METRÓPOLIS.
El mediador entre la mano y
el cerebro ha de ser el corazón.

Uno de los films más
influyentes de la Historia del Cine, una gran superproducción, la más costosa
película hasta entonces (arrancó con presupuesto de 1,5 millón de marcos y se disparó
a los 7), un clásico de Fritz Lang que construye un fascinante drama de
ciencia-ficción enmarcado en una distopía futurista, con profunda carga de
crítica social, ello aderezado con elementos de romance y aventura, en el
contexto de un relato de diáfano pesimismo con respecto al progreso de la
sociedad. El guión está escrito por el propio director alemán y su entonces
esposa Thea von Harbou, ella autora del libro
homónimo de 1926 en el que se basa, escrito directamente para ser llevado al
cine, arranca asimilándose al relato del príncipe
Sidharta, su alter ego sería Freder, un pudiente que halla sentido a su vida
cuando tropieza con la pobreza, también bebe de autores del SXIX como HG Wells, Mary
Shelley, Auguste Villiers
d'Isle Adam, Julio Verne, o a Victor Hugo en su final con reminiscencias a “El
Jorobado de Notre Dame”, al traspasar el
libro al cine se anulan referencias a magia negra y ocultismo, la historia
tiene claras referencias bíblicas, también ha sido tachada de panfleto
político, lo curioso es que los estadounidenses la pusieron el sello de
comunista y la izquierda de fascista, curioso. Según Fritz Lang la idea del
film le surgió tras su primera visita a Nueva York en octubre de 1924, comentó
<Miré a la calle, las luces deslumbrantes y los
edificios altos, y concebí Metropolis. Los edificios parecían una vela vertical, brillantes y
ligeros, un lujoso telón de fondo, suspendidos en el cielo oscuro para
deslumbrar, distraer e hipnotizar. La visión de Nueva York por sí solo debería
ser suficiente para convertir a este faro de la belleza en el centro de una
película>. La cinta tiene su fuerza en su tremenda belleza visual, con
secuencias hoy icónicas en el Séptimo Arte, con efectos especiales pioneros
entonces, que ha inspirado en diferentes niveles a films como "La novia de Frankenstein", " Blade Runner ", “Alphaville ",
“Brazil”, "Escape From LA "," Gattaca ", “Dark City” o “Batman”, el personaje kubrickiano del Dr.
Strangelove bebe del profesor Rotwang. Un rodaje envuelto en problemas, se llevó
310 días y 60 noches de rodaje, rodándose en los míticos estudios UFA de
Berlín, produciendo Erich Pommer (“El último”, “Fausto” o “el Ángel Azul”), se
estrenó el 10 de enero de 1927 en Berlín, y fue un fracaso comercial, llegando
casi a hundir a la Compañía UFA.

Estamos en el futuro, en el
año 2026 (se sitúa 100 después de la filmación del film), en la hipermodernista
ciudad de Metrópolis, está estructurada la urbe de modo clasista, la clase
alta-rica vive y domina la ciudad en los alto de los rascacielos, la clase
media, vive en la superficie, y la clase baja son los trabajadores que
sobreviven en condiciones laborales extremas en los subterráneos de Metrópolis,
su misión es mantener en funcionamiento las comodidades de la ciudad. El que
maneja Metrópolis es Joh Fredersen (Alfred Abel), tiene un ocioso hijo,
Freder (Gustav Frölich), este un día paseando por “Los Jardines Eternos” descubre
a Maria (Brigitte Helm), una bella joven que ha llevado a unos de trabajadores
a que vean el ostentoso lugar, cuando vuelven a los subterráneos Freder la
sigue a escondidas, entonces descubre el submundo de máquinas manejadas de modo
stajonovista por los obreros, esto le afecta a Freder que lo habla con el
padre, este preocupado por su hijo le pone un detective a seguirlo, el hombre
delgado (Fritz Rasp). Freder vuelve al submundo de la sala de máquinas y allí
decide intercambiarse con un trabajador, Georgy (Erwin Biswanger), que lleva una especie de gran reloj. Estando
allí descubre una reunión secreta, asiste, allí María es la líder que alienta
con su poderoso carisma a los trabajadores a esperar en paz, sin rebelarse, al
“Mediador”, que según ella está al llegar. Por otro lado Fredersen entra en
contacto con un científico inventor, Rotwang (Rudolf Klein-Rogge) este le enseña su última
creación, un humanoide robot con forma de mujer. También tienen importancia en
el relato Grot ( Heinrich George ), un capataz del submundo fiel a
Fredersen y Josafat (Theodor Loos), que es un asistente de Fredersen despedido
por este por incompetencia.
