domingo, 22 de junio de 2014



BEN-HUR. (1959)

Grandioso péplum romano, hito del cine que demuestra con esta mastodóntica superproducción de lo que es capaz de producir una Gran Pantalla, aunque la historia se puede reducir al relato de una Venganza.

Arranca en el año 1 con el Nacimiento de Jesús y acaba en el 33 con la Crucifixión, en tiempos del Emperador Augusto y de su sucesor Tiberio, en Jerusalén, Judá Ben-Hur (gran Charlton Heston) es un rico comerciante judío, vive con su madre Miriam (buena Martha Scott) y su hermana Tirzah (buena Cathy O’Donnell). Su gran amigo de la infancia, Messala (gran Stephen Boyd), que hace años no ve vuelve a la ciudad, es un militar romano que llega para hacerse cargo de las legiones en la región como su comandante, y como objetivo desactivar a los rebeldes hebreos. Tras encontrarse los dos quedan patentes sus divergentes personalidades, Ben-Hur es un devoto practicante de su monoteísta religión y le expone que la legión es un yugo para su pueblo, Messala desea aplastar cualquier atisbo de rebeldes, loa las virtudes del Imperialismo romano y arremete contra la fe de su amigo, Messala pide a Ben-Hur los nombres de posibles saboteadores judíos, indignado Ben-Hur se niega, y se enemistan. Durante el desfile de las tropas romanas como bienvenida al nuevo gobernador de Judea, Valerio Grato, por accidente una teja cae de la casa de Ben-Hur cerca del gobernador, su caballo se asusta y lo tira, Ben-Hur es detenido por Messala por intento de asesinato, es enviado a galeras, a Miriam y Tirzah las encarcelan, Ben-Hur intentará sobrevivir para volver y vengarse de su ex-amigo, en su destino tendrá mucha importancia el cónsul romano Quinto Arrio (buen Jack Hawkins) y un rico árabe, Ilderim (gran Hugh Griffith).




En los años 50 MGM se hallaba en crisis económica y vio en la nueva adaptación de “Ben-Hur” al cine sonoro que podría sacarla a flote, la compañía todavía tenía los derechos sobre la novela, los compraron por 600000 $ en 1925, la jugada les salió redonda, obteniendo 75 millones de dólares en taquilla. Al igual que la muda se rodó en Italia, la produjo Sam Zimbalist (“Las Minas Del Rey Salomón”, “Mogambo” o “Quo Vadis), muriendo de un ataque al corazón en Roma poco antes de terminar el rodaje. El director iba a ser Sidney Franklin, pero su puso enfermo y se contrató a William Wyler, que fue director de extras en la versión muda, de los 30 ayudantes de dirección que tuvo Raoul Walsh, el director cobró 350000$ más el 8% de la recaudación, siendo el sueldo para un realizador hasta entonces. La superproducción con un presupuesto inicial de 7 millones $, al comenzar el rodaje era de 10, y al finalizar superaba los 15, siendo la más costosa hasta la fecha, plata que luce esplendorosa con los más grandes decorados construidos nunca para el cine. Para la Villa de Quinto Arrio se construyeron 45 fuentes siendo necesarios 14 km de tuberías, se hizo 0,5 km cuadrado para las calles de Jerusalén, la Puerta de Jafa tenía 23 m de altura. Hubo más de cien trabajadores en vestuario, más de 200 empleados para crear los frisos y estatuas. Más de 200 camellos y 2500 caballos se contrataron para el film, sumándose más de 10000 extras. El primer montaje de John J. Dunning (“Fuego En La Nieve”, “Los Hermanos Karamazov” o “El Árbol De La Vida” ) tenía 340000 m. de película, 4 horas y media, Wyler quería dejarla en una hora menos, siendo víctima de la tijera tramos sobre Jesús, al final se quedó en 5800 m. de película, 213 minutos, la tercera más larga de la historia tras “Lo Que El Viento Se Llevó” Y “Los 10 Mandamientos”. Se estrenó el 18 de noviembre de 1959 en el Loew Theatre de Nueva York, la más taquillera del año y entonces la segunda de la historia tras “lo que el viento se llevó”, ganando además 11 Oscars, record hasta que la empató “Titanic” en 1997, fueron a la película, director, protagonista, secundario (Hugh Griffith), fotografía a Robert Surtees,



