ESENCIA DE MUJER.
Vibrante cinta
del irregular Martin Brest, obra que atomiza con su Colosal interpretación un
carismático Al Pacino en un rol en el que destila un aura regia absorbente, por
el que ganó un Oscar que se le venía resistiendo durante décadas. El notable
guión de Bo Goldman (“Alguien voló sobre el nido del cuco” o “City Hall”) es
una adaptación libre de la novela “Il buio e il
Miele ”, del
transalpino Giovanni Arpino (“Bocaccio `70” o “Alma perdida”), a su vez ya
llevada al cine por Dino Risi con el título “Profumo di donna” (1974), siendo
una ácida reflexión sobre la veteranía frente a la inexperiencia, de la
frustración existencial frente a las ansias de superación, ello en el marco de
una buddy movie, personas antagónicas que irán forjando una amistad que se irá
fortaleciendo gradualmente, aunque previsible, lo que la hace destacable es el
modo de desarrollarla, la forma de retratar psicológicamente sus contrapuestas
personalidades, entrando a conocer con mucha empatía sus ilusiones y desilusiones,
sus anhelos, sus esperanzas y miedos, con su choque generacional, o el
maravilloso despliegue de escenas para recordar, y sobre todo un Titánico Al
Pacino. Fue la cinta nominada además de al actor principal a Mejor Director ,Mejor Película y Mejor Guión Adaptado.
Charlie Simms (Chris O'Donnell) es estudiante becado en la exclusiva
escuela
preparatoria Baird de Nueva Inglaterra. Para
pagarse el vuelo a Oregon para pasar la Navidad con su familia,
Charlie acepta un trabajo temporal durante Acción de Gracias, un fin de semana cuidando al retirado Ranger del Ejército Teniente Coronel Frank Slade (Al Pacino), un
alcohólico cascarrabias, ciego por un accidente en el ejército. Charlie y George Willis, Jr. (Philip Seymour Hoffmann), otro estudiante
de la escuela, son testigos de cómo tres estudiantes preparan una broma pesada
contra el director de la escuela, Sr. Trask (James Rebhorn). Después de la broma, Trask presiona Charlie y George para den los nombres
de los culpables.

El film a pesar
de su extensa duración, dos horas y media, resulta muy entretenida, con un
ritmo fluido, gracias a sus diálogos que se mueven entre lo ingenioso, lo
mordaz, lo agrio, lo sarcástico, y lo profundo, con situaciones que
orgánicamente penetran en el espectador, con personajes excelentemente
delineados, no solo la extraordinaria pareja protagonista, sino también los
secundarios, que en pocos trazos quedan descritos de modo enérgico, manteniendo
una exquisita armonía entre el drama y la comedia, todo sin tener que recurrir
a sentimentalismos baratos, sin recursos simplistas adherentes a los ciegos,
sin maniqueos artificios entrará la complicada adaptación de los minusválidos
(en este caso un invidente), que lo son sobrevenidos (en este caso por
accidente), de cómo sin ayuda se pueden hundir y sentirse que sobran, y con
ello desear no continuar. Su vibrante relato es una odisea de un fin de semana,
historia emocionante que servirá para que los dos protagonistas evoluciones,
para sea un viaje iniciático ante lo que le espera en este duro y depredador
mundo, para el otro se convertirá en una punzante epopeya donde se darán cita
la desilusión, la rabia, la frustración, el pesimismo, el nihilismo, ello
siempre cual funambulista intentando mantener el equilibrio con dignidad
orgulloso, teniendo como mayor rival su carácter indómito, su energía
furibunda, los dos son en realidad unos solitarios, unos incomprendidos que
hallaran el uno en el otro su complemento para seguir (o no). Ello ira
discurriendo de modo que los picos de interés serna constantes, donde los
sentimientos serán desafiados, con cumbres conmovedoras.
