MARS ATTACKS!
Irregular, aunque en sus
picos muy divertido film de ciencia ficción apocalíptica dirigido y producido por
el singular Tim Burton. Mientras estaba ocupado preparando Ed Wood (1994),
creía que “Mars Attacks!” sería una oportunidad perfecta para rendir homenaje a
las películas de Edward D. Wood Jr., especialmente “Plan 9 from Outer Space”
(1959), y otras películas de ciencia ficción B de la década de 1950, como “Invaders
from Mars” (1953), “It Came from Outer Space” (1953), “The War of the Worlds”
(1953), “Target Earth” (1954), “La invasión de los ladrones de cuerpos” (1956)
y “Earth vs. the Flying Saucers” (1956).
En 1.996 se estrenaron dos películas donde los extraterrestres nos invadían
con inmensa flota de platillos volantes: una era "Independence Day",
la otra esta "Mars Attacks!". Mientras la primera se agarraba a los
convencionalismos, efectos visuales, al espectáculo enfocado de modo solemne,
la segunda es una parodia mordaz de este subgénero catastrofista-apocalíptico,
con influencias ya mencionadas, también se atisban a la kubrickiana "Dr.
Strangelove…", a “Los Gremlins” (la historia en sí es un calco a nivel
global de esta, con unos traviesos malos malísimos), e incluso a la novela
(llevada tantas vences a la pantalla) de H.G. Wells “La Guerra de los mundos”.
Ello con un guión del dramaturgo londinense Jonathan Gems (“1984), que se basó
en la serie de cromos de Topps del mismo nombre, creada en 1.962 en plena
Guerra Fría por los artistas Norman Saunders y Wally Wood, la serie de cromos
"Mars Attacks!" de la compañía Topps tuvo una corta pero intensa
existencia. Mostrando con notables dosis de cinismo, violencia y sexo una
invasión marciana que dejaba el Mundo patas arriba, colección de cariz
políticamente incorrecto fue retirada rápidamente por la polvareda de polémica
que levantaron al estar dirigidos a los niños, por esto son un raro y codiciado
objeto de coleccionista. A lo largo de los años, la bizarra invasión y
destrucción de La Tierra presentada en "Mars Attacks!" intentó
llevarse al cine.
Los dardos del guion y
el cineasta de los cabellos revueltos se dirigen contra toda la sociedad americana,
desde sus buenistas políticos, el militarismo, la cultura de las armas, contra
los medios de comunicación, la vulgaridad de paraísos artificiales (Las Vegas).
Ello tenido en la fachada un megalómano y (desaprovechado) elenco actoral,
propio de los films de catástrofes que popularizó el productor Irwin Allen, con
Jack Nicholson (en un papel dual, de POTUs y de empresario histriónico en Las Vegas,
en ambos parece incómodo, resulta acartonado y sin ganas; Tim volvía a trabajar
con él después de “Batman”), Glenn Close (en una parodia sin gracia de Nancy Reagan),
Annette Bening (como una hippy insustancial), Pierce Brosnan (entre el interpretativo
erial deja algo como el idealista consejero presidencial), Danny DeVito (como
un abogado carroñero deja una buena escena cuando se ofrece a los alienígenas,
y solo eso; estuvo con Burton en “Batman vuelve”), Martin Short (en un papel
que se cree más gracioso que el insulso material que tiene), Sarah Jessica
Parker (haciendo de sí m isma, y con ello siendo tan kitsch como inane),
Michael J. Fox (como un presentador de noticias pomposo y sin chispa alguna),
Rod Steiger (otro que aporta, con carisma aporta raza y visceralidad de Halcón
militar), Tom Jones (haciendo de Tom Jones, y sin capacidad de reírse de sí
mismo, se agradece que cante su popular tema "It's Not Unusual", pero
cuando se repite ya cansa), Lukas Haas (actor dotado para más que este insípido
rol), Pam Grier ( en un papel de pasaba por allí), Natalie Portman (parece
extrañamente ausente), Jim Brown (en un personaje tosco, solo destacable pro la
pelea que mantiene a puñetazos con los marcianos), Jack Black (escasito, tiene
su escena cuando ataca a los marcianos y tras ello coge la bandera de las
barras y estrellas para ofrecer su verdadero carácter), Lisa Marie (pareja de entonces
de Tim Burton, hace una parición sin decir palabra como bombón sexy en realidad
un caballo de Troya marciano, sin personalidad), Joe Don Baker (como un redneck
que vive en un barrio de caravanas, aporta nervio y carácter, algo que es cuasi
desértico en el film) y Sylvia Sidney (gran
actriz del cine de la edad de Oro, siempre es un placer verla; ya estuvo con
Burton en “Bitelchus”) en su último papel cinematográfico; Tengo la impresión
de que a la mayoría de intérpretes Tim Burton no les dijo que estaban en una
comedia.
El desequilibrio del film
viene que, tras su esperanzador inicio, cuando vemos por un camino del medio
oeste USA a una manada de vacas correr despavoridas con el lo ardiendo en
llamaradas, mientras unos granjeros lo observan impactados. Tras ello los muy
imaginativos créditos iniciales en los que vemos saliendo de Marte cientos de
platillos volantes, cual clásica imagen caricaturesca de los mismos (la icónica
de dos platillos de música), ello adornado por una turbadora música de theremín.
Pero cuando se inicia la película, el suflé se desinfla en medio de situaciones
sin humor, aunque sepamos es una parodia, este de por sí no tiene chispa si no
la goteas de situaciones sarcásticas ingeniosas, y de eso adolece la película. Nos
pasamos media hora plana de presentación de personajes por los USA (Washington
DC para retratar la fatuidad d ellos políticos; Kansas para retratar a los
rednecks; y Las Vegas para retratar la superficialidad de los humanos), seres
sin nada que decir, meros clichés más planos que un folio, figuras sin alma,
que importa entre zero y nada lo que ves.
