lunes, 10 de agosto de 2015


CARTAS DESDE IWO JIMA.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Notable film de Clint Eastwood, maravilloso el realizador retratando al perdedor, el realizador hace un fresco del reverso de su “Banderas de nuestros padres”, rodadas las dos al mismo tiempo, Clint pone su incisiva lupa en el bando nipón, veremos la sanguinaria batalla de Iwo Jima desde la perspectiva japonesa, rodada casi toda en el idioma nipón, ello a pesar de ser una producción enteramente USA (Warner Bros, DreamWorks Pictures, Malpaso Productions, y Amblin Entertainment). En la filmografía hollywoodiense es una rara avis mostrar la personalidad japonesa en films sobre la WWII, solo me viene a la mente ahora “Tora, tora, tora” o “Infierno en el Pacífico”. El formidable guión es de Iris Yamashita (había escrito un relato que se desarrollaba en vísperas de la guerra), adaptando una historia de ella y Paul Haggis (“Million Dollar Baby” o “Crash”), esto se hace inspirándose en cartas auténticas del general Kuribayashi, en memorias autobiográficas "Picture Letters From Commander In Chief" (2002), del general Tadamichi Kuribayashi, y en la obra "So Sad To Tell Battle: An Account Of War" (2005), de Kumiko Kakehashi hacerca de la susodicha batalla, a partir de aquí se añaden más cartas y se delinean todo un muy rico elenco de personajes, matizados, humanos, algunos ficcionados, con caracteres que nos dan una visión poliédrica del bando japonés, de cómo no hay pensamientos unitarios, ello con una ambientación melancólica que nos atrapa desde el inicio. Fue una producción de bajo presupuesto con un gran éxito en Japón, cinco semanas liderando la taquilla, consiguiendo en el País del Sol Naciente unas críticas halagadoras por el conmovedor y respetuoso retrato que hace de los soldados japoneses, lejos del maniqueísmo, resaltando la figura del General Kuribayashi.


Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Arranca en 2005 en la isla japonesa de Iwo Jima, unos arqueólogos encuentran explorando túneles un puñado de cartas enterradas en el suelo, entonces el film retrocede 61 años, 1944, estamos en la pequeña ínsula, allí un destacamento militar excava trincheras ante la esperada llegada del ejército estadounidense, contra el que inevitablemente batallaran, tipo innovador y de mentalidad humanista. Al lugar llega el General Tadamichi Kuribayashi (Ken Watanabe) para hacerse cargo del estratégico bastión que es la isla, tiene una pista de aterrizaje de aviones vital, el general decide cambiar la táctica para combatir al enemigo, dejará las trincheras y dedicará los esfuerzos a cavar una interminable red de túneles desde los que atacaran a los americanos. Kuribayashi estando allí se entera de que la fuerza naval nipona ha sido destruida con lo que su misión de defender la invasión de Iwo Jima es prácticamente suicida. En el relato tendrán importancia el soldado raso Saigo (Kazunari Ninomiya), el afable Coronel Barón Nishi Takeichi (Tsuyoshi Ihara), héroe nacional y medalla de oro en hípica en los juegos olímpico de Los Ángeles en 1932, el coronel Adachi (Toshi Toda), el soldado Shimizu (Ryo Kase), procedente de los temidos Kempeitai, o el radical teniente Ito (Shido Nakamura).

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Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Es un film con un claro y pétreo mensaje antibélico, despojando de glamur al guerrero, reflexionando sobre lo que es el honor, el orgullo, la soberbia, ello enfrentado al innato sentimiento de sobrevivir a toda costa, un relato donde no hay buenos ni malos, solo gente manipulada para matar y morir por unos intereses dudosos para lo que han sido adoctrinados, muertes que para unos son Honor para otros son el absurdo de las guerras, nos habla de lo que las guerras nos deshumanizan, de los recuerdos que nos marcan, nos habla de las ideologías extremas, ello enfrentado al noble valor pedagógico de que en realidad todos somos personas con un padre y una madre, con sentimientos parecidos. Clint con vigor y una elegancia suprema nos impregna de una historia con sibarita valor humanista, lo hace con una narración minimalista, pero bañada en un trémulo lirismo visual, con momentos que conmueven en un increscendo dramático opresivo, creando una asfixiante sensación claustrofóbica, ello por el excelso recurso de a partir del ataque americano apenas vemos más allá de las cuevas, remarcando un tono elegiaco. Nos describe en el crisol de personajes lo que les mueve en este microcosmos oscuro, nos llega en su arco de desarrollo su sufrimiento, sus miedos, sus sentimientos, sus ilusiones, sus miserias, un retrato de personajes que se saben condenados a una muerte segura, en pos de salvaguardar un Código de Honor irracional, Japón se sabía derrotada y aún así se deleitaba en su agonía, ese Honor militar les obligaba a suicidarse cuando no había más recurso frente al enemigo, esto era aceptado por la mayoría como un dogma de fe, personas presas de un modo estoico de ver la vida, como un servicio cuasi-místico al Imperio. Pero la cinta nos cuenta que no hay pensamientos monolíticos en las sociedades, hay personas que disiente de este sentimiento, hay personas que piensan su triunfo está en volver vivo junto a su familia, para ello está el extraordinario personaje Saigo, reflejo del hombre común, el de abajo, el vapuleado por el stablishment.

