ROCKY V.
Siguiendo
mi stajanovista ciclo de ver toda la saga pugilística que en mi adolescencia me
maravilló, le ha tocado (14 años después y con 800 millones $ recaudados) el
turno a esta quinta parte, y ya esta en su momento me resultó la más floja, me
desencantó de la franquicia y pensé es que igual era un film más maduro al que
quizás entonces no estaba hecho a estos films más serios, pero cuando lo he
revisto me he encontrado que no, que era el más débil con diferencia, es más,
da la sensación de haberse realizado con desgana, casi obligados tal vez por el
magno éxito de la cuarta entrega. Eso se traduce en una cinta ya no hay peleas
épicas, carece del clásico montaje de entrenamiento, los personajes parecen una
caricatura de sí mismos. Hay una subtrama de Rocky con su hijo que resulta
vergonzante, adolece de un antagonista carismático, como si había en todas las
anteriores, para tener un clímax que queriendo ser original queda chusco, donde
la brillante coreografía de las pretéritas ha quedado reducida a algo grimante,
la sensación de dolor con la cámara rodeando a los contendientes ha quedado
aquí cual lucha de telefilm en el peor de los sentidos.
Aquí Sly volvió a tirar
del director de la oscarizada primera (la 2, 3, y 4 las dirigió el propio
Stallone), John G. Avildsen, que en la década de los 80 estuvo enfrascado en
otra saga de peleas (en este caso marciales), la de Karate Kid, si volvió a guionizar
y protagonizar Sylvester, junto a él sus inseparables Talia Shire y Burt Young,
y se dio el capricho de colocar a su hijo adolescente Sage Stallone en su debut
cinematográfico, también el púgil real Tommy Morrison en su única participación
en una película, volviendo además Burgess Meredith (aparece en un flash-back
cual gurú alentador). En la película, un Rocky Balboa (Stallone) con
dificultades económicas acepta entrenar al joven Tommy Gunn (Morrison) en el
gimnasio que fue propiedad del entrenador de Balboa, Mickey Goldmill
(Meredith). Stallone en el guion tira de muchos elementos de la saga anteriores
(sus problemas económicos, sus problemas de salud por las peleas, ser el
entrenador como lo fue de Apollo, hay un motor-mouth de villano, en este caso
no es un boxeador, es un promotor claramente inspirado en el popular Don King,
volver a pelear por que ‘dañan’ a alguien que quiere, y más), pero todo esto se
siente más macilento, más ajado, el verlo tras volver de la URSS durante la
rueda de prensa que sube este emulo de Don King donde habla Rocky con un micro
para desafiarlo junto a su protegido resulta patético. Y es que la podredumbre
de némesis en esta entrega resulta sonrojante, un héroe necesita un gran malo
frente a él y aquí han enfrentado a un león a un ratoncito, Tommy Morrison
resulta un corderito llevado al matadero frente al Totémico Rocky, como vas a
comparar a esta cosita con Apollo Creed, Clubber Lang o Ivan Drago, aquí
Stallone la caga a base de bien.
Tras su victoria sobre
Ivan Drago en Moscú, Rocky sufre problemas mentales a causa de la pelea. Rocky,
su esposa Adrian Pennino, su cuñado Paulie y su entrenador Tony
"Duke" Evers regresan a los Estados Unidos, donde son recibidos por
el hijo de Rocky, Robert Jr., que ahora tiene 14 años. En una conferencia de
prensa, el promotor de boxeo George Washington Duke intenta incitar a Rocky a
pelear contra su boxeador, Union Cane, que es el retador mejor valorado, pero
Rocky se niega. Después de regresar a casa, Rocky y Adrian descubren que están
en bancarrota después de que Paulie fue engañado para firmar un " poder
notarial " para el contador de Rocky, quien malversó todo su dinero en
negocios inmobiliarios que salieron mal y no pagó los impuestos de Rocky
durante los seis años anteriores. Su mansión ha sido hipotecada por $ 400,000,
pero su abogado le dice a Rocky que se puede arreglar con algunas peleas más.
