Scream.
Con
motivo de la noche de Halloween me he visto el film de terror Scream, todo un
bombazo taquillero en su lanzamiento (con un presupuesto de 15 millones de
dólares, recaudó aproximadamente 173 millones de dólares en todo el mundo),
provocando toda una franquicia con varias secuelas y una serie televisiva, así
como sub productos claramente hijos de este éxito. En 1972, Wes Craven estrenó
“Last House on the Left”, siendo seminal en el género slasher. En 1984, Craven
se superó con otra cinta de horror como “Pesadilla en Elm Street”, que supuso
una revitalización del género para teenager, que también dio origen a una saga,
así como otras pelis aledañas. Y en 1996 volvió Craven (aparece brevemente
realizando un cameo vestido con el inconfundible jersey a rayas de Freddy
Kruger) a dar en el clavo con esta “Scream”, que con ayuda del ingenioso y
mordaz guion del debutante en la materia Kevin Williamson (se especializó en el
terror, con títulos como “Se lo que hicisteis el último verano”, que también
fue saga), ofrecen una cinta irónica en como juega a lo metatextual, como hace
guiños constantes al género, riéndose de sí mismo mientras recurre a esto mismo
de lo que parodia. Williamson se inspiró en los informes sobre una serie de
asesinatos cometidos por el Destripador de Gainesville mientras escribía un
guión que satirizaba los clichés del género slasher popularizado en películas
como “Halloween” (1978), todo el clímax acontece mientras se reproduce en un
televisor este mítico film, “Viernes” 13 (1980), protagonista de la pregunta
trampa inicial. Del que hay una jocosa broma sobre quien es el asesino en este
film, “Prom Night” (1980), y “Pesadilla en Elm Street” (1984), un adolescente
en la cinta dice que la primera "Pesadilla" estuvo bien, pero
"el resto fue una mierda", claramente Craven pasa factura a los que
bastardearon su idea en las secuelas, también se hacen referencias a “El
Exorcista” (1972), para lo que incluso hay un cameo de la protagonista real
Linda Blair y a “Carrie” (1976).
La protagonizan un
nutrido reparto con Drew Barrymore, Neve Campbell, Courteney Cox, Skeet Ulrich,
Matthew Lillard, Rose McGowan y David Arquette, para un juego macabro de
‘whodunit’ sobre quien es el psicópata vestido de ‘ghostface’ que asesina a
personas en el pueblo de Woodsboro (California), la trama sigue a la estudiante
de secundaria Sidney Prescott (Campbell) y sus amigos, quienes, en el
aniversario del asesinato de su madre, se convierten en el objetivo de un criminal.
Jugando con sarcasmo al metalenguaje involucran al espectador al despojar de
dramatismo real a la trama y dotarla de ligereza (Craven incluso hace burla de
sí mismo y de que lo confundan con John Carpenter y en un momento dado se habla
en la peli del director Wes Carpenter, en referencia a John Carpenter) incidiendo
en el metalenguaje haciendo continuas referencias a la cultura popular (se
menciona a Tom Cruise que en "All the Right Moves" de 1983 si haces
pausa en el video podrás verle los genitales, Richard Gere y su affaire con el
jerbo, Jamie Lee Curtis como reina del grito que no enseñó los pechos hasta "Trading
Places", Meg Ryan sobre que la protagonista querría fuera quien la
protagonizará en la versión de lo que les pasa, y para mal de Tori Spelling,…) y
más concretamente a los clichés del género de terror (resumidos en lo que dice
un personaje: “Las películas de terror siempre tratan sobre una rubia de
grandes pechos que corre escaleras arriba para que el asesino pueda
arrinconarla”), en el colmo de la metaficción recrea a través de Randy (Jamie
Kennedy, que habla claramente al espectador) espectador, el guion utiliza el
personaje de para establecer las reglas del slasher: ‘Nunca tener relaciones
sexuales; nunca beber ni consumir drogas; y nunca decir "Vuelvo
enseguida"’. Se analizan con saña a las motivaciones que necesitan
psicokillers famosos (‘Tenía Norman Bates un motivo? Tenía Hannibal Lecter una
razón para querer comerse a la gente?’). Entre el subtexto que se le ha buscado
es interesante indagar en el feminismo y el empoderamiento que remanece del
relato, donde son las mujeres las valientes, las que se enfrentan al Mal.
