PENNY DREADFUL (SERIE TV 3TC)


Acabo de
terminar de ver el último episodio de la tercera y última temporada (8+10+9) de
esta atractiva serie hiper-gótica, dejándome un buen sabor, no exquisito, pero
si agradable. Producida para el canal Showtime,
creada por el reputado dramaturgo y guionistas tres veces nominado al Oscar John
Logan (“Un domingo cualquiera”, “Gladiator”, “El último samurái”, “El aviador”
o “Sweeny Todd”), una propuesta que hace una sugestiva mezcla de personajes
literarios clásicos (del terror) del Londres victoriano (Frankenstein, Drácula,
Dorian Grey, El Hombre Lobo, o el Doctor
Jekyl, y con ellos sus universos), reinventando y revisionando de modo
respetuoso con los que los inventaron, en una labor que recuerda a “La Liga de
los Hombres Extraordinarios” de Alan Moore, pero abordada desde otro punto de
vista, uno introspectivo en que se analizan los demonios internos que conllevan
estos personajes, ello enmarcado en historia sórdidas y en muchos casos
confusas. John Logan guioniza de 24 de los 27 episodios, produce el oscarizado
por “American beauty” Sam Mendes, son capítulos que no llegan a la hora de
duración, en los que su mayor pilar, su fascinante ambientación, nos sumerge en
Londres tétrico y tenebroso, una labor de creación de atmósfera enfermiza
fabulosa, con una espléndida fotografía,
con diseño de producción superlativo, con vestuario maravilloso, maquillaje muy
expresivo, incisiva música, derivando en una recreación impresionante de este
idealizado tiempo y lugar, añadiéndose unas actuaciones que dan sentido a sus
alambicados relatos, estos combinando el terror, el drama, el romanticismo, la
aventura, el suspense y algo de acción, porque esos sí, el que vaya buscando
una serie de peleas, persecuciones, batallas, violencia extrema, que se olvide,
hay de todo esto, pero en pequeñas dosis, de hecho cuando llegan no son tramos
para recordar. Es una serie con la que no tienes un flechazo, es de digestión
lenta, le cuesta atrapar, lo hace más por el envoltorio que por el contenido, y
es que este se hace por momentos demasiado denso, pero con sus altibajos
también hay buenos momentos, buenos diálogos, personajes sensiblemente
descritos, con los que conectas, se les matiza, se les da aristas, se humaniza
a “monstruos” de nuestro imaginario literario, se les da fondo, se les alma
atormentada, se les imprime frustración, un pasado que les oprime y asfixia, sumado
a situaciones tensas e intensas, explorando con mordacidad la fina línea que
separa el bien del mal, reflexionando sobre el sentido de la vida, sobre las
falsas apariencias. Los personajes literarios se mezclan con otros de invención
del creador, Sir Malcolm Murray encarnado por el veterano y solvente Timothy
Dalton, y sobre todo la estrella de la serie, la carismática y angustiada
Vanessa Ives, dándole vida una magnífica Eva Green. Tiene entre sus taras más
evidentes el tomar se demasiado en serio, en su cortante solemnidad, un poco de
humor (el oscuro) habría dado más brillo al resultado final, algo de lo que
adolece por completo. La serie toma su nombre de una serie (pulp) de fascículos
de ficción terrorífica que se vendían en Inglaterra en el SXIX al precio de un
penique. Entre los directores que pasan por la serie destacan los españoles
José Antonio Bayona (dirige 2, entre ellos el primero), y Paco Cabezas (dirige
4, entre ellos el final), siendo claves, uno para crear la atmósfera con que se
da arranque y el otro para dar conclusión a las tramas, a este sentido crucial
contribuye otro hispano, el director de fotografía Xavi Giménez (“Ágora” o
“Luces Rojas”), que trabaja en el capítulo piloto.

