martes, 3 de febrero de 2015



EL PADRINO III.

Tercera parte de la más famosa saga de la Historia del Cine, la considerada hermana bastarda de las dos primeras, ese es su defecto la eterna comparación con las otras, por sí sola sería notable, pero en la carrera con las otras dos queda muy rezagada. Coppola con Mario Puzo vuelve a tomar el mismo molde de la primera, realiza una estructura muy similar, con parecidos conceptos, con parecidas situaciones y con un clímax final de masacres en paralelo montaje, en este sentido arriesga muy poco, incluso en algunos casos puede estar con el piloto automático, sobre todo en lo que se refiere a la construcción de villanos carismáticos. Esto puede ser lo que más se le achaque, una regular (siendo generoso) dirección de actores, además de resolver las tramos de un modo cercano al simplismo, sin sutilidad. Aún con sus defectos nos deja algunos momentos de enorme brillantez que la hacen un film notable, no Superlativo como las dos anteriores. Coppola dijo  que la verdadero Saga de El Padrino son las partes 1 y 2, la 3 es  un epílogo.

Estamos en Nueva York en 1979, Michael Corleone (gran Al Pacino), rondando los 60 años es un hombre cansado que intenta sanear su fortuna y limpiar su nombre de antecedentes mafiosos aliándose con el Vaticano y de este modo que esta Sagrada Institución le bendiga, para ello negocia con el Arzobispo Gilday (correcto Donal Donnelly) la compra de la sociedad Immobiliare, considerada como el mayor el holding de bienes raíces del mundo, Gilday es jefe del Banco del Vaticano, sus malas operaciones le han llevado a un agujero de millones $, Michael compra por 600 millones $ el 25% de la empresa, con esto podrá poner a 6 miembros en un consejo de 13, el problema acontece cuando el acuerdo debe ratificarlo en Roma por el Papa Pablo VI, y este se encuentra gravemente enfermo, y por medio se hayan oscuros intereses, donde el ejecutivo de Immobiliare  Luchesi (buen Enzo Robutti) manipulará para acabar con Michael. En la historia tendrán importancia personajes como el temperamental hijo ilegitimo de Sonny, Vincent (buen Andy García), la hija de Michael, Maria (pésima Sophia Coppola), a la que el padre le ha dado la dirección de la Fundación Corleone, además tiene un romance con Vincent, Kay (buena Diane Keaton), ex de Michael, que ha vuelto a verlo después de años para permmita al hijo de ambos, Anthony (insípido Franc D'Ambrosio), dejar la carrera de abogado para se dedique a la ópera, está la hermana de Michael, Connie (buena Talia Shire), gran apoyo de su hermano y cicerone de Vincent, está Don Altobello (histriónico Elli Wallach), anciano mafioso que conspira en contra de Michael, está Joey Zasa (buen Joe Mantegna), mafioso que maneja el antiguo territorio de los Corleone en Nueva York, tiene un fuerte enfrentamiento con Vincent, está Grace Hamilton (inane Brigitte Fonda), periodista que indaga en la familia Corleone, está el Cardenal Lamberto (buen Raf Vallone), religioso íntegro en el que confía Michael, y más personajes.
 
Francis Ford Coppola había dicho que las dos primeras partes de “El Padrino”, eran definitivas, ya había dicho todo lo que debía decir, dejando la puerta abierta para otra en que su situación económica le empujara a otra más. El tremendo fracaso comercial de la megalomaniaca “Corazonada” le hizo durante años arrastrar deudas hasta que al final aceptó la propuesta millonaria de la Paramount de retomar la saga mafiosa. Coppola y Mario Puzo escribieron el guión, Al pacino, Diane Keaton, Talia Shire y Richard Bright (Al Neri) repitieron roles de anteriores partes. Robert Duvall exigió más dinero para retomar su abogado Tom Hagen, es que le pareció un insulto que Al Pacino pudiera cobrar hasta 4 veces más que él, con lo que se cayó del proyecto y Coppola tuvo que reescribir su parte, haciendo que el consiglieri moría antes del comienzo del relato, creando el personaje de B.J. Harrison (correcto George Hamilton) como abogado de Michael, Coppola dijo que si hubiera aparecido Duvall en el film su papel habría tenido gran importancia. Hubo un primer borrador del guión en 1979 escrito por Dean Riesner, girando en torno al hijo de Michael Anthony, que sería un oficial de marina que trabajaba para la CIA, y en el centro un complot para asesinar a un dictador centroamericano con la implicación de los Corleone, Coppola y Puzo desecharon casi todo el material, excepto la escena en dos sicarios irrumpen para matar a Vincent en su casa. Coppola dijo que “El Padrino” era la historia de Michael, un hombre bueno que se torna en el mal, y en esta tercera entrega pretendía algo tan cristiano como que pagara por sus pecados.

