CORAZONES DE ACERO
(FURY).
Notable film bélico del
cineasta de Illinois David Ayer, una delicia para los amantes al género, una
cruda propuesta que expone con un tremendo realismo la sinrazón salvaje de las
guerras, su estremecedor factor deshumanizador, donde en la espiral de
violencia se pierde el sentido moral, se traspasan barreras sin retorno, ello
en el contexto de una historia con escenas de acción extraordinarias, con unos
enfrentamientos que desbordan la pantalla, con una construcción de personajes
estupenda, con unos actores cumpliendo con creces, unos antihéroes que plasman
con veracidad la camaradería, la lealtad, la rudeza, los complejos, ello con
una puesta en escena espléndida que hace nos sintamos el sexto tripulante del
“Fury”. Es una cinta ambigua en su exposición no se puede catalogar de
antibélico, ni de pro, es una historia que se puede entender como un estudio de
personajes puestos en condiciones extremas en territorio hostil, no es
pretenciosa intentando aleccionar, que cada cual saque sus propias
conclusiones, toma al espectador como persona adulta, tampoco cae en el maniqueísmo sensiblero, ni
en el patriotero, y eso es muy de agradecer.
Estamos en
abril de 1945en el escenario de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los
aliados avanzan sobre Alemania para acabar con los nazis, seguimos a un tanque
americano (Fury), tanque M4A3E8 76mm Sherman del 66º Regimiento Blindado , 2ª
División Blindada, lo lidera el sargento Don "Wardaddy" Collier (gran
Brad Pitt), tiene cuatro hombre en su equipo, el artillero Boyd
"Biblia" Swan (ShiaLaBeouf), el cargador Grady "Coon-Ass"
Travis (Jon Bernthal), el conductor Trini "Gordo" García(Michael
Peña), y el novato Norman Ellison(Logan Lerman), que acaba de llegar como
auxiliar artillero, como sustituto del anterior, muerto en combate, Norman es
un mecanógrafo que jamás ha estado en combate. Menos Norman el resto lleva
juntos desde la Campaña en África del Norte, son unos curtidos veteranos que
odian a los nazis. A través de unos pocos días iremos siendo testigos de varios
enfrentamientos con alemanes, así como las complejas relaciones entre el equipo
de “Fury”.
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David Ayer |
David Ayer escribe y dirige,
inspirándose en historias de los veteranos de la guerra de su familia, y en el
libro de “DeathTraps” (2003) de Belton Y. Cooper, sobre la contienda de tanques estadounidenses
durante la WWII. Ayer es un ex-marine de la Armada USA, obseso de trasladar al
espectador el realismo crudo de la violencia, guionista del intenso thriller
“Training Day” (2001) de Antoine Fuqua, de la cruda “End Of Watch” (2012, también
la dirigió), dos dramas policiales que emiten autenticidad, pero la que más se
acerca a esta “Fury” es su libreto de “U-571” dirigida por Jonathan Mostow,
film bélico sobre un submarino en la WWII, entre las dos las similitudes están
en el contexto de la guerra y sobre todo en lo claustrofóbico del protagonista
escenario, también puede recordar a la brillante germana “Das Boot” (1981) de
Wolfgang Petersen, con escenario en otro submarino, si nos alejamos un poco en
el tiempo bebe de la excelente “Sahara” (1943) de Zoltan Korda, con centro en
el susodicho desierto en Libia en plena WWII, teniendo como protagonista al
tanque británico “Lulu Belle”, si queremos seguir buscando semejanzas la más
cercana en tiempo es la israelí “Lebanon” (2009) de Samuel Maoz, ejercicio de
estilo magnífico donde toda la acción se ve desde un tanque en medio de la
Guerra Libano-Israel, entre todos los films nombrados también sobresale el
espíritu de camaradería entendido por los machos, o sea , gente que discute, se
insulta, se pelea, pero que en condiciones extremas de lucha contra el enemigo
darían su vida por el compañero. Buscando realismo el director obligó a sus
actores a pasar 4 meses en un campo de entrenamiento de los Navy Seals,
asimismo les hizo convivir en el tanque durante mucho tiempo, donde comían,
dormían y deponían.

