domingo, 14 de junio de 2015


RAN.

Resultado de imagen de ran 1985Sobrevalorado film del gran Akira Kurosawa (75 años entonces), una obra con muchos puntos favorables, pero con otros negativos, y es que el altar en el que colocan la cinta me es in justo para un realizador con obras tan Magnas como “Perro rabioso”, “Los 7 samuráis” o “Barbarroja”, esta “Ran” no está a su altura, posee muchas irregularidades. Entre lo bueno están algunas brillantes escenas, una extraordinaria puesta en escena, con espectaculares batallas, o el sutil hilo argumental, con el mensaje implícito de que el que siembra vientos recoge tempestades, de cómo aquello tan budista del karma se cumple. En lo malo están algunas actuaciones que rozan el ridículo por su teatralidad y sobreactuación, están algunos tramos que se alargan sin sentido, haciendo que su metraje se alargue hasta hacerse letárgico, están las motivaciones de los personajes que se muestran de modo superficial y confuso en diversos momentos.

Esta es una superproducción de Japón y Francia, la más cara filmada en el país del sol naciente con 12 millones $, con guión del propio director con Hideo oguni (“Vivir”, “Los 7 Samurais” o “El infierno del odio”) y Masato ide (“Barbarroja” o “Kagemusha”), mezclan las leyendas del daimyo Mōri Motonari, mezclado con la tragedia shakesperiana “El rey Lear”, fue la última historia epopéyica de Kurosawa. El germen de la obra está en la década de 1970, cuando el director leyó parábola sobre el Sengoku, señor de la guerra Mōri Motonari,  noble que tenía tres hijos, todos leales y talentosos, y Kurosawa le dio la vuelta, imaginó qué habría pasado si hubieran sido malos. Kurosawa dijo que no se dio cuenta de las similitudes con su guión y “El Rey Lear” hasta muy avanzado el libreto. Akira escribió el guión poco después de la filmación de Dersu Uzala en 1975, y luego "lo dejó dormir" durante siete años, durante este tiempo pintó storyboards de cada escena, que después publicó con el guión, tras lo que inició la búsqueda de financiación. Después de su éxito con su film Kagemusha (1980), la que llamaron un "ensayo general" de Ran, Kurosawa consiguió la plata del productor galo Serge Silberman. Kurosawa dijo una vez <Hidetora soy yo>, y es que el director se encontraba anticuado y descolocado en el nuevo tiempo, en sus dos primeras décadas de realizador rodó más de 20 films, pero tras “Barbarroja” (1965), y su fracaso comercial entró en crisis, llegando a un intento de suicidio, tras esto su inseguridad y complejos le llevaron a solo filmar cuatro películas en las siguientes 20 años. Ganó el Oscar al diseño de vestuario de Emi Wada.

Resultado de imagen de ran 1985Estamos en el Japón feudal, el protagonista es Hidetora Ihimonji (Tatsuya Nadakai), un poderoso noble que a base de cruentas guerras posee un gran territorio, ya en su vejez decide repartir sus tierras entre sus tres hijos, Taro (Akira Terao), Jiro (Jinpachi Nezu)  y Saburo (Daisuke Ryu). Taro, el mayor, recibirá el gran primer castillo y será el líder del clan Ichimonji, mientras Jiro y Saburo poseeranel segundo y tercer castillo respectivamente. Hidetora seguirá con el título de Gran Señor y Jiro y Saburo tendrán que obedecer a Taro, esto lo hará en una reunión familiar, Saburo se rebela ante el reparto de poder, ante lo cual Hidetora lo destierra, junto a su criado Tango (Masayuki Yui). Un señor de la Guerra, Fujimaki (Hitoshi Ueki), que ha sido testigo de la escena acoge a Saburo en su castillo por la fuerte personalidad demostrada, además de ofrecerle a su hija para matrimonio. Las cosas se tuercen más cuando la esposa de Taro, Kaede (Mjeko Harada), conspira para arrebatarle todo el poder a Ichimonji. Tiene importancia en el relato el bufón que sigue  todas partes a Ichimonji, Kyoami (Shinnosuke "Peter" Ikehata) y el lugarteniente de Taro, Kurogane (Hisashi Igawa).

