EL ACORAZADO POTEMKIN.
Revolucionario film soviético
en todos los sentidos, film que ha influenciado durante décadas a tantos y
tantos, Obra Maestra del cineasta letón Sergei Mijailovich Eisenstein en su segundo largo y con solo 27 años realizó, supuso un
antes y después en el Séptimo Arte por la novedosa utilización del montaje como
elemento primordial para provocar sensaciones y remover conciencias. Hay quien
la ha menospreciado al tildarla de propaganda de la Revolución bolchevique, por
supuesto que tras la colosal lección de cine está un panfleto para alentar a
los valores revolucionarios soviéticos, pero minusvalorarla por esto es muy
simplista y sectario, sería como echar a la basura films tan grandes como “El
Nacimiento De Una Nación”, “La Ley Del silencio” o “Centauros Del desierto” por
su marcada ideología reaccionaria, hay que saber distinguir el polvo de la
paja, para llegar a celebrar uno de los hitos fílmicos más fascinantes de la
Historia del Cine. Innumerables películas han
sido influenciadas por esta, "Los intocables", "Bonnie y
Clyde", "Bananas", "Brazil", "El Padrino",
"Star Wars" o "Titanic". Orson Welles , Michael Mann o Paul
Greengrass la tienen en su lista de películas
favoritas.

En 1925, con motivo del vigésimo aniversario de los brotes
revolucionarios que recorrieron la Rusia zarista durante 1905, un grupo de directores
soviéticos, recibieron el encargo de filmar una serie películas que celebraran
los hechos. Eisenstein fue recomendado por la guionista Nina Agadianova, emocionada
por su primer film película, “La huelga”. Fruto del proyecto institucional
surgieron dos grandiosas cintas, “La madre” de Vsevolod Pudovkin y esta. El
guión es de la propia Agadianova, en principio recrearía varios acontecimientos
revolucionarios de ese año, pero era demasiado y le podría llevar mucho tiempo,
no podría estar para la fecha acordada, así que se atuvo a un solo hecho como
símbolo de toda la lucha. Se rodó en Odessa (sur de Ucrania), centrándose en el
motín real de los marinos del acorazado zarista ”Principe Potemkin de Táurida”,
se utilizó como navío encallado, el “Doce Apóstoles”, un clon del barco
protagonista. El elenco actoral estaba formado por actores no profesionales, en
lo que es un film de espíritu coral, donde nadie es protagonista, es la masa
como ente propio, como reflejo del comunismo, de la fuerza de la colectividad
frente al individualismo.
Estamos en 1905, en un
acorazado de la Marina Imperial de Rusia, “Príncipe Potemkin de Táurida", que
ha estado en la guerra ruso-japonesa, navega por el Mar Negro hacia Odessa,
Rusia hierve en un intento de Revolución. En el navío los marineros se sienten
vejados por sus superiores, que les pegan sin motivo mientras duermen, la llama
de la rebelión se enciende cuando les dan de comer carne podrida con gusanos,
para colmo el médico del barco, Smirvov, la inspecciona y dice que se puede
comer, el cocinero prepara la carne, y los marinos se niegan a comerla, estos
son juzgados sumariamente por insubordinación, condenados a ser ejecutados en
fusilamiento en la cubierta, no sin antes serles dada la extrema unción por el
capellán de a bordo (crítica clara a la Iglesia), pero los soldados se niegan a
disparar iniciándose un motín a bordo que derivará en una odisea contra la
tiranía zarista.
El film está dividido cual
tragedia clásica en cinco actos:
-Primero: "Hombres y
gusanos"; Los marinos protestan por tener que comer carne podrida. Se
presenta la historia con mucha fuerza, las vejaciones a que son sometidos la tripulación,
con potentes imágenes, con los primeros atisbos de rebelión.
