martes, 11 de febrero de 2025

 


ROCKY V.

 

Siguiendo mi stajanovista ciclo de ver toda la saga pugilística que en mi adolescencia me maravilló, le ha tocado (14 años después y con 800 millones $ recaudados) el turno a esta quinta parte, y ya esta en su momento me resultó la más floja, me desencantó de la franquicia y pensé es que igual era un film más maduro al que quizás entonces no estaba hecho a estos films más serios, pero cuando lo he revisto me he encontrado que no, que era el más débil con diferencia, es más, da la sensación de haberse realizado con desgana, casi obligados tal vez por el magno éxito de la cuarta entrega. Eso se traduce en una cinta ya no hay peleas épicas, carece del clásico montaje de entrenamiento, los personajes parecen una caricatura de sí mismos. Hay una subtrama de Rocky con su hijo que resulta vergonzante, adolece de un antagonista carismático, como si había en todas las anteriores, para tener un clímax que queriendo ser original queda chusco, donde la brillante coreografía de las pretéritas ha quedado reducida a algo grimante, la sensación de dolor con la cámara rodeando a los contendientes ha quedado aquí cual lucha de telefilm en el peor de los sentidos.

 

Aquí Sly volvió a tirar del director de la oscarizada primera (la 2, 3, y 4 las dirigió el propio Stallone), John G. Avildsen, que en la década de los 80 estuvo enfrascado en otra saga de peleas (en este caso marciales), la de Karate Kid, si volvió a guionizar y protagonizar Sylvester, junto a él sus inseparables Talia Shire y Burt Young, y se dio el capricho de colocar a su hijo adolescente Sage Stallone en su debut cinematográfico, también el púgil real Tommy Morrison en su única participación en una película, volviendo además Burgess Meredith (aparece en un flash-back cual gurú alentador). En la película, un Rocky Balboa (Stallone) con dificultades económicas acepta entrenar al joven Tommy Gunn (Morrison) en el gimnasio que fue propiedad del entrenador de Balboa, Mickey Goldmill (Meredith). Stallone en el guion tira de muchos elementos de la saga anteriores (sus problemas económicos, sus problemas de salud por las peleas, ser el entrenador como lo fue de Apollo, hay un motor-mouth de villano, en este caso no es un boxeador, es un promotor claramente inspirado en el popular Don King, volver a pelear por que ‘dañan’ a alguien que quiere, y más), pero todo esto se siente más macilento, más ajado, el verlo tras volver de la URSS durante la rueda de prensa que sube este emulo de Don King donde habla Rocky con un micro para desafiarlo junto a su protegido resulta patético. Y es que la podredumbre de némesis en esta entrega resulta sonrojante, un héroe necesita un gran malo frente a él y aquí han enfrentado a un león a un ratoncito, Tommy Morrison resulta un corderito llevado al matadero frente al Totémico Rocky, como vas a comparar a esta cosita con Apollo Creed, Clubber Lang o Ivan Drago, aquí Stallone la caga a base de bien.

 

