sábado, 18 de octubre de 2014



BOYHOOD.



Pretencioso film de Richard Linklater, todos los fuegos de artificio que hay a su alrededor sobre ser un proyecto filmado a lo largo de 12 años con los mismos protagonistas desvían y tergiversan la realidad hacia un reclamo publicitario sostenido por unos endebles cimientos, para contarnos el salto de la niñez a la madurez no hacía falta tanta alharaca, y es que si encima se quiere hacer una epopeya de lo ordinario, haremos un acto reduccionista conformándonos con muy poco, el propio director define su cinta <Mi intención era mostrar cómo es una familia normal. Quería evitar los grandes momentos. Por eso no incluyo el primer beso, ni el día en que Mason perdió la virginidad. Cada uno de los momentos es trivial en sí mismo, pero el efecto acumulativo del tiempo hace que seamos testigos de algo muy singular. Es la vida desplegándose y rehuyendo el drama, o limitándolo a instantes muy concretos>, el mismo remarca que su historia es ensalzar la trivialidad del proceso de madurez de un niño, nada nuevo bajo el sol, bueno si 12 años de rodaje, para aparte de esto hacía falta algo más de chicha. No es que sea mal es que hay muy buenos momentos pero desperdigados en un océano insustancial, demasiado metraje para contar algo un millón de veces visto.

Arranca en 2002, el protagonista tiene 6 años, es Mason Evans Jr. (buen Ellar Coltrane), tiene una hermana mayor, Samantha (buena Lorelei Linklater), viven con su madre divorciada Olivia (buena Patricia Arquette) en Texas, tiene un padre, Mason (buen Ethan Hawke) que de vez en cuando los visita e intenta enseñarles como afrontar la vida. Durante de 12 años seguimos a la familia, primero viajan a Houston, Olivia asistirá a la universidad donde conocerá y se casará con un profesor, Bill Welbrock (buen Marco Perella), este también tiene dos hijos a su cargo.




En mayo de 2002 el guionista y director texano Richard Linklater comenzó su odisiáco proyecto en su ciudad natal Houston aún sin título, su idea se reflejaba en sus palabras <Durante mucho tiempo he querido contar la historia de una relación padre-hijo que sigue a un niño desde el primer hasta el grado 12 y termina con él ir a la universidad, pero el dilema es que los niños cambian tanto que. Es imposible cubrir mucho terreno. Y estoy totalmente dispuesto a adaptar la historia a lo que está pasando>. Planeaba algo cercano a un experimento fílmico, contrataría a unos actores para rodar solo algunos días al año durante 12 años, quería reflejar el despertar de un niño a la juventud a través de la cotidianidad, ello con los mismos protagonistas en este largo periodo, fichó al niño de 7 años Ellar Coltrane, aunque no pudo firmar por todo el tiempo pues la Ley Havilland le impedía hacer contratos por más de 7 años. Los otros 3 protagonistas serian más sencillos, uno fue el primero en subirse al carro, el gran amigo del realizador, Ethan Hawke, al que además el director encargó que si el moría durante la filmación debería terminarla él, también está Patricia Arquette otra amiga de Linklater, la otra niña del film, Lorelei Linklater, hija del director, esta quiso dejar la película a medio rodaje, le pidió a su padre hiciera morir a su personaje, este se negó pues no quería maniqueos sentimentalismos melodramáticos, ella ahora se dedica a la pintura y la escultura. Todos los años reunía a su equipo una semana para impulsar el relato desde donde quedó. El guión se escribía sobre la marcha, con aportaciones de Hawke, Arquette, incorporando referencias reales, como que Coltraine se aficionó en la adolescencia a la fotografía y esto se le añadió a su personaje, terminando algunos libretos la noche anterior. Fueron 12 años, 4.200 días de producción, aunque solo 39 de rodaje, llegando a estar involucrados en el film más de 400 personas, el último mes de rodaje fue octubre de 2013. El realizador jamás les enseñó a los actores el material rodado has 2 meses antes del estreno. Hasta verano de 2013 el título previsto era “Proyecto 12 años”, luego pasó a “12 Años”, pero al aparecer “12 Años De Esclavitud” decidió ponerle “Adolescencia” para confundir al público.

Que uno de sus mayores méritos sea que los actores no tengan que utilizar maquillaje por que tienen la edad de los personajes me parece una banalidad. A base de una inteligente cadencia melancólica seguimos a un chico trivial, sin ninguna virtud especial, sin nada especial que veamos le pase, más allá de estar en una familia desestructurada, con una madre divorciada que suele escoger mal su pareja, con un padre que aparece de vez en cuando para dar la imagen de progenitor preocupado, dando consejos superficiales sobre su punto de vista de la vida, intentando ser su colega, Mason va a la escuela, discute con su hermana, se muda de hogar varias veces, hace amigos, va al instituto, le entra la vocación de la fotografía, tiene una novia, lo deja y entra en la Universidad. Es un muchacho que escucha más que habla, lacónico, expectativo, pero en realidad no vemos le ocurra algo trascendente, es un retrato tan minimalista de lo rutinario del paso de la niñez a la adolescencia que  hace que el propio film se contagie de la ordinariez para convertirse en algo intrascendente, más al de la anécdota de su rodaje. A esto se añaden personajes un tanto estereotipados, padre hipócrita que coleguea con los hijos, el padrastro malo malísimo y además alcohólico, el profe que le alienta en su vocación. No es que sea mala, es que viene precedida de buenísimas críticas y me esperaba algo más que algunos buenos momentos salpicados por un metraje excesivo, predominando lo insustancial, lo superfluo, lo inane, donde el realizador no ha sabido meter tijera para sintetizar, con lo que lo peor que puede suceder en un film me ha pasado, el tedio me ha acudido en muchos momentos, y es que el guión al resultar con tantas elipsis temporales, hace que los problemas que se atisban se resuelvan en un plis-plas.

