sábado, 9 de marzo de 2024

 


LADY SNOWBLOOD.

Entretenido y por momentos bello film japonés adscrito al género jidaigeki (películas de época en Japón; transcurren en el período Tokugawa o período Edo entre 1600-1868). Dirige Toshiya Fujita, con guión de Norio Osada (colaborador casual de Fukasaku, “Bajo la bandera del Sol naciente” o “Nihon boryoku-dan: Kumicho”), basándose en la serie de manga homónima de Kazuo Koike y Kazuo Kamimura, cuenta la historia de Yuki, mujer que busca venganza contra tres de las personas que violaron a su madre y mataron a su esposo. Siendo protagonizada por la famosa cantante entonces en el País del Sol Naciente, Meiko Kaji.  La narrativa de la película está contada fuera de orden cronológico, saltando entre eventos presentes y pasados. Además de Kaji, el reparto de la película incluye a Toshio Kurosawa, Masaaki Daimonm, Miyoko Akaza y Kō Nishimura.

 

El director exhibe gran sentido estético-sensorial por lo pictórico gracias a la miscelánea entre el excelente diseño de producción de Kazuo Satsuya (“Hausu”) y la cinematografía de Masaki Tamura (“Moe no Suzaku”), jugando con elementos naturales como la nieve, el mar rompiendo contra la playa o rocas, el viento azuzando los cuerpos el humo, o las flores, contrastando en ello la belleza con el salvajismo atávico. También en este sentido hay incluso un tramo de narrar acontecimientos con dibujos, en (entiendo yo) homenaje al anime. Film de bella factura visual destacando sus escenas sobre el manto de nieve, donde el rojo de la sangre contrasta de forma cruda, o la turbadora ejecución en la playa, vista desde las alturas, cual Ojo de Dios. Ello adornado por el tema que abre y cierra el film, "Shura no hana" interpretado por la propia Meiko Kaji (protagonista).

 

Film que cobró fama cuando Tarantino dijo le sirvió de inspiración para su bilogía “Kill Bill”, habiendo muchas similitudes, como es una mujer embarcada en una espiral de venganza contra varias personas, sus métodos para ello son de artes marciales con katana, la narrativa es fracturada en su no linealidad, tenemos un duro aprendizaje con una especie de monje con barba blanca, hay escenas de lucha en la nieve, como un duelo clímax en “Kill Bill”, incluso QT tomó el tema principal, “The Flower of Carnage”, cantado por la propia Meiko Kaji, como tema de su heroína La Novia. Aunque esto de la influencia en “Kill Bill”, también lo había leído de dos films más, como el francés “La novia vestía de negro” (1968) protagonizado por Jeanne Moreau y del western inglés “Ana Caulder” (1971), liderado por la vengadora Raquel Welch.

 

En 1874, una mujer llamada Sayo (Miyoko Akaza) da a luz a una niña en una prisión de mujeres. Sayo nombra a la niña Yuki (Mayumi Maemura) por ver la nieve afuera y les confía a los reclusos que ayudaron a dar a luz cómo fue brutalmente violada por tres de los cuatro criminales que asesinaron a su esposo Tora y a su hijo Shiro hace un año. Si bien logró matar a puñaladas a su captor Shokei Tokuichi (Takeo Chii) cuando se presentó la oportunidad, fue arrestada y encarcelada de por vida. Luego, Sayo sedujo a muchos guardias de prisión para concebir a Yuki. Debido a dificultades durante el parto, muere poco después de contar su historia. Sus últimas palabras son que la niña sea criada para llevar a cabo la venganza contra los tres verdugos restantes. En Meiji 15 (1882), la niña Yuki se somete a un entrenamiento brutal en la lucha con espada bajo la dirección del sacerdote Dōkai (Kô Nishimura) para convertirse en la encarnación de la ira de su madre. Hay una elipsis, y ahora Yuki (Meiko Kaji), tiene veinte años y es una asesina llamada Shurayuki-hime, que comienza su diáspora vengativa.

