PLATOON.
Mítico film
sobre la Guerra del Vietnam, fue una exitosa producción tanto taquillera como
de crítica, siendo nominada a ocho Oscar (incluidas las candidaturas a Mejor
Actor de Reparto para Berenger y Dafoe), ganó cuatro: Mejor Película, Mejor
Director, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Una cruda radiografía de la
deshumanización a la que nos lleva el Jinete del Apocalipsis de la Guerra,
despojando de todo miticismo y heroísmo la contienda bélica, para adentrarnos
en un relato humanista sobre la sinrazón. Escrita y dirigida por el ‘enfant
terrible’, el neoyorkino Oliver Stone, basada en su experiencia en esta guerra
como soldado de infantería, en 1967, Stone se alistó en el ejército USA durante
la Guerra de Vietnam. Sirvió de 1967 a 1968 en la 25.ª División de Infantería y
resultó herido dos veces en combate. Por su servicio, recibió honores militares
como la Estrella de Bronce con el Dispositivo "V" al valor, el
Corazón Púrpura con Racimo de Hojas de Roble, la Medalla al Servicio de Defensa
Nacional, la Medalla al Servicio de Vietnam con una Estrella de Servicio de
Plata. El argumento del film sigue a un nuevo voluntario del ejército
estadounidense (Sheen) que sirve en Vietnam mientras su sargento de pelotón y
su líder de escuadrón (Berenger y Dafoe) discuten sobre la moralidad del
pelotón y de la guerra misma.
Stone dijo haber escrito
el guion para contrarrestar la visión de la guerra retratada en “Los boinas
verdes” de John Wayne. “Platoon”
(Pelotón) fue la primera película de Hollywood escrita y dirigida por un
veterano de la guerra de Vietnam. Esta fue la primera película de una trilogía
de la guerra de Vietnam dirigida por Stone, seguida de “Nacido el 4 de julio”
(1989) y “El Cielo y Tierra” (1993). Protagonizan Tom Berenger,
Willem Dafoe, Charlie Sheen, Keith David, Kevin Dillon, John C. McGinley,
Forest Whitaker y Johnny Depp. Stone
utiliza el dispositivo narrativo dela voz en off del protagonista exponiendo
sus pensamientos, siguiendo su deterioro físico por las extasiantes marchas por
la selva, y sobre todo la degradación mental por vivir en este averno, con
constantes choques con el enemigo, tiroteos, heridos, muertos, provocando en el
pelotón el terror en diferentes modos de afrontarlo, desde la simbiosis con el
terreno, disfrutando de la espiral de violencia, o los que desena salir de allí
como sea, aunque sea auto lesionándose. Stone consigue que el espectador se
sumerja en esta selva asquerosa, hace que sudemos, que nos aterremos, nos
hastiemos, nos envuelve en una pesadilla, que no es más que el despertar de la
inocencia de su protagonista, que pasa del idealismo de ser un voluntario a
sentirse intoxicado por la experiencia, esto ya se siente desde su aterrizaje
al aeropuerto de Saigon, donde se cruza con las bolsas de cadáveres que son
enviados a USA, los recién llegados novatos no son más el reemplazo de los
muertos, y quizás (miles lo fueron) vuelvan también en bolsas mientras también
llegan otros en una cadena que no parecía tener fin. Seguimos la labor
ordinaria de un batallón en el frente de Guerra.
En 1967, Chris Taylor
(Sheen), voluntario del ejército estadounidense, llega a Vietnam del Sur y es
asignado a un pelotón de infantería de la 25.ª División de Infantería cerca de
la frontera con Camboya. Aunque el pelotón está oficialmente bajo el mando del
joven e inexperto teniente Wolfe, los soldados ceden ante dos de sus
subordinados mayores y más experimentados: el cínico sargento Barnes (Berenger)
y el más compasivo sargento Elias (Dafoe). Taylor está desplegado con Barnes,
Elias y otros soldados experimentados para una emboscada nocturna a una fuerza
del ejército norvietnamita. Aparece una patrulla del EVN, lo que provoca un
breve tiroteo. Taylor resulta herido mientras otro nuevo recluta, Gardner,
muere. A su regreso a la base desde el puesto de socorro, Taylor se une a Elias
y su círculo de fumadores de marihuana, mientras se mantiene distante de Barnes
y sus seguidores más acérrimos. Durante una patrulla posterior, dos soldados
mueren por una trampa explosiva y otro por asaltantes invisibles. Ya nerviosos,
el pelotón se enoja aún más cuando descubren un alijo de suministros enemigo en
una aldea cercana. Barnes interroga agresivamente al jefe de la aldea sobre si
los aldeanos han estado ayudando al EVN.