Sigue
un patrón clásico en grupo reducido de combatientes, líder de fuerte carácter
marcado por el conflicto, un religioso, una minoría étnica, en este caso un
mexicano, un lacónico violento, y un novato de principios morales que se verán
removidos por la monstruosa guerra, este será nuestra mirada inocente en el
film, es en su desarrollo que nos seduce y atrapa, con una buena delineación de
personajes, interrelacionándolos con buenos diálogos, haciéndolos humanos y
defectuosos, donde la línea entre héroe y villano es muy tenue, la frontera
entre la venganza y el salvajismo queda difuminada, se trata de matar y no ser
matado, se exhibe la bestialidad de los nazis, que hace se entre en una espiral
sanguinolenta en que los adversarios americanos se ven legitimados para matar a
prisioneros por la espalda o acribillar a gente que se rinde. Es una recreación de la guerra que entronca
con el cine verité, hace del tanque “Fury” un protagonista más, la mayor parte
del tiempo estamos en él, emitiendo la claustrofobia del pequeño habitáculo, te sientes en medio de la guerra, sientes los
horrores de la misma, con batallas espectaculares y sanguinolentas, los impactos
rompen ramas, rebotan en tanques, destruyen edificios, hay cuerpos de los que
revientan cabezas, piernas, la sangre explota ante tus ojos, gente que arde
cual tea, y de esta barbarie derivan las taras que los protagonistas llegan a
sufrir, no solo físicas, si no también mentales. Un film que rehúye la
sensiblería, rehúye moralizar, rehúye dártelo todo masticado, no se posiciona
de forma ética, la guerra destruye el alma, y todo lo bueno, un relato
tridimensional, con energía, con vigor, con alma, lo hace con pequeñas dosis de
humor, tocando temas con la hermandad, la violencia intrínseca al ser humano,
la venganza, el nihilismo, y sobre todo nos habla del poderoso Jinete de la
Guerra.
La puesta en escena es
uno de su pilares más robustos, con un espléndido diseño de producción de
Andrew Menzies (“A.I.”, “Munich” o “Naufrago”), recreando en los campos
ingleses de Oxfordshire, Hertfordshire y
la pista aérea de Bovingdon los paisajes germanos, con algunos paisajes
cuasi-avernales, como el del inicio, ambientación mugrienta, feista, mucho
barro, polvo, suciedad, pueblos semiderruidos, y por supuesto una pléyade de
tanques de la época, prestados por Museo de Tanques de Bovingdon (U.K.),
institución que cuenta con la mayor
dotación de carros de combate del mundo, “Fury” es un
Sherman M4A2E8 llamado Ben / Harry (T224875), y los alemanes eran Tiger
131, utilizándose el único real en film desde 1946 (modelo abandonado por los
nazis en Túnez), a esto se suma una soberbia labor en vestuario y maquillaje, con
una autenticidad atroz, alejada de todo maniqueísmo y autocensura, teniendo
tres consultores militares y cuatro veteranos de la División Acorazada de la
Segunda Guerra Mundial, todo transpira sinceridad, esto impulsado por la espléndida fotografía del ruso Roman Vasyanov (“End
of watch”), con cielos grises, el sol brilla por ausencia, con un
extraordinario manejo de la estrecha cabina del tanque, creando claustrofobia
en el espectador, calor, agobio, estrés, con una estupenda iluminación interior
en semioscuridad, con angulaciones opresivas, con intensas tomas en primer
planos de ojos a través de la mirilla del tanque, a esto se suma el ingenioso
recurso de efectos visuales de los lanzamiento de obuses cromatizarlos de haces
de luz verde y rojo para diferenciar los
disparos de los bandos, todo acompañado por la notable música de Steve Price
(“Gravity”), sabiendo moldear el único tema para acondicionarlo a los momentos
íntimos como a los bélicos.