Estamos a finales del SXIX en
el Londres victoriano. Los protagonistas son Vanessa Ives
(Eva Green), mujer con poderes psíquicos,
y Sir Malcom Murray, (Timothy
Dalton), una especie de Alain Quatermain, los dos buscan a la hija del segundo
y gran amiga de la primera, Mina (Olivia Llewellyn), lo que les lleva a un submundo de vampiros. Para intentar dar con
ella contratan a un pistolero Ethan Chandler (Josh
Harnett), que anda dando un espectáculo
del oeste en la ciudad, también fichan a un doctor, Victor Frankenstein (Harry Treadaway), un experto en
la disección de cadáveres, también será importante la enferma (por
tuberculosis) prostituta Lily (Billie Piper). A lo largo de la serie tendrán importancia muchos personajes: Como el
melancólico Dorian Gray (Reeve Carney), el
sirviente fiel de Sir Malcolm, Sembene (Danny Sapani), John Clare (Rory
Kinnear), criatura revivida por Frankenstein, Ferdinand Lyle (Simon Russell
Beale), un experto arqueólogo algo amanerando, Bartholomew Rusk (Douglas
Hodge), un agente de policía, Hecate poole (Sarah Greene), un bruja, Madame
Kali (Helen McCrory), una enigmática mujer que mantendrá una relación con Sir
Malcolm, la Dra. Seward (Patti LuPone), un psiquiatra que trata a Vanessa,
Kaetenay (West Studi), indio amigo de Ethan, el Dr. Alexander Sweet (Christian
Camargo), un misterioso pretendiente de Vanessa, el Dr. Jekyl (Shazad Latif),
Justine (Jessica Barden), chica que acoge Dorian Grey en su casa, o Catriona Hartdegen (Perdita Weeks), una experta en
vampiros que consulta Vanessa.
La serie tiene el acierto que
manejando muchos protagonistas sabe darle a cada uno subtrama para
desarrollarse, cruzándose de vez en cuando unas con otras, pero sin
atropellarse, fluyendo los mundos interiores convulsos de cada uno de ellos,
seres complejos y desorientados buscando su lugar. Personajes con un punzante
desasosiego, apasionados, enamoradizos, lujuriosos, afligidos, amargados,
frustrados, en donde el drama interior prima, las dudas atosigan, los
sentimientos de culpa les abruman. Ello en historias donde los diálogos están
cuidados con mimo, se nota, influenciados en la literatura romántica. Con
un arco de desarrollo de personajes que resulta fluido y gradual (aunque no
siempre), donde subyace una batalla existencial entre ellos mismos donde la
oscuridad del alma lucha contras la luz, hablándonos de las esperanzas, los
anhelos, las ilusiones, las ansias de redención, frente a las debilidades
humanas, el egoísmo, la envidia, la arrogancia, o la lujuria. Todo escenificado
de un modo penetrante en el que cala la melancolía ambiental, haciéndola una
segunda piel de los personajes de este universo poblado de seres
disfuncionales, anti-héroes que se mueven en las sombras, en la media, luz,
entre luces de velas, entre neblina, en un clima cuasi-onírico de enorme
decadencia, donde las leyendas son revisionadas con bastante ingenio. Una obra
catódica que hace sobre todo un canto a la diferencia que nos hace personas, a
la individualidad, a que la normalidad es algo inexistente, un unicornio. En
una evolución de los episodios que se cuece a fuego lento, con picos
cautivadores y otros no tanto, donde las relaciones entre los personajes son el
motor constante, ello salpicado de dosis de acción, violencia cruenta, y
también escenas de sexo.
