MÁXIMO RIESGO.
Muy entretenido thriller
de acción y suspense, todo un solaz placer culpable. A principios de los 90
Sylvester Stallone dejo temporalmente el cine de acción que tanta fama y dinero
le había dado en la década de los 80, para protagonizar dos comedias que
pasaron sin pena ni gloria, “Oscar” y “Alto! O Mi Madre Dispara”. Sendos
fracasos le llevaron a volver de nuevo al cine de acción con “Máximo Riesgo”,
retorno por la puerta grande como demuestran los 255 millones de dólares
recaudados en todo el mundo, siendo la séptima película más taquillera de 1993,
y mejor aún, superando ese mismo año la propuesta de su competidor directo por
la taquilla, un Arnold Schwarzenegger que hizo aguas con “El Último Gran Héroe”.
Escrita por Michael France (“Goldeneye”), con reescritura acreditada del propio
Stallone, sobre una idea original del escalador John Long, sigue a Gabe
(Stallone), un alpinista que se ve involucrado en el robo de un avión del
Tesoro de Estados Unidos que sobrevolaba las Montañas Rocosas. Dirige el finés Renny
Harlin en pleno zenit de su carrera tras estrenar “Die Hard 2”, secuela de “La
Jungla de Cristal” (luego no consolidó su carrera, cayendo en productos series
b sin fuste alguno), en realidad esta “Cliffhanger” se puede sintetizar en
decir que es una especie de revisión de “Die Hard”, allí fue el rascacielos
Nakatomi y aquí son unas escarpadas montañas (se suponen son las Rocosas y en
realidad son los Dolomitas italianos). Aquí no se pretende que el espectador piense,
o tenga dilemas morales, es simple y llanamente algo binario, la lucha del Bien
vs Mal y punto.
Gabe Walker (Sylvester
Stallone) es miembro de un equipo de rescate de montañismo. Cuando una de sus
operaciones sale mal y la novia de su mejor amigo, Hal Tucker (Michael Rooker),
muere, Gabe se culpa a sí mismo y se marcha. Ocho meses después, tras establecerse
en Denver, regresa a las montañas para convencer a su amante, Jessie (Janine
Turner), de que lo acompañe. Mientras está allí, recibe una llamada de auxilio
y Gabe decide participar en un último intento de rescate. Sin embargo, sin que
él lo sepa, la llamada de rescate es falsa, emitida por un grupo de
secuestradores varados en las montañas tras el accidente de su avión. Liderados
por el psicótico Qualen (John Lithgow), buscan tres maletas con dinero (100
millones de dólares) perdidas en algún lugar de las cimas y valles de las
Montañas Rocosas de Colorado.
Film que gana en sus
espectaculares escenas de acción, cargadas de tensión a miles de metros de
altura, con sensación de vértigo provocada por los impresionantes efectos
visuales combinados con el maravilloso trabajo de los especialistas, con escaladas sin cuerda, peleas, tiros, sangre, explosiones,
acantilados, peleas, leñazos, maletines con millones, amistad, amor, odio, sacrificios,
muertes a doquier, todo un ejercicio de aventuras bien rodadas, sin más
aspiración que eso. Producto que cumple con creces con lo que uno puede esperar,
por supuesto que la mayoría de situaciones riesgosas desafían a la lógica, e
incluso a las leyes de la física, pero a quien le importa cuando lo que deseas
es un metraje escapista durante un rato. Todo ello adornado de diálogos del
baratillo, pero con desternillantes latiguillos para acabar unos con otros, muy
propios de los 80 (de los que proviene la fama de Stallone).
Stallone luce palmito
(para ello nada mejor que hacerlo ir casi todo el tiempo en camiseta corta),
mostrando su apolínea musculatura en todo su esplendor, tensándose para hacer
verosímiles como asciende y se agarra con la yema de sus dedos a los riscos.