Coppola discurre por vía similar a las anteriores, inicio en una fiesta de trasfondo religioso, en este caso una ceremonia en la Catedral de San Patrick en Manhattan, Michael es nombrado Comandante de la Orden de San Sebastián , hay una presentación en la misma de personajes nuevos, los buenos y los malos en entrevistas con el Padrino, el padrino sufre un atentado que será el motor del posterior arranque de una increscente vedettta de el Padrino, hay un viaje a Sicilia donde se rememoran viejas vivencias, y hay un Apoteósico tramo final rebosante de muertes, en el que demuestra que la venganza solo lleva a más dolor, incluso hay un asesinato en una procesión, como en la segunda parte la Antológica de Don Fanucci, y siguen con el siniestro influjo de las naranjas como presagio de muerte. El relato se desarrolla por cauces de aires fatalistas, donde la tragedia está a flor de piel, una historia en la que se mezclan varias subtramas que confluyen en el final, todo envuelto en un clima de tragedia shakesperiana con un aura operística propia de la saga , donde se ven resonancias de “El Rey Lear”, “Lady MacBeth” o “Romeo y Julieta”, donde se tocan temas como la codicia, la ambición desmedida, la lealtad, la corrupción del poder, la familia, la presión del poder, el paso inexorable del tiempo, el carácter temperamental de la juventud, los fantasmas del pasado, las ansias de redención, ello en un tono elegiaco-crepuscular, ello en un ritmo narrativo sereno, que no lento, hay dosis salpicadas de buena acción y de buenos diálogos, con cambios de escenarios constantes, siendo equilibrada en su cadencia, consiguiendo atraparte en sus redes de de tremenda intensidad. Todo para llegar a su épico final durante la representación de la ópera “Cavalleria Rusticana”, ópera de alegoría al relato de “El Padrino”, pues también es una historia violenta y de venganzas atávicas. Asimismo el argumento contiene nítidas críticas a la Iglesia Católica, al ponerla como una institución pragmática, codiciosa, al servicio de los ricos, que vende condecoraciones, que no le importa lo manchado que este el dinero, que sugiere asesinatos cual mafia, para ello se inspira en hechos reales.


 
Lo dicho sería lo bueno, pero lo malo son sus taras, adolece de falta de profundidad, la historia de amor resulta penosa, no tiene peso, no te mueve a emoción alguna, resulta forzada y chirriante, se supone uno de los resortes dramáticos y se queda en un bluff naif. Tampoco resulta convincente la subtrama del hijo Anthony, un pegote sin enjundia, que el hijo del mafioso quiera ser cantante de ópera me cruje, a esta triste sensación ayuda la actuación de un Franc D'Ambrosio horrendo, parece uno que pasaba por allí lo cogieron, me chirría que Kay le diga a Michael que sabe el mató a Fredo, pues me pregunto por qué lo sabía Kay? No creo que Michael lo fuera voceando. Pero es que tampoco entiendo que pinta Kay, dice hace 8 años que no ha visto a Michael y de buenas a primeras se llevan tan bien, para redondearlo nos meten el almibarado tramo de Michael haciendo de chófer improvisado de Kay en un recorrido turístico por Sicilia, no encaja en El Padrino, un arranque de carácter juvenil edulcorado impropio del estilo de la saga, un parche, Diane Keaton es una gran actriz que aquí se queda sin fuerza alguna, con lo importante que fue en las dos primeras aquí se queda en apósito. Connie se ha convertido en una Lady Macbeth un tanto plana, no se sabe de dónde le ha venido su cambio de carácter, de pendón en la segunda a fiel y sibilina consejera de Michael. Los villanos en esta pecan de faltos de hondura, se les ve venir de lejos, no son lo maquiavélicos y sutiles que en las dos primeras. Ojo, todo esto lo mido por el listón de las susodichas primeras entregas, que es tan alto como el Everest, si fuera independiente estos defectos serían menos.

