domingo, 12 de octubre de 2014




UNA JORNADA PARTICULAR.

Rosamunda.


Ettore Scola realiza una valiente oda en contra de los fanatismos y sus injusticias, y al entendimiento entre diferentes, enmarcado en una cuasi-obra teatral con apenas dos personajes se vale para exponernos con sutilezas las frustraciones de dos personajes arrastrados en una vorágine de amrgura existencial, arrollados por un tiempo de extremistas que marcaban a fuego su territorio y donde cabían los que pensaran o actuaran fuera de las reglas fascistas. Todo esto atomizados por dos intérpretes en su cumbre de madurez, estableciéndose entre los dos una química ardiente y sofocante, una Loren y Mastroiani Gloriosos.

Estamos en Roma el 6 de mayo de 1938, los primeros 10 minutos son imágenes de archivo en b/n en las que se relata la llegada de Adolf Hitler a la capital italiana para encontrarse con Benito Mussolini, allí los dos dictadores asistirán a una grandiosa parada militar y harán sendos discursos enardecedores. Tras la introducción la acción pasa a un gran bloque de pisos romano, que se irá vaciando enfervorecidamente para ver a los dos caudillos, el film se detiene una vivienda, Antonietta (gran Sophia Loren) tiene 6 hijos, el esposo, Emanuele (John Vernon) , es un fascista recalcitrante que llevará a su prole al desfile, sola quedará en el hogar Antonietta para las labores del hogar, en el edificio solo quedará la portera (gran Françoise Berd), que pondrá la radio a toda voz, no veremos nada de la parada militar pero lo oiremos todo por esta retransmisión, y queda otra persona, Gabrielle (gran Marcello Mastroiani), a Antonietta se le escapa un pájaro (Rosamunda) de la jaula (alegoría de cómo se sienten los dos protagonistas, enjaulados)y a parar en frente de la ventana de Gabrielle, al que ella no conoce, la primera imagen de Gabrielle es con una pistola en las manos vacilando que hacer con ella, Antonietta llega a la puerta de Gabrielle para intentar coger al pájaro, iniciándose entonces una turbadora relación entre los dos que cambiará sus vidas por siempre, entre ellos descargaran sus frustraciones personales.

El guión escrito por el propio realizador junto a Ruggero Maccari (“La Escapada” o “Perfume De Mujer”), de la historia rezuma ternura, hondura emocional, sutilidad, tocando temas como el hastío matrimonial, la homosexualidad, la libertad sexual, la alienación hacia el diferente, el borreguismo fascista, los prejuicios sociales, la hipocresía moral, en lo que es un notable homenaje al espíritu de Libertad personal, quedando un crudo drama, en el que se radiografía un tiempo en Italia donde todos se suponían que debían ser “buenos fascistas” y adoradores de Benito Mussolini, esto se expone en el film como si las ideas fascistas fuesen un tsunami que arrasan con todo, todos los italianos buenos fachas, y el que no era buen italiano, se hace un fresco desalentador de los ciudadanos, soñadores de hacer renacer el milenario Imperio romano de los Cesares, ilusos que firmaban con sus egos cheques que su nación no podría cubrir. Scola se detiene en un solo día de una típica mujer musolininiana, Antonieta, una ama de casa con 6 hijos, que se dedica a sus labores, con un esposo metido en los grupos fascistas, una abnegada madre que cree fielmente en el Duce, pero en realidad tras su coraza de fortaleza se esconde una mujer frustrada, vacía, desilusionada, infeliz, en realidad sola, y en estas se encuentra con Gabrielle, un alma arrinconada por su condición sexual, un apestado del fascismo, un verso suelto para el Estado Imperial, dos seres solitarios que parece nada tienen que ver uno con otro pero que encuentran lo mucho que les une, sus amargas existencias tienen por un día alguien que les acepte, que les comprenda, que les de cariño, esto en alegórica contraposición con lo que se oye de fondo, a los 2 Monstruos de la Intolerancia, Hitler y Mussolini,


