domingo, 17 de marzo de 2024

 


Sherlock: El coche funerario vacío


Entretenidísimo primer episodio de la tercera temporada de la serie de televisión de la BBC Sherlock, una maravillosa actualización de las aventuras del más famoso detective de la historia, seguro que su creador el escocés Arthur Conan Doyle estaría encantado con la transposición a nuestros días que han hecho Mark Gatiss (se reserva un genial papel como el hermano sibilino del titular Mycroft) y Steven Moffat. En esta ocasión el guion es de Gatiss, y la dirección corre a cargo de Jeremy Lovering (especialista en tv con capítulos dirigidos en series como “Spooks”, “Doctora Foster, o sobre todo siendo responsable de toda la segunda temporada de la notable “Slow Horses”). Por supuesto protagonizado por los ya mimetizados con sus roles Benedict Cumberbatch como Sherlock Holmes, y Martin Freeman como el Dr. John Watson, apareciendo también los recurrentes secundarios de la serie Gatiss como Mycroft Holmes, Una Stubbs como Mrs. Hudson, Rupert Graves como el inspector Lestrade, y Louise Brealey como Molly Hooper, siendo la primera aparición de Amanda Abbington como Mary Morstan. Es un capítulo inspirado en "La aventura de la casa vacía" y "El especial perdido" de Sir Arthur Conan Doyle, el episodio sigue el regreso de Sherlock Holmes a Londres y su complicado reencuentro con John Watson, ello aderezado por el MacGuffin (no hay siquiera un antagonista de fuste)  de una sub trama criminal sobre una red terrorista clandestina inspirada claramente en el intento de atentado histórico de Guy Fawkes al parlamento ingles en que se intentó asesinar al rey Jacobo I en la fallida conspiración de la pólvora en 1605.

 

La sustancia y jugo del capítulo está en la chispeante y emocional relación entre Sherlock y Watson, la sub trma mencionada es una excusa para mantenerlos en juego a ambos. Todo ello desarrollado con las clásicas señas de identidad de la serie, desde los créditos con la pegadiza música de David Arnold & Michael Price en los créditos iniciales, sumados a una edición de Charlie Phillips (responsable desde el inicio del enérgico montaje, siendo responsable además de 5 episodios de la serie, así como de la serie también muy dependiente de su edición, la estupenda “Psychoville”) fragmentada que añade ritmo vertiginoso, sobre todo en lo referente a como se reflejan las diferentes formas en que Sherlock pudo haber sobrevivido al ‘suicidio’ del capítulo último de la segunda temporada, o como siempre, cuando entramos en las vertiginosas deducciones del perspicaz detective. Tenemos un humor ingenioso, chispeante, inteligente, mordaz, combinando la esencia de estos dos protagonistas antagónicos en carácter, chocando el pragmatismo cuasi misántropo de Sherlock con la emocionalidad de Watson, mediante esta amistad Sherlock comienza a tomar conciencia de lo que es sentir, algo para él lejano, en una relación bromance cercana al homoerotismo por cómo se desenvuelven a algo cercano a una pareja romántica, sin cruzar nunca la línea a ello. Y como siempre (otra vez) tenemos, acción, intriga, y un final atractivo en su sentido de contrarreloj manejado con pinzamiento emocional, en un vagón de metro cargado de explosivo a punto de estallar, y donde con gran sentido emocional el guion es capaz de incorporar toda una carga de sentimientos de amistad profundos y a la par combinarlo con equilibrio con humor.

 

Dos años después de su supuesta muerte (representada en “La caída de Reichenbach”), Sherlock ha sido absuelto de las acusaciones difamatorias en su contra originadas por Jim Moriarty. Lo vemos cual film de John Rambo cuasi irreconocible colgado a pecho descubierto, con una melena mugrienta y varaba asquerosa, mientras es torturado por un tipo con acento ruso en un calabozo, cuando en un giro desternillante sale a relucir el ingenio de Sherlock y le susurra al oído a su verdugo que su mujer está en su casa con su mejor amigo poniéndole cornamenta, el verdugo sale corriendo a su casa dejando a Sherlock allí junto a otro tipo, que resulta es Mycroft. Ambos regresan en secreto a Londres para descubrir un aparente ataque terrorista inminente.

