FUGA DE ALCATRAZ.
Sólido thriller de Don Siegel, un
drama carcelario, uno de los mejores que se hayan realizado, de los que ha
influenciado a muchos después, con rasgos de un realismo que roza por momentos
el docudrama, centrado en un hecho real, la única fuga que aconteció de la
prisión de Alcatraz. El guionista Richard Tuggle (“En la cuerda floja”) adapta
el libro homónimo de 1963 (título con spoiler incorporado) de no ficción de J. Campbell Bruce sobre la fuga de Alcatraz, la
prisión se cerró poco después de la susodicha huida, en 1963. Supuso la quinta
y última colaboración de Clint Eastwood con el director (“La jungla humana”, “Dos mulas y una mujer”, “El seductor “ y “Harry el sucio”), última por
un desencuentro sobre la producción del film, Clint quería que estuviera el
film bajo su compañía Malpaso (asociada a la Warner), Don quería fuera
independiente, él había encontrado el guión, pero Eastwood fue el que lo compró
por 100.000 $ (estaba encaprichado del rol de Frank), al final Don accedió ,
pero tras la filmación el director pasó a la Paramount, rival de la Warner, y nunca
volvieron a trabajar juntos.
El escenario es la prisión de
máxima seguridad Alcatraz en la isla de la bahía de San Francisco, arranca un
18 de enero de 1960, allí llega el preso Frank Morris (Clint Eastwood),
proveniente de otras prisiones de las que había huido. El alcaide (Patrick
McGoohan) se reúne con él y le informa que nadie ha escapado de allí y nadie lo
hará (dice). Frank se encuentra en alcatraz con los hermanos Anglin, John (Fred
Ward) y Clarence (Jack Thibeau) y tras un tiempo planea con ellos y con su
vecino de celda, Charley Butts (Larry Hankin), huir de alcatraz. También tienen
importancia en la historia varios presos, English (Paul Benjamin), preso negro condenado a dos cadenas perpetuas
por asesinar a dos blancos en defensa propia, “Tornasol” (Frank Ronzio), hombre
mayor que tiene a un ratón como mascota, “Doc” (Roberts Blossom), un gran aficionado a la
pintura, o “Lobo” (Bruce M. Fischer), tipo grandote encaprichado de Frank.

El film te atrapa en su
realismo crudo desde su apabullante inicio, cinco minutos nocturnos en los que
vemos llegar entre la lluvia al preso Frank Morris a Alcatraz, sin palabras, su
viaje en braco desde la ciudad, su desembarco entre la llovizna, su entrada en
la cárcel, su revisión, lo desnudan y su entrada descarnada en la diminuta
celda, sin música solo el sonido ambiental, haciéndonos participes de la
claustrofobia climática, toda una lección de sobriedad despojada de
sensiblerías. Crea una ambientación dura, seca, adusta, a lo que ayuda la
inteligente idea de que no haya música, acentuando el aire hosco que se
respira, solo los sonidos cinegéticos carcelarios, transmitiendo una veracidad
pavorosa, llegándonos la rutina deshumanizadora carcelaria. Radiografía sombría
de la atmósfera presidiaria, con sus conflictos, sus carencias, sus
humillaciones, sus castigos, expone con ingenio muchos de los parámetros que
luego han copiado los films de este atractivo subgénero de cárceles, el plan de
fuga, las amistades, el preso villano que la toma con el “héroe”, el alcaide
despiadado, el preso pusilánime, el preso con mascota, los conflictos raciales,
el preso que lleva la biblioteca, el preso suministrador de todo lo que se
necesite, la celda de castigo, dejando incluso un trasfondo crítica social
sobre el racismo imperante en la sociedad americana, sobre todo tan latente en
los años 50 y 60, de esto han bebido films como “Cadena perpetua2, “La Milla
Verde”, o “Celda 211”. Sentimos la asfixia mental y física de los presos, con
lo que caemos en la conclusión lógica que lo mejor es intentar huir, mejor que
aguantar la opresión, el plan de fuga es desarrollado por los presos ante
nosotros de modo detallista, desde los primeros pasos has que se pierden en la
bahía de San Francisco, nos hace uno más en esta huida, un relato repleto de
tensión, en que la historia evoluciona en un crescendo dramático punzante, ello
narrado de modo pétreo, sin maniqueísmo, ni florituras.