Resultado de imagen de ran 1985Kurosawa ya había adaptado una obra de Shakespeare con “Trono de sangre” (1957) que era una versión nipona de “Macbeth”, aquí vuelve, aunque las diferencias entre “Ran” y “El Rey Lear” son sensibles: En la obra de teatro de Shakespeare Lear es retratado como un buen hombre que sufrirá inmerecidamente el comportamiento egoísta de sus hijos, Hidetora ha sido un despiadado y sangriento guerrero, mató arbitrariamente para construir su Imperio del Terror, Kurosawa puso énfasis en dar un mayor fondo al protagonista, en “El Rey Lear” hay un personaje, Gloucester, al que los enemigos del Rey le han arrancado los ojos, en “Ran”, hay otro personaje al que le han dejado ciego, Tsurumaru, pero en este caso es Hidetora el responsable directo, Kurosawa amplió el rol del bufón. Además se incorpora un personaje, la Señora Kaede, esposa de Taro Takatora, el hijo mayor, claramente en Lady Macbeth, también de Shakespeare.

Resultado de imagen de ran 1985El film deja un subtexto  de reflexión religiosa agnóstica, en diversos momentos se habla Dios y Buda de modo displicente y nihilista, con frases que sueltan los protagonistas: <Buda se ha ido de este mundo miserable>; El bufó de Hidetora, Kyoami dice que no existen los dioses, su creencia es la causa del sufrimiento humano, Tango responde<[Los dioses] no pueden salvarnos de nosotros mismos>; esto entra en la filosofía de vida de Kurosawa, dijo <La humanidad debe enfrentar la vida sin depender de Dios o Buda>; En el epílogo del film vemos a Tsurumaru, un ciego, solo con unna figura de Buda en sus manos, está sobre las ruinas del antiguo castillo familiar, se mueve a tientas, sin saber hacia dónde ir, justo al filo de una gran altura, se le cae el Buda, al parecer una alegoría del Humano, sobre las ruinas de nuestro pasado, solo frente al abismo, ciego ante nuestro destino y abandonado por Dios, Kurosawa dijo de la escena <El hombre está solo ... [Tsurumaru] representa a la humanidad moderna>.

Resultado de imagen de ran 1985Kurosawa comentó que hay en la historia un trasfondo de metáfora de la guerra nuclear y la ansiedad post- Hiroshima edad. El arma que se empareja con la Bomba Nuclear es el arcabuz, arma que supuso una gran revolución militar en Japón, donde introdujo en el SXVI, esto derivó en que la “noble” espada pasó a ser un recurso muy menor, ahora se podrían matar a distancia, los combatientes pasan a ser anónimos sin rostro, una masa uniforme de arcabuceros, tema ya tratado en su anterior film de Kurosawa, “Kagemusha” (1980), este tono coral de la guerra lo acentúa el realizador en sus filmaciones de batallas, ejemplo la contienda final, en que la cámara hace planos generales sin centrar en personaje alguno.

Resultado de imagen de ran 1985Resultado de imagen de ran 1985El título “Ran” ( )traducido al castellano es caos, y esto es lo que explora la historia, de como un todopoderoso Señor de la Guerra, con todo controlado, decide en el ocaso de su vida repartir sus tierras entre sus hijos, creyendo que todo será aceptado fielmente, pero el karma se volverá contra él, la brutalidad que ha ido sembrando a lo largo de los años por su tierra se le volverá en contra, sus filios se le rebelan, por diferentes motivos, la ambición, la codicia, el egoísmo, la sugestión de una especie de lady MacBeth, el orgullo, la soberbia, la traición, el odio, la envidia, la venganza, y sobre todo las ansias de poder componen un coctel que deriva en el Caos del título. Y cuando todo explota, el protagonista cae en la demencia, vagando por sus tierras y hallando el rastro del sadismo con el que se hizo con su territorio, un desgarrador retrato de contiendas fratricidas, donde una familia unida tenuemente por el poder absolutista del padre se degrada moralmente tras este hacerse a un lado, los lazos de sangre se difuminan, se radiografían la intrigas intestinas de las luchas por el poder, en un fresco desolador y desesperanzador en el que nadie es bueno, todos tienen diferentes tonos de grises, queda una Condición Humana contra el paredón, donde la maldad solo genera más maldad en un círculo vicioso sin fin. La cinta sigue la máxima de Shakespeare <Solo los dramas de los Reyes merecen ser contados>, y es aquí solo vemos a la nobleza y su espiral oscura de villanía a disimilares niveles, el pueblo llano no aparece, no vemos pueblos, esto deriva en una sensación de opresión cercana a la claustrofobia, al dar impresión de localización cerrada en la inmensidad. Llama la atención el papel tan fuerte de una mujer, Lady Kaede,  en una sociedad tan machista como esta feudal nipona, su poder manipulador, como su inquietud revanchista la canaliza a través de su sensualidad, de su gran personalidad, una maestra de marionetas que mueve los hilos con perfidia infinita. Esto es desarrollado por Akira con pulso firme en muchas escenas de las que dejan enorme huella, secuencias de un poder fascinador cuasi-hipnótico, cuadros en movimiento, con una puesta en escena con un tremendo sentido alegórico pero…