Rocky inicialmente acepta la pelea con Cane, pero Adrian lo insta a ver a un
médico y le diagnostican cavum septum pellucidum. A regañadientes, Rocky se
retira del boxeo. Su casa y sus pertenencias se venden para pagar la deuda y
los Balboa se mudan de nuevo a su antiguo barrio de clase trabajadora en
Filadelfia. Rocky visita el gimnasio Mighty Mick's Gym (legado a su hijo por su
antiguo entrenador Mickey Goldmill), que se ha deteriorado. Al ver una visión
de sí mismo y de Mickey de años pasados, Rocky se inspira para convertirse en
entrenador y vuelve a abrir el gimnasio. Rocky y Paulie conocen a un joven
boxeador de Oklahoma llamado Tommy Gunn. Rocky acepta convertirse en su
manager. Entrenarlo le da un sentido de propósito y Tommy se convierte en un
contendiente de primer nivel. Distraído con el entrenamiento de Tommy, Rocky
descuida a Robert, quien sufre acoso escolar. Después de aprender a defenderse,
Robert se junta con la gente equivocada y se aísla de su familia.
A pesar de lo dicho, la
película tiene algunos buenos momentos, como lo es el comienzo (tras el
sempiterno montaje del final de la anterior parte, eso ocurre en todas las
secuelas, en este caso con Ivan Drago), con un Rocky que tras el triunfo llega
la dura realidad, tras los vítores de la multitud llega el silencio en el
vestuario, la soledad del guerrero sufriendo las heridas de la batalla, dejando
constancia de esto cuando confunde a su esposa con su fallecido entrenador
Mickey, los golpes en la cabeza han terminado afectándole, también tiene
tembleque en sus manos. Esto es un ramalazo de intensa actuación; Me ha gustado
la forma en que Rocky se encariña con el que cree va a ser su prolongación en
el ring, el rostro ilusionado del ahora entrenador. Con un rítmico montaje y
vibrante sobre como Tommy asciende a la cima, junto a titulares de periódico,
mientras notamos la metamorfosis de Tommy manipulado por Duke; Aunque la cagan
en la forma Idiotesca en que el lado oscuro del boxeo lo tienta. Esto en una sub
trama bastante torpe sobre el patio trasero del boxeo con promotores parásitos;
y me ha gustado el tramo de la pelea del pupilo de Rocky por el título mundial
el modo original en que se expone, con Rocky viendo el combate desde el sótano
de su casa en la tv, excitado de pie pegando golpes a un saco de boxeo cada vez
que pega un golpe su protegido, esto en una ágil edición saltando del combate
in situ al sótano. Y como colofón a este tramo está el trémulo momento en que
Tommy dedica el título, estremecedor el rostro de Rocky.
Pero tiene el film
demasiados defectos. Como la forma tan cutre nos meten que Rocky está en la
ruina. Pero quien se va a creer que Rocky, por muy pocas luces que tenga, haya
podido dejar al cargo de su fortuna al idiota de su cuñado Paulie? Luego está
la forma tan flemática en que se toman que Paulie haya provocado perder la
riqueza de Rocky (¿?), lo aceptan con resignación, volviendo a acoger al
‘lumbreras’ de Paulie en el hogar Balboa. Pero es que nos dicen que Rocky no es
partidario de ganar dinero haciendo publicidad. Esto nos lo caricaturizaron en
la segunda parte, pero es que en la cuarta lo vemos haciendo spots
publicitarios sin problema, pero ahora que le falta plata ya no le gusta hacer,
es ridículo. Tampoco es de recibo que no tenga amigos que le apoyen para
negocios para dar la cara o entrenar a aspirantes al título. Se queda sin nada
y nadie le ayuda? Y de nuevo de vuelta al barrio humilde de Palookaville en Filadelfia,
con Adrian volviendo a trabajar a la tienda de mascotas, venga ya (otra vez?);
Rocky desempolva su chaqueta de cuero y su sombrerito para volver a ser el
Rocky de la primera, pero con más de una década encima; Nos cuelan una ridícula
sub trama de celos del hijo (Sage Stallone metido con fórceps, pues hay un
error de continuidad con el que hijo que vemos en la parte 3) al nuevo pupilo