La cinta posee un cierto
tufillo a tramposilla, ello está en que todos los presos (excepto “Lobo”, el
que confirma la regla) son delincuentes de buen corazón, ladrones de coches, un
asesino en defensa propia, gente mayor, un aficionado a la pintura, otro con
una rata de amiga, no parece haber maldad en la prisión, donde el peor parece
ser el alcaide, en esto si queda algo artificioso, a lo que sumo un elemento
chirriante y es que a un recluso le dejen un hacha frente a los guardias, no me
lo creo.
Sobresaliente puesta en
escena, empezando por el fenomenal diseño de producción de Allen E. Smith
(“Harry el ejecutor” o “Ruta suicida”), rodándose en la propia prisión, la cual
estaba abandonada, tuvieron que adecentar para filmar, gastándose en su
restauración medio millón de dólares, teniendo que poner 15 millas de cables
desde la ciudad a “La Roca” para poder tener electricidad, aún así algunas
escenas tuvieron ser recreadas en estudio.
Clint Eastwood hace de lo que
mejor sabe, de tipo frío, inteligente, impasible, de frases cortantes, quizás
una de las taras de su rol es que no se le da fondo, no se sabe ni tan siquiera
por que está en prisión, en este sentido queda superficial, aunque siempre
aporta el carisma que al personaje lo hace magnético y empatizable. Patrick
McGoohan (siempre lo recordaré por la serie “El prisionero”) realiza una gran actuación como el sibilino
alcaide. Fred Ward en su debut en cine cumple con creces, con momentos de gran
energía. Paul Benjamin como el líder negro dota a su
rol de gran personalidad y fondo. Larry Hankin hace muy bien del patético
vecino de Frank. Roberts Blossom borda su
recluso pintor. Frank Ronzio da un gran registro como el preso con un ratón. Bruce
M. Fischer encarna con virulencia y realismo al pérfido “Lobo”.
English <Sólo hay 2
posibles razones por la que no te has sentado a mi lado, o tienes miedo, o es
que odias a los negros... Cuál es amigo, tienes miedo?>, Morris <No. es
que odio a los negros>; Alcaide < Nosotros no
hacemos buenos ciudadanos Hacemos buenos prisioneros>; Morris <La biblia me está abriendo nuevos caminos>.
Spoiler:
Momentos recordables: La
llegada ya comentada de Frank a Alcatraz; La reunión del alcaide con Frank en
que este4 le dice nadie ha escapado de allí, ni lo hará; El encuentro entre
“Lobo” y Frank en las duchas; Cuando “Doc” deprimido por que le han quitado su
razón de vivir, la pintura, se corta los dedos con un hacha; Cuando el alcaide
habla con Frank sobre porque le ha quitado la pintura a “Doc”, Morris le da un
Imperial “zasca”; El momento nocturno en que un guardia va a despertar a Frank,
el espectador piensa es el pelele que han creado para despistar, y al final
aparece el rostro vivo del recluso; Y por supuesto la huida, rodada con un
pulso tremendamente veraz, despojado de maniqueísmo y artificios forzados, una
lección de sobriedad y buen hacer, con ese genial epílogo de a la mañana que el
alcaide encuetre en la búsqueda de los huidos un Crisantemo, sutil guiño.
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Frank Lee Morris |
Frank Lee Morris nació el 1
de septiembre de 1926 en Washington
D.C. dónde pasó la mayor parte de sus primeros años como allegado en
diferentes residencias. A la edad de 13 años cometió
su primer crimen, siendo sucesivamente detenido por muchas otras imputaciones,
como posesión de narcóticos y atraco a mano armada. Al cumplir la mayoría de edad, Morris empezó
a ser trasladado entre distintas cárceles. Según estudios
revelados Morris poseía una inteligencia superior al resto, con un coeficiente
intelectual (CI) de 133, según la serie televisiva Los Cazadores de Mitos (Mythbusters), emitida por Discovery Channel.3 Decíase que Morris tenía un coeficiente intelectual de 133, que estaba en el 3% más alto.
El 20 de enero de 1960, Morris fue enviado a la Prisión de Alcatraz, convirtiéndose en el prisionero Nº1441.
Presumiblemente, Morris empezó a planear su fuga en cuanto llegó a Alcatraz.
