jueves, 5 de junio de 2014



SALVAR AL SOLDADO RYAN.

Mítica cinta bélica de Steven Spielberg, después de esta Obra Maestra el cine de este género no ha vuelto a ser el mismo, el listón está altísimo, las cotas de realismo desgarrador que el cineasta de Ohio alcanza aquí son sublimes, realizó un Icono por el que desde entonces se mide el cine de esta temática. Sus primeros 25 minutos han quedado para la posterioridad como la mejor representación de una batalla realizada jamás en una pantalla, Antológico metraje, cuando la acción se calma discurre un relato de enorme calidad al radiografiar a un grupo de supervivientes con los que empatizas y sufres, hasta llegar a su atronador clímax final. Spielberg sale victorioso de la difícil tarea de hacer una cinta bélica Colosal queriendo transmitir a la vez el absurdo de las Guerras, su efecto devastador y antiglamuroso que algunos le han dado.

Arranca con un prólogo, un hombre mayor camina por delante de su familia por  el cementerio americano de Colleville-sur-mer (Normandía), delante de una tumba se derrumba a llorar, la historia retrocede décadas, a la mañana del 6 de junio de 1944, es el mítico Dia D, el desembarco de Normandía, estamos en una barcaza con soldados americanos, su misión es tomar la playa de Omaha (nombre en clave), están nerviosos, unos rezan, otros vomitan, cuando la compuerta baja el Infierno se desata, la artillería alemana los baña en plomo, muriendo muchos antes de pisar suelo. El capitán John H. Miller (gran Tom Hanks) está al mando de la compañía Charlie del 2º Batallón Ranger, consigue llegar a duras penas a refugiarse en la playa, desde allí dirigirá a un grupo de militares contra los alemanes, por el camino será testigo de una carnicería dantesca, el Horror de la Guerra en toda su sanguinolenta dimensión. Pasamos a Washington DC, el Departamento de Guerra de USA, el General George Marshall (buen Harve Presnell) es informado de que 3 de 4 hermanos han muerto en combate con pocos días de diferencia, son los Ryan de Idaho, su desdichada madre recibirá un telegrama con la nefasta noticia. El cuarto hermano, James Francis Ryan (buen Matt Damon), es un paracaidista militar que descendió en Normandía antes del desembarco, se encuentra desaparecido. El General ordena que el soldado Ryan debe ser encontrado y repatriado inmediatamente en cumplimiento de la política de único superviviente del ejército estadounidense. Volvemos a Normandía 3 días después del Día D, el capitán Miller recibe la orden de reclutar a un grupo de soldados y hallar a Ryan, le acompañaran seis veteranos que han luchado a su lado, el sargento Mike Horvath (gran Tom Sizemore), el judío Stanley Mellish (gran Adam Goldberg), Richard Reiben (gran Edward Burns), un gruñón de Brooklyn, Daniel  Jackson (gran Barry Pepper), experto francotirador,  el sanitario Irwin Wade (gran Giovanni Ribisi), el duro italo-americano Adrian Caparzo (buen Vin Diesel) y Timothy Upham (gran Jeremy Davis), y el novato cándido soldado, un oficinista que nunca ha entrado en combate, es el traductor de francés y alemán, comenzando una Odisea para intentar localizarlo, por el camino chocarán varias veces con los nazis.




El guionista Robert Rodat (“Volando libre” o “El Patriota”) estaba en Putney Corners (New Hampshire), contemplando el Monumento a los caídos en la Guerra Civil Americana vio los nombres de 8 hermanos muertos en el conflicto, inspirándose en este trágico hecho, investigó y dio con un caso parecido en la WWII, el caso real de los hermanos Niland, 4 hermanos estadounidenses de Tonawanda (Nueva York), militaron en las fuerzas armadas de USA en la guerra, uno de ellos, Frederick, fue enviado de vuelta pues se creyó que sus 3 hermanos habían fallecido en combate, posteriormente, uno de los hermanos, Edward, se descubrió que estaba en un campo de prisioneros nipón en Birmania. Escribió el libreto de este film utilizando el apellido Ryan pues fue el más común entre los fallecidos el Día D, se lo dio al productor Mark Gordon (“Speed”, “El Patriota” o “Un Plan Sencillo”), le gustó la historia, aún así tuvo que reescribirla por 11 veces para ser totalmente de su agrado. Gordon se lo enseñó a Tom Hanks, le entusiasmó involucrando en el proyecto a Spielberg.