Además, dota de un poco (tampoco demasiada) vulnerabilidad a su personaje en
las peleas (no es un guerrero, es un simple alpinista). Incluso se le impregna
de un trauma a lo “Vértigo” que se expone en el sensacional inicio. No esperes
una gran actuación, es Stallone haciendo de Rambo y Rocky, él está para la
acción física (aquí no utiliza armas), y en esto es muy bueno: Ah, y luego queda
ese toque de macho alfa ochentero capaz de decir frases tan políticamente incorrectas
hoy día como: ‘Pegas como un maricón!’; Tiene a un muy caricaturesco villano en
la figura de John Lithgow que se nota disfrutando con su malo malísimo dotado
de un lenguaje culto delirante. Un egoísta narcisista, turbador cuando le
cuenta a su ‘novia’ cual es el verdadero amor (¿?). Por supuesto tendrá su
cuelo final climático con Stallone, cumpliendo bien; Se agradece tener de
secundario a Michael Rooker, en un papel sin mucho fuste, pero que da vigor a
su rol; No se puede decir lo mismo de la muy blandita Janine Turner, venía de protagonizar
la maravillosa serie de culto “Northern Exposure”, pero la actriz no daba para
más, para prueba de ello su posterior carrera intrascendente, aunque no le ayuda
un personaje irritante en su inanidad y torpeza.
También es muy destacable la fenomenal labor en cinematografía de Alex
Thomson (“Excalibur” o “Hamlet”), proyectando la belleza salvaje indómita de la
cordillera delos Dolomitas (aunque nos digan son las Rocosas), con épicas tomas
generales de los escaladores colgados del filo quicios rocosos en la inmensidad
de las paredes infinitas, filmando con gran vigor las escenas de acción; Esto
punteado por la fenomenal música de Trevor Jones “(“El último mohicano” o
“Notting Hill”), que imprime dosis de epopeya a la trama en su melodía
neurálgica.
Tiene un arranque brillante con una secuencia de rescate sobre las altísimas
cumbres de las montañas. Los guardabosques Gabe Walker, su novia Jessie Deighan
y Frank intentan rescatar a su compañero, Hal Tucker, y a su novia (Michelle
Joyner), Sarah, varados en las Montañas Rocosas de Colorado. Con el helicóptero
de rescate posado, colocan una tirolina para trasladar a los a rescatar, pero
el arnés de Sarah se suelta y Gabe intenta ir en su rescate, Hal le grita que
no lo haga, pues el peso puede hacer que caigan, Gabe consigue atrapar la mano
y… (no quiero espoilear de más). Todo ello grabado con una sensación de
realismo formidable; Le sigue otra escena aún más apoteósica con el ‘asalto’ al
tren del dinero, perdón al avión del dinero, son tres maletas con 100 millones
de dólares en con billetes sin circular. Toda la secuencia es un grandiosa en
como se desarrolla y como se filma, con otro avión d ellos malos, al que se le
coloca una tirolina hacia el otro avión de la palta para trasladar los maletines,
fenomenal secuencia de tensión, todo un desafío por cómo pudieron rodarla sin CGI.
Que más da que el plan sea tan enrevesado que uno podría llegar a pensar si no
era mejor aterrizar el avión sobre una ladera nevada y coger los maletines y
huir con ellos, pero que más da, aquí lo que prima es la espectacularidad y
esto lo tierne a raudales. Cliffhanger figura en el Libro
Guinness de los Récords Mundiales como la acrobacia aérea más costosa jamás
realizada. El especialista Simon Crane recibió un millón de dólares por
realizar la escena del traslado aéreo, donde cruzó entre dos aviones a una altitud
de 4600 m (15 000 pies).
Tras las dos piezas de acción mencionadas, ya no se llega a estos
niveles de brillantez, pero si te engancha por el trepidante ritmo cuasi a contrarreloj.
