LAS UVAS DE LA IRA.
Un clásico
imperecedero de John Ford, el más famoso film sobre la Gran Depresión USA,
retrato desgarrador de la injusticia social a la vez que un glorioso canto a la
solidaridad, basado en el aclamado libro homónimo del Nobel de literatura John
Steinbeck de 1939, el más vendido ese año, además de Premio Pulitzer, el guión
adaptado es de Nunnally Johnson (“El
pistolero” o “12 del patíbulo”), tiene un carácter más optimista que el libro,
se da esperanza para los Joad, en este sentido el final es sensiblemente
diferente en el enfoque.
Estamos en plena Gran
Depresión en Oklahama, durante la desastrosa Dust Bowl, que con polvorientos
vientos asoló cosechas, el protagonista es Tom Joad (buen Henry Fonda), acaban
de liberarlo de prisión tras 4 años por matar a un hombre en defensa propia y
se dirige a la granja de sus padres, por el camino encuentra a Jim Casy (gran
John Carradine) se la encuentra abandonada, un ex predicador desencantado con
el mundo, se le une en su camino, la granja paterna está abandonada, allí está
escondido Muley Graves (John Qualen), que le cuenta que las granjas están
siendo embargadas por deudas por los bancos, la familia de Tom está en la
granja de un amigo, va allí y le reciben alborozados, la líder del clan es la
carismática Ma Joad (Jane Darnell). Al día siguiente se montaran en un camión
para ir a California donde esperan encontrar trabajo. Por la mañana se montan
en un destartalado 1926 Hudson “Super Six” Sedán en lo que será una larga y
tortuosa travesía de 1600 km por la mítica Ruta 66 hacia la Tierra
Prometida, teniendo que cruzar los
estados de Arizona y nuevo México, en su odisea pasaran multitud de
calamidades, dureza por el recorrido, penurias económicas, rechazo social,
abusos laborales, abusos policiales... Además en este Éxodo viajaran, Pa Joad (Rssell
Simpson), la madre Ma Joad (Darwell), el hijo mayor Tom (Fonda), el hijo Al (O.Z.
Whitehead), la hija casada y embarazada Rosasharn (Dorris Bowdon), su marido,
Casy, los abuelos (Charley Grapewin y Zeffy Tilbury), y dos nietos.

John Ford construye un drama absorbente,
socialmente muy comprometido con los problemas que acuciaban al pueblo, con una
delineación de personajes formidable, loando en su relato el indomable espíritu
de supervivencia del ser humano, a su integridad, a su dignidad, a la familia
como núcleo de fuerza, una obra que sin sensiblerías te toca la fibra
emocional, refleja un submundo en el conviven la miseria, el patetismo, la
pobreza, la carroñería, los abusos del poder, el hambre, la opresión, la
explotación obrera, ello en una narración con tintes religiosos, hay un Éxodo
cruento por la Ruta 66 hacia “La Tierra Prometida”, la tierra de la esperanza,
donde se supone habrá trabajo, pero al llegar nada es lo que creían. Es un
desgarrador fresco de la Naturaleza Humana enfrentada a la desesperación, y
aquí salen a floten lo mejor y lo peor de la Condición Humana, sus vilezas y
bondades, la maldad de los que se aprovechan de la desgracia ajena para
explotarlos y la solidaridad de los que ofrecen lo poco que tienen a los que
están peor que ellos. Nos hace removernos las entrañas ante tanta injusticia y prejuicio
social, ante el atropello hacia unas gentes tratadas peor que a animales, esta
desventura a la que asistimos es un homenaje a los desheredados, a los
marginados, a los desarraigados, es un canto-tributo a tantas familias que
sufrieron la devastación de la Gran Depresión de 1929 (24-10-1929), familias que lucharon
contra su aciago destino, un duro y conmovedor retrato de un tiempo y un lugar.
Una obra revestida de un realismo sangrante, un abrasador reflejo de los
padecimientos de esta familia que representa a todas las que resistieron estos acontecimientos,
familia que busca su lugar en el mundo, familia que simboliza el reverso amargo
de “El Sueño Americano”, el de una familia que lo pierde todo y se convierten
en errantes extranjeros de sí mismos.


