EL PADRINO III.
Tercera
parte de la más famosa saga de la Historia del Cine, la considerada hermana bastarda
de las dos primeras, ese es su defecto la eterna comparación con las otras, por
sí sola sería notable, pero en la carrera con las otras dos queda muy rezagada.
Coppola con Mario Puzo vuelve a tomar el mismo molde de la primera, realiza una
estructura muy similar, con parecidos conceptos, con parecidas situaciones y
con un clímax final de masacres en paralelo montaje, en este sentido arriesga
muy poco, incluso en algunos casos puede estar con el piloto automático, sobre
todo en lo que se refiere a la construcción de villanos carismáticos. Esto
puede ser lo que más se le achaque, una regular (siendo generoso) dirección de
actores, además de resolver las tramos de un modo cercano al simplismo, sin
sutilidad. Aún con sus defectos nos deja algunos momentos de enorme brillantez
que la hacen un film notable, no Superlativo como las dos anteriores. Coppola dijo
que la verdadero Saga de El Padrino son las partes 1 y
2, la 3 es un epílogo.

Estamos en Nueva York en
1979, Michael Corleone (gran Al Pacino), rondando los 60 años es un hombre
cansado que intenta sanear su fortuna y limpiar su nombre de antecedentes
mafiosos aliándose con el Vaticano y de este modo que esta Sagrada Institución
le bendiga, para ello negocia con el Arzobispo Gilday (correcto Donal Donnelly)
la compra de la sociedad Immobiliare, considerada como el mayor el holding de
bienes raíces del mundo, Gilday es jefe del Banco del Vaticano, sus malas
operaciones le han llevado a un agujero de millones $, Michael compra por 600
millones $ el 25% de la empresa, con esto podrá poner a 6 miembros en un
consejo de 13, el problema acontece cuando el acuerdo debe ratificarlo en Roma
por el Papa Pablo VI, y este se encuentra gravemente enfermo, y por medio se
hayan oscuros intereses, donde el ejecutivo de Immobiliare Luchesi (buen Enzo Robutti) manipulará para
acabar con Michael. En la historia tendrán importancia personajes como el
temperamental hijo ilegitimo de Sonny, Vincent (buen Andy García), la hija de
Michael, Maria (pésima Sophia Coppola), a la que el padre le ha dado la
dirección de la Fundación Corleone, además tiene un romance con Vincent, Kay (buena Diane Keaton), ex de Michael, que ha vuelto a verlo después de años para
permmita al hijo de ambos, Anthony (insípido Franc D'Ambrosio), dejar la
carrera de abogado para se dedique a la ópera, está la hermana de Michael,
Connie (buena Talia Shire), gran apoyo de su hermano y cicerone de Vincent,
está Don Altobello (histriónico Elli Wallach), anciano mafioso que conspira en
contra de Michael, está Joey Zasa (buen Joe Mantegna), mafioso que maneja el
antiguo territorio de los Corleone en Nueva York, tiene un fuerte
enfrentamiento con Vincent, está Grace Hamilton (inane Brigitte Fonda),
periodista que indaga en la familia Corleone, está el Cardenal Lamberto (buen
Raf Vallone), religioso íntegro en el que confía Michael, y más personajes.
Francis Ford
Coppola había dicho que las dos primeras partes de “El Padrino”, eran
definitivas, ya había dicho todo lo que debía decir, dejando la puerta abierta
para otra en que su situación económica le empujara a otra más. El tremendo
fracaso comercial de la megalomaniaca “Corazonada” le hizo durante años
arrastrar deudas hasta que al final aceptó la propuesta millonaria de la
Paramount de retomar la saga mafiosa. Coppola y Mario Puzo escribieron el
guión, Al pacino, Diane Keaton, Talia Shire y Richard Bright (Al Neri)
repitieron roles de anteriores partes. Robert Duvall exigió más dinero para
retomar su abogado Tom Hagen, es que le pareció un insulto que Al Pacino
pudiera cobrar hasta 4 veces más que él, con lo que se cayó del proyecto y
Coppola tuvo que reescribir su parte, haciendo que el consiglieri moría antes
del comienzo del relato, creando el personaje de B.J. Harrison (correcto George Hamilton) como abogado de Michael, Coppola dijo que si hubiera aparecido Duvall
en el film su papel habría tenido gran importancia. Hubo un primer borrador del
guión en 1979 escrito por Dean Riesner, girando en torno al hijo de Michael
Anthony, que sería un oficial de marina que trabajaba para la CIA, y en el
centro un complot para asesinar a un dictador centroamericano con la
implicación de los Corleone, Coppola y Puzo desecharon casi todo el material,
excepto la escena en dos sicarios irrumpen para matar a Vincent en su casa. Coppola
dijo que “El Padrino” era la historia de Michael, un hombre bueno que se torna
en el mal, y en esta tercera entrega pretendía algo tan cristiano como que
pagara por sus pecados.