Mayormente estamos en
medio de la selva con el batallón, donde el enemigo es un ente cuasi-invisible,
sentimos la sensación de cansancio, de miedo, de peligro latente. Los soldados
son una bomba de relojería a punto de estallar por las diferentes fases por las
que pasan, hasta que el afán revanchista todo explota en una aldea de
campesinos vietnamitas, tramo brutal por el salvajismo empleado por los
soldados, segmento este claramente inspirado en La Matanza de My Lai. Entre 347 y 504 civiles fueron asesinados por
soldados estadounidenses. Entre las víctimas había hombres, mujeres, niños y
bebés. Algunas de las mujeres fueron violadas en grupo y sus cuerpos mutilados,
la mayor masacre de civiles perpetrada por las fuerzas estadounidenses en el
siglo XX de la que se tiene público conocimiento. También en la vida real hubo
un choque entre el que lideró la matanza, el segundo teniente Calley y el
oficial de helicópteros Thompson, que ordenó disparar a su tripulación si
continuaba la carnicería. Esta del film no llega a los niveles de My Lai, pero
en menor escala si deja patente el grado de violencia malsana, donde cualquier
moralidad, cualquier asidero humano se pierde en pos del salvajismo más
atávico, liderados por el sargento Barnes (con cicatrices que le hacen ver como
el monstruo que es) en su brutalidad asesina, y con ello entendemos porque los
norteamericanos no tuvieron nunca las simpatías de las zonas rurales en esta
guerra. Pero Stone también ofrece un halo de esperanza cuando muestra que hay
un sargento, Elias, que si demuestra tener conciencia moral y colisiona con los
métodos de Barnes. Este duelo de razones llega a su zenit en otro entente
contra el enemigo, que dará origen a la escena mítica del film. Son el Bien vs
el Mal, la Brújula Moral contra el Instinto Básico de matar y preguntar
después.
Todo un desarrollo donde
Taylor se encuentra en medio de las dos visiones de la Guerra. El muchacho se
irá curtiendo conforme avanzan las semanas, encuentra refugio en el grupo de
Elias, fumando marihuana con ellos para huir de la dura realidad. Y ello surtido
por diálogos inteligentes sobre la guerra, sobre las motivaciones de unos y
otros, siendo el leit-motive la reflexión final desde el helicóptero. Todo en
un crescendo gradual muy bien llevado por Stone, con gesto sutiles, sorbe todo
en las miradas que en silencio dicen mucho, que desemboca en un clímax
apoteósico donde la barbarie macro de la guerra se entrecruza con lo micro del
animal emergiendo del protagonista en su pugna contra el mal, pero sobre todo
contra sí mismo.
Una inmersión fascinante
en este lar perdido de la mano de Dios. Gracias en parte a la gran puesta en
escena que nos imbuye del pesaroso estado de ánimo reinante en estos bosques
monzónicos. Con un sobresaliente diseño de producción de Bruno Rubeo (“Nacido
el 4 de Julio” o “El mercader de Venezia”), filmándose la cinta en Filipinas,
en sus selvas, todo un prodigio de sensación de estar allí; azuzado esto por la
formidable cinematografía del tri-oscarizado Robert Richardson (“JFK”, “El
Aviador” y “La invención de Hugo”), sabiendo ser cámara en mano uno más entre
el pelotón, haciéndonos sentir el sopor, jugando con lo velado de la
semioscuridad, provocando sensaciones en como confiere un halo fantasmagórico a
los norvietnamitas, ello adornado por algunos recursos un tanto artificiosos en
algún slow para enfatizar emociones dramáticas, gran trabajo cutáneo; pero
sobre todo es omnipresente la banda sonora del maestro galo Georges Delerue
(“El desprecio” o “El Conformista”) que dirige a la “The Vancouver Symphony Orchestra”
para ejecutar la mejor pieza de la banda sonora, el “Adagio for strings” de
Samuel Barber, un epicúreo tema que en comunión con la historia se te opone el
vello de punta en varias ocasiones, el contraste cuasi místico del tema
entrelazado al carácter salvaje de la violencia a la que asistimos.