Tiene un arranque
vigoroso en una escena de 12 minutos que ha creado escuela. Estamos en una casa
donde la estudiante de secundaria Casey Becker (Drew Barrymore) está sola
preparando palomitas para ver en video una peli de terror (¿?). Recibe una
llamada telefónica de una persona desconocida, charlan distendidamente sobre películas
de terror, hasta que el desconocido se destapa primero como voyeur, y después
como un sádico secuestrador. Convirtiendo la llamada en un perverso trivial
sobre clásicos del terror, la cosa torna en un acoso y persecución aterradora
por el jardín, con la aparición del ya popular Ghostface con un gran cuchillo,
acabando todo con una imagen desgarradora (*spoiler). Craven lleva con maestría
el desarrollo de la secuencia en un crescendo dramático en la llamada
genialmente llevada, haciéndonos sentir el horror de la protagonista, en gran
parte gracias a la buena labor expresiva de Drew Barrymore, con la llegada de los
padres de ella, que impregnan de más tensión el tramo.
Es una cinta amena,
consciente de que su argumento es manido, pues lo de un psychokiller que
enmascarado asesina en un pueblo atemorizado es muy ajado, para esconder estas
carencias se echa en manos del humor autoreferencial, como es cuando la
protagonista habla sobre quien le gustaría le interpretara en cine: “Me veo
como una especie de joven Meg Ryan. Pero con mi suerte conseguiré a Tori
Spelling. En lo referente a la acción es muy simplona, solo destaca la muerte
de un personaje aplastado por una puerta eléctrica del garaje, no sin antes
comentar la moza: ‘Ya vuelvo’, mandamiento del terror que antecede a la muerte
del personaje. Hay una escena muy divertida cuando a través de una cámara
oculta vemos a un personaje que ve solo en la tv el “Halloween” de Carpenter,
con la secuencia del Michael Myers enmascarado acecha a Jamie Lee Curtis por la
casa. Tras el espectador parece ‘Ghostface’, mientras el espectador grita a
Jamie Lee Curtis que mire detrás de ella, mientras desde la proyección de la
cámara oculta observan todo con un retardo de 30 segundos, en un juego
metaficcional cercano al ‘Efecto Droste’. También hay otra jocosa escena
editada en que un personaje experto en cine de terror, habla de los tópicos del
género sobre el sexo, sobre que nunca mueren las ‘vírgenes’ en cine, mientras
vemos en cortes a la protagonista tener relaciones sexuales con el novio,
también hablando de los pechos en cine y vemos como pícaramente la joven prota
está en top les y le tapa los senos el cuerpo de su pareja.
El villano destaca
(además de por su maldad) por su torpeza, resulta ridículo la cantidad de
golpes y porrazos que se lleva, es una parodia de sí mismo, alejado de los
psychokillers mesurados con poderes cuasi sobre naturales en su comportamiento
medido en el que parecen aliados con la suerte en cada momento. Aquí el malo
malísimo cuando parece tiene un comportamiento caótico, haciéndolo original en
este sentido, adecuado para el tono banal de la historia.
Su rush final se regodea
en los tropos clásicos del error, puede ser por homenajearlos/parodiarlos, pero
también puede ser porque querer arriesgar entre zero y nada, y con ello todo el
clímax resulta macilento, un tropel de giros atropellados, queriendo sorprender
con los twist cae de lleno en lo que satiriza (**spoiler).
Está bien la crítica a
los medios de comunicación amarillistas, arremetiendo contra su mezquindad y lo
pusilánimes que son. Pero se hace con pólvora mojada con una actriz que da vida
a estos miserables métodos como es Coutney Cox que resulta errada en el rol, no
te la crees. Pero es que las actuaciones hay unas cuantas horrendas, empezando
por la de David Arquette, horrible, no se sabe de que va, es un payaso con
placa.
La actriz protagonista
Neve Campbell cumple sin estridencias, como la típica joven con un trauma que
le impide consumar sexualmente con el novio; Skeet Ulrich (hermano gemelo de
Johnny Depp) está correcto luciendo flequillo sexy, siendo el típico joven con
picores sexuales acomplejado por lo frígido de la novia; Matthew Lillard como el
típico ‘bon vivan’ gañán del insti, deja impronta con fuerte presencia en su
fulgor; Rose McGowan da bien como la libertina del insti, amiga de la ‘virgen’.