Coppola discurre por vía
similar a las anteriores, inicio en una fiesta de trasfondo religioso, en este
caso una ceremonia en la Catedral de San Patrick en Manhattan, Michael es
nombrado Comandante de la Orden de San Sebastián , hay una presentación en la misma de personajes nuevos, los
buenos y los malos en entrevistas con el Padrino, el padrino sufre un atentado que
será el motor del posterior arranque de una increscente vedettta de el Padrino,
hay un viaje a Sicilia donde se rememoran viejas vivencias, y hay un Apoteósico
tramo final rebosante de muertes, en el que demuestra que la venganza solo
lleva a más dolor, incluso hay un asesinato en una procesión, como en la
segunda parte la Antológica de Don Fanucci, y siguen con el siniestro influjo
de las naranjas como presagio de muerte. El relato se desarrolla por cauces de
aires fatalistas, donde la tragedia está a flor de piel, una historia en la que
se mezclan varias subtramas que confluyen en el final, todo envuelto en un clima
de tragedia shakesperiana con un aura operística propia de la saga , donde se
ven resonancias de “El Rey Lear”, “Lady MacBeth” o “Romeo y Julieta”, donde se
tocan temas como la codicia, la ambición desmedida, la lealtad, la corrupción
del poder, la familia, la presión del poder, el paso inexorable del tiempo, el carácter
temperamental de la juventud, los fantasmas del pasado, las ansias de
redención, ello en un tono elegiaco-crepuscular, ello en un ritmo narrativo
sereno, que no lento, hay dosis salpicadas de buena acción y de buenos
diálogos, con cambios de escenarios constantes, siendo equilibrada en su
cadencia, consiguiendo atraparte en sus redes de de tremenda intensidad. Todo
para llegar a su épico final durante la representación de la ópera “Cavalleria Rusticana”, ópera de alegoría al
relato de “El Padrino”, pues también es una historia violenta y de venganzas
atávicas. Asimismo el argumento contiene nítidas críticas a la Iglesia Católica,
al ponerla como una institución pragmática, codiciosa, al servicio de los
ricos, que vende condecoraciones, que no le importa lo manchado que este el
dinero, que sugiere asesinatos cual mafia, para ello se inspira en hechos
reales.

Lo
dicho sería lo bueno, pero lo malo son sus taras, adolece de falta de
profundidad, la historia de amor resulta penosa, no tiene peso, no te mueve a
emoción alguna, resulta forzada y chirriante, se supone uno de los resortes
dramáticos y se queda en un bluff naif. Tampoco resulta convincente la subtrama
del hijo Anthony, un pegote sin enjundia, que el hijo del mafioso quiera ser
cantante de ópera me cruje, a esta triste sensación ayuda la actuación de un Franc D'Ambrosio horrendo, parece uno que pasaba por allí lo cogieron, me
chirría que Kay le diga a Michael que sabe el mató a Fredo, pues me pregunto
por qué lo sabía Kay? No creo que Michael lo fuera voceando. Pero es que
tampoco entiendo que pinta Kay, dice hace 8 años que no ha visto a Michael y de
buenas a primeras se llevan tan bien, para redondearlo nos meten el almibarado
tramo de Michael haciendo de chófer improvisado de Kay en un recorrido turístico
por Sicilia, no encaja en El Padrino, un arranque de carácter juvenil
edulcorado impropio del estilo de la saga, un parche, Diane Keaton es una gran
actriz que aquí se queda sin fuerza alguna, con lo importante que fue en las
dos primeras aquí se queda en apósito. Connie se ha convertido en una Lady
Macbeth un tanto plana, no se sabe de dónde le ha venido su cambio de carácter,
de pendón en la segunda a fiel y sibilina consejera de Michael. Los villanos en
esta pecan de faltos de hondura, se les ve venir de lejos, no son lo
maquiavélicos y sutiles que en las dos primeras. Ojo, todo esto lo mido por el
listón de las susodichas primeras entregas, que es tan alto como el Everest, si
fuera independiente estos defectos serían menos.