En el lado de los defectos: No
todas las subtramas poseen el mismo interés, incluso dentro de las buenas hay
momentos difusos, falta consistencia y solidez, con vaivenes que repercuten en
una narración arrítmica y dispersa en
ocasiones, derivando en algún estancamiento; Logan abre demasiado el abanico y
no sabe apretar lo suficiente; Las resoluciones de muchos problemas devienen en
lo simplista, ejemplo las muy torpes y previsibles peleas del grupo contra
enemigos bien sean vampiros o brujas quedan nulas de emoción ante la sensación
de meros figurantes sin alma a los que fulminar porque sí; Conforme avanza la
serie nos damos cuenta que la conexión que había al principio entre todos los
personajes protagonistas deviene con el paso de los capítulos en
interrelaciones forzadas, metidas con calzador, ejemplo es que pinta
Frankentein con Sir Malcolm, no hay nexo emocional que los una, el Dr. tiene su
propia jugosa subhistoria, cuando se une al Sir es un parche; Como ya he dicho
arriba peca de sequedad, de rigidez, no cabe el más mínimo humor, esto hace el
producto áspero y difícil de “tragar”; Tampoco entiendo se desaproveche de ese
modo tan penos al profesor Van Helshing, sale en un episodio y muere en el
mismo, un despropósito, como hubiera estado bien haber desarrollado más el
personaje del criado de Sir Malcolm, Sembene, se nota tienen una historia
juntos por expresar que se queda en un esbozo; También se podría haber tirado
de algún ser más de este tiempo, como “Jack el destripador”, el “Hombre
Invisible” o “La Momia”; Introducen al Dr. Jekyll en la tercera temporada y se
siente forzado, sin peso alguna más que sobrevolar alrededor de Frankenstein,
muy infrautilizado.
Del amplio elenco actoral
destaca una muy entregada Eva Green como la atormentada Vanessa Ives, posee una
turbadora mezcla de sensualidad, melancolía, misterio, complejidad espiritual,
oscuridad, belleza, ello con sus espinas, transmitiendo amargura vital,
frustración, ello con un lenguaje gestual y de mirada poderoso e punzante en el
espectador que empatiza con su sufrimiento, un rol con multitud de matices que
la hacen presente en todo el metraje, aunque no esté presente, maravillosa. Rory Kinnear encarna al “monstruo” de Frankenstein, lo borda, le imprime
tristeza, inquietud, dudas existenciales, se lo cuestiona todo, frente a él se
demuestra que los “monstruos” no son los de rostro desencajado, muchas veces
son los llamados “normales”, espléndida actuación repleta de cariño, nostalgia,
ternura, de las actuaciones que seguro le pueden catapultar, interpretación que
conmueve en la credibilidad con que baña a su personaje. Reeve Carney encarna al hedonista libidinoso Dorian Grey, el actor le
dota de un romanticismo fatal brillante, su insatisfacción es notoria en su
porte, andares despreocupados, un amoral que está cómodo en su inmortalidad
infeliz, muy bueno. Timothy Dalton cumple con su imagen de gentleman, de aura
pesarosa. Josh Hartnett da carisma y
vigor al pistolero con sentimiento de culpa por su “maldito” secreto, sabe
darle carácter yal personaje. Harry Treadaway como Frankenstein está un poco
desdibujado por lo confuso que está descrito, un poco perdido, sin lugar
definido en las diferentes tramas, aunque excelente cuando deja entrever sus
gustos necrófilos con sutilidad. Billie Piper como la prostituta Lily deja un
patético y trémulo personaje, para luego al ser “La Novia de Frankenstein” (más
bien del monstruo) pasar a ser un adalid del feminismo, quiere ser el símbolo
de la emancipación de la mujer, buena en su rol. Helen McCrory como la villana de la segunda temporada arroja gran
ambigüedad y una fuerte personalidad tanto en su relación con Sir Malcolm, como
en como domina a sus hijas, estupenda. Perdita
Weeks como la experta en vampiros Catriona Hartdegen, está tremenda como
heroína de acción, con un tremendo sex apple, con una sonrisa embrujadora,
lástima que solo aparezca en cuatro episodios, deja huella y hubiera estado más
de ella. Jessica Barden como la seguidora de Lily está
fabulosa en su energía, perfidia y lealtad al ideario de su mentora.
La tres temporadas saben
seguir una evolución fluida con los personajes, con ingeniosos flsh-backs en
cada temporada, siempre dedicados a Vanessa, para tallar aún más su
personalidad, en el de la primera temporada conoceremos su relación su amiga
Mina, en el de la segunda seremos testigos de su agrio aprendizaje de bruja,
con el choque con madame Kali, y en el de la tercera serán sus problemas mentales
y como se interrelaciona con su guardián, John Clare, este sin duda el mejor de
los tres, y uno de los mejores episodios de la serie, escalofriante. Asimismo
John Logan cierra las diferentes tramas valientemente, sin convencionalismos
fáciles, dando un final que te toca la fibra sensible. Aunque por el contrario
hay algunos personajes que quedan colgando sin saberse que será de ellos
(spoiler).

