lunes, 16 de junio de 2014




FARGO.

Los traviesos hermanos Coen en plena efervescencia creativa nos regalaron un turbador thriller que mezcla con mordacidad el cine negro, el humor negro-macabro-bizarro con una tremebunda crítica a la codicia con el trasfondo de un desolador retrato de la América profunda, con un estilo visual que se ha convertido con los años en icono del que han bebido muchos directores, con una poderosa ambientación gélida, con paisajes blancos infinitos, desolados en paralelo con las almas de la mayoría de personajes que pueblan estos desangelados lares. Esto se acompaña con un elenco actoral en estado de gracia, con una composición de secundarios cuidada con mimo, resultando una Obra Maestra que gana a cada visionado.

El escenario es la nevada Minnesota del invierno de 1987, un vendedor de coches de Minneapolis, Jerry Lundegaard (gran William H. Macy ), desesperado por las deudas decide por medio del indio Shep Proudfoot (gran Steve Revis), contratar en Fargo (Dakota del Norte) a dos tipos, Carl Showalter (gran Steve Buscemi ) y Gaear Grimsrud (gran Peter Stormare ), para que secuestren a su esposa  Jean (buena Kristin Rudrüd), y pidan un rescate de 80000 $ que se repartirán, además los secuedtradores se llevan un 1987 Oldsmobile Ciera, después entregaran a su mujer sin daño alguno, en realidad Jerry tiene pensado pedir 1 millón, dinero que tiene pensado pague su acaudalado suegro Wade Gustafson (gran Harve Presnell), un poderoso inversor, la intención de Jerry es que todo el asunto sea limpio, sin violencia, ni derramamiento de sangre, pero las cosas nunca son como uno planea. Tras unos asesinatos en Brainerd entra en la historia de Marge Gunderson ( Frances McDormand ), jefe de policía local de Brainerd, con siete meses de embarazo, que investigará los homicidios.


Guión original de Joel y Ethan Coen, con un hilo narrativo perverso, de muy mala leche, con diálogos nos sumerge en un viaje al lado oscuro del ser humano, con una galería de personajes construidos con ingenio,  patéticos, pusilánimes, mezquinos, amorales. Edifican un mundo en el que tras el visillo de lo idílico se esconden alimañas salvajes, depredadores con dedos de luces, gente que cree que puede jugar a ser un secuestrador y salir indemne, discurrimos por las cloacas  de la condición humana, en un argumento regado de un humor negrísimo hundiéndose por momentos en el gore, con algunas situaciones que rozan el surrealismo. La cinta porfía su profunda artillería en contraponer la vida tranquila de la clase media, lo que es el matrimonio de la sheriff y la supuesta felicidad de Jerry con lo que se esconde tras esta fachada, un submundo poblado por seres violentos, sanguinarios, inmorales, crueles, prostitutas, secuestros, estafas, palizas, asesinatos, es un relato rebosante de cinismo, frescura, chispa, y mucha ironía. La historia comienza con un plan que parece sencillo sobre el papel pero que los Coen van sembrando de baches que van convirtiendo la cinta en alambique que avanza con precisión milimétrica que se va bifurcando con diferentes ramificaciones, en lo que es una radiografía desgarradora de la profunda América, avariciosa, mentirosa, salvaje, materialista, amoral, miserable, poblada de personajes grises, donde solo se salva la sheriff, ejemplo de nobleza y rectitud que no comprende cómo alguien es capaz de matar por dinero.


La cinta es un portento en la puesta en escena, creando escuela, desde su sublime diseño de producción de Rick Heinrichs (“El Gran Lebowski”, “Sleepy Hollow” o “Piratas Del Caribe”), creando escenarios de desiertos nevados, carreteras que no llevan a lado alguno, exteriores inhabitables por el mal tiempo, en consonancia con el espíritu yermo de las almas de los personajes que recorren los parajes, esto realzado por la extraordinaria fotografía de Roger Deakins (“Cadena Perpetua”, “Barton Fink” o “El Bosque”), transmitiendo la aridez de del marco fundiéndolo con la oscuridad de los roles distintos, con sugerentes travellings, hermosos planos abiertos, tomas subjetivas para que sintamos lo mismo que el personaje, incluso al final rodando cámara en mano en una detención para asemejarse al estilo documental, es bellísima en las panorámicas nevadas y heladas, nos expone una postal de un encanto turbador, ejemplo ese mágico inicio en fondo blanco grisáceo, vemos tenuemente un pájaro revolotear, y de en medio de la nada en el horizonte surgen dos faros de un auto, medio se distinguen postes de la luz en el lateral, el coche avanza hacia la cámara desapareciendo en una pendiente por unos segundos reapareciendo mucho más grande, apreciándose que lleva un remolque, el auto va salpicando nieve, hasta que cruza delante de nosotros y aparece el título sobreimpresionado,  de genios que algo tan simple adquiera connotaciones hipnóticas, claro que mucho tiene que ver la inquietante música de Carter Burwell (habitual de los Coen, y musicalizar “Rob Roy” o “Como Ser John Malkovich”), al parecer inspirándose en un tema popular noruego “Den bortkomne Sauen” (“La oveja perdida”), melodía deliciosa de piano, violines y tambor que estremece por su hondura, le va magistralmente al relato, transmitiendo pesadumbre, intriga, congoja,  elevando las situaciones a niveles trémulos, llegando a poner enervar el vello por su calado emocional. Además se incluyen temas de canciones como “Big City” de Meerle Haggard, la que se oye al principio en la reunión de Jerry con los raptores, “These Boots Are Made for Walkin by Boy George que se escucha en el taller de Shep, "Let's Find Each Other Tonight" de José Feliciano, oída en vivo en el club que está Carl con una meretriz, "Sometimes in Winter" by Blood, Sweat & Tears  se oye de fondo en la cena entre Mike Yanagita con Marge.