La cinta te atrapa por su intensidad,  virulencia visual, realismo doliente, arqueada por dos majestuosas escenas bélicas, una la Apocalíptica del Día D y la otra la del final, más cercana, produciéndose los cuerpo a cuerpo, te magnetiza en sus redes desde su Descomunal inicio, tras el prólogo en el cementerio, se desatan las hostilidades con una Monumental recreación del Desembarco del Día D, una brutal oda al sinsentido de las guerras, una cruenta representación del horror de la muerte más aleatoria, escena votada “La Mejor Escena De batalla De Todos Los Tiempos” por la revista Empire, y está en el número 1 del ranking de la revista TV Guide de “Los Mejores Momentos De Cine”. Magna reconstrucción del asalto a la playa de Omaha, 25 minutos cumbres en el Cine, filmada en estilo naturalista, cuasi-documental, bajo un cielo gris plomizo, cámara en hombro, las tomas desde los alemanes son subjetivas, la sangre lo salpica todo, estamos en medio del Averno, las balas nos raspan, el sonido es impresionante, los muertos van cayendo, la playa se inunda de rojo-sangre, los cuerpos se van partiendo, las mutilaciones se multiplican, un soldado busca su brazo amputado, hay otro gritando a su madre mientras intenta no se le salgan todas las tripas, el capitán arrastra un herido, hay una explosión, se aturde y sigue arrastrando, mira atrás y solo queda medio cuerpo, un soldado recibe un tiro en el casco, se lo quita para mirarlo y recibe otro disparo en la cabeza y muere, el absurdo de la guerra, los sanitarios intentan a duras penas aliviar a algunos heridos, las unidades se desperdigan sin mando por la playa, no dulcifica los hechos exponiendo como los americanos asesinan a sangre fría a los alemanes que se rinden, incluso hay quien pide que no disparen a los que arden para que sufran más, cuando todo acaba la imagen nos lleva por la playa donde se amontonan los cadáveres que ni tan siquiera llegaron a salir del agua, junto a los peces muertos por las explosiones, un espectáculo dantesco, todo rodado con colores apagados, emitiendo una sensación de autenticidad salvaje, jamás se ha hecho algo igual, jamás olvidaras la secuencia, un Hito del Séptimo Arte. La escena costó 12 millones de dólares, fue rodada en Ballinesker Beach, Curracloe Strand, Ballinesker, justo al este de Curracloe , Condado de Wexford (Irlanda) durante 18 días, tuvo 1500 extras, muchos de ellos  de las Reserve Defence Forces irlandesas, miembros locales de reconstrucción histórica como el Second Battle Group interpretaron a soldados alemanes. Aparecen decenas de personas con amputaciones reales para interpretar mutilados en la gran refriega. Spielberg no hizo story boards de la secuencia, pretendía reacciones espontáneas. La fidelidad a lo sucedido es apabullante, los mareos, los ataques de pánico, la sangría al abrir las puertas de las lanchas o el caos de las unidades desagrupándose en la playa. Hubo 12 lanchas auténticas de la WWII, utilizadas por los Ranger británicos en la Operación Overlord. Hay quien achaca al film que la Grandeza de la secuencia opaca el resto de metraje, pues tras esto solo puede ir hacia abajo, no seré yo quien lo diga, lo que hace Spielberg es obsequiarnos con varios estilos dentro del género, de hecho su última batalla en el pueblo es magnífica, ya conocemos a los personajes, y sentiremos aún más lo que padecerán. 

La cinta es un canto al valor y al significado del sacrificio, expone la Guerra como algo desposeído de gloria, muchas veces violencia sin sentido, toca temas tan universales como, el coraje, la cobardía, la disciplina, el sentido del deber, la lealtad o la camaradería. Spielberg gracias a Rodat sabe en los momentos de calma delinear con humanidad a los protagonistas, dando a cada personaje su espacio para matizarse y empatizar con él, dotándolos de identidades tridimensionales, con sus defectos y sus virtudes, con que nostalgia los oímos hablar de sus hogares, de sus madres, sus esposas, sus hermanos, en este viaje épico en el que no faltara la cobardía, los actos de heroísmo, las dudas, la insubordinación, la revelación de secretos, un collage de sentimientos inherentes a la Condición Humana, ello aderezado con mordaces dosis de humor. El guión posee inteligentes recursos,  audaz que un pelotón de buenos soldados arriesgue la vida, no por un gran objetivo, no por un hombre importante, es un Don nadie, lo cual hace reflexionar sobre si está bien o mal lo que hacen, si solo es propaganda o tiene sentido lo que hacen en esta epopéyica misión. Es una visión cruda y emotiva de una genocida guerra.