Eastwood da un nostálgico al film, lo embiste de pesimismo, de desesperanza, con un halo crepuscular entrañable, con una marcada introspección de personajes, un caleidoscopio de personas de diferentes niveles jerárquicos, con sus pensamientos y anhelos reflejado de forma sensibilizadora, consiguiendo humaniza a unos japoneses tantas veces caricaturizados en cine, todo discurriendo con un ritmo sereno, pero fluido, con impetuosas escenas de batallas, emitiendo realismo, autenticidad, sin regodearse en la casquería pero mostrando el horror de la sangre de la Guerra.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Momentos para el recuerdo: El formidable tramo presentación del Teniente General Tadamichi Kuribayashi, dejando constancia en poco tiempo la humanista y modernista visión del personaje; La desgarradora muerte del caballo del Barón; El bizarro momento en que Saigi ve llegar a la infinita flota USA, lo hace cuando sale de la cueva a tirar el cubo de excrementos de la compañía, al verterlos se le cae pendiente abajo, al intentar recuperarlo con un palo levanta la vista y ve acercarse al omnímodo desfile naval americano, impactante; El tramo del desembarco, la tensión que precede al inicio de las hostilidades, y se desencadenamiento atronador, filmado esto a la vez que su “hermana” “Banderas...;  Kuribayashi observando a lo lejos la izada de la bandera USA en el Monte Suribachi, imagen de insignificancia en el horizonte coronando el mítico lugar, metáfora poderosa de cómo las diferentes perspectivas pueden dar una mirada radicalmente diferente de un acontecimiento; Puede que el mejor tramo del film por su simbolismo, es cuando los japoneses atrapan a un soldado herido americano, pretenden ejecutarlo, pero el Coronel Takeichi les obliga a curarlo, aduciendo que a ellos en la misma situación esperarían lo mismo, Takeichi que sabe inglés conversa con el herido cordialmente, al final fallece y el Coronel descubre lleva una carta en su bolsillo, es de su madre y la lee en voz alta a toda su compañía, habla de cosas ordinarias, mismos temas que las madres de los japoneses podrían hablar, los soldados se estremecen al ver lo parecidos que son un bando y otro, descubren que el enemigo no son los demonios que les habían contado; Esto contado contrapuesto a cuando dos soldados desertores nipones (uno de ellos Shimizu) se entregan a los americanos, sus dos guardianes deciden ejecutarlos vilmente para no tener que cuidarlos, políticamente incorrecto esto y demuestra el coraje del realizador californiano; A esto sigue cuando los cuerpos son descubiertos por la compañía de Saigo, este deposita el fajín (símbolo de honor japonés) sobre los ojos de Shimizu; El estremecedor tramo final, cuando Kuribayashi le pide a Saigo lo decapite por honor, tremendo, terminando con esa imagen de Saigo en una camilla en la playa herido, junto a cientos de otras camillas de heridos americanos, una alegoría de que en la Guerra los que sufren son todos iguales.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Los flash-backs dentro del flash-back que es el film: Kuribayashi en una fiesta de despedida en USA, una gala militar donde el japonés muestra su admiración por el país en que está, a su vez da un discurso trémulo de su sentido del deber en una supuesta guerra; El tierno y conmovedor tramo en que vemos a Saigo en cariñosos momentos con su esposa, para romper esta paz con su forzado reclutamiento para la guerra; El estremecedor tramo en que Shimizu patrulla las calles de un pueblo con otro tipo, un veterano, oyen a un perro ladrar en una casa y el veterano obliga a Shimizu a matarlo.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Es imposible acudir a las comparaciones en esta bilogía que forma este film con “Banderas de nuestros padres”, poseen el mismo escenario central, la Batalla de Iwo Jima, nos habla de las vidas que sufrieron estos cruentos hechos, analizan su personalidad, radiografían el amplio sentido del patriotismo, de la manipulación mental, de la propaganda torticera bélica, pero a diferencia de la del lado americano, aquí los personajes tienen un fondo más marcado, mejor dibujado, con lo que empatizar con ellos es más natural, también la estructura se dispersa menos en flash-backs, los utilizados son escasos y muy contundentes, casi siempre estamos en la isla, sintiéndose menos desequilibrada, con más empaque, más sólida,  en la versión USA se ponía el foco sobre la manipulación política del pueblo americano, “manufacturando” héroes modélicos, en esta se incide en el adoctrinamiento ancestral que tiene el pueblo japonés de que el honor es lo único importante, y que honor es morir por tu tierra y tu Emperador. Destacará además otra diferencia, en ”Banderas...” el enemigo japonés resultaba una sombra inexistente, cuasi-fantasmas, en esta tiene presencia, primero en el flash-back con Kuribayashi en la fiesta despedida de este en USA, luego con la captura del herido marine americano, cuando dos soldados japoneses desertores se entregan a los marines, y al final en la playa con vemos a un herido japonés que lo llevan junto a decenas de lastimados americanos.  Las dos tienen en común el factor de cómo los poderes de una nación mueven a su antojo a su pueblo, lo maniobran como peones que se pueden usar y tirar en pos de mantener en este tablero de ajedrez protegido al “Rey”.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006La puesta en escena resulta magnífica, con excelso diseño de producción de Henry Bumstead (“Vértigo”, “Matar a un ruiseñor” o “Million Dollar Baby”) y James J. Murakami (“Apocalipsis Now”, “Atrapado en el tiempo” o “Sin perdón”), rodándose la mayoría en Barstow y Bakersfield (California), además de algunos tramos en Islandia, asimismo una pequeá parte del equipo de rodaje viajó a Iwo Jima, donde se les dio permiso para rodar un día, asimismo aparece el acorazado USS  Texas  (BB-35) , se ve en planos de cerca de flota (tiene presencia también en “Banderas...”) que además participó en realmente en la Batalla de Iwo Jima, sumado a un diseño de vestuario espléndido de Deborah Hopper (“Mystic River”, “Million Dollar Baby” o “”Gran Torino”), dotando de un gran realismo a la acción, realzado esto por la fascinante fotografía de Tom Stern (“Mystic River”, “Million Dollar baby” o “”Gran Torino”), en un patinad de colores apagados muy cercanos al b/n, anulando prácticamente el color, potenciando los colores neutros, los grises, los sepias, los negros, los marrones tenues, como si la negra arena lo reflejara todo, emitiendo la pantalla polvo, sequedad, con una labor de cámara cercana al expresionismo, jugando con la oscuridad, las sombras, la noche, trasladándonos la soledad de los personajes, su caída letárgica en el abismo, esta falta de cromatismo solo roto por los destellos de explosiones, con tomas a mano, hermosos planos generales, con una buena utilización de de los efectos especiales, y todo esto adornado por la delicadas melodías de Kyle Eastwood (hijo del realizador) y Michael Stevens (Million Dollar Bay”, “Banderas de nuestros padres” o “Gran Torino”), delicada, suave, grácil, bañando cada fotograma de emociones a flor de piel, con delicadas notas de piano, trompeta, tambor y trémulos coros, calando de tristeza cada fotograma. 