Spoiler:
El rush final me
recuerda en cierta medida a “La soga” de Hitchcock mezclado con “Impulso
criminal” de Richard Fleischer, donde en ambos casos dos jóvenes juegan a tener
la superioridad moral para cometer los crímenes que les apetezcan, sin motivos,
de hecho Williamson basó libremente los personajes en Leopold y Loeb ,
individuos queer (aquí subyace una relación homoerótica) que cometieron
asesinatos para demostrar su superioridad intelectual, en los que se basó Meyer
Levin para su novela en la que se basa “Impulso criminal”. Está bien el que el
asesino sean dos para despistar, pero el **comportamiento de los dos resulta
grotesco en su estulticia, que se pongan a apuñalarse como parte del plan
maestro me resulta ridículo, incluso para el tono de la cinta. Y ya como se
estira el que maten y no maten al par de ‘listillos’ las mujeres me es cansino.
Aunque hay un pequeño gozo en como se ríen de los psicópatas que vuelven a la
vida y lo están esperando para pegarle un tiro entre ceja y ceja. Ah, y la no
virgen como Sidney sobrevive, rompiendo este techo de cristal cliché.
*La imagen a la que me
refería en el inicio, es la que ven los padres de Casey, de esta ahorcada de un
árbol con las entrañas colgando, puaj!!!
Williamson sólo
describió a Ghostface como "el asesino de máscaras de fantasmas".
Maddalena descubrió una máscara mientras buscaba ubicaciones y fue
inmediatamente captada por ella. El diseño, con una mortaja blanca, fue
diseñado por Brigitte Sleiertin como "El fantasma de ojos de maní"
para la empresa de novedades Fun World en 1991. Craven le pidió a Dimension que
concediera la licencia del diseño, pero el precio de Fun World era caro y el
estudio también quería la propiedad total de la máscara. La empresa de efectos
especiales KNB EFX Group recibió el encargo de crear alternativas similares
pero legalmente distintas. [w] Se desarrollaron docenas de diseños que dieron
como resultado máscaras de "gárgola", brujas y duendes. A los
realizadores no les gustaron los reemplazos e hicieron una versión cercana al
diseño de Fun World pero con cambios menores como estirar la nariz y la
barbilla para evitar problemas de derechos de autor. Al asesino se le dio un
sudario negro para evitar que su ropa o movimientos insinuaran su identidad.
Scream presenta varios
cameos, incluido Henry Winkler como el director Arthur Himbry, Linda Blair como
Obnoxious Reporter, la directora de casting Lisa Beach como reportera y el
director Wes Craven aparece como Freddy el conserje, un homenaje al icónico personaje
de terror Freddy Krueger. Liev Schreiber como Cotton Weary, el hombre condenado
por matar a la madre de Sidney.
Sus personajes fueron
diseñados intencionalmente para conocer estas películas de terror y sus
elementos típicos, con la intención de crear un asesino único que no sólo fuera
consciente de los clichés del cine de terror, sino que también los explotara
para su propio beneficio. Williamson expresó su enfoque: "Pensé que, si
podías exponer las reglas y jugar con ellas, entonces el público no sabría lo
que iba a obtener. De repente estaban nerviosos. Empecé a jugar con los tropos,
y los Las 'reglas' eran parte de eso". La escena inicial que representa la
muerte de Casey Becker emula la del personaje de Janet Leigh en Psycho (1960)
al matar a un posible personaje principal desde el principio. Williamson creía
que engancharía a los ejecutivos del estudio y dejaría al público inseguro de
cómo progresaría la trama. Williamson ambientó el guión en su ciudad natal de
Bayboro, Carolina del Norte, creyendo que su atmósfera tranquila proporcionaría
un fuerte contraste con las acciones de un asesino en serie.
Me queda una cinta de la
que no esperaba mucho, y será por ello que me ha sabido mejor, y me ha sido
disfrutable sabiéndose ella misma un entretenimiento. Gloria Ucrania!!!
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