Tras su victoria sobre Ivan Drago en Moscú, Rocky sufre problemas mentales a causa de la pelea. Rocky, su esposa Adrian Pennino, su cuñado Paulie y su entrenador Tony "Duke" Evers regresan a los Estados Unidos, donde son recibidos por el hijo de Rocky, Robert Jr., que ahora tiene 14 años. En una conferencia de prensa, el promotor de boxeo George Washington Duke intenta incitar a Rocky a pelear contra su boxeador, Union Cane, que es el retador mejor valorado, pero Rocky se niega. Después de regresar a casa, Rocky y Adrian descubren que están en bancarrota después de que Paulie fue engañado para firmar un " poder notarial " para el contador de Rocky, quien malversó todo su dinero en negocios inmobiliarios que salieron mal y no pagó los impuestos de Rocky durante los seis años anteriores. Su mansión ha sido hipotecada por $ 400,000, pero su abogado le dice a Rocky que se puede arreglar con algunas peleas más. Rocky inicialmente acepta la pelea con Cane, pero Adrian lo insta a ver a un médico y le diagnostican cavum septum pellucidum. A regañadientes, Rocky se retira del boxeo. Su casa y sus pertenencias se venden para pagar la deuda y los Balboa se mudan de nuevo a su antiguo barrio de clase trabajadora en Filadelfia. Rocky visita el gimnasio Mighty Mick's Gym (legado a su hijo por su antiguo entrenador Mickey Goldmill), que se ha deteriorado. Al ver una visión de sí mismo y de Mickey de años pasados, Rocky se inspira para convertirse en entrenador y vuelve a abrir el gimnasio. Rocky y Paulie conocen a un joven boxeador de Oklahoma llamado Tommy Gunn. Rocky acepta convertirse en su manager. Entrenarlo le da un sentido de propósito y Tommy se convierte en un contendiente de primer nivel. Distraído con el entrenamiento de Tommy, Rocky descuida a Robert, quien sufre acoso escolar. Después de aprender a defenderse, Robert se junta con la gente equivocada y se aísla de su familia.

 

A pesar de lo dicho, la película tiene algunos buenos momentos, como lo es el comienzo (tras el sempiterno montaje del final de la anterior parte, eso ocurre en todas las secuelas, en este caso con Ivan Drago), con un Rocky que tras el triunfo llega la dura realidad, tras los vítores de la multitud llega el silencio en el vestuario, la soledad del guerrero sufriendo las heridas de la batalla, dejando constancia de esto cuando confunde a su esposa con su fallecido entrenador Mickey, los golpes en la cabeza han terminado afectándole, también tiene tembleque en sus manos. Esto es un ramalazo de intensa actuación; Me ha gustado la forma en que Rocky se encariña con el que cree va a ser su prolongación en el ring, el rostro ilusionado del ahora entrenador. Con un rítmico montaje y vibrante sobre como Tommy asciende a la cima, junto a titulares de periódico, mientras notamos la metamorfosis de Tommy manipulado por Duke; Aunque la cagan en la forma Idiotesca en que el lado oscuro del boxeo lo tienta. Esto en una sub trama bastante torpe sobre el patio trasero del boxeo con promotores parásitos; y me ha gustado el tramo de la pelea del pupilo de Rocky por el título mundial el modo original en que se expone, con Rocky viendo el combate desde el sótano de su casa en la tv, excitado de pie pegando golpes a un saco de boxeo cada vez que pega un golpe su protegido, esto en una ágil edición saltando del combate in situ al sótano. Y como colofón a este tramo está el trémulo momento en que Tommy dedica el título, estremecedor el rostro de Rocky. 

 