El guión se basa libremente en hechos históricos reales sobre el final del papado de Pablo VI, y su posterior y breve sucesor Juan Pablo I en 1978, que en el film es el Cardenal Lamberto, y que en realidad era Albino Luciani, mezclado esto con el colapso del Banco Ambrosiano en 1982. El periodista David Yallop dice que Luciani planeaba una reforma de las finanzas del Vaticano y que por ello fue envenenado, esto es expuesto en la película, el periodista nombra sospechoso al arzobispo Paul Marcinkus , jefe del banco del Vaticano, el Arzobispo Gilday en el film, personaje también comparado al Cardenal Giuseppe Caprio , a cargo de las finanzas del Vaticano durante el tiempo aproximado en que se basa la cinta. El personaje de Federico Keinszig (correcto Helmut Berger en el film), banquero suizo asesinado y colgado bajo un puente, en una muerte similar a de Roberto Calvi (aspecto similar al del film), hallado colgando del puente londinense de Blackfriars en 1982, no se sabe si por suicidio o asesinato, pero un tribunal italiano dictaminó homicidio. El siniestro personaje de Licio Lucchesi está inspirado en Giulio Andreotti. El asesinato de Joey Zasa durante una procesión en Little Italy se inspira en el atentado que sufrió el mafioso Joe Colombo en un desfile por la unidad de Italia en el mismo barrio.

La puesta en escena es extraordinaria, digan de la saga siendo los colaboradores los mismos, con un magnífico diseño de producción Dean Tavoularis (”El padrino II”, “La conversación “ o “Apocalypse Now”), con fastuosos lugares, la catedral, el inmenso despacho del arzobispo Gilday, laa procesión en Little Italy, el claustro de la confesión de Michael, los paisajes sicilianos, la ópera de Palermo, y esto realzado por el maestro de las Tinieblas, Gordon Willis (“El Padrino”, “Manhattan” o “Zelig”), jugando con los claroscuros, los tonos pastel, cercanos colores al sepia, acentuando la melancolía ambiental, con los movimientos inquietantes de las cortinas movidas por el aire, con delicados primeros planos, con planos llenos de simbolismos, con bellas tomas de Sicilia, un alarde de un grande,  y esto adornado por una música de estremecedora calidez, de Carmine Coppola versionando temas del fallecido Nino Rota, como "Main Tittle", "Vals del Padrino" o "Bruccia la terra", Al Martino (Jhonny Fontaine) canta “To each his own”, se suman temas de la ópera “Cavalleria rusticana" de Mascagni, a lo que se añade el tema compuesto por Carmine Coppola y cantado por Harry Connick jr “Promise Me You'll Remember” (nominado al Oscar), que suena durante los créditos finales, todo sumado crea un halo de nostalgia de ocaso al film.

Momentos para el recuerdo: El beso caníbal entre Vincent y Joey Zasa; El tenso asalto que sufre Vincent a su piso por parte de dos mercenarios y que Vincent resuelve de modo salvaje; El operístico asesinato de Joey Zasa, durante una procesión católica con un gran manejo de los tiempos; La masacre de jefes de familias mafiosas en el ático, un espectacular tiroteo donde los muertos y heridos caen por doquier, y en que Vincent demuestra su coraje y afán protector hacia Michael; El ataque por diabetes que sufre Miichael y que le hace delirar, volviendo a su subconsciente los fantasmas que le atormentan; El momento álgido en que Michael confiesa al Cardenal Lamberto sus pecados, se siente su angustia vital, enfrentándose en su interior el sentido de que hizo lo que debía y de que murió lo que quedaba de alma con su hermano Fredo <Padre, he matado hombres>; El estremecedor momento en que Michael en la hacienda en Sicilia está afeitándose y llega Vincent, le quita la cuchilla y continua afeitándole, trémulo; En Sicilia, en la hacienda, el hijo de Michael, Tony dedica una canción a guitarra a su padre, el tema "Brucia la luna n'celu", Michael rememora el único tiempo que fue feliz, con la inocente y bella Apollonia; El catarquico momento en que Michael cede el testigo de la familia a Vincent, este se sienta en un sillón y la gente de Michael pasa a besarle la mano en señal de lealtad; El fascinante tramo final (unos 50 minutos) en un magistral montaje en paralelo vemos en el escenario central la ópera “Cavalleria rusticana” en Palermo, mientras en otros lugares se producen varios asesinatos-venganzas, ello marcado por un tono operístico absorbente, el de Luchesi, Carlo (fiel sirviente del asesinado Tommasino) visita a este, se reúne con él, pide acercársele al oído a decirle algo importante, Luchesi mira a su guardaespaldas para le diga si ha sido cacheado, asiente y Carlo se levanta y acerca a la oreja de Luchesi, le dice <El poder destruye a quien no lo tiene>, en un movimiento rápido le quita las gafas a Luchesi y le clava una patilla en la yugular explotando la sangre, impactante; La shakesperiana y operística escena en la escalinata de la Ópera, con el Magno grito mudo de Michael, desgarrador, turbador, punzante, marcando a fuego que sus pecados vienen a cobrarse la penitencia más dolorosa, y no pudiendo hacer posible lo que le dijo a su hija Maria <Ardería en el infierno por mantenerte a salvo>.