Las actuaciones van de lo sobresaliente a lo excelso. Francesc McDormand (esposa del director Joel Coen) realiza una labor soberbia, emitiendo ternura, amor, humor, templanza, sobriedad, con un lenguaje físico de embarazada físico excelso, con andares de pato, con esa vestimenta de sombrero de nieve, chaquetones gruesos, con diálogos divertidos, con una dulce relación con su esposo que es el contraste con las alcantarillas a las que debe bajar ella, maravillosa su niquelada mirada virgen, además con esa habla tan singular cercana al paleto, al parecer característico de la zona pues todos hablan igual, singular que tarde más de media hora en aparecer y lo haga con esa escena ordinaria de un matrimonio que se demuestra amor con sutileza, exuberante su encuentro con el pretendiente Yamagita, con que cordialidad se quita de encima a este desequiibrado, o sus dos tensos ententes con Jerry, exhibiendo fuerte personalidad. William H. Macy portentoso en su rol de perdedor que las malas decisiones le oprimen poco a poco, colosal en su patetismo, su mezquindad, su huida hacia adelante, se le ve evolucionar por la senda de la desesperación, el miedo, la culpa, el nerviosismo, es una caída sin red lo que vemos, me turban tres momentos, uno es cuando sale de la reunión con su suegro y el socio, el modo en descarga su frustración limpiando el hielo del parabrisas del coche, otro es el silencio que tiene cuando Marge le pregunta sobre un coche de su concesionario, silencio atronador, sus ojos describen su tormento interior, y la tercera es cuando Wade sale a pagar el rescate, Jerry decide ir tras él y se pone las botas sentado en la escalera, me aguijonea el diálogo con su hijo fuera de campo, Magno. Steve Buscemi está radiante en su papel de motor-mouth (tipo parlanchín), divertido, de aspecto de ratón, de hecho todos los que lo describen lo definen como “pequeño y raro”, mujeriego, sibilino, amoral, le queda Carl como un guante. Peter Stormare compone a un sociópata de modo espléndido, tipo lacónico, cuasi-autista, de mirada perdida, pero con arranques de violencia inusitada, un psicópata carismático por el modo despreocupado en que se mueve, retorcido e hilarante que de su primera frases sea <Unguent. I need Unguent> (Ungüento. Necesito ungüento), entre los dos secuestradores la compenetración es estupenda por la contraposición de caracteres. Harve Presnell encarna con brío a Wade, dotándolo de una energía y poderío acojonador que empequeñece al que se enfrenta, emite el hombre hecho a sí mismo que no se deja amedrentar, majestuoso. John Carroll Lynch da vida con delicia al esposo de Marge, su complemento ideal, entre los dos en unas pocas escenas  hay una honda química cariñosa.


La cinta está regada de momentos perennes, algunos ya comentados, otros: La reunión de Jerry con Carl y Gaear, que llegue una hora tarde Jerry demuestra su patetismo, o la divertida de Carl discutiendo en el coche con Gaear pues este quiere parar a comer tortitas y Carl solo quiere echar un polvo, descacharrante, o la otra en la que discute Carl con su cómplice para que deje de fumar, o cuando vemos la venta de un coche de Jerry a un matrimonio, vemos lo carroñero que es Jerry, o  la escena del secuestro, antológica en su perfecta sincronía, todo medido al detalle, con un realismo brutal, todo visto desde el punto de vista de la secuestrada, ella mira mientras hace punto un programa de cocina en la tele, ve  como llegan los dos de modo flemático y miran por las ventanas, uno de ellos rompe el cristal, y se desata un concatenación de situaciones estrambóticas prodigiosamente expuestas, o la tensa reunión entre Jerry, su suegro Wade y el socio Grossman, asistimos a como los socios lo despellejan con saña y reducen a una mota de polvo a Jerry, o la turbadora imagen de la estatua de Paul Bunyan, leñador hacha en mano que da la bienvenida a Brainerd, o la impacte del triple asesinato nocturno, como desencadenan uno tras otro, desgarrador, el brote de sangre de la cabeza del primero, o la descarnada paliza que el indio da a Carl, continuando con el espontaneo que toca la puerta, se sienten los golpes, salvaje,  o la delirante cháchara de un tipo con un policía para contarle que vio a un tipo peculiar pedirle putas, y por supuesto su Icónico final, con un doble epílogo gris, entre la esperanza y el pesimismo (spoiler), hay más pero no quiero spoilear.