Destacable es el
modo en que arremete contra “los niños de papa”, esos mimados que estudian en
instituciones vip decadentes, retratándolos como consentidos, liantes,
hedonistas, aprovechados, desleales, engreídos, y de cómo estas escuelas
retroalimentan esto, promoviendo el egoísmo, la codicia, el arribismo, el
sálvese quien pueda, y si es pisando al de al lado, mejor, donde la integridad
y los principios morales son torcidos hasta romperse. Todo esto es denunciado
por Frank Slade en uno de los discursos más emocionantes que se han escuchado
en una película, poniéndolos de vuelta y media, dejando en cueros las miserias
con que surten ideológicamente a los “líderes del mañana” (como dice el
director Trask).
La cinta tiene algunas
taras que la impiden volar más alto, me refiero a que en su tramo final
chirrían un poco el modo de resolverse algunas situaciones, cayendo en terrenos
acomodaticios y previsibles, haciendo que algunos hechos queden incongruentes
con las personalidades descritas (spoiler).

Al Pacino es un Coloso de la
actuación en una de las mejores interpretaciones de su prodigiosa filmografía,
su carisma, fuerte personalidad, majestuosidad, un halo recorre su figura con
el que parece flotar por la pantalla, cada frase que dice encandila, sugestiona,
irradia un volcán en permanente ebullición, ya desde su fascinante presentación
bebiendo en la penumbra y escuchando música, y de cómo despotrica cual
misántropo irredento contra el pobre muchacho, un tipo peleado con el mundo,
con ese jocoso latiguillo de "Hoo-yah!", de una
electricidad que subyuga al espectador que no puede dejar de estar imantado por
su poderío expresivo, con su modo de insultar, y ello dejando entrever sus debilidades,
y con ellas una evolución paulatina, con dos zenit (spoiler), que apabullan,
Tremebundo. Chris O'Donnell tiene la difícil
papeleta de darle réplica al Coloso, y sale muy bien parado con un rol que por
su rostro angelical borda, sabe emitir candidez y a la vez dignidad, orgullo,
de hecho es nuestra brújula moral en el relato y está excelente. No hay
secundarios de peso en la trama, destacar a un buen James Rebhorn como el
director Trask, a Bradley Whitford como el sobrino de Frank que arremete contra
él en la cena, escalofriante, y mencionar al gran Philip Serymour Hoffman en uno
de sus primeros papeles en cine.
La puesta en escena resulta
elegante y muy buena, con un sobresaliente diseño de producción de Angelo P.
Graham (“El padrino II” o “Apocalipsis Now”), rodando en el estado de Nueva
York (para el colegio Baird: La escuela de chicas Emma Willard School en Try, y
en la Universidad de Princeton, y Hempstead House-Sands Point Preserve- Long Island; En el Pierre Hotel de la Quinta Avda. es donde se produce el baile de
tango; En el Oak Room del hotel plaza es donde cenan Frank y Charlie; En el
Waldorf Astoria; En el aeropuerto Newark; y más lugares de la ciudad, como
Queens, Staten Island o Brooklyn). Todo esto filtrado por la reluciente
fotografía de Donald E. Thoryn (“Oficial y caballero” o “Huida a medianoche”), sabiendo
estar en cada momento, captando el clasicismo de la escuela Berg, ello en
colores suaves, jugando con los claroscuros en la presentación de Frank,
embistiéndolo de un aura majestuosa, aportando ritmo, emitiendo el lujo de los
restaurantes y hoteles, con excelsos primeros planos que extraen la gran expresividad
de los protagonistas. El score es obra de Thomas Newman (“Cadena perpetua” o
“Wall·E”), envolviendo en hondura dramática los fotogramas con una melodía
evocadora, que acuna con deleite sensorial la trama.