El inicio resulta alentador, Mason el niño tumbado sobre la hierba con un brazo bajo su cabeza y el otro estirado observando un cielo nublado, y con la evocadora música de Coldplay de fondo, símbolo de que los infinitos que son sus horizontes, todas las posibilidades están abiertas, pero a medida que avanzamos nos encontramos con un océano de insignificancia con pequeñas islas paradisiacas, remansos bonitos, pero pocos. La historia se desarrolla entremezclando de modo anodino la comedia y el drama en un acentuado gusto por enseñarnos la epopeya de la insipidez de una vida que discurre entre el optimismo y el pesimismo, queriendo Linklater mostrarnos que la vida es una vía de un solo sentido y es hacia adelante, expuesto en el momento más dramático de historia, cuando Olivia coge a sus dos hijos y huye de la casa de su violento esposo Bill, dejando atrás y de los que no sabremos más, los hijos sufrientes de Bill, también existe la reflexión de cómo el paso del tiempo nos talla, pero todos estos temas los he visto tratar de un modo más ameno y punzante.




Resulta curioso como el realizador da los saltos de años, lo hace con sutilidad, sin sobreimpresionados, son elipsis  que notaremos por el pequeño cambio físico de los protagonistas y por elementos que rodean a estos como móviles u ordenadores, pero sobre todo por la música  que nos irá enmarcando el año, y es que la galería musical es muy importante en la cinta, sonando entre otros, el mencionado, Sheril Crow, George Harrison, Paul McCartney, Foo Fighters, Lady Gaga o Bob Dylan.







Momentos apreciables en los que se respira gran naturalidad: Mason padre preguntando en la bolera a su hija por si utiliza anticonceptivos con su pareja, su media-sonrisa resulta muy tierna; La dulce acampada de los hijos con el padre junto a un estanque, bañándose juntos; Los hermanos hablando de si la pelirroja que les saludó en la bolera se acostará con su padre; Cuando Mason jr se entera por su padre que ha vendido el auto, GTO, que le había prometido para su 16 cumpleaños; El modo en que Linklater refleja la singularidad paradójica de Texas, gente que te puede regalar el día de tu 13 cumpleaños una Bíblia y un rifle, desconcertante; La charla friki padre-hijo estableciendo símiles de las situaciones con “Star Wars”; El padre consolando al hijo por el desamor sufrido e intentando darle consejos sobre futuras relaciones; La charla que le da su profesor en el cuarto oscuro sobre su futuro en la fotografía; Y su tramo final resulta bueno (spoiler).

No es que para mi sea Linklater un pretencioso, es un director muy a tener en cuenta, me ha encantado su trilogía “Antes…”, es un realizador al que le gusta experimentar, esta mencionada trilogía en la que sigue a una singular pareja un día, una de las más conmovedoras historias de amor sin un solo beso, salpicados los días y las partes por ciudades y 10 años de separación, está “Slacker”, Richard se pasea por Austin en la que diferentes personajes se van cruzando enlazando un encadenado de charlas que componen un mosaico sugestivo, “Waking Life” especie de realidad alternativa, o “Tape” historia que sucede en una habitación de motel en tiempo real y con solo 3 personajes, pero en esta “Boyhood” se le ha ido la mano contando algo sin el atractivo, sin gracia, sin trascendencia, más allá de la anécdota ya referida.

Ellar Coltrane a medida que corren el minutaje me es más frío, como si con los años le importara menos actuar, demasiado taciturno, quizás también porque cuanto más avanzamos más protagonista es y más se notan sus carencias interpretativas, y es que demuestra frialdad y asentimentalidad. Lorelei  más o menos igual. El mejor es un Ethan Hawke crecido, con aristas, con jovialidad, con carisma,  lo mejor del film son sus charlas con los hijos demostrando gran personalidad. Patricia Arquette asimismo raya a gran altura demostrando ser una madre de carácter, exhibiendo sensibilidad, rabia, ilusión, frustración, estupenda.

En conjunto, y me duele decirlo pues esperaba mucho de este film, me resulta una obra fallida, el director ha errado a la hora de relatar la rutina de un niño a adolescente, ha cercenado al espectador de momentos catarquicos, de emocionarnos, de conmovernos. De todos modos seguiré viendo lo que haga Linklater, un tipo que por lo menos se arriesga, a veces acierta, muchas y otra hierra, pero intenta darnos algo distinto. Fuerza y honor!!!

Spoiler:


 Se cierra el periplo de niño a adolescente, que no todavía hombre, primera abandona el hogar materno hacia la Universidad, con la doliente madre viendo como el pajarito comienza a volar y sale del nido, Olivia le espeta una amarga frase cuando lo ve irse fríamente <Nunca pensé que te iba a resultar tan fácil marcharte>, Mason jr. con su compañero de cuarto en la Universidad y con él y dos chicas van a hacer senderismo al Parque Nacional Big Bend, el compañero con su novio hace gansadas por el lugar, mientras Mason y la otra chica, Nicole, charlan sentados sobre que les depara el futuro, y él termina diciendo <es como si siempre fuera ahora>, final con el que Linklater da un sesgo de esperanza en el mañana.

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