Es un film poliédrico, con varias capas de lectura, se
puede ver como un enfoque decadente de nuestro futuro en que el progreso conllevará
una grieta insalvable entre clases sociales, donde reinará la opresión, la
explotación obrera, el desencanto, y la falta de sentimientos, nos habla de una
sociedad en ebullición, donde se hierve a fuego lento una Revolución Obrera,
esto en la clase vejada, en la alta se vive en la opulencia, en el hedonismo,
en la perversión, sin importarle lo que sufran los que están abajo, se nos
exhibe una punzante división de clases en lo geofísico, la superficie y el
subsuelo, los que viven en grandes edificios, disfrutan de bucólicos jardines,
y se esparcen en turbadores locales nocturnos, y están los que sobreviven en la
miseria, al principio los vemos acudir al curro como autómatas, y entre las dos
la incomunicación.
Se puede entender como una fábula política de marcado
cariz contextual, no hay olvidar que estaba Alemania en plena convulsa
República de Weimar, donde convivían dos ideologías opuestas, el comunismo y el
nazismo, y esta cinta fagocita la filosofía política nazi de la guionista Thea
Von Harbou, nos habla de que la sociedad está compuesta por el cerebro
(representado en Fredersen), o sea los que manejan todo, la clase alta, y las
manos, la clase obrera (representada en el jefe
de máquinas Grot), la que hace que los de arriba puedan vivir en la opulencia
(hasta aquí puede ser vista como una historia comunista), y entre las dos una
gran desigualdad social, los nazis en su pensamiento contrario a las ansias
revolucionarias socialistas, a la lucha obrera,
pensaban que ellos (los nazis) eran los destinados a ser el corazón-el
mediador del que se habla en el film, encargado este de apaciguar las ansias
combativas de los obreros, y hacerles ver su lugar en el mundo, que el opresor
de un poco de aire a los oprimidos para todo siga igual (¿?), dejando por el
camino un mensaje bastante simplista de que aquel que se anuncie su “Mesías”
pregonando la violencia les querrá engañar y destruir, en este sentido queda un
tufillo bastante pernicioso a panfleto propagandístico, con su moraleja de
acepta te sigan explotando con una sonrisa, acepta seguir viviendo en la
oscuridad, acepta no poder progresar, acepta la injusticia social, se un manso,
ello con un goteo de referencias bíblicas para reforzar el mensaje, la religión
como supuesto apoyo neutral del poder, chirriante.

La puesta en escena resulta
Colosal, con un fantástico diseño de escenarios gracias al escenógrafo Otto
Hunte (“El Dr. Mabuse” o “los Nibelungos”), resaltando los dos mundos, el
exterior con su urbe futurista, superpoblada, con carreteras ultraconcurridas,
con ferrocarriles, cuasi-tela de araña a diferentes alturas, con
aviones, con zeppelines, con jardines edenísticos, con grandes rascacielos, influenciado
por la obra del arquitecto italiano futurista Antonio Sant'Elia, y por movimiento Art Deco, y aún en la superficie está
el contraste añejo de la casa antigua de Rotwang o la Catedral, en
contraposición el subsuelo industrial y cuasi-avernal, por un lado están las
máquinas, con soberbio manejo de las masas (25.000 extras), todo esto se
consigue en conjunción con los fenomenales efectos visuales creados por Eugen
Schüfftan (“Los Nibelungos” o
“Napoleón” de Abel Gance), jugando con miniaturas, una cámara en un columpio, y
sobre todo con el llamado “proceso de Schüfftan” (utiliza espejos para crear ilusión de que los actores ocupan
conjuntos en miniaturas, técnica que se
utiliza ampliamente en toda la primera mitad del siglo 20 hasta que fue
suplantada por el mate itinerante y la pantalla azul), como
reseñable es la creación del laboratorio de Rotwang, del que luego bebió James
Whale para su “Frankenstein”, también se ruedan escenas con la técnica
stop-motion. El robot humaniforme (el Maschinenmensch) creado por Rotwang, es obra del