 

John ahora tiene bigote y novia, Mary Morstan (Amanda Abbington, pareja en la vida real de Martin), a quien pretende proponerle matrimonio en un restaurante. Se puede especular con que a ‘Rey muerto, rey puesto’, es decir, como se siente solo Watson decide intentar reponer este vacío con la novia. En este punto, Sherlock, disfrazado de camarero francés, se acerca a la pareja, pero John no lo reconoce de inmediato. Cuando Sherlock revela su identidad, le explica lo que ha pasado, "Versión corta: no muerto", le dice. John lo ataca tres veces en tres restaurantes diferentes, en lo que es un running gag desternillante de como cualquier reaccionaríamos por la rabia contenida por el engaño. Cuando John se niega a aceptar sus explicaciones, Sherlock recluta a Molly (Louise Brealey) para que lo ayude en su siguiente caso, el de un esqueleto subterráneo detrás de un escritorio que contiene un manuscrito: Cómo lo hice de Jack el Destripador, que se revela hacia el final del episodio como un Fake colocado por Anderson para sacar a Sherlock de su escondite. Más tarde ese día, Mary recibe un mensaje de texto en un código de omisión (primera y cada tres palabras) que le dice que John ha sido secuestrado por asaltantes desconocidos y que morirá si no lo rescatan a tiempo, junto con una ubicación codificada. Sherlock y Mary acuden a su rescate en motocicleta en una espectacular carrera sin rumbo seguro.

 

Me ha gustado la sub trama de cómo pudo Sherlock escapar a su muerte por suicidio al lanzarse desde lo alto de un alto edificio a la calle. Se juega con la percepción del espectador, ya avezado en estrás guisas de tener que comulgar con ruedas de molino en resurrecciones cogidas cuando poco por los pelos, teniendo que dar muchas licencias a estas salidas de emergencia para dar veracidad a estas ‘vueltas a la vida’. Ingeniosamente se dan varias versiones sobre como pudo driblar a la Parca. La primera que si un arnés retráctil; Otra pintoresca del club de fans, encarnado en un excelente Sharon Rooney que sabe dar gran sentido como ejemplo de los seguidores de la serie. Dándose la mano la meta ficción de como los fans de la serie especularon durante tiempo en las redes sociales sobre como volvería a la vida Sherlock, hermanándose estos con los fans de los libros que tras “El Problema Final”, donde Sherlock cae por la cascada helvética de Reichembach (junto a su némesis el Dr. Moriarty), pudieron especular como Doyle podría (ante la demanda popular) hacerlo renacer; Y la tercera que más parece el making off homenaje al equipo de efectos especiales y los especialistas; Todas las versiones tan rebuscadas y aparatosas que son en sí una broma hacia el espectador, sabiendo ninguna lo contentará, deciden ofrecerles una acumulación que no son más que gags en si, por lo aparatoso de cada una, creando, entiendo yo, comunión con el espectador. De hecho, el leit-motive de esta sub trama es como bien dice Watson, no importa cómo lo hizo.

 

Sigue tenido momentos vigorosos en como especulan sobre casos, la también vibrante interrelación amor-odio entre Mycroft y Sherlock. Como puntazo está la escena trivial en que conocemos a los padres de Sherlock (los verdaderos padres de Benedict Cumberbatch, Wanda Ventham y Timothy Carlton).

 

Cumberbatch como ese Sherlock sociópata, brillante hombre desprovisto de empatía, que con su amistad con Watson se da cuenta de que puede haber emociones, encarnado con un carisma fulgente en su electricidad contagiosa; Freeman como John Watson es el alma humana de la serie, nuestra brújula moral, brillante como sustituto de las emociones de las que adolece Sherlock, sus choques son todo un caudal de chispas; Mark Gatiss hace de un inglés modelo, ha crecido en la serie como el prototípico british flemático, de sonrisa cínica, compite con Sherlock en inteligencia, aquí con ententes tan punzantes como la partida de ajederez.