Charlie Sheen borda su
papel, puede que su mejor actuación en cine, transmite todo un arco de
desarrollo acompañado de emociones que nos llegan en su dualidad de
protagonista y narrador, desde la desorientación inicial, al veterano ajado del
rush final, buen rol; Willem Dafoe es estupendo como el sargento Elias, es la
luz en la oscuridad, camina entre la fina línea entre ser un chacal en primera
línea, buscando enemigos en los famoso túneles vietnamitas, y no volverse un
loco asesino. Su rol tiene en su escena final un icono del Séptimo Arte
(spoiler); Y está el tercer vértice de es te triángulo sobre el que pivota el
joven, el veterano sgto. Barnes, encarnado por un arrollador Tom Berenger, con
su rostro marcado por heridas le dotan de una dureza adusta, con un nervio y
crudeza que lo convierten en un guerrero desalmado dispuesto a todo, la
personificación de la perdida de cualquier moralidad en la guerra, brillante su
interpretación; Entre el resto del elenco se hace un hueco Kevin Dillon
(hermano de Matt Dillon; actor que se hizo un lugar en los corazones catódicos
en los 2000 con su ‘Johnny Drama’ de la popular serie de la HBO “Entourage”),
como un joven aprendiz de sgto. Barnes, un psicópata que disfruta matando, muy
bueno.
Spoiler:
Momentos recordables: El
tiroteo primero nocturno en medio de la selva; La masacre del pelotón en el
poblado rural vietnamita; Pero sobre todo queda la secuencia en que el pelotón
se retira en helicópteros de una zona de combate por la llegada de los
norvietnamitas, y desde el aire vemos a estos perseguir cual hordas al sargento
Elias, que Barnes decía haber visto muerto. Escena a cámara lenta para potenciar
el dramatismo teatral, ello flanqueado por el sempiterno tema del Adagio para
cuerda de Barber (0pus 11), siendo acribillado ante la impotencia de sus
compañeros huyendo, de rodillas y lanzando sus brazos en alto, Épico. Aunque
hay un par de elementos que me hacen torcer el ceño. El primero es que, si Barnes
ha encontrado a Elias muerto, sui deber de compañero es haberlo recogido para
ser enviado a USA. Y segundo, es que, si los helicópteros en su huida ven a un compañero
asediado por cientos de enemigos, sui deber es intentar ayudarlo, y en el peor
de los casos recoger el cadáver por orgullo y no dejarlo allí.
Es muy bueno el rush final
con la batalla en la noche, una carnicería de enfrentamientos cuerpo a cuerpo, van
cayendo muertos todos los del pelotón. Hassta que se da orden a la aviación que
disparen contra sus propias posiciones, provocando el Apocalipsis en el campo de
batalla. Hay una elipsis y ya es de día, el panorama es de decenas y decenas de
cadáveres esparcidos por la selva. Taylor, que quedó inconsciente tras el bombardeo
se recupera, toma un rifle enemigo y encuentra a Barnes arrastrándose
lentamente por el suelo. Barnes le ordena que llame a un médico, Taylor no
responde. Después de desafiar a Taylor a matarlo, Barnes le dispara varias
veces hasta matarlo. Vemos a Francis (Corey Glover, soldado que ansiaba salir
de Vietnam como fuera) que se apuñala en la pierna y le recuerda a Taylor que,
como han sido heridos dos veces, pueden regresar a casa. Mientras un
helicóptero se lleva a los dos hombres, Taylor se despide de Rhah. Sargento (Francesco
Quinn). O'Neil (John C. McGinley), lacayo de Barnes que se escondió debajo de
un cadáver durante la batalla, recibe el mando del resto del pelotón. Abrumado,
Taylor rompe a sollozar mientras mira fijamente los múltiples cráteres llenos
de cadáveres y narra cómo la guerra lo ha cambiado para siempre, en off oímos
como Taylor piensa que el verdadero enemigo está dentro de cada uno y que la
guerra nunca lo abandonará, mensaje del film.
