martes, 5 de septiembre de 2023

 

Asteroid City.


Irregular, aunque en su conjunto atractiva nueva obra de unos de los cineastas con un universo propio, eso tan complicado de conseguir, como es un sello distintivo propio, como es el cine del texano Wes Anderson. Una dramedia imaginativa, juguetona, una especie de juego de matrioshkas divertido. Dirige y produce Anderson, con guion propio junto a su colaborador habitual Roman Coppola (“Moonrise Kingdom”, “Isla de perros” o “La crónica francesa”), siendo una de las marcas del realizador un reparto extenso de nombres reconocidos famosos, aquí con Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Jeffrey Wright, Tilda Swinton, Bryan Cranston, Edward Norton, Adrien Brody, Liev Schreiber, Hope Davis, Steve Park, Rupert Friend, Maya Hawke, Steve Carell, Matt Dillon, Hong Chau, Willem Dafoe, Margot Robbie, Tony Revolori, Jake Ryan y Jeff Goldblum. Para una trama de meta ficción, narrando los eventos de una convención Junior Stargazer en una versión retrofuturista de 1955 en el pueblo titular en el desierto USA, representada como una obra de teatro, y dentro de ello la creación de la obra (ello por mor de la narración de demiurgo de Bryan Cranston), subyaciendo una carta de amor al arte de narrar historias, uno de los mantras en varios de los últimos films del texano (“Gran Hotel Budapest”, “Moonrise Kingdom” o “La Crónica Francesa”). Un relato que denota ser un homenaje a los films de sobre todo los años 50, los que nacían de la paranoia de la Guerra Fría y su vertiente del miedo a la Bomba H, de ahí el sub género de monstruos mutantes y de extraterrestres, de ahí sus elementos con gran sentido retro como los cohetes, el armamento o este peculiar desierto. El rodaje tuvo lugar en España entre agosto y octubre de 2021. Se utilizaron varios decorados en Chinchón, que asemejan un paisaje desértico y una estación de tren simulada.

 

Wes Anderson continua moviéndose en ese micro universo particular, donde sobresale su epicúreo sentido sensorial, toda una inmersión en un sub mundo de una esmerada planificación visual simétrica, tirando de sus colaboradores habituales, como con el DP Robert D. Yeoman (“Gran Hotel Budapest” o “Crónica Francesa”), planos híper mimados, con una color pastel prodigioso, con mucha toma alargada en plano general, con un ambientación que parece sacada de un cuento infantil donde se desplegaban bocetos en 3D, todo muy caricaturesco, muy de sentido de cuento para niños en sus decorados por mor del fabuloso diseño de producción de otro de sus inseparables como Adam Stockhausen, divertidamente gritando cartón piedra, donde todo resulta orgullosamente falso, creando para el espectador una grácil sensación de meta ficción de estar en los años 50, ello con el añadido del manejo dramático del b/n (todo lo que no es la parte Asteroide City) y el color, estos cromatismos en maximizados tonos azules-verdes-terrosos, así como los cambios entre formatos de pantalla para diferenciar entre las ‘matrioshkas’ (esto ya usado por Anderson en “El Gran Hotel Budapest”).Todo ello adornado por una deliciosa banda sonora creada por el galo Alexandre Desplat (en su sexta colaboración consecutiva con el director); Amén del elemento del vestuario creado por la 4 veces oscarizada la turinesa Milena Canonero.

 

Un relato sin un protagonista definido, se mueve en la coralidad, aunque con personajes entre su maremágnum de roles que se destacan en cada ‘matrioshka’. En realidad, entre estas decenas de personajes es complicado que las actuaciones sobresalgan, de hecho, resultan estas algo ataráxicas, muy flemáticas. También este pandemónium de historias hace que ninguna tenga fuerza de calado emocional, Anderson atrapándome en su bonito caramelo con su envoltorio deslumbrante estéticamente, no consigue equilibrar esto con una narrativa que te hinque el diente. Es un film que me cautiva en su primera parte, pero a medida que avanza pierde ese punch, pues le falta sustancia para mantener la garra, pues tras su fascinante puesta en escena la historia es esquemática, te ríes, te conmueve en algún momento, pero adolece del factor de trascendencia. Wes firma aquí cheques que no puede avalar su guion, su proyección del existencialismo de sus personajes resulta impostado, lo intenta potenciar con el hieratismo de los mismos, pero me resulta forzado. Esta narración anidada una dentro de otra y así sucesivamente hace que pierda fuerza siempre la de adentro, sientes que al final el dramatismo se pierde al estar viendo a actores y no a personaje. Ya sé que hablan de la dificultad de las conexiones humanas, pero al contarlo de esta forma se pierde el foco de lo real, siéndome al final de ligereza, grácil, pero reitero, ligera, donde precisamente la conexión, en este caso la emocional se diluye entre tanto artificio atmosférico. Y es que tampoco es que me cuente algo original, es volver por los temas ya ajados del cineasta, parece plagiarse a sí mismo por momentos.