General Lew Wallace
El film se basa en el libro del General Lew Wallace de 1880 “Ben-Hur: Un Cuento De Cristo” de 550 páginas, el guión final tiene 230, con más diferencias con el libro que la versión muda. El guión estaba sin terminar cuando arrancó el rodaje tiene varios padres, principal es Karl Tunberg (“Taras Bulba”), este suprimió la parte de la novela de lo que ocurre tras la muerte de Jesus, Ben-Hur finge su muerte y  organiza un ejército para echar a los romanos, y cambió lo que sucede con las leprosas. Wyler creía que el guión de Karl era moralizante y político, y los diálogos no le convencían, y Zimbalist fichó a los dramaturgos S. N. Berhman (“La Reina Cristina De Suecia”, “El Puente De Waterloo” o “Quo Vadis”), y Maxwell Anderson (“Sin Novedad En el frente”, “Cayo Largo” o “Falso Culpable”), Gore Vidal (“De Repente El Último Verano”, “Roma” o “Calígula”), y Chistopher Fry (“Barrabas” o “La Biblia”), cada uno fue añadiendo de su parte, Gore por ejemplo partió el encuentro inicial entre Messala y Ben-Hur, entre el cuartel romano y la residencia del héroe, donde se dan los regalos y se produce el crucial enfrentamiento, asimismo añade las súplicas vanas de Ben-Hur a Messala por su familia. Gore Vidal también ha afirmado que en el guión sobresale un subtexto homoerótico (lo dijo en el gran documental “El celuloide Oculto” de 1995  que buscaba en películas a lo largo de la historia lecturas homosexuales subliminales), la versión de Gore es que persuadió a Wyler para que le dijera a Stephen Boyd que interpretara su rol como un amante despechado por Ben-Hur, según Vidal el odio de Messala al protagonista solo podría estar motivada por el amor no correspondido, y que Charlton Heston nunca se enteró de esta maniobra. Wyler dijo que no recordaba haber comentado con esto con él.


El guión rezuma gran admiración por el pueblo judío, Israel hacia poco que se había creado (1948), en contraposición con la de 1925 que ponía el acento en vanagloriar el cristianismo, en consonancia con la idea de Wallace, en la de Wyler se loa la rebeldía judía en contra del opresor-invasor, teniendo paralelismo contextuales, pues Israel estaba hostigado por todos los estados vecinos árabes, es por ello que muchos ven en la historia una alabanza del sionismo en consonancia con el poder judaico entre los mandamases de Hollywood, también los romanos pueden ser unos émulos de los nazis, de hecho estos copiaron parte de la simbología del Imperio transalpino, siendo la recepción a Quinto Arrio por su victoria filmada inspirándose en el documental nazi de Leni Riefensthal “La Fuerza De La Voluntad” (1935), siendo notorio el plano del Águila Imperial con el “Emperador” delante, igual que el de Riefensthal en el trabajo mencionado, o el plano de la subida por las escaleras, o o el alineamiento de tropas. Hay quien incluso ha querido ver un substrato de racismo apoyándose en la mítica carrera de cuadrigas, en la que los caballos del villano Messala son negros como el infierno y los del héroe blancos puros.


El film dentro de su espectacularidad sobresalen 2 mastodónticas escenas de acción que vertebran y dan fulgor infinito al relato, una es la batalla naval y la otra es la carrera de cuadrigas. La colosal batalla de barcos, de las primeras rodadas, se hizo con 40 barcos en miniaturas en un gran tanque en los MGM Studios en Culver City (California), esto se mezcló con escenas rodadas en los Estudios Cinecittà en Roma donde se monto un lago artificial capaz de generar olas marinas, allí se construyeron varias galeras romanas de 53 m. de largo  que podían navegar, tan realistas que se crearon a partir de planos reales de museos italianos de la Antigua Roma. Se puso de fondo un telón macizo de 61 m. de ancho y 50 de alto, esto para tapar la ciudad y montañas. Dunning contrató a extras italianos a los que les faltaba alguna extremidad para que hicieran de mutilados en la batalla, creando una muy realista sensación gracias además al gran trabajo en maquillaje y sangrienta. La escena quedó descomunal emitiendo en el espectador una terrible impresión de caos en batalla con el espolón del barco entrando en el vientre del otro. Como curiosidad histórica mencionar que la Armada Romana no utilizaba galeotes en sus naves, eran remeros profesionales muy bien preparados y remunerados, los galeotes no se utilizaron hasta la Edad Moderna. Asimismo los barcos de guerra en la época su arma de ataque era la catapulta y el espolón.

