sábado, 9 de marzo de 2024

 


PLATOON.


Mítico film sobre la Guerra del Vietnam, fue una exitosa producción tanto taquillera como de crítica, siendo nominada a ocho Oscar (incluidas las candidaturas a Mejor Actor de Reparto para Berenger y Dafoe), ganó cuatro: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Una cruda radiografía de la deshumanización a la que nos lleva el Jinete del Apocalipsis de la Guerra, despojando de todo miticismo y heroísmo la contienda bélica, para adentrarnos en un relato humanista sobre la sinrazón. Escrita y dirigida por el ‘enfant terrible’, el neoyorkino Oliver Stone, basada en su experiencia en esta guerra como soldado de infantería, en 1967, Stone se alistó en el ejército USA durante la Guerra de Vietnam. Sirvió de 1967 a 1968 en la 25.ª División de Infantería y resultó herido dos veces en combate. Por su servicio, recibió honores militares como la Estrella de Bronce con el Dispositivo "V" al valor, el Corazón Púrpura con Racimo de Hojas de Roble, la Medalla al Servicio de Defensa Nacional, la Medalla al Servicio de Vietnam con una Estrella de Servicio de Plata. El argumento del film sigue a un nuevo voluntario del ejército estadounidense (Sheen) que sirve en Vietnam mientras su sargento de pelotón y su líder de escuadrón (Berenger y Dafoe) discuten sobre la moralidad del pelotón y de la guerra misma.

 

Stone dijo haber escrito el guion para contrarrestar la visión de la guerra retratada en “Los boinas verdes” de John Wayne.Platoon” (Pelotón) fue la primera película de Hollywood escrita y dirigida por un veterano de la guerra de Vietnam. Esta fue la primera película de una trilogía de la guerra de Vietnam dirigida por Stone, seguida de “Nacido el 4 de julio” (1989) y “El Cielo y Tierra” (1993). Protagonizan Tom Berenger, Willem Dafoe, Charlie Sheen, Keith David, Kevin Dillon, John C. McGinley, Forest Whitaker y Johnny Depp. Stone utiliza el dispositivo narrativo dela voz en off del protagonista exponiendo sus pensamientos, siguiendo su deterioro físico por las extasiantes marchas por la selva, y sobre todo la degradación mental por vivir en este averno, con constantes choques con el enemigo, tiroteos, heridos, muertos, provocando en el pelotón el terror en diferentes modos de afrontarlo, desde la simbiosis con el terreno, disfrutando de la espiral de violencia, o los que desena salir de allí como sea, aunque sea auto lesionándose. Stone consigue que el espectador se sumerja en esta selva asquerosa, hace que sudemos, que nos aterremos, nos hastiemos, nos envuelve en una pesadilla, que no es más que el despertar de la inocencia de su protagonista, que pasa del idealismo de ser un voluntario a sentirse intoxicado por la experiencia, esto ya se siente desde su aterrizaje al aeropuerto de Saigon, donde se cruza con las bolsas de cadáveres que son enviados a USA, los recién llegados novatos no son más el reemplazo de los muertos, y quizás (miles lo fueron) vuelvan también en bolsas mientras también llegan otros en una cadena que no parecía tener fin. Seguimos la labor ordinaria de un batallón en el frente de Guerra.

 

En 1967, Chris Taylor (Sheen), voluntario del ejército estadounidense, llega a Vietnam del Sur y es asignado a un pelotón de infantería de la 25.ª División de Infantería cerca de la frontera con Camboya. Aunque el pelotón está oficialmente bajo el mando del joven e inexperto teniente Wolfe, los soldados ceden ante dos de sus subordinados mayores y más experimentados: el cínico sargento Barnes (Berenger) y el más compasivo sargento Elias (Dafoe). Taylor está desplegado con Barnes, Elias y otros soldados experimentados para una emboscada nocturna a una fuerza del ejército norvietnamita. Aparece una patrulla del EVN, lo que provoca un breve tiroteo. Taylor resulta herido mientras otro nuevo recluta, Gardner, muere. A su regreso a la base desde el puesto de socorro, Taylor se une a Elias y su círculo de fumadores de marihuana, mientras se mantiene distante de Barnes y sus seguidores más acérrimos. Durante una patrulla posterior, dos soldados mueren por una trampa explosiva y otro por asaltantes invisibles. Ya nerviosos, el pelotón se enoja aún más cuando descubren un alijo de suministros enemigo en una aldea cercana. Barnes interroga agresivamente al jefe de la aldea sobre si los aldeanos han estado ayudando al EVN.

