MOTÍN A BORDO. (The Bounty 1984)

Quinta versión que se ha llevado al cine del famoso motín, un buen film de aventuras dirigido por el australiano Roger Donaldson, esta tiene varias singularidades que la hacen atractiva y recomendable con respecto a las anteriores, el principal es que históricamente se acerca más a los hechos verídicos, construyendo un relato donde todo no es tan blanco o negro como en la pretéritas, aquí hay más grises, y se hace un retrato más humano de Bligh, y menos hagiográfico de Christian, da una visión más humana de los acontecimientos, menos simplista. Lo malo es que al aproximarse a la veracidad se han perdido componentes dramáticos y de intensidad, en su haber también está un tour de forcé bastante descompensado, la personalidad arrolladora de Anthony Hopkins se come a un imberbe Mel Gibson, al que se delinea de modo plúmbeo, naif, esto resta capacidad de conmover, tampoco en su vertiente romántica suma. Uno de las grandes novedades con respecto a todas las anteriores versiones es que aquí no se esconden con ridículos recursos el top-less de las nativas, aquí los pechos brillan por su bella presencia.

El motín real tuvo lugar en 1788 en
los mares del sur, es una historia con mucha bibliografía en su haber, también
varios films abordan el tema, hubo una australiana en 1916 en cine silente, “El
motín de la Bounty”, otra australiana en 1933 protagonizada por Erroll Flynn
(en su debut en cine), y las que han llegado hasta nuestros días la de 1935 de
Frank Lloyd, “La tragedia de la Bounty”, con unos antagonistas muy marcados,
Charles Laughton era Bligh, un comandante muy sádico, frente a él una especie
de Robin Hood, Clarke Gable como Fletcher Christian, simpático y preocupado por
el perverso comportamiento de su superior, en la versión de 1962 “Motín a
bordo”, de Lewis Milestone, Bligh es Trevor Howard, algo menos sádico pero
asimismo más preocupado por cumplir su misión, aunque sea a costa del
sufrimiento de la tripulación, frente a él Marlon Brando de Fletcher, un
nihilista introvertido que parece tomarse la expedición como turismo y que poco
a poco se implica con el padecimiento de sus subordinados, estas dos versiones
se basan en las dos
primeras novelas de la trilogía de “Rebelión a bordo” (“Mutiny on theBounty”, “Men Against the Sea” y
“Pitcairn's Island”) de Charles Nordhoff y James Norman Hall, basadas muy libremente
en los hechos, esta versión de 1984 que abordo se adapta el libro “Cpitan Bligh
y Mr. Christian” de Richard Hough, es más cercana a la realidad, aportando
bastantes matices que hacen entender mejor lo que sucedió, dan una perspectiva
muy interesante, donde Bligh ya no es un ogro y Christian no es un gran héroe,
además se expone la novedad de que Bligh y Christian eran amigos antes de
embarcar, habían hecho ya dos travesías de mar juntos, en las otras Christian
era el segundo de a bordo, aquí (lo real) era tercero y durante el trayecto fue degradado el segundo,
Fryer, y ascendido Christian por Bligh, con lo que l historia se puede ver como
una exploración del alienamiento de la relación de amigos.
Un proyecto que en su origen era de
David Lean, con el guionista Robert Bolt (“Lawrence de Arabia”, “Doctor
Zhivago” o “La misión”), se basarían en el libro “Capitán Bligh y Christian”
(1972) del británico Richard Hough, trabajaron en el film de 1977 a 1980, su
idea era hacer dos partes, la primera sería “Los Delincuentes”, abordaría la travesía marítima, la estancia en Tahití
y el posterior motín, la segunda parte se llamaría “El brazo largo”, trataría
sobre lo que aconteció a los amotinados, y por otro lado como la armada inglesa
persiguió a la Bounty con la fragata HMS Pandora a su caza. Lean sufrió el
contratiempo de que la Warner Bros abandonó el film, y se quedó sin
financiación, entonces el proyecto derivó en convertir el guión en una serie de
tv de 7 capítulos, al final entró en el proyecto el productor italo Dino de
Laurentis, y renació la idea original, pero sufrió otro revés, Bolt sufrió un
derrame cerebral y no pudo seguir con el guión, el libreto lo terminó de
escribir Melvyn Bragg
(“Jesucristo Superstar”), ante tantos problemas my tardanza en construirse la
réplica de la Bounty Lean abandonó el proyecto, y terminó Mel Gibson trayendo a
la dirección a su amigo Roger Donaldson, aceptado De Laurentis por el peligro
de que el film se viniera abajo y perdiera los millones invertidos.