 

Ambientada en una versión retrofuturista de la década de 1950, un presentador de televisión (Bryan Cranston) presenta una producción televisada de Asteroid City, una obra del famoso dramaturgo Conrad Earp (Edward Norton). En la obra, se lleva a cabo una convención de astronomía juvenil en la ciudad ficticia del desierto de Asteroid City, lugar en medio de la nada, con solo una gasolinera (la regenta un mecánico encarnado por un cuasi cameo Matt Dillon), un motel (regentado por un tipo encarnado por otro cuasi-cameo Steve Carell), la cafetería, y un puente inacabado de fondo. En la obra, el fotoperiodista de guerra Augie Steenbeck (Jason Schwartzman) llega temprano a la convención Junior Stargazer con Woodrow (Jake Ryan), su intelectual hijo adolescente y sus tres hijas menores. Allí se conmemora el ‘Totem’ del meteorito que aterrizó en este lugar del desierto en el año 3007 a. C. y lo eligieron para hacerlo con una ceremonia especial de entrega de premios. Cinco jóvenes inventores han sido invitados a recibir los trofeos que han ganado como Junior Stargazers y Space Cadets. Cuando su auto se avería, Augie llama a su suegro, Stanley (Tom Hanks), para pedirle ayuda. Augie es un tipo inseguro, incapaz de comunicarles a sus hijos que hace tres semanas por enfermedad falleció su madre (lleva las cenizas de ella en un tupperware). Entrando aquí uno de los mantras del realizador de “El Fantástico Mr. Fox” como es el factor dolor, aunque como casi todo en la peli me es superficial. También hay espacio para criticar el militarismo, para criticar ello intentar comprender al diferente (encarnados estos en el extraterrestre).

 

Augie conoce a Midge Campbell (Scarlett Johanson), residen enfrente cada uno en el motel, hablando charlando teatralmente a través de las ventanas que se comunican. Ella es una actriz famosa pero cansada del mundo, y a su hija Dinah (Grace Edwards), quien, al igual que Woodrow, será homenajeada en la convención. Llegan los demás participantes de la convención, el general de cinco estrellas Grif Gibson (Joe Wright), el astrónomo Dr. Hickenlooper (Tilda Swinton), tres homenajeados adolescentes adicionales (Ricky, Clifford y Shelly) y sus padres (JJ, Roger y Sandy), un autobús lleno de niños de escuela primaria acompañados por la joven maestra June Douglas y una banda de vaqueros dirigida por la cantante Montana (Rupert Friend). Un motel local ofrece alojamiento para todos; La creación de la obra se intercala entre la obra. Algún tiempo después de que Conrad Earp comenzara a escribir, se encuentra con el actor Jones Hall (..), quien realiza una audición en la casa de Earp y es elegido de inmediato, teniendo importancia el preparador de intérpretes (Willem Dafoe pasándoselo bien en un papel inane). Durante la misma interacción, Earp y Hall se besan, estableciendo su relación como amantes. Earp escribe la obra con la ayuda de una escuela de actuación local y recluta a la mayoría de los miembros del reparto, incluida Mercedes Ford (la Johanson ahora rubia), una actriz temperamental pero talentosa que interpreta a Midge. Durante la representación grabada de la obra, Hall, que interpreta a Augie, se enfrenta al director de la obra, Schubert Green (Adrien Boody), diciendo que "todavía no entiende la obra" y le pregunta a Green si "lo está haciendo bien".

 

Es una cinta de las que es mejor por partes que en su suma. Teniendo buenas escenas, buenos diálogos, personajes pintorescos, situaciones jocosas (toda la ceremonia de los premios en el cráter que acaba con la llegada de un platillo volante a los “Encuentros en la tercera fase”, y apareciendo un E.T. [un disfrazado de alíen Jeff Goldlum] para robar un fragmento del meteorito que creó el cráter; lo bufonesco de los niños usando sus inventos para acabar con el militarismo; o el running-gag de la persecución policial que se ve de fondo de vez en cuando)

 

Spoiler:

 

Final: Seis meses después de la ejecución de la obra, Conrad Earp muere en un accidente automovilístico. En el epílogo de la obra , Augie y su familia son los últimos en abandonar Ciudad Asteroide después de que el general Gibson levantara la cuarentena. Las hijas de Augie entierran las cenizas de su madre en el desierto, Woodrow gana la financiación de la beca y Midge le deja a Augie su dirección postal. Augie y su familia se alejan en silencio.

 

Bill Murray fue elegido originalmente como el gerente del motel, pero tuvo que abandonar el papel debido a que estaba infectado con COVID-19. Sin embargo, después de su recuperación, llegó al set de filmación en España, y aunque Anderson no pudo agregar otro papel a la película en sí, le dio a Murray el papel de Jock Larking, que era un personaje adicional creado para un cortometraje promocional.

 

El rodaje en España fue entre agosto y octubre de 2021, con las precauciones de seguridad de COVID-19 vigentes. Se construyeron varios escenarios en Chinchón, incluido un gran diorama que se asemeja a un paisaje desértico con la ciudad homónima de Asteroid City, incluida su estación de tren, un restaurante, un garaje y un observatorio.

 

Me queda una bonita fallida propuesta, a al que le falta solidez narrativa para elevarse por encima de su artificio. Gloria Ucrania!!!

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