Spoiler:
Cuando hablo de taras arriba,
me refiero a que lo siento mucho, pero el teniente coronel no lo veo
doblegándose ante Charlie, si tenía decidido pegarse un tiro se lo hubiera
pegado, acepto incluso que el director nos quisiese regalar el apoteósico
clímax de Franbk Slade para defender a su protegido, momento enardecedor muy en
el estilo capriano de destapar las miserias y grietas del sistema estadounidense,
loando la individualidad, pero podría haberse suicidado después, y no que tuviéramos
que ver ese meloso momento que nada pega en la historia de Frank llegando a la
casa saludando amigable y cariñosamente a los hijos de su sobrina, me es
estridente. Frank merecía un final más épico y rompedor, más valiente, y no que
quede colgado en la misma nadería que estaba antes de empezar el fin de semana,
conclusión que hace daño a lo visto hasta entonces, el arrojo es algo que no se
atisba en este director.
Momentos recordables: La
primera aparición de Frank Slade, abrumador; La broma al director del colegio;
Uno de los grandes momentos de la Historia del cine es el tango (“Por una
cabeza”) que baila Frank con una bella mujer (Gabrielle Anwar) en un
restaurante, de una magia y lirismo sensorial epicúreo, con una lección de vida
de Frank a Charlie “Si
te equivocas sigue bailando”; La cena de Acción de Gracias en casa del hermano
de Frank, de una tensión latente que se puede rasgar, donde nos enteramos del
porque de la ceguera del tte. col., hasta estallar en un ataque de ira; El
paseo en Ferrari, uno de los sueños por cumplir de Frank; Por supuesto el
soliviantado discurso de Frank en el colegio haciendo de defensor-tutor de
Charlie, ya desde su entrada (de Frank) al son de la sensible música con su
atronadora aseveración sobre lo que oye “...
acabaría con esto (Baird) con un lanzallamas!”, si no te emocionas con esta
escena háztelo mirar.
Clímax del film:
Mr. Trask (El director de la
escuela que está juzgando a Charlie Simms): Voy a pedir
que lo expulsen, Señor Simms los está encubriendo y un embustero.
Frank Slade (Al Pacino –
Defensor de Charlie Simms, Ex-Coronel Retirado de la Guerra): Pero no un soplón!
Mr. Trask: Disculpe.
Frank Slade: No, no lo disculpo.
Mr. Trask: Señor Simms
Frank Slade: Todo esto es un montón de basura! Haaa!
(El público presente que ve el
evento se emociona)
Mr. Trask: Por favor, cuide su lenguaje Señor Slade, está en la escuela Baird,
no en un cuartel. Señor Sims, le daré una última oportunidad de
hablar.
Frank Slade: El Señor Sims no la quiere. No hace falta que
lo tilden digno de ser alumno de Baird. Qué diablos es eso? Cuál es su lema aquí? Muchachos, delaten a sus compañeros, salven el pellejo, porque sí no lo hacen serán quemados en la hoguera. Bien, caballeros,
cuando el excremento llega al cuello hay algunos que corren y hay algunos que se quedan. Y aquí está Charlie enfrentando el fuego; y ahí está George (uno de los
no juzgados) ocultándose en el bolsillo de Papá (que tenía mucha influencia en
la escuela). Y
ustedes qué hacen? Van a premiar a
George y a destruir a Charlie.
Mr. Trask: Ya terminó Señor Slade?
Frank Slade: Noooooo, apenas estoy precalentando. No sé quién vino a esta
escuela, William Howard Taft, William Jennings Bryan, William Tell, no importa.
Su espíritu ya no existe, si alguna vez tuvieron uno, se ha ido, lo hicieron un nido de serpientes, una verdadera
jaula de ratas. Y si creen que están preparando a estos menores para la
madurez. Piénsenlo señores! Porque yo creo que están matando los principios que ésta institución debería
inculcar. Menudo fraude! Qué clase de espectáculo están representando
hoy? Porque el único con clase en este teatro está sentado junto a mí y yo
estoy aquí para decirles que el alma de él
está intacta y no es negociable. Y lo sé por
esto: Alguien aquí, no voy a decir quien, ofreció comprarlo. Solo que Charlie no está en venta.
Mr. Trask: Está usted desquiciado!