-Segundo: "Drama en la
cubierta"; Llegamos al motín de los marineros y el líder, Grigory
Vakulinchuk (Aleksandr Antonov), es asesinado vilmente por el oficial
Giliarovsky (Grigori Aleksandrov), Matushenko (Mikhail Gomorov) toma el liderazgo, de un motín victorioso y jubiloso para los marinos a
los que se unen los soldados. La tiranía de los mandos, su despotismo, su nulo
respeto por sus subordinados y sus vidas es reflejado con intensidad, el
latente levantamiento se desborda con furia.
-Tercero: "Un hombre
muerto pide la justicia"; El
acorazado llega al puerto de Odessa, el cuerpo de cuerpo de Vakulinchuk es llevado a tierra y expuesto su cadáver, bajo el cartel "muerto por un plato de sopa", el pueblo desfila delante de él en solidaridad con él y su motín, alo
que sigue que las gentes de Odessa les llevan comida a los tripulantes del acorazado.
Aquí los sentimientos son puestos a flor de piel con un tremendo simbolismo en
que el pueblo oprimido se une al oprimido ejército.
-Cuarto: “La escalera de
Odessa "; Uno de los momentos más famosos de la Historia del Cine. Los
soldados zaristas acuden a reprimir al pueblo que se manifiesta ante el cuerpo
del marino muerto, lo hace de modo mecánicamente inhumano, una brutal represión al pueblo de Odessa. Cumbre todo el simbolismo, como
son los leones de Piedra que vemos insertados en el montaje como alegoría del
despertar de la revolución.
-Quinto: "La Cita con el Escuadrón "; El acorazado se hace a la mar, una escuadra de navíos zaristas
van a su encuentro para acabar con los amotinados, la tensión se masca, la
batalla parece inevitable. Otra vez con un montaje sublime Eisenstein traspasa
la pantalla para sensibilizarnos con la turbación que se respira ante el
choque.

El film es un Monumento formato cine, una Magna obra de una calidad
estética superlativa, haciendo que su mensaje de odio a los zaristas y empatía
por la población vejada, tocando temas de modo profundo como la tiranía, la
fuerza de la colectividad, la injusticia social, la solidaridad, el despotismo,
la inhumanidad de la maquinaria del estado, y sobre todo de rebelarte contra
los sátrapas. Para enfatizar su mensaje diáfano caracteriza de modo sencillo a
los buenos y malos, además para atomizar el sentido de la fuerza de la
colectividad la historia carece de dramas individuales, la gente es uno, los
marinos, la población civil, los soldados zaristas, la flota zarista, esto hace
emparejar el film con un documental, derrochando realismo atroz, no hay
personajes destacables, solo Vakulinchuk, que es un McGuffin, símbolo de todos los oprimidos, el
resto es un todo pétreo, son dedos que al unirse se convierten en un puño
(imagen muy repetida), con unas magníficas coreografías de masas que consiguen
enardecer al espectador, haciendo Eisenstein del Acorazado un protagonista más,
símbolo de la vanguardia de la Revolución, con sus cañones erectos, con picados
excelsos de la proa cual sable, con el oleaje bravío en alegoría de la tormenta
que se avecina. El director se poya en un estilo que mezcla con maestría el
documental, los movimientos de masa operísticos, primeros planos de actores
acentuando el histrionismo típico del teatro y del cine silente. Una obra con
claro carácter confrontador, combativo, aleccionador, arremete contra los
oficiales militares (los muestra arrogantes, con bigotes ostentosos, limpios e
inmaculados), contra el ejército, contra los nobles, contra el cristianismo
(esa figura pomposa del sacerdote interpretada por el propio Eisenstein),
loando a los humildes, a las clases bajas tanto de la sociedad como de la
Armada. Los intertítulos apenas contienen diálogos, se atienen a incendiar la
pantalla con soflamas enardecedoras en contra de la Tirranía y a favor de la
rebelión de las masas.
La escuela soviética de cine
Kuleshov experimentaba con la edición para provocar emociones en el espectador,
su máximo estandarte fue Eisenstein , el mayor ejemplo este su icónico
film, consiguiendo con un enfebrecido montaje que el espectador sienta
compasión y simpatía por los marineros revolucionarios del acorazado, y odio e ira contra sus gerifaltes.