 

Una historia cargada de simpleza, estructurada en cuatro capítulos, sin buscar dobles lecturas, directa al mentón, con personajes clichés en los que nunca se ahonda, una historia de venganza, donde la particularidad es que la ejecutora es la hija de la agraviada, que fue engendrada única y exclusivamente para este vengativo motivo. Las peleas son rápidas, sin acrobacias, sin alardes físicos.

 

Aunque pretende en los márgenes criticar (en modo esbozo) la corrupción que sufrió la nación nipona cuando entró en tratos con las potencias extranjeras. Arremete contra la política en la convulsa era post-Tokugawa. La restauración Meiji no trajo para los japoneses la prosperidad que esperaban, asintieron que la infiltración occidental y progresivo saqueo de riquezas del país por parte de la nueva casta burguesa parasitaria y plutocrática. Aquí se muestra como los criminales medraron en este panorama de cambios. Con ello se perdieron valores tradicionales en favor de la decadencia foránea (reflejada en la vestimenta y sobre todo en las armas de fuego). Ambientada en la era Meiji, a finales del siglo XIX, época de gran transición y cambio, los valores tradicionales japoneses chocaron con la creciente influencia e incursión de la cultura occidental, uno de los objetivos de la protagonista es un traficante de armas que pretende vender armamento moderno al Imperio, en este sentido es muy alegórica una secuencia de muerte en que uno de los malos cae ensangrentado deslizándose sobre las banderas de Japón y USA.

 

Tiene un enervador inicio el film, cuando vemos en una mugrienta prisión de Tokyo dar a luz un bebe en condiciones insalubres, la madre va a morir por el parto, no sin antes aleccionar a las compañeras de celda sobre que futuro debe tener el bebé, ser la vengadora de los males que la madre ha sufrido. Tras lo que aparece el título bañado en rojo sangre. Tras lo que nos adentramos en una odisea desmitificadora de las vendettas, una cruel travesía descarnada en el dolor, paseándonos por un japón desesperanzado. Comenzando su huida hacia adelante la vengadora por poderes en una hermosa visualmente escena sobre la nieve, cuando la protagonista se cruza con varios hombres que llevan un rickshaw con un hombre en él, Shibayama. Ella no les deja pasar y los portadores deciden acabar con ella y sacan sus katanas, y entonces vemos el gadget que ella lleva para su espada, el mango de un bonito paraguas japonés, ejemplo de su carácter contradictorio, acabando secamente ella con ellos, sin grandes alaracas coreográficas, secamente y rápido les asesta letales tajos, y también entonces vemos otra de las marcas del film, el híper realismo de que con los cortes brota la sangre cual geiser de los cuerpos, cañones de hemoglobina cual volcanes, en realidad algo muy propio de esa era nipona en el cine chambara.

 

Tras ello seguiremos las andanzas de esta anti-heroína de modo fragmentario cronológicamente, pasamos a su niñez en su adiestramiento para ser una gran luchadora, para luego pasar a las tres venganzas que le quedan, Takemura, Kitahama y Tsukamoto (Eiji Okada). Ello desarrollado de modo fluido, con encuentros tangenciales a la misión principal, como el encuentro de la protagonista con el grupo de pedigüeños organizados jerárquicamente criminal; el que tiene con Kobue (Yoshiko Nakada), hija de una de sus potenciales víctimas, Takemura Banzō (Noboru Nakaya). Esta parte parece un film sintetizado en sí aparte por su tono de melodrama con sabor a Mizoguchi; o el que acontece con el reportero Ryūrei Ashio (Toshio Kurosawa), que pretende narrar sus ‘aventuras’ en un periódico para atraer a uno de los objetivos; Añadiendo estas sub tramas sustancia a la historia. Todo sin caer en sensiblerías, todo directo y seco en su objetivo de entretener al espectador.