La otra gran escena, todavía más famosa es la de la carrera de cuadrigas, no la dirigió Wyler, lo hicieron Andrew Marton y Yakima Canutt, teniendo además cada cuadriguero un ayudante de dirección, entre los que estaba Sergio Leone. Wyler dirigió el pre y el post carrera, es decir la vuelta de reconocimiento con el público enfervorecido, copiada toma por toma de la versión muda, y el posterior tramo tras la victoria final, El recinto fue creado a partir del circo de Antioquía (en Jerusalén nunca hubo un circo romano), edificándolo a tamaño real, su extensión era de 7,3 hectáreas, el más grande decorado hecho hasta entonces, costando 1 millón de dólares, haciendo falta mil trabajadores para hacerlo, el circuito tenía 460 metros y las tribunas 5 pisos de altura, en ellas más de 7000 extras de público. Más de 40000 toneladas de arena se trajeron de playas del Mediterraneo para la pista, se hizo una pista igual al lado para entrenamiento de cuadrigas y para realizar algunas tomas de cámara. La planificación de la carrera fue de casi un año, 78 caballos se trajeron de Sicilia y Yugoslavia. Los caballos blancos de Ben-Hur eran andaluces, el resto era Lipizzans. Se construyeron 18 carros, 9 para prácticas y los otros para la carrera, cada uno pesaba 410 kg. Tanto Boyd como Heston tomaran lecciones para llevar la cuadriga, Heston hacía 3 horas diarias, llegando a ser diestro en el manejo rápidamente, aunque en las tomas más peligrosas lo dobló Joe Canutt (hijo de uno de los directores), Heston quiso que Joe lo doblase en films posteriores, la escena se rodó en 5 semanas repartidas en 3 meses, siendo necesarios 320 km para realizarla. Boyd lo hizo todo sin requerir doble. Existe una leyenda urbana que cuenta que durante el rodaje de la escena murió un doble murió en un accidente, es falso. El resultado final fue una Antológica escena rebosante de acción, frenetismo, vigor, adrenalina, emoción, una Extraordinaria lección de cine de acción.

 

La cinta ya fascina desde sus créditos iníciales, sabes que estás ante algo único, la singularidad llega a que el siempre rugiente León de la Metro, a petición de Wyler se mantiene en silencio por respeto al tema religioso y al público. El prólogo es un plano fijo de la mano de Adán intentando rozar la del Creador, es “La Creación” de Miguel Ángel, son más de 6 intensos minutos con la inquietante música de Miklos Rózsa, y sobre la pantalla aparece “Overture”, y pasamos a la historia, arrancando con el trasfondo cristiano del que se salpica la cinta, vemos el Nacimiento de Jesús en el pesebre en Belén, esto impregna el relato, vemos mucho más adelante al Sermón en la Montaña, el Vía Crucis y la crucifixión, momentos bíblicos, aunque en el libro esta religiosidad está más remarcada, el poder de las creencias cristianas baña al protagonista en su evolución del odio, la ira, y el poderoso virus de la venganza le insuflan vida para resistir su martirio, y de cómo sus diferentes encuentros con Jesús le hacen redimirse de esta enfermedad autodestructiva. Esto es si se rasca, en la superficie queda una emociónate película que aúna drama, acción y aventuras, tocando temas como el nacionalismo, la tiranía, las injusticias, la venganza, la redención, el poder de la fe, la amistad, el odio o el perdón, ello en el marco de una historia  que evoluciona de una fuerte amistad hacia el odio más fuerte derivando en un enfrentamiento cuasi-fratricida en la arena de las cuadrigas, por en medio el héroe deberá sufrir un tormento del que deberá levantarse a base de sus ansias de vendetta. La narración discurre de modo sereno, sabiendo ingeniosamente colocar por el amplio metraje elementos de constantes catarsis que hacen que la historia magnetice, por su aguda mezcla entre épica y religión con un poco de romance. El guión deja migas de excelencia sutil como el detalle de que nunca se muestre el rostro de Jesús (interpretado por el cantante de ópera Claude Heater, no acreditado), esto imprime un gran misticismo al personaje,  o las metáforas visuales cristianas, como los dos tablones en forma de cruz en los que Messala y Ben-Hur prueban su puntería, clara alegoría católica, o el elemento agua, tan tenuemente mostrado, el agua está presente en todas los cuestionamientos de fe, cuando Ben-Hur  transita por el desierto con la cuerda de presos cae desfallecido, el hijo de un carpintero (Jesús) le ofrece agua, o cuando Arrio es salvado por Ben-Hur y el primero le ofrece agua en señal de agradecimiento, o cuando el Via Crucis Ben-Hur ofrece agua a Jesús, o cuando Jesús crucificado llueve copiosamente y la madre y hermana de Ben-Hur son sanadas, asimismo los riachuelos formados por la lluvia  se juntan en el Gólgota con la Sangre de Jesús que cae de la Cruz, agua Icono cristiano de vida y purificación.