Eisenstein dijo que la potencia narrativa de su montaje no era debido al
aluvión de cortes, si no a su yuxtaposición, la fusión vibrante entre una
imagen serena con otra nerviosa, planos generales, con primeros planos,
movimientos rítmicos, ejemplo el pelotón zarista que avanza cual máquina sin
cara por las escaleras, cortando enérgicamente a los rostros desencajados y
desgarrados de los civiles, lo que se dio en llamar la tercera imagen, se juega
con el subconsciente del cerebro del espectador, con su imaginación que es
capaz de crear un nuevo fotograma entre dos cortes, esto que años después hizo Hitchcock en “Psycho” (1960) en la famosa escena de la ducha hay gente que
asegura haber visto en el furioso montaje el pecho de Janet Leigh. El contraste
entre imágenes provoca un tsunami de sensaciones, con profusión de fotogramas
con coléricos puños cerrados (símbolo
del socialismo), rostros histriónicos, el uso de la masa de gente como algo
homogéneo, creando impresión de una sola cabeza, todo muy simbólico. Una labor
de montaje exuberante con unos 1290 planos, un alud de imágenes que te socaban
en pos de un claro objetivo, acelerando y decelerando el ritmo de modo
magistral, sabiendo componer una perturbadora miscelánea entre la prodigiosa
fotografía de Eduard Tissé (“Octubre”, “Que Viva México!” o “Ivan el Terrible”)
con un patinado naturalista que entronca con el documental con sentidos primeros
planos, planos generales, planos donde se rellena de modo armónico toda la
pantalla, zaristas sin cara, picados planos, contrapicados, sombras
terroríficas de los zaristas, redundancia de planos para remarcar idea, con el
manejo por vez primera en la cinematografía
soviética del travelling (las cámaras de la época eran enormes y difíciles de
mover), crea un torrente de sentimientos, temor, caos, ira, sed de
venganza, frustración, pasión, ilusión,


La Mítica escena de la masacre de civiles en las
escaleras del puerto de Odessa (desde entonces conocida como el Primorsky o Escalera Potemkin) merecen un comentario aparte, es un film en
sí mismo, seis Homéricos minutos con 170 planos, donde la fuerza del montaje
adquiere un nivel epicúreo en su potencial de transmitir congoja y conmocionar
al público, y sobre todo en el contexto de su tiempo tuvo que ser impactante,
dejando huella los gritos mudos de la masa. Comienza con idílicos saludos de la
población al Potemkin, de pronto las gentes que están en la escalera comienzan
acorrer hacia abajo despavoridos, vemos a un tipo sin piernas botar por la
escalinata con sus manos, una mujer con una sombrilla se acerca corriendo a la
cámara y se funde con el objetivo, y comienza el pánico en un maravilloso plano
en alto, una gran estatua, bajo ella comienza a desfilar el ejército represor
alineado, mientras por las escaleras la gente está en caos y al fondo una
Iglesia, hay un escalofriante plano general desde abajo con la masa de gente
descendiendo alborotada, tras lo que empezamos a ver caer cuerpos baleados, un
niño llora a los pies de su padre (supongo), hay un travelling descendiendo con
los civiles, en medio del caos la gente cae por los escalones, vemos a gente
esconderse, hay una mujer con su niño bajando, soldados sin rostro disparan una
andanada y el niño cae, su cabeza se llena de sangre, mientras llora, su madre
lo ve aterrorizada, el niño cae inerte, los soldados zaristas progresan por la amplia escalinata pisando sin
contemplaciones los cuerpos postrados en el suelo, la madre del niño inerte lo
coge en brazos y sube los escalones gritando desconsolada, una anciana pide no
la disparen, la madre avanza valientemente hacia los soldados, la madre llega
en un tétrico plano a la sombra de los soldados frenados ante ella, el sable
del que los dirige se erige, ella pide la dejen llevar a su hijo a curar, baja
el brazo del sable y fusilan a la madre, continua el caos, ahora debajo de la
escalinata cosacos a caballo arremeten contra los civiles, y llega uno de los
momentos cumbres, aparece una madre (para estremecer más parece es viuda por su
vestimenta negra con una mantilla) con su bebe en un carricoche, los soldados
disparan, la sangre le brota mientras cae muerta, sin querer empuja el
carricoche en su desvanecimiento, este
comienza a descender a trompicones la escalera, la gente en primeros planos
observa al bebé horrorizados, entonces se produce otra de las imágenes
impactantes, un sable es blandido con rabia por un zarista, cambia el plano y
una mujer ya tiene las sangrientas señales de la espada en su rostro con las
destrozadas gafas, entonces cambiamos al acorazado que ante la escena decide
actuar disparando sus cañones al teatro de Odessa, a los estallidos de los
proyectiles, vemos cortes de tres leones (la revolución comienza). En la escena
convergen la inocencia de los niños, sus madres, ancianos, lisiados, y un bebe.