Pero tiene el film demasiados defectos. Como la forma tan cutre nos meten que Rocky está en la ruina. Pero quien se va a creer que Rocky, por muy pocas luces que tenga, haya podido dejar al cargo de su fortuna al idiota de su cuñado Paulie? Luego está la forma tan flemática en que se toman que Paulie haya provocado perder la riqueza de Rocky (¿?), lo aceptan con resignación, volviendo a acoger al ‘lumbreras’ de Paulie en el hogar Balboa. Pero es que nos dicen que Rocky no es partidario de ganar dinero haciendo publicidad. Esto nos lo caricaturizaron en la segunda parte, pero es que en la cuarta lo vemos haciendo spots publicitarios sin problema, pero ahora que le falta plata ya no le gusta hacer, es ridículo. Tampoco es de recibo que no tenga amigos que le apoyen para negocios para dar la cara o entrenar a aspirantes al título. Se queda sin nada y nadie le ayuda? Y de nuevo de vuelta al barrio humilde de Palookaville en Filadelfia, con Adrian volviendo a trabajar a la tienda de mascotas, venga ya (otra vez?); Rocky desempolva su chaqueta de cuero y su sombrerito para volver a ser el Rocky de la primera, pero con más de una década encima; Nos cuelan una ridícula sub trama de celos del hijo (Sage Stallone metido con fórceps, pues hay un error de continuidad con el que hijo que vemos en la parte 3) al nuevo pupilo de su padre, con derivada al bullying que le hacen en el cole, cuando lo normal es que fuera el Rey del Mambo por tener el padre que tiene, resultando todo esto muy forzado, siendo el colmo cuando vemos al niño aparecer con un aparatoso colgante de pendiente. En sus problemas con los abusones el troglodita mensaje es si se meten contigo aprende a boxear, lo de la inteligencia es algo sobrevalorado (ataque de cinismo). El respeto se gana siendo un matón de baratillo (puaj!!!); La pelea final resulta patética en como quiere ser original con respecto a los clímax de las partes anteriores, y queda como una mala suecada, rebajar a Rocky a un matoncillo de tres al cuarto callejero, cuando en las otras secuelas fue impulsado por motivaciones emocionante (en la primera por su gran amor Adrian; en la segunda el motor es que su esposa embarazada se ha recuperado de un mal parto; en la tercera el deux machine es la muerte de su mentor entrenador Mickey; en la cuarta es la muerte de Apollo), aquí es que el contrincante que reta a Rocky da un empujoncito a su cuñado Pualie, es de mal chiste (venga ya!!!), y entonces comienzan los redobles de tambor y Rocky hace click y se conecta a volver a combatir, esta vez sin cuadrilátero, en la calle, y te sientes estafado por la forma en que Sly descoloca a su alter ego de lo que fue a un bad-ass cualquiera, donde la emoción de antaño queda anulada, sumándose a esto la presencia del caricaturesco Duke amenazando con que denunciar si le tocan (puaj!!!). Llegados a este punto me importa poco si gana o pierde Rocky, que era algo que me suponía un placer culpable el implicarme para desear que derribará a su oponente en las pretéritas.

 

Los que somos seguidores de la saga lo que amamos son los combates de boxeo, pro el modo apasionante en que se filmaban, pero aquí solo hay con enjundia uno, el del final, y es, como ya he mencionado, una pelea callejera sin fuste, no se sabe por lo que pelean, un despropósito.

 

Para aderezar esta ‘maravilla’ tenemos un reguero de diálogos ‘exuberantes’, como cuando Rocky le dice a Adrian: "Bueno, quizá te lleve arriba y te viole como a un parquímetro", no se puede ser más conmovedor (puaj!!!). Tampoco ayudan unas actuaciones ramplonas, cuando mucho.

 

Incluso la banda sonora de Bill Conti, electrizante y vigorosa en las otras entregas, aquí resulta sin fuerza. Hay al final la canción de entona Elton John, "The measure of a man", nominada con honores al Razzie.

 

Decepcionante quinta entrega. Gloria Ucrania!!!

 

Spoiler:

 

La película estuvo por debajo de las expectativas en taquilla, recaudando 120 millones de dólares en todo el mundo, lo que la convirtió en la película con menor recaudación de la serie. Una secuela tardía, “Rocky Balboa”, se estrenó en 2006.

 

Las escenas con Mickey, interpretado por Burgess Meredith, fueron recortadas en la película final cuando Rocky pelea con Tommy. Mickey apareció en forma de fantasma en la parte superior del puente del ferrocarril, dando palabras de aliento. En la película final, esto se convirtió en flashbacks. El discurso que Mickey le da a Rocky en la secuencia del flashback se basa en una entrevista con Cus D'Amato dada en 1985, poco después de la primera pelea profesional de Mike Tyson.

 

En el guion original, Rocky muere durante la pelea final con Tommy, muriendo en los brazos de Adrian en la calle. El final, en que Adrian elogiaba a Rocky diciendo: "Mientras haya gente dispuesta a afrontar los desafíos de la vida y no rendirse hasta que sus sueños se conviertan en realidad, el mundo siempre tendrá sus Rockys", no se haría realidad. El productor Irwin Winkler y Avildsen no estaban muy contentos con el final, y el primero afirmó que nunca se filmó y también afirmó que Stallone finalmente se convenció de cambiar el final.

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