El guión se basa libremente en hechos históricos reales
sobre el final del papado de Pablo VI, y su posterior y breve sucesor Juan Pablo
I en 1978, que en el film es el Cardenal Lamberto, y que en realidad era Albino
Luciani, mezclado esto con el colapso del Banco Ambrosiano en 1982. El
periodista David Yallop dice que Luciani planeaba una reforma de las
finanzas del Vaticano y que por ello fue envenenado, esto es expuesto en la
película, el periodista nombra sospechoso al arzobispo Paul Marcinkus , jefe
del banco del Vaticano, el Arzobispo Gilday en el film, personaje también
comparado al Cardenal Giuseppe Caprio , a
cargo de las finanzas del Vaticano durante el tiempo aproximado en que se basa
la cinta. El personaje de Federico Keinszig (correcto Helmut Berger en el
film), banquero suizo asesinado y colgado bajo un puente, en una muerte similar
a de Roberto Calvi (aspecto similar al del film), hallado colgando del puente
londinense de Blackfriars en 1982, no se sabe si por suicidio o asesinato, pero
un tribunal italiano dictaminó homicidio. El siniestro personaje de Licio
Lucchesi está inspirado en Giulio Andreotti. El asesinato de Joey Zasa durante
una procesión en Little Italy se inspira en el atentado que sufrió el mafioso Joe
Colombo en un desfile por la unidad de Italia en el mismo barrio.
La puesta en escena es
extraordinaria, digan de la saga siendo los colaboradores los mismos, con un
magnífico diseño de producción Dean Tavoularis (”El padrino II”, “La
conversación “ o “Apocalypse Now”), con fastuosos lugares, la catedral, el
inmenso despacho del arzobispo Gilday, laa procesión en Little Italy, el
claustro de la confesión de Michael, los paisajes sicilianos, la ópera de Palermo,
y esto realzado por el maestro de las Tinieblas, Gordon Willis (“El Padrino”, “Manhattan”
o “Zelig”), jugando con los claroscuros, los tonos pastel, cercanos colores al
sepia, acentuando la melancolía ambiental, con los movimientos inquietantes de
las cortinas movidas por el aire, con delicados primeros planos, con planos
llenos de simbolismos, con bellas tomas de Sicilia, un alarde de un grande, y esto adornado por una música de
estremecedora calidez, de Carmine Coppola versionando temas del fallecido Nino
Rota, como "Main Tittle", "Vals del Padrino" o "Bruccia
la terra", Al Martino (Jhonny Fontaine) canta “To each his own”, se suman temas de la ópera “Cavalleria rusticana" de Mascagni, a lo que se añade el tema compuesto por Carmine Coppola y cantado por
Harry Connick jr “Promise
Me You'll Remember” (nominado al Oscar), que
suena durante los créditos finales, todo sumado crea un halo de nostalgia de
ocaso al film.

Momentos
para el recuerdo: El beso caníbal entre Vincent y Joey Zasa; El tenso asalto
que sufre Vincent a su piso por parte de dos mercenarios y que Vincent resuelve
de modo salvaje; El operístico asesinato de Joey Zasa, durante una procesión
católica con un gran manejo de los tiempos; La masacre de jefes de familias
mafiosas en el ático, un espectacular tiroteo donde los muertos y heridos caen
por doquier, y en que Vincent demuestra su coraje y afán protector hacia
Michael; El ataque por diabetes que sufre Miichael y que le hace delirar,
volviendo a su subconsciente los fantasmas que le atormentan; El momento álgido
en que Michael confiesa al Cardenal Lamberto sus pecados, se siente su angustia
vital, enfrentándose en su interior el sentido de que hizo lo que debía y de
que murió lo que quedaba de alma con su hermano Fredo <Padre, he matado hombres>; El estremecedor momento en que Michael en la hacienda en Sicilia está afeitándose y llega Vincent, le quita la cuchilla y continua afeitándole,
trémulo; En Sicilia, en la hacienda, el hijo de Michael, Tony dedica una canción a guitarra a su padre, el tema "Brucia la
luna n'celu", Michael rememora el único tiempo que fue feliz, con la
inocente y bella Apollonia; El
catarquico momento en que Michael cede el testigo de la familia a Vincent, este
se sienta en un sillón y la gente de Michael pasa a besarle la mano en señal de
lealtad; El fascinante tramo final (unos 50 minutos) en un magistral montaje en
paralelo vemos en el escenario central la ópera “Cavalleria rusticana” en
Palermo, mientras en otros lugares se producen varios asesinatos-venganzas,
ello marcado por un tono operístico absorbente, el de Luchesi, Carlo (fiel
sirviente del asesinado Tommasino) visita a este, se reúne con él, pide
acercársele al oído a decirle algo importante, Luchesi mira a su guardaespaldas
para le diga si ha sido cacheado, asiente y Carlo se levanta y acerca a la
oreja de Luchesi, le dice <El poder destruye a quien no
lo tiene>, en un movimiento rápido le quita las gafas a Luchesi y le clava
una patilla en la yugular explotando la sangre, impactante; La shakesperiana y
operística escena en la escalinata de la Ópera, con el Magno grito mudo de
Michael, desgarrador, turbador, punzante, marcando a fuego que sus pecados
vienen a cobrarse la penitencia más dolorosa, y no pudiendo hacer posible lo
que le dijo a su hija Maria <Ardería en el infierno por mantenerte a
salvo>.
 |
Francis Ford Coppola |
Diálogo mordaz entre Kay y
Michael: Michael <Te he protegido de todos los horrores de este mundo>, Kay
respondeTú te convertiste en mi horror>
Frases: <Nunca odies a tus
enemigos, afecta tu juicio>; <No necesito matones, necesito más abogados>;
<Justo cuando pensaba que estaba fuera me vuelven a meter>; <La única riqueza en este mundo son los niños. Más que todo el dinero y
el poder en la Tierra, son mi tesoro>.