 

Spoiler:

 

‘Finalmente, aquí hay una explicación de la caída (de Reichenbach). Sherlock saltó a una especie de bolsa de aire de castillo inflable, oculta de John por un edificio. John se distrajo de presenciar la retirada del castillo inflable por una colisión que lo involucró a él y una bicicleta. Mientras tanto, Sherlock aplicó sangre falsa y asumió la posición de muerto. Con una pelota de squash, con la que jugaba antes, recuerdas? – debajo de la axila para detener temporalmente su pulso. Es eso entonces? sigue tonteando? De nuevo, realmente no importa. Alguien sugirió la teoría de la pelota de squash en un foro. Acertaron? O tal vez Gatiss lo robó del foro? O de El Mentalista, que también hizo el truco de la pelota de squash? Puedes siquiera hacer eso, detener tu pulso, con una pelota de squash?’

 

Guiños a los libros: Resulta que en los últimos dos años, Sherlock ha estado viajando por el mundo, desmantelando la red criminal de Moriarty. Como dice Mycroft, en Serbia Sherlock se enfrentó al Barón Maupertius, villano nunca visto en las historias de Conan Doyle, en realidad apareció en la novela Death Cloud de Andrew Lang sobre el joven Sherlock Holmes; El texto codificado el villano que arrojó a John en una hoguera le envía a Mary, incluidas las líneas 'Santo o pecador? Jacob de Juan?', es un astuto guiño a las historias originales; Escondida en la historia hay en realidad una adaptación muy corta de la aventura de Doyle 'A Case of Identity'. Cuando una mujer acude a Sherlock sobre la desaparición de su novio en línea, él rápidamente deduce que el novio es en realidad su padrastro, muy parecido a la trama del original; El tren perdido que desaparece durante un viaje en metro está basado en el misterio no canónico 'The Lost Special' de Arthur Conan Doyle, en el que un tren privado desaparece en su camino a Londres. La historia no presenta categóricamente a Sherlock, sino que un 'experto' anónimo en tales asuntos resuelve el caso...

 

La fuente más obvia de este episodio, al que alude su título, es "La aventura de la casa vacía", en la que Sherlock Holmes regresa de su "Gran Pausa", habiendo permitido todos lo creyeran muerto para desarraigar el resto de la organización criminal de Moriarty. Tanto en la historia como en el episodio, Mycroft ayuda a Sherlock a fingir su desaparición. El villano Moran de este episodio lleva el nombre del coronel Sebastián Moran, villano de la historia original. En "La aventura de la casa vacía", Watson se encuentra por primera vez con Holmes disfrazado de vendedor de libros barbudo y con mucho acento en una tienda en la esquina de Church Street, le ofrece algunos libros a Watson. En el episodio, John se encuentra con un hombre como paciente que posee una tienda de DVD en el mismo lugar; el hombre se ofrece a venderle DVD pornográficos con títulos casi idénticos a los libros que el Holmes disfrazado le ofreció a Watson en el cuento ("Tree Worshippers", "British Birds", "Catalysts" y "Holy War"). John asume falsamente es Sherlock disfrazado, con resultados embarazosos. También es una referencia a una escena de La Mujer Araña protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce. Moffat y Gatiss han citado la serie de películas como otra fuente de inspiración al escribir Sherlock. El resto de la historia del episodio es en gran medida original.

 

Sherlock Holmes alude a un "sistema de lucha libre japonesa" como el segundo de trece escenarios que podrían haberle permitido sobrevivir a su encuentro en la azotea con Moriarty. Esta es una referencia al arte marcial ficticio de "baritsu" utilizado por Holmes para derrotar a Moriarty en la historia original.

 

Además de "La aventura de la casa vacía", el episodio contiene alusiones a muchos otros cuentos de Conan Doyle: Sherlock llama a Lord Moran con el nombre en clave "rata gigante de Sumatra Road" debido a su condición de topo para Corea del Norte, referencia a "la rata gigante de Sumatra” mencionada de pasada en "La aventura del vampiro de Sussex" y porque el ataque terrorista planeado por Moran involucra una sección abandonada del sistema de metro de Londres llamada "Sumatra Road".