Tras ello es el juego del gato y el ratón de los delincuentes con los buenos, y
en medio los maletines. Con persecuciones por laderas colgadas de abismos sin
fin, luchas, caídas por grietas, más peleas, avalanchas, saltos al vacío, cuchillazos,
patadas, rapel imposibles, buceos en aguas heladas, ensartamientos en estalactitas;
Hay palizas sádicas que se adorna como si de un partido de futbol se tratase;
Hay otra golpiza estruendosa a Gabe que acaba de modo muy verosímil con las
dotes de este fuerte escalador, no sabe pelear pero sin levantar peso; Hay una escena
que me saca del realismo, pues se nota está filmada en un set, la que se da en
un desfiladero con una pasarela sobre un rio congelado, está bien, pero se nota
me han sacado de las montañas. Adenmás se llega hay de un modo torpe, pues Gabe
ha llegado al dinero, lo ha cambiado a su petate, y ha puesto el gps en un
conejo. No entiendo por estaba aún por allí, y el malo de turno da con él
corriendo campo a través, chirría; Y está el fenomenal clímax con un helicóptero
colgado del revés sobre una pared de una colosal montaña con Gabe peleando con Qualen.
Que más da que el plan de Gabe contra Qualen no tenga el menor sentido. Pero
tiene un final satisfactorio, a la altura del palomitero film de pasar un
tiempo ameno y se olvida.
Ah, que pintan en la película los dos jóvenes que gustan de hacer salto
base desde acantilados? Aparecen y desaparecen en modo falsh (¿?). A uno de
ellos lo rescata el piloto de helicóptero, y nada sabremos de él si vive o ha muerto,
como, además, le podría haber dicho al piloto lo que se cocía en las montañas,
pero hay una elipsis sobre esto grimante.
Spoiler:
Rush final; Jessie hace una señal al helicóptero de rescate, creyendo
que es Frank, y Qualen la toma como rehén y exige que Gabe y Hal entreguen el
dinero. Al encontrarse en lo alto del acantilado, Qualen libera a Jessie, pero
Gabe lanza la bolsa de dinero contra las palas del rotor del helicóptero,
destrozándolo, y ata el cable del cabrestante a una escalera en la ladera. Hal
ayuda a derribar el helicóptero, que cuelga sobre el acantilado con Gabe y
Qualen sobre los restos. Gabe lucha contra Qualen y logra ponerse a salvo
mientras los restos caen por el acantilado, matando a Qualen. Las autoridades
llegan mientras Gabe se reúne con Jessie y Hal. Hal le dice una frase tipical
80 a las autoridades: ‘Si buscan a Qualen? Está abajo del acantilado, lleva
nuestro helicóptero puesto’.
La gran mayoría de las escenas de la película se rodaron en los
Dolomitas de Cortina d'Ampezzo, Italia. Por ejemplo, la escena del puente se
rodó en Monte Cristallo, en la vía ferrata VF Ivano Dibona, que se reconstruyó
inmediatamente después de la película. La escalada se realizó principalmente en
los acantilados de Tofane, y en algunas escenas hacia el final de la película,
el público ve claramente los tres Tofane, la Croda da Lago y el pueblo de
Cortina; esto se ubica en la cima del Monte Faloria, a la llegada del funicular
Faloria. En otras escenas se ve el sendero ferrato Astaldi, sobre el Rifugio
Dibona. La pequeña casa se construyó sobre la arena del río Boite, en Fiames,
cerca del helipuerto. Parte del rodaje tuvo lugar en Durango, Colorado. Los créditos
de la película también agradecen a la tribu Ute por filmar en la reserva de la
montaña Ute.
Los principales dobles de escalada fueron Ron Kauk y Wolfgang Güllich.
Kauk actuó como doble de escalada de Stallone tras la muerte de Güllich en un
accidente automovilístico en 1992. Los dobles sustituyeron a Stallone en la
mayoría de las escenas de escalada debido al miedo a las alturas del actor; una
lesión en la mano de Stallone, supuestamente ocurrida en uno de los
acantilados, en realidad ocurrió en un estudio de sonido.
Entretenidísimo placer culpable. Gloria Ucrania!!!
PD. Fue la última película en usar el logotipo de TriStar Pictures
(1984-1993).
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