John Ford da un enfoque
distinto al de la novela de Steinbeck, se aleja un poco de su carácter radical
y eminentemente marxista-comunista, vira hacia una visión más familiar, cercano
al Universo Ford, dotando del corazón del film a la familia (Joad), destellado
en la imponente figura de Ma Joad. El realizador confiere a la cinta de un
tremendo lirismo visual, con imágenes de un vigor estético fulgurante, con
evidentes toques humanistas, con momentos donde la línea entre el documental y
la ficción se funden. Ford además insufla a la película de un halo de esperanza
no presente en el libro, el evidente pesimismo es atenuado por rayos de luz. Compone
gran parte con el estilo de road-movie, donde una mísera furgoneta se convierte
en co-protagonista, vehículo que es el espejo de sus pasajeros, destartalado, machacado, explotado, pero siempre consigue reponerse y continuar hacia
adelante por el camino se encontraran todo tipo de personajes que son una
alegoría veraz de los sucesos. Insufla un sereno ritmo al film, hace que te
vaya calando el drama de este clan, crea un halo de emotividad sin caer en
maniqueísmos fáciles, su odisea nos atrapa por su potencia a la hora de
hacernos empatizar con los personajes. Llama la atención que se obvien los
duros momentos de trabajo.
Henry Fonda está sensacional
en su rol, de fuerte personalidad, dota a su Tom de honestidad, integridad,
nobleza, tipo que se rebela ante las injusticias, enérgico, inquieto ante los
problemas, muy bueno, excelso en la serenata que le canta a su madre ("Red River Valley") o en su estremecedor monólogo final (“Voy
a estar allí...”), anhelaba tanto el papel el actor que aceptó un contrato de
siete años con la Fox para poder interpretarlo. Jane Darnell como Ma Joad
realiza una actuación portentosa, irradia carisma, bondad, liderazgo,
sentimiento, es la brújula moral del relato, un conmovedor y entrañable
personaje que te hace sentir su sufrimiento, espléndida, tuvo el premio del
Oscar. John Carradine como el sacerdote está maravilloso fabuloso, emitiendo
una mezcla entre la inocencia y el candor combativo agitprop, fue el padre de
los también actores David y Keith.


La puesta en escena es
sobresaliente, con una prodigiosa dirección artística de Richard Day (“Un
tranvía llamado deseo”, “La ley del silencio” o “Tora, tora, tora”) y Mark-Lee
Kirk (“La barrera invisible”, “Yo creo en ti” o “Bus Stop”), rodando en McAlester y Sayretanto (Oklahoma), Gallup , Laguna Pueblo y Santa Rosa (Nuevo México), Lamont, Agujas y San Fernando Valley (California), Topock, Parque Nacional
del Bosque Petrificado (Arizona), con los
campos de maíz, recreando con veracidad los campamentos, la icónica camioneta,
y esto enlatecido por la fascinante fotografía en glorioso b/n de Gregg Toland (“Cumbres borrascosas”,
“Ciudadano Kane” o “Los mejores años de nuestra vida”), plasmando tomas de una
estética expresiva magna, con momentos cercanos al documental, con juegos de
sombras, de claroscuros, de amaneceres, con claras influencias del
expresionismo alemán mezclado con las fotografías de la época de Walker Evans y Dorothea Lange, con tomas de
una belleza exaltada, como la marcha en soledad de Tom por el campo, enmarcado
por un cielo nublado, una sombra que se mueve en la inmensidad, con un patinado
grisáceo que canaliza emociones de modo sublime, donde el blanco nítido es
inexistente, los blancos siempre están mugrientos, se funde el paisaje agreste
con la insignificancia del humano. A esto se añade la notable música de Alfred
Newman (“El prisionero de Zenda”, “Pasión de los fuertes” o “Viva Zapata!”),
marcadamente nostálgica, melancólica, se acopla al relato de modo suave sin
intrusismos manipuladores, se suman dos canciones tradicionales, la que canta
Henry Fonda "Red River Valley" y la que se canta en una
fiesta en un campo de trabajo, “Going Down The Road Feeling Bad”.


Momentos recordables: -Me
mandaron a deciros que estáis desahuciados. -Quiere decir que me echa de mi
tierra. -No hay porque enfadarse conmigo, yo no tengo la culpa. -Pues entonces,
quién la tiene?. -Ya sabes que la dueña de la tierra es la compañía Sonvilland.