Pero todo este germinal
tedio se interrumpe con el aterrizaje en Nevada de los marcianos, es su aparición
la que nos saca del sopor. Y es que estos seres de otro planeta resultan muy
divertidos, ya desde su apariencia guiñolesca, sus cabezones con la masa
cerebral a la vista, sus ojos saltones, sus escafandras, sus armas que se
asemejan a escopetas de agua de colorines, su modo de hablar cual patos, y
sobre todo su gran vis cómica, ya desde su entrada con esa traducción de sus
palabras ‘Venimos en son de Paz’, todos los allí presentes aplauden entusiastamente,
sueltan una paloma blanca, la ve el embajador marciano, desenfunda su pistola y
la achicharra, en algo que será recurrente en sus muertes, es ver que el cuerpo
se le ilumina, tras lo que vemos sus esqueleto en verde (creo) y luego se
carboniza (eso sí, para que no nos caigan demasiado mal, nunca contra mujeres o
niños). Tras lo que comienzan un akelarre los marcianos contra todo el público.
Marcando el tono de humor negro de la cinta, haciendo risas de las propias
muertes, de la paloma de la paz, del buenismo. Y aún los humanos creen puede
ser un malentendido cultural, lo que deriva en una escena transgresora Destroyer
que puede ser el sueño húmedo de muchos, como es la aniquilación/pulverización
del congreso USA y todos sus representantes. Tras ello entramos en la Guerra de
los Mundos, estamos en un vaivén continuo, donde los sub tramas humanas son valles
sin capacidad de generarme interés alguno (se salva el punzante gag en que el
presidente de Francia telefonea al de USA para decirle que tiene buenas noticias,
ha llegado a un acuerdo con los marcianos, en claro torpedo a los gabachos y como
terminaron pactando con los nazis en la WWII con el gobierno de Petain), y solo
espero saltemos a estos marcianillos perversos. Con gags desternillantes con el
Obelisco de Washington (es alguna referencia fálica?), el Taj Majal (la
peculiar sesión de fotos), el Big Ben, o la Isla de Pascua (improvisados bolos
de moais), o el Monte Rushmore (el rediseño láser). También jocosos sus experimentos
con humanos, como es ese intercambio de cuerpos con cabezas de perros. Delirante
como persiguen a los humanos por las calles, con un traductor que grita: ‘No corráis, somos
vuestros amigos’. O como introducen a uno de los suyos en la White House. Seres
creados por CGI de la Industrial Light and Magic, aunque Burton quería fueran
en stop motion que rindiera homenaje a Ray Harryhausen, pero su alto coste hizo
lo dejara. Los supervisores de stop motion Ian Mackinnon y Peter Saunders,
quienes más tarde colaborarían con Burton en “Corpse Bride”, recibieron crédito
por el diseño de personajes.
Posee un *rush final
claramente influenciado por La Guerra de los Mundos. Donde aparecen los
reventamientos de cerebros marcianos, en modo toon en su color pegajoso verde
comic.
Spoiler:
En la Guerra de los mundos es un virus el que acaba con los invasores, aquí el
virus es un tema musical cuando la abuela pone en un tocadiscos la canción de
Slim Whitman, "Indian Love Call", y descubre que hace que las cabezas
de los marcianos exploten. Entonces por todo el planeta la gente pone la
canción, por altavoces en tanques, por radiocasetes, aviones y los marcianos
comienzan a caer como moscas.
Las escenas en las que
marcianos atacan China, Filipinas, Japón, Europa, África, India y Rusia se
eliminaron del guión, dejando solo París y el Taj Mahal. Comentó Gems.
"Tuvimos cosas como que Manhattan fue destruida edificio por edificio, la
Casa Blanca y también el Empire State Building. Warner Bros pensó que todo esto
sería demasiado costoso, por lo que eliminamos la mayor parte para reducir el
costo". Discutiendo más a fondo las diferencias entre Mars Attacks! E “Independence
Day”, Gems afirmó, "Independence Day es más como una película llamada
Fail-Safe y Mars Attacks es como Dr. Strangelove", en que ambas películas
tenían una historia similar, pero con diferentes tonos.
Howard Stern afirmó que
el clímax de la película, donde un ataque de los marcianos fue frustrado al
tocarles canciones de Slim Whitman, fue creado originalmente por él cuando
trabajaba en WNBC en 1982, en un boceto llamado "Slim Whitman vs. The
Midget". extraterrestres de Marte".
Al diseñar al marciano
(interpretado por la novia de Burton, Lisa Marie Smith) que seduce y mata a
Jerry Ross (Martin Short), la diseñadora de vestuario Colleen Atwood se inspiró
en fotos de Marilyn Monroe, y el trabajo de Alberto Vargas y Jane Fonda en “Barbarella”
(1968); La banda sonora de la película fue compuesta por el compositor habitual
de Burton, Danny Elfman, con quien Burton se reconcilió después de una pelea
que ocurrió durante “Pesadilla antes de Navidad” (1993). Se adapta bien al tono
del film, pero no trasciende como muchas otras del músico; El diseñador de
producción Wynn Thomas (“Inside Man” o “Figuras ocultas”) tenía la intención de
que la sala de guerra rindiera homenaje al Dr. Strangelove (1964); La
destrucción del hotel de Art Land fue una grabación de la demolición nocturna
real del Landmark Hotel and Casino, un edificio que Burton deseaba
inmortalizar.
Desigual film, que me
hubiera gustado ver desde la óptica de los marcianos, que so n más ricos en carácter
que estos humanos ñoños y cursis. Gloria Ucrania!!!