Frank Slade: El que está desquiciado es usted! Y ni siquiera sabe lo que es estar desquiciado
señor Trask! Le enseñaría pero estoy viejo, muy cansado y desgraciadamente
ciego. Si fuera el hombre que era hace cinco años, acabaría con esto con
un lanzallamas! A quién cree que se está dirigiendo? A pesar de estar
ciego señor, hubo un tiempo en que podía ver. Y tuve que ver a muchachos
iguales que estos casi niños, amputados de uno y hasta dos de sus brazos, pero no hay nada tan cruel como un espíritu amputado, no hay prótesis para
eso. Usted cree que está enviando a este
espléndido soldado de vuelta a su hogar en Oregón con la cola entre sus patas,
pero yo digo que, lo que están ejecutando es su
alma! Y por qué? Porque no es un Hombre de
Baird. Un hombre de Baird, sí hieren a
este chico, serán los inútiles de Baird.
Y Harry, Jimmy y Trent, donde quiera que estén, que os jodan!
Mr. Trask: Señor Slade, se terminó!
Frank Slade: No he terminado! Cuando venía llegando, escuche estas palabras,
“cuna de líderes”. Pues cuando la
ram se rompe, la cuna caerá y ya ha caído aquí. Ha caído. Educadores de
hombres, creadores de líderes, mucho cuidado
con la clase de líderes que producen aquí. Yo no sé si el silencio de Charlie el día de hoy es bueno o no. No soy un juez ni jurado. Pero les digo esto: Él no va a vender a nadie para comprar su futuro! Y eso, mis amigos míos, se llama Integridad. Eso es Valor! Y nuestros
líderes deberían estar hechos de eso. Yo he llegado a
las encrucijadas de mi vida y siempre conocí cuál era el camino correcto. Sin ninguna excepción, lo juro. Pero jamás lo seguí. Saben por
qué? Porque era demasiado duro. Y aquí está Charlie. Ha llegado a la encrucijada. Charlie ha elegido un camino. Es el camino
correcto. Un camino hecho de principios
que forjan el carácter. Déjenlo continuar su
jornada. Tienen el futuro de este muchacho en manos comité. Y es un futuro
valioso. Créanme! No lo destruyan! Protéjanlo! Abrácenlo! Los va a enorgullecer mucho un día. Se los prometo.
(Charlie mira orgulloso a
Frank. El público aplaude apasionadamente sin detenerse)
Frank Slade: Qué te pareció? (le dice a Charlie).
Mr. Trask: (Golpea el mazo para poner orden en la corte)
Frank Slade: Nadie los podrá callar!
Mr. Trask: (Nuevamente golpea el mazo para poner orden en la corte) El
Comité disciplinario tomará este problema en sus manos en sesión cerrada. (Uno
de los miembros del jurado le dice que no hace falta)
Frank Slade: Qué están haciendo?
Charlie: El Comité delibera con el Señor Trask.
Miembro del Jurado: Ya tomamos una decisión Señor Trask.
Mr. Trask: Están seguros?
Miembros del Jurado: Sí.
Mr. Trask: De acuerdo.
Charlie: Creo que ya (le dice a Frank Slade).
Mr. Trask: Parece que la sesión no será necesaria.
Miembro del Jurado: El Comité Disciplinario de la Facultad de Estudiantes no necesita más
sesiones, ha tomado una decisión.
1. Los señores Hat, Matt y
Johnson quedarán a prueba por sospecha de conducta indigna.
2. Se recomienda ampliamente
que el señor George Willis hijo no sea reconocido ni recomendado por su
cooperación.
3. El Señor Charles Simms queda
excluido de cualquier responsabilidad en este incidente.
Frank Slade: (Frank exclama “Juaaaaaaaaa”)
(El público ovaciona en pie la
decisión. Frank sale del recinto cogido del brazo de Charlie entre los vítores
alborozados de los alumnos)
Notable
dramedia con picos conmovedores que te harán recordarla con mucho agrado, y
sobre todo por el sublime Al Pacino. Fuerza y honor!!!
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