de su padre, con derivada al bullying que le hacen en el cole, cuando lo normal
es que fuera el Rey del Mambo por tener el padre que tiene, resultando todo
esto muy forzado, siendo el colmo cuando vemos al niño aparecer con un
aparatoso colgante de pendiente. En sus problemas con los abusones el
troglodita mensaje es si se meten contigo aprende a boxear, lo de la
inteligencia es algo sobrevalorado (ataque de cinismo). El respeto se gana
siendo un matón de baratillo (puaj!!!); La pelea final resulta patética en como
quiere ser original con respecto a los clímax de las partes anteriores, y queda
como una mala suecada, rebajar a Rocky a un matoncillo de tres al cuarto
callejero, cuando en las otras secuelas fue impulsado por motivaciones
emocionante (en la primera por su gran amor Adrian; en la segunda el motor es
que su esposa embarazada se ha recuperado de un mal parto; en la tercera el
deux machine es la muerte de su mentor entrenador Mickey; en la cuarta es la
muerte de Apollo), aquí es que el contrincante que reta a Rocky da un
empujoncito a su cuñado Pualie, es de mal chiste (venga ya!!!), y entonces
comienzan los redobles de tambor y Rocky hace click y se conecta a volver a
combatir, esta vez sin cuadrilátero, en la calle, y te sientes estafado por la
forma en que Sly descoloca a su alter ego de lo que fue a un bad-ass
cualquiera, donde la emoción de antaño queda anulada, sumándose a esto la
presencia del caricaturesco Duke amenazando con que denunciar si le tocan
(puaj!!!). Llegados a este punto me importa poco si gana o pierde Rocky, que
era algo que me suponía un placer culpable el implicarme para desear que
derribará a su oponente en las pretéritas.
Los que somos seguidores
de la saga lo que amamos son los combates de boxeo, pro el modo apasionante en
que se filmaban, pero aquí solo hay con enjundia uno, el del final, y es, como
ya he mencionado, una pelea callejera sin fuste, no se sabe por lo que pelean,
un despropósito.
Para aderezar esta
‘maravilla’ tenemos un reguero de diálogos ‘exuberantes’, como cuando Rocky le
dice a Adrian: "Bueno, quizá te lleve arriba y te viole como a un
parquímetro", no se puede ser más conmovedor (puaj!!!). Tampoco ayudan
unas actuaciones ramplonas, cuando mucho.
Incluso la banda sonora
de Bill Conti, electrizante y vigorosa en las otras entregas, aquí resulta sin
fuerza. Hay al final la canción de entona Elton John, "The measure of a
man", nominada con honores al Razzie.
Decepcionante quinta
entrega. Gloria Ucrania!!!
Spoiler:
La película estuvo por
debajo de las expectativas en taquilla, recaudando 120 millones de dólares en
todo el mundo, lo que la convirtió en la película con menor recaudación de la serie.
Una secuela tardía, “Rocky Balboa”, se estrenó en 2006.
Las escenas con Mickey,
interpretado por Burgess Meredith, fueron recortadas en la película final
cuando Rocky pelea con Tommy. Mickey apareció en forma de fantasma en la parte
superior del puente del ferrocarril, dando palabras de aliento. En la película
final, esto se convirtió en flashbacks. El discurso que Mickey le da a Rocky en
la secuencia del flashback se basa en una entrevista con Cus D'Amato dada en
1985, poco después de la primera pelea profesional de Mike Tyson.
En el guion original,
Rocky muere durante la pelea final con Tommy, muriendo en los brazos de Adrian
en la calle. El final, en que Adrian elogiaba a Rocky diciendo: "Mientras
haya gente dispuesta a afrontar los desafíos de la vida y no rendirse hasta que
sus sueños se conviertan en realidad, el mundo siempre tendrá sus Rockys",
no se haría realidad. El productor Irwin Winkler y Avildsen no estaban muy
contentos con el final, y el primero afirmó que nunca se filmó y también afirmó
que Stallone finalmente se convenció de cambiar el final.
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