La trilogía de Nordhoff y Hall, retrataba a Bligh como aun ser
déspota y sádico enfrentado a su lugarteniente Christian, adalid de la
integridad y la nobleza. Al parecer esto distaba de la realidad, esto se dice
se debe a que el hermano de Fletcher Christian, Edward, un famoso abogado que
consiguió tergiversar la realidad ante la opinión pública en Inglaterra y
colocó como el “malo” al capitán Bligh, ayudado por el testimonio de los 10
amotinados apresados, aunque los tribunales consideraron inocente a Bligh,
tildándolo de hombre justo y no excesivamente celoso en la disciplina, apoyado
esto en las declaraciones de los miembros de la tripulación no amotinados. De
hecho Bligh continuó su carrera exitosa en la marina inglesa, llegando a ser Vicealmirante,
asimismo fue gobernador de la colonia Nueva Gales del Sur, hoy llamada
Australia, donde curiosamente también tuvo un motín que lo derrocó.
La réplica
de la Bounty se construyó en Nueva Zelanda con un coste de 4 millones $, para
las secuencias de la tormenta se hizo un modelo reducido de la cubierta. Curiosamente
el film costó 25 millones, y terminó por debajo de lo presupuestado, raro para
una superproducción. En el proyecto Lean tenía pensado que la fragata Rose
fuese el barco perseguidor de la Bounty Pandora, este navío apareció en “Master
& Commander” (2003) de Peter Weir, como el HMS Surprise.
Licencias que se toma el film con respecto a la
realidad: En el film se menciona Australia, a pesar de que este término no
nacería para esta nación hasta diez años después, cuando Matthew Flinders
promovió este nombre para lo que hasta entonces se conocía como “New Holland”.
Se nos da a entender que el motín se originó por la intención de Bligh de
llegar al Caribe por el Cabo de Hornos, y así circunnavegar el mundo, cosa que temía
la tripulación por el mal tiempo, pues bien, en realidad Bligh tenía órdenes
estrictas de ir a través del estrecho de Endeavour , estrecho de Sunda, y del Cabo de Buena Esperanza, y por l ruta recoger más plantas de
prueba, le tenían prohibido el Cabo de Hornos para no poner en riesgo la
sensible carga al mal tiempo que había tan cerca del Ártico.

El inteligente guión de Robert Bolt apoyado en el libro
da un sutil enfoque divergente con las dos versiones afamadas antes hechas,
relato que por momentos roza el humanismo,
una revisión que recorta las aristas al capitán Bligh y se las pone a
Fletcher, hace una historia más compleja ambigua donde ya no es la simplista
lucha del mal apoyado en la autoridad absoluta contra el bien de los vejados,
se muestra a unos personajes que modifican su comportamiento tras pasar por el
Edén de Tahití. El punto fuerte es como enb versiones anteriores el duelo entre
Bligh y Fletcher, aquí muy descompensado, gana por cao el comandante, se nos
muestra a Bligh como a un tipo afable, con el que se puede debatir, que acepta
consejos, un hábil navegante, con mucha afabilidad con Fletcher, pero tras
hacer la escala en Tahití las cosas cambian, la tripulación cae bajo el influjo
de la promiscuidad sexual de las nativas, y la disciplina se resquebraja, a lo
queBligh responde con autoridad, en el otro lado está Fletcher, un tipo
voluble, sin dotes de liderazgo, con escasa disciplina, parece poco preocupado
por lo que pasa a su alrededor, poco hablador, inseguro, sabemos nada de él, se
permite una gran indisciplina en Tahití, cuando se produce el motín los motivos
son difusos, no se entiende se cambio brusco, apenas hay motivos, parece una
rebelión de tipos deseosos de volver a la libertad sexual de la isla
paradisíaca que motivada por motivos disciplinarios humillatorios, esto en el
libro queda bastante claro, pero supongo que la autocensura impidió dar
claridad a la hisotria yendo bastante en perjuicio del resultado final del
film, lo cuento en spoiler. El ritmo que imprime el realizador es bastante
fluido, no llegas a aburrirte, aunque no posea demasiada acción rezuma el
espíritu aventurero de los pioneros que agrandaron nuestro planeta, es más el
choque psicológico entre los diferentes personajes, su evolución mental. En el
lado de los defectos resta el romance entre Christian y su tahitiana, un esbozo
que tine fuerza dramática cero, esto debería haber parte del motor del motín y
queda banal y mal expuesto.
