miércoles, 4 de febrero de 2015

PERDIDA (GONE GIRL).

Sobrevalorada cinta del gran director David Fincher que ahonda en la alienación matrimonial, en la complejidad de la relación de amor-odio de un matrimonio desgastado, asimismo se arremete contra la prensa sensacionalista que forma opiniones  maliciosas con tal de ganar audiencias. Un relato partido en tres, para mí el mejor tramo es el primero, donde todas las incógnitas están abiertas, en el segundo donde el misterio queda al descubierto se comienza a deshinchar el globo, para en el tercer acto caer en un sinsentido de narración atropellada con más agujeros que Sonny Corleone cuando pasa por peaje.

En el quinto aniversario de su matrimonio Nick Dunne (insípido Ben Affleck) vuelve a su casa y su esposa Amy (pasada Rosamond Pike) ha desaparecido, Nick lo denuncia a la policía y el caso comienza a tomar resonancia mediática, mediante flash-backs vamos conociendo como se enamoraron , casaron y se trasladaron por problemas económicos de Nueva York, residencia de los padres de ella, a North Carnage en Missouri , a donde viven ahora, y de cómo su inicial felicidad se va tornando en hastío, el caso toma un cariz sombrío cuando algunas pistas llevan a la policía, Kim Dickens (correcta Rhonda Boney),  a sospechar que Nick ha podido asesinar a su esposa. Tienen importancia en la historia Margo Dunne (buena Carrie Coon), hermana melliza de Nick, Desi Collins (perdido Neil Patrick Harris), ex novio de Amy, y el abogado Tanner Bolt (buen Tyler Perry).

El guión es de Gilian Flynn adaptando su propio best-seller homónimo de 2012, que tuvo “la osadía” de desbancar del número uno de ventas a “50 sombras de Grey”, en el libreto se perdieron subtramas como las de los padres o no aparece la padre del ex novio Desi. La historia sirve para explorar dos de las grandes obsesiones del director, el poder mezclado con las influencias en el sexo, y de este modo adentrarse en la oscuridad de la Condición Humana, y el realizador utiliza el argumento para regalarnos un relato en el que se hace un fresco desolador del matrimonio, en el que se describen con saña el hastío, la infidelidad, el engaño, la obsesión, ello con una ambientación digna del mejor Fincher, con una narración donde maneja con maestría recursos efectistas como flash-backs, voces en off que cambian los puntos de vista o fundidos a negro, con elipsis temporales, con giros sorpresa que hacen nada sea lo que parece. Fincher hace de cirujano que con sutil bisturí hace la autopsia al matrimonio, lo declara corrompido, a través de él hace una deprimente radiografía del USA actual, nos habla de la crisis económica, nos habla de la descomponían del pilar básico americano, la familia, una desgarradora fotografía de la falsa moral, se critica veladamente a los decadentes medios informativos amarillistas, que construyen héroes y anti-héroes con la misma facilidad que le dan los destruyen.

Fincher construye un thriller dramático a fuego lento, un juego perverso con sugerentes dosis de intriga, suspense y misterio, con una marcada atmósfera turbia, aderezado con algún goteo de humor negro, moviéndose con soltura en la creación de la duda en el espectador, con una puesta en escena absorbente, con un manejo de los tiempos sugestivo, el problema es cuando la historia deja de ser ambigua, cuando todo se destapa, todo lo edificado hasta entonces pierde parte del sentido, nos sentimos manipulados por el director, las respuestas a las preguntas quedan confusas y regularmente explicadas, avanzando hacia un final que roza el esperpento, dañando gravemente a todo lo bueno que tiene el film. Puede entenderse como una visión nihilista de la institución matrimonial, donde no hay blanco y negro, los personajes son grises, no hay verdades o mentiras, todo puede ser interpretable. Donde la lectura del diario en primera persona de la protagonista se convierte en un arma de doble filo, alterando la percepción del espectador, donde se analiza la relación de pareja desde el ardiente flechazo inicial, pasando por el cariño y llegando con el tiempo al cansancio y la rutina.

Se hace una sátira bufa hiperrealista de la manipulación morbosa en que derivan los circos mediáticos informativos que alimentan a una audiencia sedienta de morbo, se ataca con mordacidad humorística como se hacen juicios paralelos, en que mediante tertulias guiñolescas se forman opiniones entre su público, al que se expone como fácil de manipular, derivando en prejuicios en que se retuerce la verdad para dar a su gente la carroña necesaria para dar que hablar, toda inocente imagen es susceptible de ser un arma en contra del sospechoso, una sonrisa, un gesto, un silencio, un tartamudeo, la tele lo retuerce en beneficio de  sus espurios intereses.

La cinta resulta irregular por bastantes motivos, y digo irregular y no mala, pues buenos elementos tiene, pero también los hay pésimos, como unos secundarios planos de personalidad, una hermana de Nick que no se sabe muy bien que pinta en la historia, una policía que aporta de poco a nada, con indagaciones burdas, con licencias narrativas chirriantes, con agujeros de guión burdos, dando la sensación de que el realizador busca el efecto sorpresa por encima de la coherencia narrativa, añadido al almibarado flash-back en que se conocen y enamoran Amy y Nick. Cuando deja el relato de tener la ambigüedad de de si ha sido asesinada o no Amy, la fuerza de la historia pierde fuelle en pos de su envolvente ambientación. Para saber de sus defectos en spoiler.