 

Mayormente estamos en medio de la selva con el batallón, donde el enemigo es un ente cuasi-invisible, sentimos la sensación de cansancio, de miedo, de peligro latente. Los soldados son una bomba de relojería a punto de estallar por las diferentes fases por las que pasan, hasta que el afán revanchista todo explota en una aldea de campesinos vietnamitas, tramo brutal por el salvajismo empleado por los soldados, segmento este claramente inspirado en La Matanza de My Lai. Entre 347 y 504 civiles fueron asesinados por soldados estadounidenses. Entre las víctimas había hombres, mujeres, niños y bebés. Algunas de las mujeres fueron violadas en grupo y sus cuerpos mutilados, la mayor masacre de civiles perpetrada por las fuerzas estadounidenses en el siglo XX de la que se tiene público conocimiento. También en la vida real hubo un choque entre el que lideró la matanza, el segundo teniente Calley y el oficial de helicópteros Thompson, que ordenó disparar a su tripulación si continuaba la carnicería. Esta del film no llega a los niveles de My Lai, pero en menor escala si deja patente el grado de violencia malsana, donde cualquier moralidad, cualquier asidero humano se pierde en pos del salvajismo más atávico, liderados por el sargento Barnes (con cicatrices que le hacen ver como el monstruo que es) en su brutalidad asesina, y con ello entendemos porque los norteamericanos no tuvieron nunca las simpatías de las zonas rurales en esta guerra. Pero Stone también ofrece un halo de esperanza cuando muestra que hay un sargento, Elias, que si demuestra tener conciencia moral y colisiona con los métodos de Barnes. Este duelo de razones llega a su zenit en otro entente contra el enemigo, que dará origen a la escena mítica del film. Son el Bien vs el Mal, la Brújula Moral contra el Instinto Básico de matar y preguntar después.

 

Todo un desarrollo donde Taylor se encuentra en medio de las dos visiones de la Guerra. El muchacho se irá curtiendo conforme avanzan las semanas, encuentra refugio en el grupo de Elias, fumando marihuana con ellos para huir de la dura realidad. Y ello surtido por diálogos inteligentes sobre la guerra, sobre las motivaciones de unos y otros, siendo el leit-motive la reflexión final desde el helicóptero. Todo en un crescendo gradual muy bien llevado por Stone, con gesto sutiles, sorbe todo en las miradas que en silencio dicen mucho, que desemboca en un clímax apoteósico donde la barbarie macro de la guerra se entrecruza con lo micro del animal emergiendo del protagonista en su pugna contra el mal, pero sobre todo contra sí mismo.  

 

Una inmersión fascinante en este lar perdido de la mano de Dios. Gracias en parte a la gran puesta en escena que nos imbuye del pesaroso estado de ánimo reinante en estos bosques monzónicos. Con un sobresaliente diseño de producción de Bruno Rubeo (“Nacido el 4 de Julio” o “El mercader de Venezia”), filmándose la cinta en Filipinas, en sus selvas, todo un prodigio de sensación de estar allí; azuzado esto por la formidable cinematografía del tri-oscarizado Robert Richardson (“JFK”, “El Aviador” y “La invención de Hugo”), sabiendo ser cámara en mano uno más entre el pelotón, haciéndonos sentir el sopor, jugando con lo velado de la semioscuridad, provocando sensaciones en como confiere un halo fantasmagórico a los norvietnamitas, ello adornado por algunos recursos un tanto artificiosos en algún slow para enfatizar emociones dramáticas, gran trabajo cutáneo; pero sobre todo es omnipresente la banda sonora del maestro galo Georges Delerue (“El desprecio” o “El Conformista”) que dirige a la “The Vancouver Symphony Orchestra” para ejecutar la mejor pieza de la banda sonora, el “Adagio for strings” de Samuel Barber, un epicúreo tema que en comunión con la historia se te opone el vello de punta en varias ocasiones, el contraste cuasi místico del tema entrelazado al carácter salvaje de la violencia a la que asistimos.