Refugiados vietnamitas que
vivían en Filipinas en ese momento fueron reclutados para actuar en diferentes
papeles vietnamitas en la película. Stone hace un cameo como comandante del 3.º
Batallón, 22.º de Infantería en la batalla final, se basó en la histórica
Batalla del Día de Año Nuevo de 1968 en la que había participado mientras
estaba de servicio en Vietnam del Sur. Dale Dye, interpretó al Capitán Harris,
el comandante de la Compañía B, es un veterano de la Guerra de Vietnam del Cuerpo
de Marines de los EE. UU. que también se desempeñó como asesor técnico de la
película.
El rodaje de exteriores
comenzó en la isla de Luzón en Filipinas en febrero de 1986, Las escenas se
rodaron en Mount Makiling, Laguna (provincia) (para las escenas del bosque),
Cavite (para las escenas del río y del pueblo) y la base aérea de Villamor cerca
de Manila. aunque la producción casi fue cancelada debido a la agitación
política en el país, a causa del entonces presidente Ferdinand Marcos . Con la
ayuda del conocido productor asiático Mark Hill, el rodaje comenzó, según lo
previsto, dos días después de que Marcos huyera del país. El rodaje comenzó en
febrero y duró 54 días y costó 6,5 millones de dólares. La producción llegó a
un acuerdo con el ejército filipino para el uso de equipo militar.
A su llegada a
Filipinas, el elenco fue enviado a un curso de entrenamiento intensivo, durante
el cual tuvieron que cavar trincheras y fueron sometidos a marchas forzadas y
"emboscadas" nocturnas, en las que se utilizaron explosiones con
efectos especiales. Dirigido por el veterano de la guerra de Vietnam Dale Dye ,
el entrenamiento sometió a los actores principales, incluidos Sheen, Dafoe,
Depp y Whitaker, a un régimen de entrenamiento inmersivo de estilo militar de
30 días. Limitaron la cantidad de comida y agua que podían beber y comer y,
cuando los actores dormían, dispararon balas de fogueo para mantener despiertos
a los cansados actores. Dye también tuvo un pequeño papel como el Capitán
Harris. Stone dijo que estaba tratando de doblegarlos, "meterse con sus
cabezas para que pudiéramos cansar a ese perro, que no les importe la actitud,
la ira, la irritación... el acercamiento casual a la muerte".
Fue un éxito de taquilla
tras su estreno, recaudando 138,5 millones de dólares a nivel nacional frente a
su presupuesto de 6 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera película
nacional más taquillera de 1986. En 1998, el American Film Institute colocó a
Platoon en el puesto 83 en su encuesta " 100 años de AFI... 100 películas".
En 2019, la película fue seleccionada para su conservación en el Registro
Nacional de Películas de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por
ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".
La música de la película
fue de George Delerue. La música utilizada en la película incluye Adagio for
Strings de Samuel Barber, "White Rabbit" de Jefferson Airplane y
"Okie from Muskogee" de Merle Haggard (lo cual es un anacronismo, ya
que la película está ambientada en 1967, pero la canción de Haggard fue no
publicado hasta 1969). Durante una escena en "Underworld", los
soldados cantan "The Tracks of My Tears" de Smokey Robinson y The
Miracles , que también apareció en el avance de la película. La banda sonora
incluye "Groovin'" de The Rascals y "(Sittin' On) The Dock of
the Bay" de Otis Redding.
Notable film bélico anti-bélico, la fina línea entre un concepto y otro
es muy difusa. Gloria Ucrania!!!
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