El elenco actoral brilla por su mezcla de actores
veteranos y excelsos como Lawrence Olivier y Edward Fox, con otros ya
emergentes como Anthony Hopkins y Mel Gibson, junto a otros que daban sus
primeros coletazos y que luego han dado mucho al cine, como Daniel Day-Lewis o
Liam Neeson. Anthony Hopkins delinea a un Bligh tridimensional, con aristas,
con toques de bondad, con dudas, con fragilidad, con un arco de desarrollo
gradual de la simpatía inicial se va agriando hasta convertirse en déspota, sin
llegar a la caricatura villanesca, rol que en principio David Lean había
pensado para Oliver Reed. Mel Gibson compone a un inane
Fletcher Christian, parco en hondura, parco en palabras, parco en transmisión
de emociones, parco en carisma, lejos de los Clarke Gable y Marlon Brando,
despliega estar en su mejor momento físico, mostrando cuerpopero poco más,
queda difuso, una nebulosa cubre su comportamiento de “niño caprichoso”,
desprovisto de carácter de líder, mal, para el rol fueron manejados Christopher
Reeve, Sting y David Essex. Daniel Day-Lewis encarna
con vigor a Fryer, le aporta rabia y personalidad, presagiando la gran carrera
que está por venir, se barajó a Hugh Grant para el papel. Liam Neeson como el
marino díscolo Churchill, le dota de de energía.
La puesta en escena resulta brillante, con una radiante
recreación de la vida en un navío del SXVIII, John Graysmark (“2001”, “Ragtime”
o “Robin Hood”), rodándose en los bellos lares de Moorea (en la Opunohu bay que el mítico capitán James Cook ancló en 1977), la Polinesia
Francesa, Nueva Zelanda y en el
palacio de Greenwich y el Club de la
Reforma , Pall Mall,
Londres, con un muy realista
vestuario creado por John Bloomfield (“Conan el Bárbaro”, “La momia” o “Robin
Hood”), combinando el atuendo occidental de los marinos (original el atuendo
que llevan durante la tromenta), con el escaso y paradisiaco de los tahitianos,
todo embellecido por la notable fotografía Arthur Ibbetson (“La condesa de Hong
Kong”, “El desafío de las águilas” o “Ana y los mil días”), que dota de gran
luminosidad y colores cálidos los fotogramas, emitiendo un aire bucólico en
Tahití, como excelentes los planos en alta mar del barco, y todos estos
elementos se funden con la excelsa música de Vangelis (“Blade Runner”, “Carros
de Fuego” o “1492”), que sumerge la historia en un halo cuasi-místico, imprime
melancolía, aura elegiaca, otorga tintes de intensidad inquietante, con un uso
de los sintetizadores turbador, deja huella.
Momentos recordables: La
espectacular tormenta que asola a la Bounty en el Cabo de Hornos, rodada con un
ritmo y sentido de la acción prodigiosa; La tensa escena en que Bligh reúne a
sus mandos para comunicarles desisten de cruzar Cabo de Hornos, y a la vez
rebaja a Fryer, de gran fuerza psicológica las reacciones; Todo el edenístico
tramo en Tahití, te sume en una especie de lugar parado en el tiempo y el
espacio, el Paraíso; El motín, y como explota y desemboca en poner en el bote a
Bligh con sus leales, La tensa vuelta de los amotinados a Tahití, con la
estremecedora negociación el Rey tahitiano.
En el libro de Richard Hough
se ofrece explicación al motín que da un enfoque muy original que la película
no ofrece, plantea la hipótesis que el capitán Bligh y Fletcher Christian eran
amantes gays, que su relación íntima se explica por qué Bligh era tan celoso de
la relación amorosa de Christian con su chica de Tahití, esto cuadra con el
cambio sufrido por Bligh tras saber que Christian tiene una amante en Tahití,
lo cual da un prisma distinto cuando se ve por segunda vez, sobre todo en una
secuencia en la que se ve a Bligh durmiendo en estado febril mientras en
paralelo vemos a Christian con su pareja tahitiana fornicando, es un subtexto
homosexual que reviste de un sentido diametralmente opuesto a todo los visto en
las versiones anteriores.

Es curioso que en todas las
versiones se centran en el motín, en cómo se va cociendo a fuego lento, y al
final explota la rebelión, pero sería de recibo que alguien dedicara un film a
la épica odisea del comandante Bligh en un pequeño bote de 7 metros, que tras
ser expulsados de la Bounty, con 18 personas consiguió atravesar 3.500 millas
(6.700 km) por el océano Pacífico, en 47 días, con escasos alimentos y agua,
alcanzaron Timor Oriental (colonia holandesa), gracias a la disciplina impuesta
por Bligh, como de sus dotes para la navegación, teniendo que moverse por alta
mar sin mapas y sin brújula, únicamente con un sextante, solo perdieron a un
hombre, y fue por un ataque de nativos en la isla de Tofua, una de las grandes
hazañas marítimas.
John Boyne, autor del conocido relato "El niño con
el pijama de rayas", ha publicado la novela "Motín en la Bounty"
(2008), donde presenta a Fletcher Christian como villano y a Bligh como un
héroe.
En conjunto queda un recomendable film de aventuras, da
una visión diferente a una historia famosa, aunque con mayor valentía habría
despuntado bastante más. Fuerza y honor!!!
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