 

Charlie Sheen borda su papel, puede que su mejor actuación en cine, transmite todo un arco de desarrollo acompañado de emociones que nos llegan en su dualidad de protagonista y narrador, desde la desorientación inicial, al veterano ajado del rush final, buen rol; Willem Dafoe es estupendo como el sargento Elias, es la luz en la oscuridad, camina entre la fina línea entre ser un chacal en primera línea, buscando enemigos en los famoso túneles vietnamitas, y no volverse un loco asesino. Su rol tiene en su escena final un icono del Séptimo Arte (spoiler); Y está el tercer vértice de es te triángulo sobre el que pivota el joven, el veterano sgto. Barnes, encarnado por un arrollador Tom Berenger, con su rostro marcado por heridas le dotan de una dureza adusta, con un nervio y crudeza que lo convierten en un guerrero desalmado dispuesto a todo, la personificación de la perdida de cualquier moralidad en la guerra, brillante su interpretación; Entre el resto del elenco se hace un hueco Kevin Dillon (hermano de Matt Dillon; actor que se hizo un lugar en los corazones catódicos en los 2000 con su ‘Johnny Drama’ de la popular serie de la HBO “Entourage”), como un joven aprendiz de sgto. Barnes, un psicópata que disfruta matando, muy bueno.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables: El tiroteo primero nocturno en medio de la selva; La masacre del pelotón en el poblado rural vietnamita; Pero sobre todo queda la secuencia en que el pelotón se retira en helicópteros de una zona de combate por la llegada de los norvietnamitas, y desde el aire vemos a estos perseguir cual hordas al sargento Elias, que Barnes decía haber visto muerto. Escena a cámara lenta para potenciar el dramatismo teatral, ello flanqueado por el sempiterno tema del Adagio para cuerda de Barber (0pus 11), siendo acribillado ante la impotencia de sus compañeros huyendo, de rodillas y lanzando sus brazos en alto, Épico. Aunque hay un par de elementos que me hacen torcer el ceño. El primero es que, si Barnes ha encontrado a Elias muerto, sui deber de compañero es haberlo recogido para ser enviado a USA. Y segundo, es que, si los helicópteros en su huida ven a un compañero asediado por cientos de enemigos, sui deber es intentar ayudarlo, y en el peor de los casos recoger el cadáver por orgullo y no dejarlo allí.

 

Es muy bueno el rush final con la batalla en la noche, una carnicería de enfrentamientos cuerpo a cuerpo, van cayendo muertos todos los del pelotón. Hassta que se da orden a la aviación que disparen contra sus propias posiciones, provocando el Apocalipsis en el campo de batalla. Hay una elipsis y ya es de día, el panorama es de decenas y decenas de cadáveres esparcidos por la selva. Taylor, que quedó inconsciente tras el bombardeo se recupera, toma un rifle enemigo y encuentra a Barnes arrastrándose lentamente por el suelo. Barnes le ordena que llame a un médico, Taylor no responde. Después de desafiar a Taylor a matarlo, Barnes le dispara varias veces hasta matarlo. Vemos a Francis (Corey Glover, soldado que ansiaba salir de Vietnam como fuera) que se apuñala en la pierna y le recuerda a Taylor que, como han sido heridos dos veces, pueden regresar a casa. Mientras un helicóptero se lleva a los dos hombres, Taylor se despide de Rhah. Sargento (Francesco Quinn). O'Neil (John C. McGinley), lacayo de Barnes que se escondió debajo de un cadáver durante la batalla, recibe el mando del resto del pelotón. Abrumado, Taylor rompe a sollozar mientras mira fijamente los múltiples cráteres llenos de cadáveres y narra cómo la guerra lo ha cambiado para siempre, en off oímos como Taylor piensa que el verdadero enemigo está dentro de cada uno y que la guerra nunca lo abandonará, mensaje del film.