ANTOLÓGICA. Curiosamente es un hecho que nunca ocurrió, si que se produjeron
manifestaciones en Odessa tras la llegada a su puerto del acorazado, y las
tropas zaristas dispararon indiscriminadamente contra la población, con
multitud de muertos. Eisenstein crea la escena en pos de su mensaje, para
atomizar su mensaje dramático en mostrarnos la vileza deshumana de los zaristas
contra los inocentes civiles, COLOSAL. La escena ha inspirado a artistas de
todo tipo, como el pintor irlandés Francis Bacon que en varias de sus obras se
inspiró en los gritos mudos de esta secuencia, como “Fragment of a Crucifixion”, “The scream” o “Study for the nurse,
esta con las gafas rotas. O el fotógrafo ruso AlexeyTitarenko que homenajeó la escena
en su serie de fotos "City Of Shadows".
Además de a muchos cineastas
La música fue concebida por
Eisenstein para ser reescrita cada 20 años, la original es del vienés Edmund
Meisel (pionero en la música para cine), interpretada con flauta, trompeta,
trombón, armonio, percusión y cuerdas sin viola, la compuso en 12 días mientras
veía las escenas del film, Eisenstein quedó tan satisfecho que lo fichó para su
film “Octubre”. En su 25 aniversario, 1950, el músico ruso Nikolai Kryukov compuso una nueva partitura. Para
su 50 aniversario, 1975, se utilizaron tres sinfonías del ruso Dmitri Shostakovich. En su 60 aniversario, 1985, el
pianista estadounidense Chris Jarrett compuso un acompañamiento de piano en solitario. En 1986 Eric Allaman escribió una música electrónica para la exhibición del film en el Festival de Cine de Berlín, como celebración de los 60
años del estreno en Alemania. música encargado por organizadores,
querían conmemorar 60 aniversario del estreno en Alemania. En 2004 Neil Tennant y Chris Lowe (Pet Shop Boys )
componen una nueva banda sonora interpretada por Orquesta Sinfónica de Dresde.