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Ken Watanabe realiza una extraordinaria interpretación, nos deleita con un rol sublime, regado de carisma, majestuosidad, serenidad, carácter, dignidad, nobleza, de pose regia, deslumbra por modo de imponer respeto, tremendo. Ken fue el único actor reconocido, el resto del elenco fueron sacados de audiciones, como Kazunari Ninomiya (uno de los cinco miembros del grupo de música pop “Arashi”), con un emotivo personaje, desborda naturalidad, fragilidad y a la vez entereza, fácil sintamos su dolor por el modo tan matizado que lo emite, soberbio. Toshi Toda como el coronel Adachi lo borda, sexcelso con un tipo lleno de bondad, espléndido el modo tan doliente en que expresa el dolor por la muerte de su caballo, o al charlar con el marine herido, fenomenal. Como curiosidad el único personaje que aparece en las dos películas es el interpretado por Alessandro Mastrobuono.

El único defecto que le pondría al film es que no se sienten los 45 días de batalla que acaecieron en la isla, no sentimos pasar el tiempo, quizás defecto de que casi siempre estamos a medio-oscuras, sin ver la luz del día, esto puede pesar en sentir algo menos la agonía progresiva de los japoneses.

Resultado de imagen de letters from iwo jima 2006Curiosamente la isla fue descubierta en octubre de 1543 por el navegante español Bernardo de la torre que la bautizó como Sufre (azufre en el castellano moderno), esta isla en su momento marcó el límite entre los imperios español y portugués en el lejano oriente, la isla forma parte dl archipiélago de Ogasawara o islas Bonin, tiene 21 kilómetros cuadrados y está a 1.200 km de Tokio, su orografía no casi plana excepto por el Monte Suribachi con 169 m de altura en un extremo de la isla, cima donde se colocó la famosa bandera de “Bandera de nuestros padres”. Tras lanzar el General Kuribayashi un último contraataque banzai la noche del 25 de marzo con 300 soldados en las últimas, los americanos declararon oficialmente la mañana del 26 de marzo tomada la isla, el cuerpo de Kuribayashi nunca fue encontrado, si su pistola con empuñadura de marfil, hallada por un marine . La isla quedó en poder estadounidense hasta que en 1968 la devolvió a Japón. En la batalla participaron 100.000 soldados USA, con casi 7.000 muertos y 20.000 herido, los defensores japoneses eran unos 20.000, solo 216 fueron apresados.


Muy recomendable film sobre los horrores del Jinete de la Guerra, film Humanista con mayúsculas, que debería ser de visión obligatoria con la otra, “Banderas ...”, complementarias las dos hace una desesperanzadora fotografía de los Maestros de marionetas que nos manejan. Fuerza y honor!!!

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