 

En "La aventura del Reigate Squire", Watson menciona de pasada el caso de la "Compañía Netherland-Sumatra y de los colosales planes del barón Maupertuis". El episodio hace referencia a esto y a la mención repetida de "Sumatra" al presentar de manera similar a un miembro de la Cámara de los Lores, Lord Moran, como el villano intrigante. Además, al comienzo del episodio, después de que Sherlock y Mycroft regresaron a Londres desde Serbia, Mycroft menciona al barón Maupertuis por su nombre.

 

En un momento, John le pregunta al hombre barbudo que vende DVD si su médico de cabecera habitual se llama "Dr. Verner", quien, en "La aventura del constructor de Norwood", es primo de Sherlock Holmes, quien compra la consulta de Watson para poder regresar a su hogar sus antiguas habitaciones en Baker Street al regreso de Holmes. Sherlock se refiere a un personaje invisible llamado Profesor Presbury y a "glándulas de mono", ambos del cuento "La aventura del hombre rastrero".

 

En "La aventura del intérprete griego", la primera historia que presenta al hermano de Sherlock, Mycroft Holmes , Sherlock menciona que su abuela era hermana del artista francés Horace Vernet . El hecho de que Holmes se haga pasar por un camarero francés al comienzo del episodio puede ser una referencia a su herencia francesa. La escena en la que Sherlock y Mycroft intentan superarse mutuamente en el apartamento de Sherlock también es una referencia a una escena de "El intérprete griego" donde participan en una competencia similar mientras están sentados en el Club Diógenes de Mycroft.

 

La competencia de Sherlock y Mycroft consiste en analizar un sombrero de punto en particular, una referencia a "La aventura del carbunclo azul" donde Holmes también dedujo varios hechos sobre un hombre a partir de su sombrero. Además, en el episodio, cuando Mycroft determina que el gorro tejido pertenecía a un hombre, Sherlock pregunta: "Por qué, tamaño del sombrero?", a lo que Mycroft responde con reproche: "No seas tonto. Algunas mujeres tienen cabezas grandes, también." La posterior mirada de culpa de Sherlock es una alusión satírica a la controvertida y pseudocientífica frenología involucrada en el cuento original, donde Sherlock Holmes dedujo que el dueño del sombrero era inteligente basándose en el tamaño de su cabeza, comentando "un hombre con una cabeza tan grande". El cerebro debe tener algo dentro."

 

El episodio presenta el compromiso de John con Mary Morstan, quien aparece en la novela “El signo de los cuatro”. Se ve a Mary leyendo el blog de John, y el pasaje que lee en voz alta es un extracto casi palabra por palabra del capítulo seis de El Signo de los Cuatro ("[t]an rápidos, silenciosos y furtivos eran sus movimientos, como los de un sabueso entrenado recogiendo un olor...").

 

En un momento, Mary recibe un mensaje de texto en su teléfono móvil que comienza con la frase "John o James Watson", una referencia a "El hombre del labio torcido", en el que Mary llama a su marido "James" en lugar de John (lo que provocó la teoría de los fanáticos de que la inicial del segundo nombre significa "Hamish", una variante de James, una teoría incorporada en el episodio anterior " Un escándalo en Belgravia "). Mary dice que el mensaje de texto antes mencionado es un código de omisión, un tipo de código donde cada palabra del mensaje secreto se da como cada tercera palabra del mensaje aparente, una referencia a "La aventura de Gloria Scott" donde Holmes muestra y le explica a Watson un mensaje con el mismo tipo de código. (El hecho de que Mary sepa que es un código de omisión contribuye a que Sherlock identifique más tarde su verdadera identidad).

Mark Gatiss se inspiró para utilizar el metro de Londres como escenario en la serie de Doctor Who de 1968 “The Web of Fear”, una historia que se desarrolla principalmente en el metro después de que Londres es evacuada debido a la propagación de un hongo mortal parecido a una red a través de la red de metro.

 

No es el mejor episodio de la serie, los hay Homéricos, pero si es un muy ameno pasatiempo, que cumple con creces su cometido, acompañando a unos seres que ya nos son tan cercanos en su humanidad, unos protagonistas formidables en cómo se confunden de modo espléndido con sus roles, ello apoyado en la química formidable que hay en todos los ententes. Gloria Ucrania!!!


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