Obra Maestra del Séptimo Arte que desmenuza con brillantez y perspicacia las miserias humanas. Fuerza y honor!!!

Spoiler:

El tramo final forma parte de la Historia del Cine por derecho propio, la escena de la entrega de dinero con el tiro que se lleva Carl en la mandíbula, Carl ve con sorpresa que no son 80000 $, es un millón, decide escondérselo a su socio enterrando el maletín de dinero junto a una cerca nevada, mira a lado y lado solo ve el infinito, desolador (en la serie de mismo nombre se hace un guiño a este maletín), luego Carl va a la cabaña a repartir el botín, Gaear con su cara de pánfilo ve la telenovela mientras come, a su lado esta tirada la raptada, Carl le pregunta qué ha pasado y Gaear le dice que gritaba mucho (la ha matado), discuten por el coche, y Carl decide largarse, sale de la cabaña, primer plano de Carl y tras él se abre la puerta apareciendo Gaear hacha alzada lanzándosela a la cabeza. Cambiamos a Marge que busca a los raptores por el bosque, ve el coche sospechoso junto a una cabaña, se baja a investigar, escucha ruido tras la cabaña, saca su arma, avanza por el suelo nevado y ve una apocalíptica imagen, un cuerpo tirado en el suelo y Gaear con una trituradora de madera salpicando sangre y por la boca de la máquina empujando un pie con un taco de madera que se resiste a ser molido, Marge grita, Gaear no le oye, grita más fuerte y Gaear mira, Marge se señala la estrella que tiene en el gorro, Gaear le tira el taco de madera que ella esquiva y comienza a correr por la llanura nevada, Marge le dispara dándole en el pie cayendo al suelo, macabro final. Epílogo doble, primero vemos a Marge que lleva a Gaear en el coche arrestado, ella con su pureza de corazón le espeta <Tres muertos. Y todo para qué? Un poco de dinero. ¿No sabes que hay más a la vida que un poco de dinero? >. Después vemos a Marge acostándose de noche junto a su esposo y teniendo una tierna charla, ella omitiendo su desventura sanguinaria, escuchamos como ella consuela a su esposo pues cree que el sello que le han concedido tiene pocas posibilidades, conmovedor.

 Al inicio del film aparece sobreimpresionado <Los eventos que se describen en esta película se llevó a cabo en Minnesota en 1987. A petición de los supervivientes, los nombres han sido cambiados. Por respeto a los muertos, el resto se ha dicho exactamente lo que ocurrió>. En realidad los hermanitos Coen son unos juguetones que se quedaron con el público, William H. Macy comenzado el rodaje, pidió a los Coen le contaran pormenores de lo sucedido, pero se quedó a cuadros, le dijeron que todo era ficción, todo inventado- Joel Coen dijo < No estábamos interesados ​​en ese tipo de fidelidad. Los hechos básicos son los mismos que en el caso real, pero las caracterizaciones son imaginadas totalmente ... Si una audiencia cree que algo está basado en un hecho real, le da permiso para hacer cosas que de otro modo no podrían aceptar>. La verdad es que solo un hecho sucedió realmente, fue el año 1987 y no elm 86, pasó en Connecticut, fue el caso afamado en USA del asesinato de Helle Crafts, primer caso en este estado en que se condenaba a alguien por asesinato sin encontrar el cuerpo, y es que se demostró que el marido en trámites de divorcio la mató y para deshacerse del cadáver la descuartizó en una trituradora de madera en un bosque. Solo la imagen popular de la trituradora con un cuerpo es real. Los Coen crecieron en St. Louis Park, cerca de Minnesota, rozan por la que enmarcan allí los hechos.


Algunas anécdota del film: En la cabaña, los secuestradores, sobre todo Gaear observa con atención una telenovela que se ve con bastante agüilla en la que aparece Bruce Campbell, que también ha aparecido en algún trabajo de los directores, actor fetiche de Sam Raimy, gran amigo de los hermanos, la aparición no es preparada, es una serie antigua. Carl dice en una escena que <Está en la ciudad por “sólo un poco del viejo mete-saca” (just a little of the ol' in-and-out)> referencia al dialecto inventado para “La Naranja Mecánica” de Kubrick. Hay otro guiño kubrickiano en una escena Carl y Gaear están en el auto escuchando en la radio la canción <These Boots are Made for Walking> que aparece en “La Chaqueta Metálica”. En la escena en que Wade lleva el dinero a Carl y se encuentran, Carl suelta en un reducido tiempo suelta 10 “fuck”. Por cierto el film “Fargo” no se rodó un solo plano en Fargo.

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