 
La exuberante fotografía que apabulla es de Robert L. Surtees (“El Graduado”, “La Última Película” o “El Golpe”) en Cinemascope, a Wyler medio panorámico tan ancho no le gustaba este impuesto por los ejecutivos de la MGM y aseveraba <No hay nada fuera de la imagen, y usted no puede llenarlo. Usted o bien tienen una gran cantidad de espacio vacío, o si tiene dos personas hablando y una bandada de otros que les rodea que no tienen nada que ver con la escena. Su ojo se pasea solo por curiosidad>, además las cámaras requeridas para ello eran grandes y pesadas, y se necesitaba mucho tiempo para moverlas, un, Surtees y Wyler intentaron remediarlo con el uso de lentes de pantalla ancha. Surtees consigue planos monumentales, tomas excelsas panorámicas con miles de extras, picados, contrapicados, con un intenso cromatismo.

La música es pieza fundamental en conducir emociones de modo ágil y delicioso, compuesta por Miklós Rózsa fue la partitura más larga hecha para un film, se inspiró en música romana y griega para dar excitante coctel, de resonancia epopéyicas, con vibrantes fanfarrias en las marchas Imperiales, y lírico en los tramos íntimos, muy sugestiva . Cada personaje importante tiene su leit-motive. Con temas románticos como “Judah y Esther”, el lúgubre “El valle de los Leprosos”, o el palpitante “La carrera de cuadrigas”. Un trabajo que ha influenciado a muchos.



Para el casting de intérpretes se pusieron en roles romanos a actores británicos y en el de judíos a estadounidenses, esto para remarcar con sus la separación entre clases, además Wyler pensaba que el público interpretaría el acento británico con el patricio romano. Charlton Heston realiza una gran actuación dotando de gran dramatismo a su Ben-Hur, expone con profundidad la evolución del personaje, con un lenguaje físico brutal, mostrándose en ocasiones como un Titán, exhibiendo orgullo, soberbia, dolor, rabia, ira, frustración, y amor, Grande. Para este papel se barajaron Marlon Brando, Burt Lancaster (consideró aburrido el guión), Paul Newman (dijo no tener las piernas bonitas para llevar túnica), Rock Hudson, Stewart Granger o Robert Taylor, Kirk Douglas deseaba hacerlo pero fue rechazado, entonces Kirk quiso contraprogramar con “Spartacus”. Stephen Boyd encarna con furia al villano, le da elegancia y personalidad fuerte, manteniendo una compleja relación con su antagonista, que se desarrolla vigorosamente, siendo matizada y no caricaturesca. Jack Hawkins como Quinto Arrio otorga majestuosidad, altanería, orgullo y soberbia, con ententes maravillosos con Heston, con una entonación contundente. Hugh Griffith aprovecha fabulosamente su poco metraje como Sheik Ilderim para dejar huella, aporta naturalidad, frescura, chispa humorística, simpatía, muy buena su labor.

 La he visto varias veces y cuanto más se rasca en ella más incoherencias atisbo, sobre todo en la composición de Ben-Hur, no es creíble que alguien tan enraizado en Palestina y tan anti-imperialismo romano caiga en vivir en la decadente Roma, entonces lo que transmite es que si los romanos te dan todos los lujos (como se los da Quinto Arrio) son buenos, este tramo con su apadrinado me resulta chirriante para alguien que detesta tanto a los transalpinos. También me chirría que Ben-Hur que arremete contra los romanos por que los someten con tiranía, y él tenga esclavos, por mucho que nos lo pinten como amo bueno él es un esclavista, esto se toca livianamente, incluso para acentuar el buenismo de Ben-Hur, de aquí se deriva otra situación forzada no creíble, es el romance Esther con Ben-Hur, primero es demasiado precipitado, no hay química entre ellos, y después ella es su esclava y el su año, se puede ver como un acto de sometimiento al poder, además ella está prometida y solo con v er a Benm-Hur se arrepiente, chusco. Ben-Hur aborrece a los romanos y no se sabe muy bien porque, no se dan razones de impuestos o de privación de religión, simplemente a Ben-Hur no le gusta que las tropas romanas estén en la ciudad, para ver este sinsentido acudir a uno de los mejores gags de la Historia del Cine en “La Vida de Bryan”, <Que han hecho los romanos por nosotros…>. La enemistad tan desairada de Messala con Ben-Hur resulta desproporcionada, más allá del subtexto gay, Ben-Hur no quiere traicionar a su gente y Messala ya no le “ajunta”, rozando lo infantil, se debería haber enroquecido este elemento. Esto le hace bajar del Olimpo y dejarla en notable.