Resultado de imagen de ran 1985…Pero todo esto que sobre el papel resulta atractivo se pierde en una nebulosa de un metraje superexcesivo, con tramos totalmente prescindibles, de una muy molestosa teatralidad, quizás quede bien para un escenario nipón pero en cine queda un histrionismo que sobrepasa por mucho, el adalid es Tatsuya Nadakai, que a partir que entra en modo locura queda un fantoche, acompañado por los heridos parajes por un bufón sobreactuadísimo, Shinnosuke Ikehata, estos tramos se hacen pesadísimos, se pierde por completo el ritmo, lo lastra, resultan megaredundantes, se repiten más que la ley de Murphy, no saben sintetizar para dar agilidad, por si fuera poco aparece un ciego, que en su raíz queda bien como el resultado de la maldad intrínseca de Ichimonji, pero que es un personaje cansino, especie de reminiscencia del luego monstruo de la saga “The ring”, el que sale de la pantalla, un tipo que también se hace pesadísimo, y encima Kurosawa le ofrece el broche del epílogo, mucho mejor hubiera acabado en la escena anterior (spoiler). A esto se suma un comportamiento errático de los personajes, no se sabe de dónde viene tanto odio de unos contra otros, les falta algo de pasado a los hermanos, de los que no sabremos nada, simplemente se repelen unos a otros. Todo esto produce lo peor, aburrimiento, hastío, y momentos en los que miras el reloj a ver que le queda, pierdes empatía con los personajes, dándote igual lo que les pase, te da igual si mueren o viven, solo te sostiene ante la pantalla la esperanza de que Akira es un genio capaz de en un desierto colocar algún oasis de placer visual. Si se hubiera eliminado el muy marcado tono teatral japonés, y recortado tramos tediosos, el film habría ganado mucho, la tijera del editor no siempre es mala que la utilice.

Resultado de imagen de ran 1985Las sobreactuaciones provienen del estilo teatro nipón Noh, utilizan maquillaje muy marcado, ejemplo claro es Tatsuya Nadakai como Hidetora, con uno que le va blanqueando el rostro a medida que avanza su demencia, su cara palidece, y sus cabellos reflejan el caos que le rodea, el estilo Noh enfatiza los largos silencios y movimientos lento-agónicos para remarcar mundo interior, a veces distorsionado esto por abruptos arranques de violencia e ira, esto quedará muy bien en un escenario, en cine queda cargante, este papel de Hidetora (secundario en “Kagemusha”) en principio era para Toshiro Mifune. La mejor actuación del film es Mieko Harada (aparece en “Los sueños de Kurosawa”) como Lady Kaede, una interpretación racial, sensual, carismática, con picos en los que su fuerte carácter desborda la pantalla, se le podría haber sacado más partido, hay otra buena labor, es Hisashi Igawa como el desconfiado subalterno del primogénito, un gran cínico que ve venir lo que sucede.