Tras observar la rejilla que servía de ventilación para las celdas, comprobó
que tanto ésta, como la pared donde se encontraba empotrada no eran muy
sólidas. Advirtió enseguida que arrancando el cemento de alrededor podría quitarla, y agrandar el agujero lo
suficiente como para poder pasar a través de él y llegar al pasillo de
mantenimiento, situado detrás y paralelamente a las celdas. Para lograr su
propósito, fue ayudado por otros tres prisioneros y amigos: John Anglin, su hermano Clarence Anglin y
Allen West. Desde Mayo de 1962 estuvieron llevando a cabo todo lo necesario para la
fuga. Cada uno de ellos, mediante utensilios como cortauñas y demás útiles
comunes modificados para erosionar el cemento, consiguieron extraer la rejilla
y agrandar el agujero del respiradero para salir por él. Se las ingeniaron para
confeccionar salvavidas, una balsa a partir de trozos de impermeables pegados y
un conjunto de cabezas, réplicas de las suyas propias, elaboradas con yeso y pelo humano procedente de la barbería de la prisión,
con las que confundirían a los guardias nocturnos colocándolas adecuadamente en
las camas mientras exploraban las galerías en búsqueda de una ruta de escape
que recorrerían el día de la fuga.
La noche del 11 de junio de 1962 ejecutaron su plan; los cuatro presos dispusieron en reunirse en el
pasillo de mantenimiento de la cárcel. La fuga debía ser conjunta, en un grupo
de al menos dos personas, ya que había algunos obstáculos para superarlos era
imprescindible la colaboración de un segundo miembro. Sin embargo, al llegar la
hora de la fuga, Allen West (Charlie Bath), impedido por la rejilla a la que se
cree no supo atravesar, o paralizado por el miedo, arribó tarde hacia el punto
de encuentro, y viendo sus compañeros ya se habían marchado, se vio obligado a
retornar hacia su celda y los demás le dejaron atrás, sin pensar lo que podría
ocurrir.
Tras salir al pasillo de
mantenimiento, los fugados accedieron al tejado de la prisión a través de una
salida de ventilación. Una vez en el exterior, anduvieron a hurtadillas por el
tejado hasta llegar a uno de sus extremos, descendieron por las cañerías
bajantes de la fachada y llegaron al suelo. Seguidamente, tuvieron que saltar
por encima de varias cercas metálicas muy altas, para, al fin, conseguir salir
del recinto y llegar a la orilla del mar. Una vez allí inflaron la balsa con un acordeón y un sistema de válvula hecha con una pelota de ping pong en una botella y se alejaron impulsados por sus propias piernas. Al
sonar la alarma acudieron todos los policías en la bahía de San Francisco, pensando que irían hasta allí. A la mañana siguiente las fuerzas de seguridad
investigaron los hechos, con la colaboración obligada de Allen West, que
finalmente no consiguió huir. Se hallaron los muñecos y los respiraderos
saboteados. El FBI llevó a cabo una de las más grandes búsquedas de su historia por los
alrededores de la prisión, y en especial en la bahía de San Francisco. En la
cercana Isla Ángel, fue hallado una especie de bolso hecho de impermeable, que contenía
objetos personales de los hermanos Anglin. Aunque todos pensaban que habían ido
dirección a San Francisco, se cree se dirigieron a esta isla, ya que las
corrientes marinas llevaban hacia ella. Las autoridades concluyeron que los
reclusos murieron ahogados, aunque sus cuerpos nunca fueron hallados. La
prisión de Alcatraz fue cerrada menos de un año después.
La filmación de la fuga se
realizó sin dobles por los tres, Clint Eastwood, Fred
Ward, y Jack Thibeau (contratado en parte por capacidad atlética), Siegel pensó
dos veces se habían perdido en la traicioneras corrientes del mar. El personaje
del alcaide es ficticio, de hecho no se da su nombre durante el film, pero es
que entre enero 1960 y junio de 1962, hubo dos alcaides, Madigan que fue
reemplazado en 1961 por Blackwell, como curiosidad el alcaide de la cinta
nombra a sus predecesores, Johnston (1934-1948) y Blackwell (1961-63), cuando este último fue el que vivió in situ la fuga.
En el film se nos hace ver que
nada se supo de los tres fugados, oficialmente se les dio por fallecidos por ahogados
en las corrientes de la bahía, ya que se dispuso una gran operación de búsqueda
y no se encontraron sus cuerpos. Pero un reciente de documental del History
Channel “Alcatraz: the search for the truth” (Alcatraz: la búsqueda de la verdad), de este 2015 aporta nuevas
luces, se dice que al menos los hermanos
Anglin si lo consiguieron, se dan testimonios de familiares de los hermanos
como prueba, se dice que huyeron a Brasil, donde regentaban un rancho, incluso
se muestra una foto de 1975 en la que se ven los dos Anglin.
Notable muestra de thriller
carcelario. Fuerza y honor!!!
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