 

Tenemos también las raíces de todo, relatándonos de donde viene el afán vengativo de la madre, narrado con gran sentido de la historia de Japón, con unos estafadores surgidos de una nueva ley imperial, que deriva en un brutal asesinato (por el color de vestimenta ¿?) y posterior violación de la madre. Esto se encadena con el plan maquiavélico de la misma de engendrar una hija entre rejas, para ello se convierte en una gata en celo permanente.

 

Todo desembocando en un rush final con claro sentido de ataque a las alianzas extrajeras de Japón, pues el escenario de sangre y muerte será un baile de amistad entre Japón-USA, ello en una nación menos de 30 años atrás fue ocupada por la nación norteamericana después de hacer caer las dos bombas H. Una especie de juego de matrioshkas el último objetivo, con máscaras a lo Misión Imposible, con espejos secretos, y con la aparición de para muchos tradicionalistas japoneses de la representación de los males de occidente, una pistola (había ya aparecido en otra escena anterior), dando un enfrentamiento padre-hijo, para acabar la cinta en una vigorosa escena sobre la nieve, con una coda nada acomodaticia (Spoiler), dejando un grato sabor de boca cinéfilo.

 

La gran protagonista es la hermosa Meiko Kaji como la vengadora Yuki, ataviada con un kimono y pertrechada de una sombrilla púrpura con mango-katana, su dualidad de dulce ‘geisha’ se transforma cuando saca la espada. Ofece una buena actuación como la fría vengadora, exhibiendo vacío interior, no es más que eso, sin fondo, siemptre hac ia el siguiente objetivo. La cantante y actriz Meiko Kaji, célebre en la época por su rol de mujer rebelde e inconformista que lograra gracias a las sagas de "Stray Cat Rock" y "Joshu Sasori", presta su preciosa voz (para el mítico tema principal).

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): En la casa de apuestas, Banzo es pillado haciendo trampas. Yuki intercede para salvarlo del castigo al que los yakuza van a someterlo (porque quiere ser ella quien lo mate). Banzo es un despojo humano, para el cual el mayor castigo sería en realidad seguir viviendo. No obstante, Yuki lo ultima con su katana a la orilla del mar, y las olas se tragan el cadáver tiñéndose de sangre. Visto el asesinato en una dramática toma cenital; Okono (Sanae Nakahara) envía hombres a secuestrar a Ashio, amenazándolo con torturarlo para saber la ubicación de Yuki, Ashio se niega a decírselo. Yuki entra en la propiedad de Okono y mata a varios de sus hombres mientras lo persigue. Yuki y Ryūrei encuentran el cuerpo moribundo de Okono ahorcada en una habitación, se ha suicidado para no ser matada por Yuki. Al escuchar los últimos latidos del corazón de Okono, Yuki la corta por la mitad; Ashio le dice a Yuki que Gishirō es su padre y que había fingido su muerte cuando se enteró de la misión de Yuki. Encuentra a Gishirō en un baile de máscaras y mata a un hombre (con un máscara) que actúa como su señuelo. Ashio y Yuki encuentran y siguen al verdadero Gishirō, quien le dispara a Ashio. Herido, Ashio lucha con Gishirō y le impide dispararle a Yuki mientras ella se balancea sobre una lámpara entre los balcones. Yuki apuñala a Ashio en el pecho de Gishirō. Luego le corta el cuello a Gishirō mientras él le dispara. Cae por una barandilla y cae a la planta baja llena de invitados. Yuki, herida, sale a trompicones donde es apuñalada por Kobue (a su padre lo mató Yuki en su espiral vengativa) que la estaba esperando, quien ha estado persiguiendo a Yuki todo este tiempo en su propia búsqueda para vengar el asesinato de su padre. Yuki logra escapar, sólo para colapsar sobre la nieve, aparentemente muerta. Sin embargo, a la mañana siguiente abre los ojos.

 

Muy entretenido film de acción chambara, cumple sin más pretensión que hacerte pasar un rato ameno. Gloria Ucrania!!!

 

El éxito del film dio lugar a una secuela, “Love Song of Vengeance” (1974).

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