La puesta en escena es
deslumbrante, pocas veces en la televisión se ha visto un despliegue tan
prodigioso de elementos brillantemente en miscelánea, para conseguir una
recreación tan memorable del Londres victoriano, con sus decadentes mansiones,
sus recargados interiores, sus callejuelas mugrientas, callejones asquerosos, su
pavés empedrado, sus farolas de gas, sus carruajes de caballos, los teatros
populares, sus bares y restaurantes, sus fiestas, la neblina constante, la
tenue lluvia que nos salpica, esto gracias a un magno diseño de producción de
Jonathan McKinstry (“Desafío Total “ o “Alíen 3”), rodándose paradójicamente
gran parte en Irlanda, mayormente en Dublín (Dublin Castle, King’s Inns para el
club de exploradores, Cabinteely para el espectáculo del Oeste, Stag’s Head en
Dame Court para los interiores del pub, en Dame Lane parea escenas de calle,...),
también en el condado Wicklow (Motte Stone, Bray Head para la cabaña de la
bruja, para interiores en los Estudios Ardmore, ...), asimismo se rueda en
Londres, en Belgravia para la residencia de Dorian Grey, y para la última
temporada se recrea el estado USA de Nuevo México en Almería (España),
concretamente en Pechina y Tabernas, en este último se ruedan interiores en los
Estudios Fort Bravo Texas Hollywood. Se suma un suntuoso diseño de vestuario de
la ganadora de un Oscar Gabriella Pescucci (“Erase una vez en América” o
“Charlie y la fábrica de chocolate”), de un cuidado por el detalle delicioso.
Todo esto atomizado por la labor de fotografía, bebiendo del expresionismo
alemán, proyectando un micromundo
sórdido, sombrío, lúgubre, envuelto en los claroscuros, en la luz tenue, destilando un clima malsano, enfermizo,
agobiante, con profusión de tonalidades azules y negras, con tomas muy
cuidadas, con planos que componen cuadros de una belleza sibarita, lienzos de
un valor estético electrizante, sabiendo amoldarse la cámara a los momentos de
acción, tan potente trabajo que llega a ocultar muchas de las taras de la serie
con la beldad de muchos fotogramas embestidos de un romanticismo trágico
estremecedor. Contribuye al halo decadente de la trama la música del polaco
Abel Korzeniowski (“Un hombre soltero” o “Animales nocturnos”), ya encandilando
con sonidos de orquesta desde los sensacionales créditos iníciales. Destacable
también es el trabajo de maquillaje, como unos buenos efectos visuales que dan
relieve y elevan la calidad del conjunto.
Spoiler:
Con el final satisfactorio y
nada acomodaticio me refiero a como Vanessa decide poner fin a su sufrimiento
pidiendo a Ethan que la sacrifique para acabe su dolor, estremecedor; Dorian
Grey tras una adusta conversación con Lily en su casa ella se aleja de él, y
vemos un subyugante plano de él a contraluz rodeado de cuadros de rostros sin
alma, un cuadro epicúreo, se queda solo en su infinidad; John Clare decide no
atender el chantaje de su esposa y no quiere que su hijo muerto reviva como él,
y poéticamente lo suelta amortajado en el rio Tamesis; En el debe del final
queda saber que es de la maldición de Hombre Lobo de Ethan, se unirá con
Kaetenay para hacer una pareja de aulladores barítonos? Que será ahora de Sir Malcolm, irá en busca de las Montañas de la Luna? Que hará ahora Lily, volverá
a reunir a su ejército de fulanas? Y Frankenstein que hará, seguirá reviviendo
muertas, a ver si alguna se enamora de él?
Y Drácula que pasa con él? Se camelará
a la bella e intrépida Catriona? Por aquello de que los polos opuestos
se atraen.
En conjunto, sumado lo bueno
y malo, queda una buena serie, con personajes carismáticos, momentos
impactantes, y una puesta en escena epicúrea en su sentido sensorial. Fuerza y
honor!!!
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