Al Pacino vuelve a deslumbrar
con una actuación soberbia, majestuosa, muestra una tremenda evolución con la
segunda parte, sus andares encorvados denotan además del peso de los años el de
la culpa por los pecados, su lenguaje gestual denota cansancio, hastío, agotamiento,
con una tremenda voz áspera, con unos ojos cansados y cuasi-cavernosos, hombre perseguido
por los demonios de sus ominosas acciones, con unos picos emcionales
escalofriantes. Andy Garcia es una versión 2.0 de Sonny Corleone, una eléctrica
actuación, explosiva, volcánica, temperamental, de reacciones violentas, una encarnación
arrolladora, pasional, de lenguaje corporal clásico de los latinos raciales,
además de detentar una fascinante química con Michael, resplandece su
admiración, su lealtad, su cariño incondicional, formidable. Pues este
personaje es creado por Coppola y Puzo, en el libro “El Padrino”, tras el
asesinato de Sonny, la amante de este inte4nta suicidarse y Tom Hagen le
pregunta si está embarazada de Sonny y ella le dice no. Talia Shire aún con un
personaje difuso realiza un buen papel de apoyo a Michael, una especie de Viuda
Negra que maneja los venenos. Eli Wallach es un enorme actor que por desgracia
aquí está desatado en sobreactuación, una caricatura de personaje con ademanes guiñolescos.
Joe Mantegna mantiene el tipo con un mafioso elegante y sofisticado. George
Hamilton cumple sin más en rol sin peso alguno. John Savage hace de sacerdote
trepa, rol totalmente prescindible, solo parece estar para explicarnos que su
padre, Tom Hagen ha muerto. Y dejo para lo último a la controvertida actuación
de la hija de Francis, Sophia, regalo envenado de su padre, quedó crucificada
para los restos como actriz, resulta nefasta, falta de emitir sentimientos, una
nulidad, incapaz de soportar el peso de actuar se queda con cara de boba todo
el tiempo, no parece sentir ni padecer, es un alma en pena, desgraciadamente he
visto unas cuantas veces la película, y cuanto más la veo peor actúa, es
sangrante su falta de personalidad, no ayuda lo fatal delineado que está su
personaje, su química con Andy García es la de un arenque con Angelina Jolie,
exhibe una ingenuidad que raya en lo infantil, me gustaría no estar de acuerdo
con la mayoría que la defenestran, pero desgraciadamente en este caso razón la
tienen.
Julia Roberts iba a ser
Maria, lo dejó por incompatibilidad con su agenda de trabajo, Madonna suspiraba
por el papel, pero Coppola la veía demasiado mayor, Rebecca Schaeffer en una
audición se ganó el rol, pero fue asesinada, entonces entró en escena Winona
Ryder, que abandonó en el último momento, y se llegó a Sophia Coppla, hija del
realizador, una de las elecciones más controvertidas de la historia del cine,
pues notoria su pésima interpretación, ganando dos Premios Golden Raspberry tanto por Peor Actriz de Reparto y por Peor nueva estrella,
curiosamente ya había actuado en las dos partes, primero como el bebe
bautizado, el hijo de Connie, y en la segunda parte era un niño inmigrante de
los que llega a Nueva York en barco. Asimismo hay más familiares en el film,
como Carmine Coppola (padre de Francis) en los arreglos musicales, Talia Shire
(hermana de Francis), asimismo le da un pequeño papel a la madre de Martin
Scorsese, Catherine.
El film tuvo 7 nominaciones a los Oscars, película,
director, secundario (Andy Garcia), fotografía (Gordon Willis), montaje, diseño
de producción (Dean Tavoularis), música
(Carmine Coppola) y canción (Carmine
Coppola y John Bettis para " Promise Me
Recordarás "), primera
trilogía en que las tres han sido nominadas a mejor film, lo malo es que es la
única en varios aspectos, única en que Al Pacino no nominado, única de la
trilogía en no ganar a mejor película, pero es que además se quedó sin Oscar
alguno, y única en no ser seleccionada para la
preservación en USA en el Registro Nacional de Cine.
En conjunto sumando lo mucho
buenísimo y lo malo me da una notable film, el epílogo a la más grande Saga que
se haya realizado jamás. Fuerza y honor!!!
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