Sophia Loren a sus radiantes 43 años está sublime, el glamur y encanto erótico de antaño ha sido enmascarado con mérito para dar paso a una ama de casa desaliñada, con el pelo alborotado, sin maquillaje, clásico retrato de la Mamma fascista, una procreadora acérrima, sin quejas, sin  cultura, servicial y mujer florero, que su gran afición es coleccionar botones perdidos que no tienen pareja, quizás como ella se siente, sin su media naranja, y esto lo  transmite con hondura, con una profunda mirada tristona, con una gestualidad cansina, esto se invierte al ilusionarse por ese ser enigmático que es Gabrielle, Loren es un torbellino de emociones, que magnetiza por la fuerza de la pasión que pone en lo que hace. Curiosamente el relato tiene un hecho autobiográfico, la historia de cómo se desmayó Antonieta al ver una tarde pasar al Duce a caballo en Villa Borghese, y entonces supo que estaba embarazada de otro de sus hijos, Littorio, metáfora del poder cuasi-divino en la procreación de Mussolini, pues a la madre de Sophia Loren, Romilda Villani, le sucedió esto tras ver al dictador, y estaba en cinta de su hermana Maria. Marcello Mastroiani es otro que da una vuelta su registro de galán mujeriego, haciendo aquí de sensible, melancólico homosexual, sabe expresar que tras la careta de simpatía jovial hay un sufridor, es la cara opuesta a Antonieta, es el hombre culto, elegante, atento, el compresible, el que escucha, el que sabe ver el dolor ajeno, excelso, es un exponente de las víctimas del “Paraíso Fascista”, Marcello sabe emitir toda una gama de sentimientos sin tener que recurrir a la sobre actuación, su labor es contenida, pero sentida, sabe hacer que veamos la tormenta que vive en su interior. Y entre los dos mana una chispeante compenetración, se complementan de forma formidable, con juegos de miradas portentosas, fascinantes sus trabajos. También destaca la villana presencia de Françoise Berd que en pocos segundos en pantalla consigue crear un ser repelente que huele a auténtico.


La cinta te atrapa desde su inicio, primero con las llamativas imágenes de archivo sobre la llegada de Hitler a Italia, y después con el impresionante travelling, una brillante plano-secuencia de más de 45 minutos, la cámara flota por las ventanas de un gran bloque de pisos, vemos que amanece y la gente empieza a levantarse, de pronto se detiene en uno que una mujer de mediana edad en bata se prepara un café, la cámara lentamente se introduce cual voyeur en el interior de la vivienda, la mujer con la taza en la mano se mueve por el hogar despertando a su numerosa prole, Umberto, Fabio, Arnaldo, Romana, Maria Lui,  la cámara la acaricia suavemente en su paseo desperezador por la casa, ella dirige como deben entrar al baño, mientras se toma el café sin parar de moverse, acabando de avivar su esposo Emanuele, al que le da su café, este se queja de que es poco alo que ella vivazmente le responde que es concentrado, Emmanuele se queja del poco tiempo que tiene para ir a la concentración, Antonieta le dice que se hubiera acostado antes, él dice que si es que no puede divertirse con los amigos, ella repite sus palabras socarronamente, dando a entender que no le cree y que hay algún affaire extramarital de él, esto mientras saca al pequeño Littorio de entre las sábanas de su cama, exultante presentación de la protagonista, y dejando Scola estela de su prodigiosa maestría filmando, pero es que además Scola realiza un relato circular, termina con otro plano-secuencia, soberbio (spoiler), a esto se suman planos sin apenas cortes para acentuar autenticidad y naturalidad, esto gracias al fenomenal trabajo en la fotografía de  Pasqualino De Santis (“Muerte en Venecia”), haciendo de la cámara el tercer protagonista que parece ha abierto una grieta por la que vemos este bipartito relato, la cámara levita componiendo primeros y segundos planos sugestivos, con fascinantes juegos de reflejo de espejos, muy delicado su trabajo dándole un patinado grisáceo de colores apastelados apagados, remarcando la tristeza ambiental, cercana al feísmo,  esto con la ayuda del gran diseño de producción de Luciano Ricceri, rodada en Roma en los llamados Palacios Federici, uno de los bloques de la Viale Aprile XXI Aprile, el edificio de viviendas más grande edificado en la Italia de los años 30, hace de sus habitaciones, escaleras, terrado un actor con personalidad que constriñe a los protagonistas, excelente. 