La puesta en escena es excelente, consiguiendo una ambientación que te atrapa en sus sombrías redes, con un estupendo diseño de producción de Donald Graham Burt (“Zodiac” o “El curioso caso de Benjamín Button”), fotografiados por  Jeff Cronenweth (“El Club de la Lucha” o “la Red Social”), en tonos cálidos-bucólicos, como contraste a la dura historia, con luz tenue amarillenta, jugando con contraluces y claroscuros,  emitiendo un clíma absorbente, tenso y claustrofóbico. Y esto embellecido por la hipnótica música de la pareja Trent Reznor y Atticus Ross, en su tercera colaboración con Fincher (“La Red” y “Millennium”), de sonidos abruptos, inquietantes, intensos, que provocan zozobra en el espectador, de resonancias turbadoras, brillante canalizadora de emociones complejas, tenebrosas y siniestras, estos sonidos son fruto de de la petición de Fincher, este pidió a los compositores se inspiraran en una música que el director oyó mientras esperaba en el quiropráctico, pues le sonaba  a lúgubre.

Rasamund Pike realiza un rol complejo pero para mi gusto sobreactuado, y mal escrito por las incoherencias en las que cae, aporta perturbación, sensualidad  y maldad insana, es una mujer fatal que se mueve a impulsos entre la genialidad y lo infantil, cayendo en la frialdad, su romance con Nick me es forzado, no tiene química con Ben Affleck, debo ser muy mal crítico de cine porque a mí me ha sido muy artificiosa su actuación. Y lo peor es que a su lado estaba un nefasto Ben Affleck, no sé si por lo mal delineado que está su personaje o por lo mal actor que es, pero su rol es el hermano cortito de Forrest Gump, no se puede ser más negligente en menos tiempo, su comportamiento errático resulta penoso, una interpretación indolente, con lo que me da igual lo que le pase, está con un corsé, con intensidad nula, ni siente ni padece. Aunque Affleck tiene en la película otro actor negado, con lo que su alcoholismo es menos evidente (frase de los Simpsons), un Neil Patrick Harris horrendo, un pollo sin cabeza.  Carry Coon como hermana de Nick realiza un rol innecesario, un apoyo florero.

Spoiler:

El comportamiento de Amy es de una incoherencia que raya en lo ridículo, es una mujer inteligente y muy calculadora, lleva años preparando su maquiavélico plan y sin embargo tiene destellos de una candidez bufa, como ponerse un tinte similar a su color de cabello, absurdo, por qué no de morena? Porque no se deja el pelo corto? Se va un motel y ella que nos es pintada hasta entonces como asocial, se hace amiguita de una Hillbilly, se va con ella y su “melón” de novio a jugar al minigolf, para en un arranque de alegría infantil tirar el dinero que lleva al cinto, indignante, viendo las miradas aviesas de la pareja en vez de huir esa misma noche, espera a la mañana siguiente, surrealista. Es una nebulosa el porqué Amy cambia de opinión y decide volver con Nick, si es porque se ha vuelto a enamorar de él por verlo en una entrevista televisiva queda ñoño e inverosímil? La subtrama con el ex novio millonario resulta vomitiva, no hay por donde cogerla, quien se cree haya un tipo tan idiota para que la mujer que lo ha denunciado por acoso la acoja él como si nada, cuando se supone él tiene un mínimo de luces, que pensaría él sería el futuro? Tener a su bella en su castillo para fornicar por las noches? Un sinsentido, que se suma a la esperpéntica planificación de fingimiento de secuestro por parte de Amy, es que la policía no examinó las cintas de la casa de Desi para ver como entra libre a la vivienda? Si hubiera sido forzada sexualmente tendría alguna secuela física, por que el examen médico no da fe de ello? Porque nadie se pregunta de dónde sacó el cuter Amy para matar a Desi si estaba atada? Bueno, si lo pregunta Nick en el hospital, pero nadie le responde. Siguiendo con la suma de lagunas  de taras, porque en el examen médico nadie le limpia  la sangre a Amy y a sus ropas? La policía que investiga debe ser la hermana tonta del jefe Wiggun (“Los Simpsons”) pues no se pregunta cómo Nick ha gastado compulsivamente con su tarjeta comprando todo tipo de cosas, descubren están en un almacén sin abrir, no le asaltan dudas a la policía de que puede ser una trampa? Para que quiere alguien todas estas cosas superfluas escondidas? Si tenía pensado matar a la esposa las hubiera comprado después. Luego la policía descubre el diario a medio quemar en una estufa y no se pregunta porque Nick no ha esperado a que arda por completo, no piensa puede ser una trampa? Porque pintan tan tontico y cándido a Nick? Como puede sonreír ante la foto de su mujer desaparecida? Como puede ir haciéndose selfish con la que lleva encima? Como sigue con la amante con la presión que tiene encima? Porque con todas las pruebas que tiene en contra de Amy no va a la policía? Increíble.

Momentos para el recuerdo: El desconcertante inicio, la pareja protagonista está tumbada en la cama, Nick mesa la cabeza de Amy mientras en off le oímos decir que querría abrir la cabeza de ella para ver sus pensamientos, esto entronca con el final donde vemos la misma secuencia pero ya con un sentido diametralmente opuesto al arranque; El catarquico momento de la confesión en off de Amy, en que la verdad sale a la luz, impactando al espectador y asistiendo a la perfidia de la femme fatale; Aunque para impactante está el asesinato de Desi por parte de Amy, un juego retorcido entre el sexo y un cúter, y de fondo un mar desangre en medio de una fornicación salvaje, propio de “Instinto Básico”; La vibrante llegada de Amy a su casa, ensangrentada y haciendo la medio desmayada, afuera y en medio de un océano de periodistas ella cae en sus brazos, creando un contradictorio instante, él público de las teles verá amor, mientras Nick despotrica en su oído; Su valiente final, nada acomodaticio.

En conjunto sumado lo bueno y restado lo malo me queda un interesante film, entretiene, te engancha, pero al final te queda la impresión de ser demasiado artificioso. Fuerza y honor!!!


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