Francis Ford Coppola
Diálogo mordaz entre Kay y Michael: Michael <Te he protegido de todos los horrores de este mundo>, Kay respondeTú te convertiste en mi horror>

Frases: <Nunca odies a tus enemigos, afecta tu juicio>; <No necesito matones, necesito más abogados>; <Justo cuando pensaba que estaba fuera me vuelven a meter>; <La única riqueza en este mundo son los niños. Más que todo el dinero y el poder en la Tierra, son mi tesoro>.

Al Pacino vuelve a deslumbrar con una actuación soberbia, majestuosa, muestra una tremenda evolución con la segunda parte, sus andares encorvados denotan además del peso de los años el de la culpa por los pecados, su lenguaje gestual denota cansancio, hastío, agotamiento, con una tremenda voz áspera, con unos ojos cansados y cuasi-cavernosos, hombre perseguido por los demonios de sus ominosas acciones, con unos picos emcionales escalofriantes. Andy Garcia es una versión 2.0 de Sonny Corleone, una eléctrica actuación, explosiva, volcánica, temperamental, de reacciones violentas, una encarnación arrolladora, pasional, de lenguaje corporal clásico de los latinos raciales, además de detentar una fascinante química con Michael, resplandece su admiración, su lealtad, su cariño incondicional, formidable. Pues este personaje es creado por Coppola y Puzo, en el libro “El Padrino”, tras el asesinato de Sonny, la amante de este inte4nta suicidarse y Tom Hagen le pregunta si está embarazada de Sonny y ella le dice no. Talia Shire aún con un personaje difuso realiza un buen papel de apoyo a Michael, una especie de Viuda Negra que maneja los venenos. Eli Wallach es un enorme actor que por desgracia aquí está desatado en sobreactuación, una caricatura de personaje con ademanes guiñolescos. Joe Mantegna mantiene el tipo con un mafioso elegante y sofisticado. George Hamilton cumple sin más en rol sin peso alguno. John Savage hace de sacerdote trepa, rol totalmente prescindible, solo parece estar para explicarnos que su padre, Tom Hagen ha muerto. Y dejo para lo último a la controvertida actuación de la hija de Francis, Sophia, regalo envenado de su padre, quedó crucificada para los restos como actriz, resulta nefasta, falta de emitir sentimientos, una nulidad, incapaz de soportar el peso de actuar se queda con cara de boba todo el tiempo, no parece sentir ni padecer, es un alma en pena, desgraciadamente he visto unas cuantas veces la película, y cuanto más la veo peor actúa, es sangrante su falta de personalidad, no ayuda lo fatal delineado que está su personaje, su química con Andy García es la de un arenque con Angelina Jolie, exhibe una ingenuidad que raya en lo infantil, me gustaría no estar de acuerdo con la mayoría que la defenestran, pero desgraciadamente en este caso razón la tienen.  

Julia Roberts iba a ser Maria, lo dejó por incompatibilidad con su agenda de trabajo, Madonna suspiraba por el papel, pero Coppola la veía demasiado mayor, Rebecca Schaeffer en una audición se ganó el rol, pero fue asesinada, entonces entró en escena Winona Ryder, que abandonó en el último momento, y se llegó a Sophia Coppla, hija del realizador, una de las elecciones más controvertidas de la historia del cine, pues notoria su pésima interpretación, ganando dos Premios Golden Raspberry  tanto por Peor Actriz de Reparto y por Peor nueva estrella, curiosamente ya había actuado en las dos partes, primero como el bebe bautizado, el hijo de Connie, y en la segunda parte era un niño inmigrante de los que llega a Nueva York en barco. Asimismo hay más familiares en el film, como Carmine Coppola (padre de Francis) en los arreglos musicales, Talia Shire (hermana de Francis), asimismo le da un pequeño papel a la madre de Martin Scorsese, Catherine.

El film tuvo 7 nominaciones a los Oscars, película, director, secundario (Andy Garcia), fotografía (Gordon Willis), montaje, diseño de producción  (Dean Tavoularis), música (Carmine Coppola) y canción (Carmine Coppola y John Bettis para " Promise Me Recordarás "), primera trilogía en que las tres han sido nominadas a mejor film, lo malo es que es la única en varios aspectos, única en que Al Pacino no nominado, única de la trilogía en no ganar a mejor película, pero es que además se quedó sin Oscar alguno, y única en no ser seleccionada para la preservación en USA en el Registro Nacional de Cine.

En conjunto sumando lo mucho buenísimo y lo malo me da una notable film, el epílogo a la más grande Saga que se haya realizado jamás. Fuerza y honor!!!


 

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