 
El film posee una puesta en escena superlativa, con un diseño de producción de Tom Sanders (“Drácula de Bram Stoker”, “Braveheart” o “Apocalypto”) más que sobresaliente componiendo unos escenarios de enorme naturalidad, la apabullante playa Omaha y su Pointe Du Hoc, los lugares por los que trasiega la unidad o el apocalíptico pueblo en ruinas de la batalla final, esto engrandecido por la hermosa fotografía del polaco Janusz Kaminski (“La Lista de Shindler”, “Inteligencia Artificial” o “Lincoln”), acentuando la sensación de estar ante un noticiario de los años 40, despojó del revestimiento protector de las lentes a las cámaras para crear esta desaturación del color, Janusz explicó <Sin la capa protectora, la luz penetra y comienza a rebotar, lo que la hace más difusa y más suave sin perder el foco>, con esto reducía el brillo, y degradaba el color, con esto el grado de realismo es brutal, además sabe encauzar emociones en las escenas íntimas a oscuras, como en la Iglesia donde pasan una noche la unidad. Esto montado de modo espléndido por Michael Kahn (Habitual de Spielberg, La saga Indiana Jones, “La Lista De Schindler” o “War Horse”), en las escenas de acción resulta trepidante trasladándote el frenesí y el caos que surge. La música de John Williams (“Superman”, “Star Wars” o “Indiana Jones”) compone una melodía épica que sin ser grandiosa se amolda de lujo a la historia, además se añaden 2 canciones de Edith Piaff. De gran importancia es la labor del sonido, el diseñador de sonido Gary Rydstrom (Ron Judkins (“Terminator 2“”, “Parque Jurásico” o “Misión Imposible”) y el mezclador Ron Judkins (“Minority Report”, “Atrápame si Puedes” o “La Guerra De Los Mundos”) crean un sonido atronador desprendiendo un realismo atroz que da la impresión de saltar los disparos y explosiones la pantalla, los proyectiles nos rozan, uno estuvo a punto de darme.

Tom Hanks esta maravilloso en su rol, contenido, emitiendo dudas sobre su liderazgo, imperfecto, tembloroso, se nota hastiado, cansado, pero con un fuerte sentido del deber, con matices de personalidad, introspectivo, carismático, enternecedor cuando destapa quien es, y como echa de menos a una esposa que no sabe si lo reconocerá cuando vuelva, Grande. Edward Burns encarna al cínico y sarcástico que se cuestiona fuertemente el absurdo de su misión, vigoroso. Casey Sizemore en unos de sus mejores papeles junto al de “Heat”, el fiel lugarteniente del capitán, el apoyo sereno y noble, brillante. Giovanni Ribisi  el sanitario dispuesto siempre a socorrer, tiene un gran momento cuando relata como esperaba de niño su madre despierto en la cama, trémulo, tiene otro momento estremecedor (spoiler). Barry Pepper excelso como el francotirador místico que ora antes de disparar <Bendito el Señor mi roca, que adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo, en él me cobijo>, cree que Dios le ha dado un Don que Dios ha de aprovechar. Adam Goldberg es el sarcástico y simpático de vuelta, impresionante su última escena. Jeremy Davies es el que refleja el despertar a la inocencia, un ratón de oficina sacado de su hábitat tranquilo para enfrentarse a la descarnada Guerra y sus miserias, es que vemos como evoluciona, de persona con principios éticos, pasando por la paralizante cobardía ante la Hiperviolencia que le inunda,  al estallido de ira, conmovedor. Matt Damon creíble en su Ryan, demuestra personalidad, sabiendo combinar la melancolía por los hermanos perdidos con la lealtad inquebrantable a su unidad. Vin Diesel es el duro del grupo, pero que arraiga un gran corazón.

La cinta detenta escenas portentosas, imágenes que se te quedaran por siempre, como su ya mencionado comienzo, y más: La Colosal panorámica de la playa de Omaha 3 días después, ya tomada por los aliados, numerosos barcos, el cielo plagado de dirigibles, y el trasiego de material y militares,  o la fordiana escena en que van a comunicarle a la madre Ryan que 3 de sus hijos han muerto, metraje sin palabras que pone el vello de punta por su aguda sensibilidad, las inteligentes escenas por la campiña gala con la unidad charlando, o la trepidante escena bajo la lluvia en que la unidad del capitán se enfrenta a un francotirador, y con un herido en medio, vibrante, o la turbadora de los soldados buscando con banalidad el nombre Ryan en un montón de placas de identificación, sin percatarse de que son muertos, o el ataque a un puesto nazi visto a través de los ojos de Upham que no entra en acción, sutil, y con epílogo de escena doloroso (spoiler), o la turbadora del alemán que han atrapado y le hacen cavar su tumba mientras este pronuncia soflamas americanas y en contra de Hitler, descorazonador su rostro, o cuando escuchan a Edith Piaff antes de la “tormenta”, traduciendo Upham, muy lírico, y por supuesto su infernal última batalla, lección de cómo rodar una escena de guerra para hacer sentir al espectador, involucrarlo y que sufra.  
Spoiler:

La muerte de Wade el sanitario resulta angustiosa, tras una refriega es herido mortalmente, nadie sabe lo que hacer, le preguntan cómo pueden ayudarle, Wade sabe que no sale vivo, y lo que pide es que le inyecten más morfina, todos saben que está pidiendo que acaben con su dolor con una muerte dulce, mientras sangra profusamente, murmura entre sollozos por su madre, perturbador. Hay otra muerte atormentada es la de Mellish, está luchando cuerpo a cuerpo con un nazi (soltado por ellos con anterioridad), tras una tensa pelea, el nazi está en lo alto de Mellish y hace fuerzas para clavarle un machete en el pecho mientras el americano intenta impedirlo, , mientras en paralelo vemos a Upham paralizado por el miedo a pocos metros de ellos, pensamos que llegará Upham en el último momento y salvará a Mellish, pues el alemán comienza lentamente a clavarle el machete en el pecho mientras Mellish murmura pare, la vida se  le va, Upham sigue paralizado, el germano lo ve y pasa ante él con displicencia.

La historia como he comentado se inspira en los hermanos Niland, Bob  murió durante el Día D, el 6 de Junio, Preston un día después cerca de la playa Utah, James Ryan sería el alter ego de Fritz Niland, este no fue sacado del frente de inmediato, realizó 2 misiones más antes de ser enviado a Nueva York a realizar trabajos de oficina, el encontrarlo y enviado a USA no fue ninguna épica misión, tiempo después se enteraron que Edward no había muerto como se creía en Birmania, había sido hecho prisionero el 16 de mayo de 1944 y fue liberado el 4 de mayo de 1945. John H. Miller en el film menciona que espera que Ryan cuando regrese a su hogar cure alguna enfermedad o invente un foco de luz que dure más, pues Fritz fue un reputado cirujano dental que innovó en la odontología, realizando avances en reducir el dolor de los pacientes, murió en 1983 a la edad de 63 años.

De las varias licencias que se toman en pos de la intensidad dramática, destaca lo acontecido en la última y climática batalla en Ramelle, 2ª División Das Reich como el enemigo aquí es ficción pues esta unidad no combatió en Normandía hasta julio, y fue en Caen contra los británicos y canadienses,  además los puentes sobre el río Merderet no fueron defendidos por la 101ª División Aerotransportada, fue la 82ª División Aerotransportada.

General George Marshall: <Tengo aquí una carta muy antigua, escrita a una señora Bixby en Boston. “Estimada Señora, Se me ha mostrado en los archivos del Departamento de Guerra una declaración del Ayudante General de Massachusetts que usted es la madre de cinco hijos que han muerto gloriosamente en el campo de batalla. Siento lo débil e infructuoso debe ser cualquier palabra mía que deben tratar de seducir desde el dolor de una pérdida tan abrumadora. Pero no puedo dejar de licitación a que el consuelo que se puede encontrar en el agradecimiento de la República que murieron para salvar. Ruego que nuestro Padre celestial puede aliviar la angustia de su duelo, y te dejan sólo el preciado recuerdo del amado y perdido, y el solemne orgullo que debe ser el suyo para haber puesto tan costoso sacrificio en el altar de la libertad. Sinceramente suyo y con respeto, Abraham Lincoln”. (momento estremecedor).
 
Capitán John H. Miller:  <Ryan, no conozco a Ryan ni me importa, ese tipo no significa nada, para mí es solo un nombre, pero si vamos a Ramelle, le encontramos y vuelve a casa y con eso me gano el derecho de volver junto a mi mujer entonces, esa es mi misión>

Sargento Horvath: <Algún día podríamos mirar hacia atrás en esto y decidir que salvar al soldado Ryan era la única cosa decente que pudimos sacar de este todo, el lío de mierda puta pena>


La película es una Obra Maestra de 11, pero su maniqueo prólogo y epílogo lo bajan a “solo” un 10. Es un tic de Spielberg su forzada manipulación sensiblera, ya la tuvo incluso en “La Lista De Schindler”, con los judíos rodeando al protagonista para entregarle un anillo, resulta demasiado ultramasticado esto, ver a Ryan sollozar ante su esposa si ha sido bueno es facilón y muy edulcorado. Lo de la bandera barras y estrellas con la que se inicia y acba no me molesta es una cinta estadounidense que rinde tributo a sus caídos, no van aponer la bandera de Chipre.


 En conjunto queda un Icono del que han bebido y beberán posteriores films bélicos. Fuerza y honor!!!

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