbrar con su vestido de noche.

El film con el tiempo, y con
las revisiones deja entrever tras su tierna historia de amor algún
desequilibrio, posee un arranque arrollador, genial, delirante en producir
carcajadas, pero cuando Ninotchcka cambia de carácter la historia baja muchos
enteros, cae en una ordinaria comedia romántica del montón, donde la
previsibilidad es la constante, a esto contribuye que se echa más en falta al
encantador trío de rusos, poco explotados (seguro el gran Billy Wilder se
inspiró en ellos para sus tres alemanes comunistas de “1, 2, 3”), con sus
charlas descacharrantes, todo un hallazgo al que se debía haber exprimido más.
Cabe reseñar que chirría el cambio tan brusco de Ninotchka, sonría a mandíbula
batiente y al fotograma siguiente se está poniendo el ridículo gorrito, no hay evolución
mínimamente lógica en el personaje, queda de trazo grueso para menospreciar los
valores morales del comunismo, le falta en este sentido la tan alabada
sutilidad Lubitsch, cayendo el personaje Ninotchka de la fortaleza que se
muestra al principio a ser una cuasi-caricatura enamorada, sin matices. Tan
poco me es coherente la reacción de la Gran Duquesa, no parece en momento
alguno enamorada de León, y sin venir a cuento tiene una reacción de gata de
uñas por su “amorcito”, demasiado radical este confuso comportamiento. También
ha quedado un poquito rancio el retrato que hace del comunismo, donde nos
vienen a decir que la gente no tenía sentimientos, y en el otro lado está el
capitalismo, presentado de forma chusca, claro que todos querríamos ser León,
un bon vivant, un playboy sin oficio ni beneficio, que no trabajo y se da la
buena vida, viviendo en un piso de lujo en pleno centro de París, claro que los
tres rusos quedan abducidos por el hedonismo capitalista, si se dan la vida
padre con el dinero de su país, residiendo en hotel de lujo, vistiendo ropa de
la jet set con incluso sombrero de copa, así yo también, pero el capitalismo es
diferencia de clases, y aquí solo nos enseñan la Alta, con lo cual queda un
panfleto propagandístico plano.
Greta Garbo encarna con
pasión y determinación a Ninotchka, muy recta y creíble en férreo pensamiento
pragmático, pero queda por mor del guión en una edulcorada damisela en su
radical cambio. Melvyn Douglas es un muy acertado playboy, un muy
simpático tipo, que derrocha empatía con el espectador, borda al capitalista
despreocupado, Lubitsch había querido en primer término a Cary Grant. Los tres
rusos Sig Ruman, Felix Bressart y Alexander Granach, son de lo mejor del film,
poseen una química brutal entre ellos, inundan la pantalla con su humanidad y
gracia. Destacable es la presencia en un pequeño rol de agente duro soviético
de Bela Lugosi, como el General razinin.

Momentos recordables: Las palabras e irónicas que se
oyen al inicio <Esta película está rodada en París, en aquellos maravillosos
días cuando una sirena era una jovencita y no una alarma, y si un francés
apagaba la luz no se debía a un ataque aéreo...>; La presentación de los
tres rusos en el hotel, hilarante su discusión sobre si deben alojarse allí o
no; Cuando negocian los tres rusos con un comerciante la venta de las joyas
este le dice que con lo que les ofrece pierde dinero, entonces uno de los
soviéticos replica <Métodos capitalistas: acumular millones, sufriendo
pérdidas tras pérdidas>; El genial “Toque Lubitsch” aparece diáfano en la
escena fuera de campo, la cámara está en el pasillo del hotel mirando hacia la
puerta de la suite de los tres rusos, vemos entrar a una bella chica vendedora
de tabaco, oímos jolgorio dentro, la chica sale nerviosa y arreglándose, y la
vemos volver con más vendedoras, genial; Cuando los tres rusos esperan en la
estación al agente venido de Moscú, creen es un tipo, y uno de los tres dice
<Ese parece ser del partido (se acerca a otra persona y hace el saludo nazi).
Me equivoque de partido>; Garbo al mozo de la estación <Por qué quiere
llevar mis maletas?>, Mozo <Es mi trabajo>, Garbo <Esto no es
trabajo. Es injusticia social>, Mozo <Eso depende de la propina>;
Ninotchka <Los juicios en masa han constituido un gran éxito, quedarán menos
rusos, pero serán mejores>; Ninotchka observa en un escaparte un singular
sombrero de mujer <Como puede sobrevivir una civilización que deja que sus
mujeres se pongan eso. No será por mucho tiempo>; Puede la escena más famosa
del film, Ninotchka va a comer a un restaurant de obreros, León la sigue y se
presenta allí como si fuera una coincidencia, se pone a charlar con ella, que
continua seria e impertérrita, León intenta hacerla reír contándole chistes, ella
sigue con gesto inamovible, mientras en otra mesa unos currelas ríen de las
chanzas de León, desilusionado León inclina su silla hacia atrás y cae al
suelo, entonces Ninotchka estalla en una sonora sonrisa, Lubitsch utiliza la
sonrisa como momento catarquico, la Dama de Hielo que era Ninotchka con la risa
ha sido abducida-seducida por el capitalismo, momento que será coronado un poco
más tarde cuando se ponga el singular sombrero; La Gran Duquesa le comenta a
Ninotchka <Se preguntará de lo que hablamos?>, Ninotcka <Entiendo
perfectamente que León le regaló un perro>, la Gran Duquesa <Oh Dios mío!
Debo estar perdiendo mi sutileza: Si no tengo cuidado, me entenderá todo el
mundo>; El mordaz momento en que Ninotchka está en la cama junto a un
retrato de Lenin y este le sonríe en gesto de complicidad con ella; Cuando un
agente soviético habla por teléfono y le preguntan por la persona a la que ha
sustituido, este le dice que solo ha sido llevado a una investigación, pero que
si quiere saber más, que hable con su viuda, de un humor negro, negrísimo; Uno
de los tres ruso mirando por una ventana <Siempre me entristeció ver partir
las golondrinas hacia los países capitalistas cuando llega el invierno. Ahora
sé porque emigran. Rusia tiene los ideales, pero ellos tienen el clima>; Ninotchka
recibe en su piso multicompartido de Moscú una carta de León, la abre
ilusionada cuando descubre que está toda ella censurada, entonces uno de los
tres rusos le dice <Los recuerdos no se censuran, verdad?>.
En conjunto, sumado lo bueno y malo me queda una
notable comedia, a la que le pesan los años. Fuerza y honor!!!
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