-Y quién es la compañía Sonvilland? -No es nadie es una compañía.-Pero tiene un
presidente. Tendrán alguien que sepa para qué sirve un rifle, verdad?. -Pero hijo
ellos no tienen la culpa, el banco les dice lo que tienen que hacer. -Muy bien,
dónde está el banco? -En Tulsa, pero no vas a resolver nada allí, sólo está el
apoderado. Y el pobre sólo trata de cumplir las órdenes de Nueva
York.-Entonces. A quién matamos? (Cuando van a echar a una familia de sus
tierras se produce este diálogo extraordinario en su simpleza); Antes de salir
a la carretera Ma Joad repasa antes de arrojarlos al fuego los objetos que son
recuerdos de una vida, la nostalgia de su mirada nos inunda, observa con
melancolía un perrito de una feria, tras lo que ve unos aretes , los pone en
sus orejas y se mira al espejo, el reflejo es una máquina del tiempo en que Ma
viaja a sus años felices; Las recurrentes imágenes de la camioneta sobrecargada,
todo un Icono de la Gran Depresión; Durante el Éxodo a California dos
camioneros charlan ante la tremebunda visión de la camioneta de los Joad,
hacinados en ella, uno le dice al otro <No creo que yo pudiera hacer un
viaje tan largo en semejante vehículo>, el otro contesta <Tú no puedes
porque tienes cerebro y para hacer lo que ellos hacen se necesita no
tenerlo>; El brillante momento en que los Joad en la camioneta llegan a un
campamento en California, entonces la cámara se pone en modo subjetivo desde el
vehículo, haciéndonos partícipes en primera visión de la desolación del lugar,
de imágenes deprimentes, gente harapienta, hambrienta, miradas despojadas de
ilusión, niños desaliñados, rostros duros, ásperos, macilentos, rodeados de chabolas miserables, es un tramo
escalofriante; El plácido momento en que la familia Joad reunida en la cabaña
hacen recuento de las ganancias de los jornales tras un duro día de trabajo; En
el tramo final, Tom se ve obligado a dejar a su familia, su madre le pregunta
que donde estará, el responde <Allí donde haya un policía pegando a un
muchacho, allí donde un recién nacido llore porque tiene hambre, allí donde
haya una lucha contra la sangre y el odio en el mundo, mírame allí mamá, porque
allí estaré. Allí donde haya alguien luchando por asentarse en algún lugar, o
por un trabajo decente o una mano amiga, allí donde haya alguien que luche por
la libertad, mira en sus ojos mamá porque allí estaré yo...>; Frase de Ma
que es un compendio del pensamiento comunista que rezuma del libro de Steinbeck <El hombre no tiene alma
propia, sino un pedazo de un alma más grande. El alma grande que nos pertenece
a todos>; La frase final de Ma
<Somos el pueblo... existiremos siempre>.
Daryl Zanuck, Vicepresidente a Cargo de la Producción en Twentieth Century Fox compró
los derechos del libro, y puso el proyecto en marcha solo seis meses después de
la publicación de la novela, el anuncio del rodaje fue muy polémico, por
considerarlo muchos sectores reaccionarios Usa un panfleto comunista, y es que
el libro se llegó a prohibir y quemar en varios lugares estadounidenses por la
imagen que se daba del país, Zanuck no se acobardó, y para comprobar que lo que
contaba el Steinbeck no era exagerado contrató a una agencia de detectives para
investigar la vida en estos campamentos californianos, el informe que recibió
el productor decía que las condiciones eran peores que lo que relataba “Las
uvas de la ira”, con lo que Zanuck dio libertad a Ford, la Cámara de Comercio
de California y el Consejo Agrícola de California llamó a un boicot de todas las películas de Fox al enterarse de que Zanuck la produciría.
Diferencias entre el libro y
la novela: En su primera mitad es bastante fiel el film, pero hacia la mitad y en
su final difiere, imprimiendo Ford un tono más optimista que Steinbeck, cambia
el orden cronológico de algunos hechos, haciendo que la familia Joad en su
parte final resida en un campamento del gobierno donde viven apaciblemente, en
una especie de oasis, terminando con gran parte de los Joad yendo en su camión
a trabajar (falta Tom que ha huido), en una especie de búsqueda de un mejor
horizonte, Steinbeck hace que la familia Joad se desintegre totalmente, su
final es estremecedoramente pesimista, Rose (interpretada
en el film por Dorris Bowdon) da a luz a un mortinato bebé, más tarde en un vagón ella ofrece sus pechos llenos de leche a un
hombre muerto de hambre, muriendo ella en un granero. Asimismo se anulan varios personajes de importancia en el libro,
como un fanático religioso, Sandry.
La icónica Ruta 66, corre desde el noreste hasta el suroeste, atraviesa los estados
de Illionis, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y
California a lo largo de 3.945 kilómetros, durante la Gran depresión se pobló
de miles de familias de granjeros desahuciados de sus tierras y bajo el peso
del hambre, se dirigían a la nueva Tierra Prometida, California, para trabajar
de jornaleros en los campos, con la promesa de un futuro mejor, allí se toparon
con la miseria de los campamentos de emigrantes.
Muy recomendable Clásico del
gran John Ford que da un lienzo sobre como el ser Humano intenta levantarse aún
en las peores condiciones. Fuerza y honor!!!
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