La trama es ficción, el
protagonista “Wardaddy”se inspira libremente en el sargento Lafayette G. Pool (23 julio 1919 hasta 30 mayo 1991), que llegó a
Normandía un día después del Día D (6 de junio 1944), comandó 3 tanques Sherman
diferentes durante los 81 días que estuvo en combate (del 27 de junio al 15 de
septiembre de 1944) que aniquiló 258 vehículos blindados enemigos, se le
atribuyen más de 1000 muertes, 250 prisioneros alemanes, tras su último combate
fue herido y le tuvo que ser amputada una pierna, es considerado el As de Ases
de los tanques, tiene múltiples condecoraciones,Cruz
de Servicio Distinguido ,
la Legión de Mérito , la Estrella de Plata , el Corazón Púrpura , laFourragère , y la Legión de
Honor,
su apodo era el mismo que el protagonista “Wardaddy”.

Momentos
para recordar: Su apocalíptico tramo inicial, en medio de un paisaje dantesco,
avernal, envuelto en el humo, lo que es un escenario donde se ha producido una
batalle de tanques, allí se acerca tranquilamente en solitario un oficial nazi
en un hermoso caballo blanco contraluz,
cruza el nebuloso lugar, y de pronto de un tanque que parece varado salta un
soldado americano (“Wardaddy”) y le apuñala en un ojo, tras lo cual el
americano suelta dócilmente al equino que se aleja del paraje, tras esto “Wardaddy
entra en el tanque, está su tripulación con uno de ellos decapitado, en apenas
unos pocos minutos quedan retratados sus protagonistas con una síntesis
radiante, el tanque arranca, atraviesan caminos de lodazales de aspecto
infernal, con máquinas arrumbando muertos, en el campamento vemos el hospital
con cuerpos desmembrados; El desgarrador por inquietante momento en que
“Wardaddy” fuerza, de modo que nos hace sentir incómodos, al novato Norman a
asesinar a un prisionero nazi por la espalda, el chico se opone con sus fuerzas
a realizar un acto tan inhumano, pero el sargento lo agarra y hace apretar el
gatillo al muchacho, momento trémulo; El primer enfrentamiento con los tanques
americanos, los Sherman, con infantería parapetada tras ellos, estos avanzan
hacia una posición alemana de artillería escondida entre árboles, de un
realismo atronador, con unos efectos de sonido impresionantes, las balas y
proyectiles desbordan la pantalla, se salen de ella, el terror y caos del
combate te apabulla por su contundencia, hay quien ha criticado que los cañonazos
sean especie de rayos láser, azul y rojo, uno para cada bando, a mi me ha
fascinado, pues aumenta la sensación de peligro y tensión, espectacular; El intenso tramo en que “Wardaddy” y Norman,
en un pueblo alemán tomado por los americanos, irrumpen en el piso de una par
de mujeres alemanas, Irma (Anamaria Marinca) y Emma
(Alicia von Rittberg), la tensión se puede rasgar, Norman está nervioso pues no
sabe que quiere el sargento, lo primero que se especula es que “Wardaddy” va a
violarlas, hemos sido testigos de su brutalidad y podemos pensarlo, “Wardaddy”
para acentuar el suspense incomodo se quita la camisa y se queda con el torso
al descubierto, pide le traigan las mujeres algo para afeitarse, vemos un
fantasma exterior que pesa sobre el sargento, su espalda señalada por una
enorme quemadura, el miedo de las mujeres se puede rozar, Norman ve un piano y
lo toca, la chica menor pierde el temor y comienza a cantar, esta tiene un
cruce de miradas con Norman, acabando los dos en el dormitorio, los vemos
acariciarse y se produce un fuera de campo, momento complejo y ambiguo, abierto
a interpretaciones, “Wardaddy” le dice a la mujer con la que se ha quedado
<Cosas de la vida, son jóvenes y estamos en guerra>, segmento de
escalofriante turbación; El cruento y descarnado momento en que un soldado
americano arde cual antorcha en llamas, para dejar de sufrir saca su pistola y