Momentos para recordar: La historia que Antonietta cuenta sobre cómo se enteró de que estaba preñada de Littorio; El infantil jolgorio de Antonieta y Gabrielle bailando con las sabanas; La reacción de Antonietta al decirle Gabrielle que es homosexual; La trémula tortilla que comparten en silencio Antonieta y Gabrielle; Cuando unos agentes van a recoger a Gabrielle de modo flemático, estremecedor; De noche Antonietta busca en la ventana de enfrente poder ver a Gabrielle mientras lee “Los 3 Mosqueteros” regalado por él.

No resulta redonda pues en algunos tramos se ancla, dejando traslucir cierta espesura, pero la pega mayor es que Antonietta tenaga relaciones sexuales con Gabrielle, me resulta algo forzado, la escena me es chirriante, es como querer decirnos que los gays pueden hacer un paréntesis y ser heterosexuales, puede llegar a ser insultantes para los homosexuales, debería haber sido más inteligente Scola y no desvirtuar todo lo bueno que era el film, lastrando la historia con este pegote, si ella está frustrada sexualmente debe de satisfacerse con un afligido gay? Esto es un peso muerto sobre el argumento.

En conjunto, sumado lo mucho bueno y lo poco malo me da un buen film, recomendable por su tolerante mensaje, y por una pareja protagonista en estado de gracia, además rompiendo con sus propios estereotipos. Fuerza y honor!!!

Spoiler:

El plano-secuencia final Es de noche, Antonieta nostálgica ante lo que ha visto, como se llevan a Gabrielle,  guarda el libro de “Los 3 Mosqueteros” que Gabrielle le ha regalado y que ha comenzado a leer, todos están acostados ya en el piso, va apagando luces, la cámara se detiene y la vemos alejarse en la oscuridad hacia su dormitorio, se quita las medias, y apaga la luz, muy lírico y triste.

Frases para el recuerdo: <Yo no estoy tan en contra del régimen, el régimen está contra mí>; <Un hombre ha de ser un buen marido, buen padre y buen soldado>; <Sólo no estaré celoso si mi mujer se lía con el Duce>; <Hay un soldado que nos robó, pero es capitán de la legión. Si es fascista es buena persona>.

En Italia, en 1938, los homosexuales eran detenidos y deportados a  las islas de Ustica y Favignana, para limpiar de asociales y la pulcra sangre italiana y es que el régimen de Mussolini decía <Los italianos son demasiado viriles para ser homosexuales>, por lo que es probable que a Gabrielle sea a una de estas ínsulas donde lo envíen. Como curiosidad la hija pequeña, Maria Luisa, es interpretada por Alessandra Mussolini, nieta en la realidad de Benito Mussolini, y es que la hermana de Siphia Loren Maria estaba casada con Romano, hijo menor de del Duce, Alessandra es sobrina de la protagonista. Alessandra con el tiempo se ha hecho miembro de un partido fascista italiano, supongo que tendrá sensaciones encontradas al ver este film, en una ocasión en televisión ante una transexual la atacó por ser fascista y los crímenes que estos han causado ella le contestó < mejor ser fascista que maricón>, sensiblemente distinto al mensaje que lanza esta película.

La emisión que se oye de fondo por la radio de la portera del edificio es real, Gabrielle dice que es de Guido Notari, pero esto no era posible puesto este locutor estaba en otra emisora, Radio Roma, el director de la radiotransmisión fue Vittorio Veltroni, pero el locutor no se sabe a ciencia cierta, son varios los nombres posibles, Fulvio Palmieri , Cremascoli Franco o Mario Ortensi.



No hay comentarios:

Publicar un comentario