Spoiler:

El film deja un
reguero de momentos perennes: La visión de los marinos hacinados anárquicamente
bajo cubierta durmiendo en hamacas, un enjambre caótico de gente, un vigilante
se mueve entre ellos vigilante, su cabeza choca contra una cuerda de hamaca,
iracundo paga su rabia golpeando con su porra en su espalda al marino más
cercano, el vigilante se aleja, y el marino humillado llora, un compañero de al
lado lo consuela; Cuando los marinos observan asqueados la carne, se quejan de
estar podrida, el médico de abordo la examina con sus anteojos, entonces la
cámara toma un aterrador primer plano, grandes gusanos reptando por la carne,
ridículo que el doctor quiera verlos con sus gafitas como si fueran
imperceptibles; El tramo catarquico en que el capitán Golikov ordena formara
los marinos en cubierta y por comerse la carne decide primero ahorcarlos del
palo mayor, entonces los marinos miran al mástil y vemos sobreimpresionados los
cuerpos ahorcados, el capitán llama a los soldados y los marinos se arremolinan,
entonces el capitán decide fusilarlos, para hacerlo más fácil a los fusiladores
decide cubrir con una lona a los marinos sentenciados, entonces en un
escalofriante contrapicado aparece en los alto de unas escaleras el pope de la
nave con un rostro infernal y con una cruz en la mano, entonces en un tenso
montaje vamos viendo diferentes elementos que subyugan la intensidad, el
capitán ordena disparen, y Vakulinchuk llama a la rebelión a los soldados, los
fusiles zozobran, bajan las armas, el capitán entra en cólera, Vakulinchuk
exorta al motín, arrancando la Revolución a bordo; Cuando bajan a el cadáver de
Vakulinchuk a Odessa, lo exponen en el puerto, y poco a poco van gentes de la
ciudad a rendirle tributo, hasta que vemos una gran escalera que se va llenando
de gentío, en un increscendo sereno pero impresionante de movimientos de
multitudes, pasando de lo macro de las masas, a trémulos primeros planos ante
el féretro, la población se enardece, vemos constantes puños; El hermoso
navegar de las chalanas por el puerto, con las velas desplegadas para llevar
comida al acorazado, los marinos los reciben jubilosos, e en el puertos cientos
de personas les vitorean; Su tramo final ante la previsible batalla con la
flota rusa, donde el montaje vuelve a ser fascinante para transmitir emociones
a flor piel.
 |
SERGEI M. EISENSTEIN |
Eisenstein quedó muy
insatisfecho por la respuesta del público a su film, esperaba masa de gente y
su éxito fue escaso, ni en la URSS, ni en el extranjero atrajo a muchos
espectadores, más que su mensaje político, fue la extrema violencia (para su
tiempo) lo que se consideró repelió al gran público. Tras estrenarse en la
Unión Soviética lo hizo en USA, en Alemania se exhibió censurando metraje violento.
En su momento fue prohibida en U.K., Francia, la R.F.A., y más países, por su
clara ideología comunista. El régimen soviético eliminó una introducción
escrita por Leon Trotsky (el ideólogo de la Revolución), tras tomar el poder
Stalin y ser enemigos los dos. El potencial
político que atesora fue reconocido por el ministro de propaganda nazi Joseph
Goebbels , dijo del film <Es una película maravillosa sin igual en el cine.
Cualquier persona que no tenga convicción política firme podría convertirse en Bolchevique
después de verla>, curiosamente no fue prohibida en la Alemania de
Hitler , Himmler prohibió a los miembros de la SS verla.
La historia real es adaptada
libremente en varios aspectos, como que la famosa masacre de las escaleras
acceso al puerto de Odessa (si existen) no tuvo lugar, como que el acorazado
sublevado no llegó a enfrentarse a la flota zarista, se entregaron a las
autoridades rumanas.
La gran paradoja es reste
film resalta la crueldad inhumana de los zaristas, y realza la Revolución del
pueblo, la que llevó al poder al mayor tirano y genocida del SXX, Stalin, un
despiadado Dictador, peor incluso que Hitler, un auténtico carnicero, esa es la
gran ironía que a un régimen desalmado como el del zar le siguió uno mucho
peor. Como también es irónico que uno de los grandes adalides y propagandistas
de las bondades del régimen soviético, el director Sergei. M. Eisenstein fue
sospechoso de burgués y de contaminado por el capitalismo por visitar Estados
Unidos, llegándosele a censurar varias de sus películas como “El prado de Bezhin”, la segunda parte de “Ivan
El Terrible no pudo verse hasta 10 años después de su muerte en 1958, y la
tercera parte fue destruida.
Obra Seminal en el Séptimo
Arte, fundamental para entender el cine moderno. Fuerza y honor!!!
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