se pega un tiro en la sien; El otro gran duelo entre tanques, arrolladoramente
bien filmado, como 4 tanques Sherman se enfrentan a un Tigre nazi (Los sherman
eran más frágiles que los Tigre, pero se podían hacer en masa. La producción de
los Tiger era más costosa, pero eran más poderosos que los Sherman, casi
siempre combatían en inferioridad numérica, 50.000 unidades de Sherman contra
1.354 de los Tiger), el duelo es aterradoramente angustioso los cañonazos se
sienten, con un montaje brillante, con movimientos rápidos, en una coreografía
excepcional de los acorazados, un baile bizarro de maquinas de la muerte que se
disparan con las dificultades de su torpeza inherente, formidable el duelo (he
leído que este duelo es poco realista para los duchos en tanques, pues disparar
en movimiento es cuando menos peligroso para la estabilización del tanque); Y
por supuesto su tramo final, una épica batalla nocturna con epicentro en el
“Fury”, despojo que cuál Cid está dispuesto a ganar una batalla después de
muerto, 5 soldados americanos contra 300 soldados alemanes, grandiosamente
rodado, un akelarre de disparos, explosiones, muertes, francotiradores, un acto
revestido de un romanticismo machil-nihilista extraordinario, mucho de lo que
vemos a través del tanque, aumentado la claustrofobia anímica, mueren 4 de los
americanos, el novato consigue sobrevivir como testigo del sin sentido
sanguinario de la guerra, por la mañana el campo de lucha está cubierto de
decenas de cadáveres, desolador, sublime, con el epílogo del plano cenital
homérico-épico, con el tanque varado en el centro de la imagen rodeado por
decenas de cadáveres mientras soldados americanos surcan el terreno
despreocupadamente, me trae a la mente momentos como el de los 300 espartanos,
o el de “El Álamo”, o el megatiroteo final en “Grupo salvaje”.
“Wardaddy”: <Yo tenía el mejor artillero en
todo el Ejército de los Estados Unidos en el sureste Ahora te tengo a ti.
(Norman)>; <Los ideales son pacíficos. La historia es violenta>.
Brad Pitt, productor del
film, realiza una carismática actuación, un complejo rol, demonio y ángel de la
guarda de su grupo, un valiente y despiadado tipo en el que está latente su vis
salvaje, dejando entrever el tormento interior, un profesional de la guerra que
solo contempla ir hacia adelante, con un nihilismo desbordante. Shia Labeouf es el religioso del grupo, el guardián de una cierta moral a la que
atenerse en un escenario sin reglas, tipo encarnado con gran pulso, ser
contradictorio que propaga las enseñanzas bíblicas a la vez que cercena con
rabia vidas alemanas, transmite profundidad. Michael peña cumple con creces en
su rol de extrovertido simpático, bizarro cuando aparece en el piso de las dos
alemanas con un bastón, collar y sombrero de copa, surrealista toque. Jon
Bernthal, es el bruto del grupo, un asocial muy bien reflejado en el porte
adusto del actor. Y está Logan Lerman, el gran descubrimiento del film,
nuestros ojos en el conflicto, teniendo una gradual y veraz evolución marcado
por el salvajismo ambiental, de un chico cándido cobarde moralista que lee a Hemingway y toca piano, a un hombre envuelto en la espiral de violencia
que le rodea, un viaje iniciático brillantemente interpretado, su primera
misión que da el tono descarnado del relato es limpiar los restos de su
predecesor en el puesto, muerto sobre el asiento que él debe ocupar, terrible. Se
puede echar en falta saber algo más de los protagonistas, hacerlos con un fondo
y no simplemente soldados fagocitados por la Guerra.
En conjunto queda una notable
propuesta de cine bélico de kilates, con escenas de combates a un nivel
superlativo, film de las que te toma como espectador inteligente y no intenta
adoctrinarte hacia lado alguno. Fuerza y honor!!!
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