escultor Walter Schulze-Mittendorff, el molde de yeso del cuerpo se tomó de la
actriz Brigitte Helm, el traje se hizo a su alrededor, el descubrimiento casual
de una muestra de "madera plástica" (sustancia flexible diseñado como
madera-filler) permitió al escultor construir un traje que parece metálico y
deja una pequeña abertura para la respiración. El film es uno de los
estandartes del expresionismo alemán, gracias a la gótica fotografía Karl Freund (...) y Gunter Ritten (...), componen una turbadora
estética, con momentos cuasi-hipnóticos, con excelsas imágenes paseándose la
cámara por entre los rascacielos, con angulaciones zozobrantes, jugando con las
sombras, con planos de rostros torturados y muy expresivos, inspirándose para
algunas tomas de referencias religiosas en el cuadro de la Torre de Babel de
Pieter Brueghel. Y todo esto adornado por la hermosa música compuesta y
orquestada por Gottfried Huppertz,
inspirándose en Richard Wagner y Richard Strauss, combinando
voz orquestal clásica con toques modernistas, de aires sombríos, suenan también
cortes de Claude Joseph Rouget de Lisle 's "La Marsellesa" (este
tema revolucionario asociado tendenciosamente a la maldad autodestructiva de
los obreros) y el tradicional" Dies Irae ", infundiendo
gran épica a la historia. En 1984 Giorgio Moroder restauró
y produjo 80 minutos en un re-lanzamiento, con la banda sonora pop escrita por
Moroder e interpretada por Moroder, Pat Benatar , Bonnie Tyler , Jon Anderson , Adam Ant , Ciclo
V, Loverboy , Billy Squier ,
y Freddie Mercury . Se volvió a grabar para el lanzamiento del
DVD en 2001 con Berndt Heller, con la orquesta Rundfunksinfonieorchester Saarbrücken. Hay más
versiones.


Con todo lo buena hay elementos que restan y que a cada
visionado la lastran, la hacen estropearse, se le ven unas costuras un tanto
pueriles, que me hacen bajarla del altar donde antes la tenía. Restan sus
actuaciones exageradamente teatrales, histriónicas, es cine mudo, lo sé, pero
aún así chirrían. Hay recursos de guión que resultan harto forzados y confusos,
inconsistentes, al principio vemos a los obreros ir al trabajo
alineadamente cual autómatas, no
aparentan sentimientos, y esto no se sabe a que es debido, no vemos que nadie
les aleccione, les lave el cerebro, les drogue, les coaccione, tampoco vemos
tengan ningún tipo de vigilancia, simplemente se comportan de este modo porque
sí, inverosímil. Pero tras este tramo de apariencia cual lobotomizados vemos
que tienen sentimientos, que sufren, que piensan, entonces lo que hemos visto
al inicio resulta harto tramposo. Resulta que malviven en el subsuelo en
condiciones laborales penosas, pero resulta que nadie les impide salir a la
superficie, no se entiende no lo hagan, el guión es muy vago en este sentido,
las licencias que hay que darle son excesivas, esto aumenta cuando hemos visto
a María salir con niños a la superficie sin problemas y al final cuando todos
los obreros necesitan emerger a la luz resulta que ya es casi imposible,
estridente. Con todo lo hermoso que son las imágenes de la urbe, resulta que no
han puesto mucha imaginación en crear aviones o vehículos que parezcan
mínimamente adelantados a su tiempo, la historia sucede en 2026, pero los
medios de automoción son los mismos (¿?). El plan de Joh si te pones a pensarlo
un poquito resulta propio de su enemigo, resulta que tiene a una mujer (María)
que aplaca con sus cándidos sermones a los obreros de rebelarse, la pregunta
sería, por que no le gusta esto a Joh? Resulta que decide secuestrar a la
“profeta” para suplantarla por un robot, pero qué sentido tiene? Si los obreros
están apaciguados por María, un sin sentido. Visualmente queda maravillosa la
escena del baile sensual de la María robot en el club Yoshiwara, para mostrarnos la lascivia de la clase alta, pero qué sentido tiene
que el robot haga un paréntesis en su diabólico plan apocalíptico para bailar?