 

Refugiados vietnamitas que vivían en Filipinas en ese momento fueron reclutados para actuar en diferentes papeles vietnamitas en la película. Stone hace un cameo como comandante del 3.º Batallón, 22.º de Infantería en la batalla final, se basó en la histórica Batalla del Día de Año Nuevo de 1968 en la que había participado mientras estaba de servicio en Vietnam del Sur. Dale Dye, interpretó al Capitán Harris, el comandante de la Compañía B, es un veterano de la Guerra de Vietnam del Cuerpo de Marines de los EE. UU. que también se desempeñó como asesor técnico de la película.

 

El rodaje de exteriores comenzó en la isla de Luzón en Filipinas en febrero de 1986, Las escenas se rodaron en Mount Makiling, Laguna (provincia) (para las escenas del bosque), Cavite (para las escenas del río y del pueblo) y la base aérea de Villamor cerca de Manila. aunque la producción casi fue cancelada debido a la agitación política en el país, a causa del entonces presidente Ferdinand Marcos . Con la ayuda del conocido productor asiático Mark Hill, el rodaje comenzó, según lo previsto, dos días después de que Marcos huyera del país. El rodaje comenzó en febrero y duró 54 días y costó 6,5 millones de dólares. La producción llegó a un acuerdo con el ejército filipino para el uso de equipo militar.

 

A su llegada a Filipinas, el elenco fue enviado a un curso de entrenamiento intensivo, durante el cual tuvieron que cavar trincheras y fueron sometidos a marchas forzadas y "emboscadas" nocturnas, en las que se utilizaron explosiones con efectos especiales. Dirigido por el veterano de la guerra de Vietnam Dale Dye , el entrenamiento sometió a los actores principales, incluidos Sheen, Dafoe, Depp y Whitaker, a un régimen de entrenamiento inmersivo de estilo militar de 30 días. Limitaron la cantidad de comida y agua que podían beber y comer y, cuando los actores dormían, dispararon balas de fogueo para mantener despiertos a los cansados ​​actores. Dye también tuvo un pequeño papel como el Capitán Harris. Stone dijo que estaba tratando de doblegarlos, "meterse con sus cabezas para que pudiéramos cansar a ese perro, que no les importe la actitud, la ira, la irritación... el acercamiento casual a la muerte".

 

Fue un éxito de taquilla tras su estreno, recaudando 138,5 millones de dólares a nivel nacional frente a su presupuesto de 6 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera película nacional más taquillera de 1986. En 1998, el American Film Institute colocó a Platoon en el puesto 83 en su encuesta " 100 años de AFI... 100 películas". En 2019, la película fue seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".

 

La música de la película fue de George Delerue. La música utilizada en la película incluye Adagio for Strings de Samuel Barber, "White Rabbit" de Jefferson Airplane y "Okie from Muskogee" de Merle Haggard (lo cual es un anacronismo, ya que la película está ambientada en 1967, pero la canción de Haggard fue no publicado hasta 1969). Durante una escena en "Underworld", los soldados cantan "The Tracks of My Tears" de Smokey Robinson y The Miracles , que también apareció en el avance de la película. La banda sonora incluye "Groovin'" de The Rascals y "(Sittin' On) The Dock of the Bay" de Otis Redding.

 

Notable film bélico anti-bélico, la fina línea entre un concepto y otro es muy difusa. Gloria Ucrania!!!

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