La cinta es un manantial de escenas para el recuerdo, muchas ya comentadas: La escena de la cuerda de presos con Jesús dando agua a Ben-hur, emocionante, la susodicha batalla naval, con una previa de gran tensión, Quinto Arrio provocando a Ben-Hur en los remos, el test de funcionamiento que Arrio hace a los galeotes, el momento inquietante en que Arrio decide no encadenar a Ben-Hur, y por supuesto la batalla, o la recepción Imperial a los vencedores, o el lúgubre encuentro de Ben-Hur en las penumbras con su amada Esther, o la gloriosa carrera, con el trémulo epílogo, o el estremecedor encuentro de Bem-Hur con su madre e hija en el Valle de los Leprosos, o la Sangre de Jesús mezclándose con el agua de lluvia (bien puede ser Dios llorando), o …

En conjunto una espectacular cinta épica-peplum con el leit-motive de la venganza, que ha perdido algo de brillo con el paso del tiempo!!!


Spoiler:



Diferencias notables entre novela y film: En el libro es el propio Ben-Hur el que tiene el accidente con la teja, en el film es su hermana. En el libro Messala no muere en la carrera de cuadrigas, simplemente pierde y enfurecido por la humillación contrata Messala a sicarios para matar a Judah que fracasan. En el libro aparece un personaje omitido en el film, Iras, amante de Messala, que 5 años después de la famosa carrera asesina a Messala en un ataque iracundo. Iras tiene en el libro un rol crucial al ser la antagonista de Ester, las pugnando por el amor de Ben-Hur, que lo ve como a un romano por ser ahijado de Quinto Arrio. Ben-Hur se ha convertido al cristianismo mucho antes de la crucifixión. La curación de la madre y hermana de Ben-Hur de la peste se produce el Domingo de Ramos y no el Domingo de Resurrección, esta alteración se hizo para entroncarlo con el primer milagro de Jesús en la Cruz. En el libro Messala es mucho más villano, en el film incluso Ben-Hur frente al procurador Poncio Pilatos lo justifica diciendo que el virus de la maldad romana lo poseyó, en el libro Messala encierra a la madre e hija en la prisión con los leprosos para que se contagien, en el film es algo circunstancial, en el libro Messala y roba la fortuna de Ben-Hur. Een el libro Ben.Hur es el que acaba con su amistad con Messala al arremeter este contra el pueblo judío, en el film es Messala el que rompe al querer Ben-Hur una delación.  En el libro el padre de Ben-Hur y Quinto Arrio se habían conocido, en el film esto se omite, en el libro Quinto muere antes de volver a Judea y lega todas sus muchas propiedades a su ahijado, en el film esto no ocurre. El libro acaba 5 años después de la carrera, los Ben-Hur viven en Roma. El jeque Ilderim también muere en el libro dejando a Ben-Hur mucho dinero. Ben-Hur en el libro ante la persecución que los cristianos sufren en Roma promueve la construcción de las catacumbas de San Calixto para que estos puedan hacer sus liturgias ocultos del opresor.

El escritor de libro en que se basa, el general Lew Wallace tuvo una vida de película, veterano General de la Unión en la Guerra Civíl Norteamericana, participando en la conocida batalla de Shilloh, presidió el consejo de guerra que juzgó al comandante, Henry Wirz, de la nefasta Prisión de Andersonville, uno de los dos condenados a muerte (la horca) de toda la contienda por crímenes de guerra, el otro fue el guerrillero sanguinario de Tennesse Champ Ferguson. Fue gobernador de Nuevo México entre 1878 y 1881, estado en que rondaba Billy “El Niño” al que propuso la amnistía si dejaba las fechorías. Le visitaron las musas tras una charla con un militar en un viaje en tren en 1873, hablaban sobre la religión, Wallace defendía el cristianismo ante los ataques del compañero, tan fiel a sus ideas era el General que tras esto decidió escribir una obra que reflejase sus fuertes creencias, tomando prestados elementos de “El Conde De Montecristo” mezclándolo con sus vivencias en la guerra, en 1880 la publicó siendo un best-seller, con esta ingeniosa mezcla de géneros, drama, aventuras, romanticismo con un profundo trasfondo cristiano.

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