Otro sin sentido. Resulta que en el clímax, visualmente enorme, pero
orgánicamente pobre, los obreros incitados por la María robot deciden
autodestruirse, aunque con ello maten a sus hijos, inaudito. Luego resulta que
de modo simplista nos cuelan que Rotwang es una especie de Lenin que con las
proclamas revolucionarias a través de la boca de su María robot quiere en
realidad acabar con todo, muy sutil, menos mal que al final aparece el Mesías o
Mediador en la figura de Freder (quizás Hitler?) para que todo siga como está, moralina
difícil de tragar, pues quiere decir que los obreros deberán reconstruir lo
derruido y volver a su status quo y sonriendo.
Momentos para el recuerdo, si nos atenemos a las
set-pieces queda un conjunto brillante de escenas lo malo es que orgánicamente
el argumento flaquea; La primera aparición de los obreros caminando cuál
ejército hacia el trabajo por un túnel; Las visiones futuristas de
“Metrópolis”; El manejo de la máquina reloj, con un tipo moviendo
aleatoriamente las manecillas en un labor demoledora; Cuando estalla la
máquin-reloj y Frederr tiene una espantosa visión del artefacto convirtiéndose
en un monstruo devora-personas Moloch; El sermón de María en que vemos la
leyenda de la Torre de Babel; La Icónica visión del robot afeminado cubierto
por anillos “tesla”; La lúgubre persecución en las catacumbas oscuras de
Rotwang a María para raptarla, jugando con el haz de luz de la linterna cual
lanza; La erótica danza de María robot en el club Yoshiwara (nombre del famoso barrio rojo de Tokio),
con las miradas libidinosas de los voyeurs, reflejo de la decadencia moral de
la burguesía; La secuencia impresionante de la inundación del subsuelo en que viven los obreros con multitud de personas moviéndose encolerizados, en esta
escena Lang se asemejó a Freder y tuvo a 500 niños de los barrios más pobres
de Berlín durante
14 días en un charco agua que Lang mantuvo intencionadamente a temperatura baja;
La elegiaca imagen de decenas de niños yendo hacia María con sus brazos
ondeantes para que los salve; El inquisitorial tramo en que las hordas de
obreros atrapan a la María robot y frente a la Catedral la queman cual bruja en
una pira, mientras ella ríe a carcajadas turbadoras, Fritz Lang uso de fuego
real para esta escena, el vestido de Brigitte Helm
se incendió; El notable combate final en el techo de la Catedral, con claras
reminiscencias a ”El Jorobado de Notre Dame”.

La cinta deja un trasfondo de
miscelánea entre lo religioso y lo político, dos vertientes que se pueden
confundir, las dos pueden entenderse como de carácter mesiánico, las dos nos
anuncian que un gran líder vendrá a “salvarnos” de nuestros males, y nos hablan
de los falsos-malos profetas-políticos que nos pueden destruir. El film nos
muestra una tremenda ambigüedad ideológica, se llega a hacer una alegoría clara
de que la urbe Metrópolis es una moderna Babilonia (en el primer discurso de
María), donde los enormes rascacielos son la Torre de Babel (reflejo de los
peligros del progreso) y los humanos que las construyeron viven en una tensa
incomunicación, se nos habla de una profeta, María que anuncia en altares con
cruces el advenimiento de alguien que traerá el entendimiento entre las
diferentes clases sociales, “El Mediador”, en la tradición cristiana su puede
entender será el Mesías, hay un robot clon de la antagonista María que predica
la autodestrucción, el Apocalipsis, claramente refleja al Anticristo, un falso
profeta. Se nos representa una sociedad partida, en el cielo-superficie está la
prosperidad y la vida agradable, y en el infierno-subsuelo malviven los
desheredados. Hay claras referencias a la inquisición en que se quemaban
brujas, con una escena en la que hace una pira con alguien, frente a una gran
catedral, con bello pórtico con figuras que reflejan los siete pecados
capitales. Los obreros asisten en secreto a los sermones de María en especies
de catacumbas, como los cristianos en su primera época. También hay imaginería
pagana por el film, como la figura del Moloch con que Freder delira (homenaje
al que aparece en “Cabiria” de Pastrone de 1914), el ser que requiere de tragar
personas como sacrificios, la casa de Rotwang (Rot significa rojo [comunismo]
en germano) tiene en su puerta una estrella pentalfa invertida, símbolo de la
magia negra. Todo esto se mezcla difusamente con su mensaje político perverso,
el propio Lang tras ver la fascinación con la que acogieron los nazis el film,
a Goebbels
le encantó señalando que la filosofía que propugnaba el argumento era similar
al de los nacionalsocialistas, los nazis (Hitler) se consideraban “El Mediador”
que pondría paz entre la clase baja y alta,
origen en el idealismo de Hegel, Fichte y Schelling, y el
director la repudió, afirmando que todo guiño político al nazismo había sido obra de su ex-esposa
(de la que se divorció en 1933), Thea Von Harbou gran seguidora nazi, la de
Fritz es la visión de Schopenhauer, frente a la dialéctica de la superación, el
fatalismo de la existencia.