Resultado de imagen de ran 1985Resultado de imagen de ran 1985La baza que hace deslumbrar el film y que atempera bastante la pesadez de algunos pasajes es su sibarita ambientación, con un magno diseño de producción de Shinobu Muraki y Yoshirô Muraki (“Yoyimbo”, “Trono de sangre” o “Los sueños de Kurosawa”), con más de 1.400 extras, para los que se hicieron un exuberante vestuario de guerra manualmente durante dos años, creado por Emi Wada (“Dreams”, “La casa de las dagas” o “Héroe”), con escenas con 200 caballos, filmando en lares de una belleza sibarita, en medio de las montañas y llanuras del Monte Aso, el volcán activo más grande de Japón, con escenarios tan impresionantes como los ancestrales castillos  Kumamoto y Himeji, para las ruinas de un castillo se rodó en el de Azusa, para el castillo Hidetora de la batalla que termina ardiendo Kurosawa hizo construir uno a los pies del Monte Fuji, todo esto embellecido por la magnífica fotografía de Asakazu Nakai (“Los 7 samurais”, “Vivir” o “Dersu Uzala”), Takai Saitô (“Sanjuro”, “Kagemusha” o “Barbarroja”) y Shôji Ueda (“Kagemusha”, “Sueños de Kurosawa” o “Madayayo”), potenciando un sentido pictórico excelso, con elegancia y fascinación por momentos, profusión de extensos parajes verdes, con infinitos cielos nubosos que explotan en tormentas (símil del caos), con un cromatismo resplandeciente, con una brillante escenificación de batallas, rodando con tres cámaras, para captar la acción desde diferentes ángulos y lentes y no tener que repetir, con el peculiar estilo Kurosawa de grabar con la cámara alejada de los extras, con escasos primeros planos, con una tremenda nitidez la acción nos llega, trasladándonos naturalidad y el horror de la guerra. La Música de Tôru Takemitsu (“Seppuku”, “Rikyu” o “Sol naciente”) crea momentos turbadores, inquietantes, zozobrantes,  con uso de coros sugerentes, influenciado en otros tramos por el compositor austríaco Gustav Mahler, Kurosawa quería a la Orquesta Sinfónica Londres para interpretar la partitura, al final fue la Sinfónica de Sapporo, con Hiroyuki Iwaki en la batuta, impresionante el tramo de la batalla por el castillo, con sonidos avernales, te deja sin aliento, con reminiscencias a un lloro, que se atomiza conforme avanza la escena, acentuada esta disonancia con abruptos silencios, bramando un sentido tono épico en varios momentos, remarcando profundidad dramática, también un sensible uso de flautas e instrumentos de percusión que enfatizan emociones,  asimismo sobresale para la última batalla el manejo de tambores.

Resultado de imagen de ran 1985Resultado de imagen de ran 1985Resultado de imagen de ran 1985Momentos recordables: El inicio, vemos una cacería de jinetes contra jabalíes, con el cielo nuboso de fondo, la tormenta está cerca, y de pronto el título en tipografía nipona, como una rasgadura en la carne que sangra, gran sentido alegórico; El trasmo en que Hidetora reparte sus tierras y explica la metáfora de las flechas, una sola se parte fácil, tres juntas no se pueden romper... o si, como rebela con fuera el hijo menor, desatándose el caos; Lady Kadae y Taro, como ella sibilinamente se lo gana, a través de la perversión y la manipulación, con su turbadora daga, aciendole una herida y chupándole sangre, formidable momento; El tramo del film, este metraje por si solo justifica su a veces hastiante visión, me refiero a la batalla por el castillo Saburo, una de las mejores contiendas jamás rodadas, de una rotundidad atronadora, donde todos los elementos se funden en algo paroxístico, la música perturbadora, la coreografía de los militares, la carnicería, como Hidetora cae en la demencia en medio del combate, las hermosas imágenes cargadas de sentido emocional, los muertos caen por doquier, la sangre salpica al espectador, la espectacular toma de la torre, el sacrificio de las concubinas, como Hidetora desciende las interminables escaleras ante el ejército vencedor que lo deja muerto en vida, Colosal lección de cine, hay un momento en que vemos a un hombre con su propio brazo amputado, como bien he leído seguro inspiró a Steven Spielberg para una imagen similar en "Salvar al soldado Ryan"; Cuando Kurogane le trae una cabeza a Lady Kadae, al abrir la tela es una testa de piedra de un zorro, cínica y enfervorecida disputa sigue a esto; Cuando Taro es asesinado, Kurogane furibundo se da cuenta de las arimañas vengativas de ella y va a por ella,, la cámara con epicúreo gusto se queda por lo alto de ella que está sentada, Kurogane suelta su espada en un movimiento flash, y un  chorro de sangre salpica la pared.


Sumado lo bueno, y restado lo malo me da una cinta irregular con grandes puntos álgidos surcados de amplias zonas áridas-aburrimiento que me impiden elevarla mucho más allá de un 6. Fuerza y honor!!!

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