Existen varias versiones del
film, se estrenó en
el am Zoo Ufa-Palast en Berlín el 10 de enero de 1927, el público
reaccionó a varias de las escenas más espectaculares de la película con
"aplausos espontáneos". En momento de su estreno en
Alemania, “Metrópolis” tenía una longitud de 4.189 metros
(aproximadamente 153 min a 24 fps), financiada en parte por Paramount Pictures y Metro-Goldwyn-Mayer, y UFA habían formado un acuerdo de distribución con
las dos empresas por el que tenían "Derecho de hacer cualquier cambio [de
las películas producidas por UFA] adecuado que garantizara la
rentabilidad". La distribución de fue llevada por Parufamet,
compañía multinacional que incorpora los tres estudios de
cine. Consideraron el film demasiado largo y difícil de manejar, Parufamet
encargó al dramaturgo estadounidense Channing Pollock
escribir una versión más simple de la película que pudiera ser montada usando
el material existente. Pollock acortó la obra, alteró sus intertítulos y
eliminó todas las referencias al carácter de Hel (su nombre sonaba demasiado
parecido a la palabra Inglés Infierno), eliminó así la motivación original de Rotwang para
la creación de su robot. En el corte de Pollock, pasó a aproximadamente
115 minutos. Esta versión se estrenó en USA en marzo de 1927, y lanzada en
el Reino Unido al mismo tiempo con diferentes tarjetas de título. Alfred Hugenberg ,
un empresario nazi, canceló la deuda de UFA con Paramount y
Metro-Goldwyn-Mayer después de hacerse cargo de la empresa en abril de 1927,
decidió poner fin a su distribución en los cines alemanes
de Metropolis en su forma original. Hugenberg redujo la película
a 118 minutos, eliminando el subtexto comunista y la imaginería
religiosa. El montaje de Hugenberg fue estrenado en los cines alemanes en
agosto de 1927. UFA distribuyó una versión aún más corta de 91 minutos en 1936,
y una versión en Inglés de este corte fue archivado en la filmoteca MOMA.
Posteriormente ha habido versiones restauradas con material añadido para acercarse
a la visión original de Fritz Lang, aunque algunas escenas
permanecen desaparecidas, un cuarto del metraje sedaba por perdido, como un altercado entre Joh y Rotwang, en
2005 se descubrió en el Archivo Nacional de Cine de Nueva Zelanda minutos adicionales,
esto se suma a que en 2008 apareció una copia de
16 mm en los archivos del Museo del Cine Argentina con 25 minutos "nuevos", con los que
"Metrópolis" ha recuperado casi por completo su metraje, esto ha dado
lugar a una versión muy cercana a la visión Lang, aún así aún falta metraje.
Sumado lo bueno y malo me da
un muy recomendable film que hay que enmarcar en su tiempo, una distopía
bastante reflexiva, con un hilo argumental inteligente pero orgánicamente con
muchos agujeros. Fuerza y honor!!!
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