BLONDE.
Aparatosa,
caótica, aturullada, ponzoñosa, confusa, tediosa, vergonzante, son unos pocos
de calificativos que se le pueden endilgar a esta cosa de supuesto biopic hecho
(supuestamente) a mayor gloria del mito
sexual más grande que haya dado el Séptimo Arte. Parece pertrechado por alguien
que odie a la diva, no se puede hacer algo más reduccionista e insultante para
alguien tan Brillante como la protagonista de “La tentación vive arriba”, si
hubiera una cárcel catódica allí debería ir de cabeza el director neozelandés
responsable de este engendro. Escrita y dirigida por Andrew Dominik, realizador
poco prolífico en el que tenía depositadas esperanzas, tiene dos films en su
haber que me fascinaron, como son “El asesinato de Jesse James por el cobarde
Robert Ford” y “Mátalos suavemente”, esta fue su última película hace 10 años,
ambas protagonizadas por Brad Pitt (en “Blonde” productor), con lo que pensé
que además si llevaba una década preparándose, y los precedentes eran tan
alentadores, podríamos estar ante el biopic definitivo sobre Norma Jean, pero
mi gozo en un pozo. Pues me ha llegado a producir vergüenza ajena algunos
tramos, una línea argumental que no existe, pegando saltos por aquí y por allí,
dejando fuera multitud de elementos importantes, otros reduciéndolos a lo
abominable.
El guion se basa en la
novela de 2000 del mismo nombre de Joyce Carol Oates, versión ficticia de la
vida y la carrera de la actriz estadounidense Marilyn Monroe, y entonces me
cabe la pregunta de que en qué clase de biografía fímica estamos si partimos de
la base de que es una ficción? El personaje del Mito queda sintetizado
freudianamente en la búsqueda permanente de su padre, en el horizonte está
única y exclusivamente esto, da igual lo que haga siempre el objetivo es buscar
un padre. Alguien tan rico en personalidad como ella queda estereotipada de
forma ridícula. Todo es un batiburrillo de secuencias que pretenciosamente
anhelan sumergirte en un estado de ánimo opresivo machista (por ello las
sempiternas y reiteradas secuencias de ella asediada a cámara lenta por cienes
de paparazis) en el que supuestamente se
movía Marilyn, y lo que me llega es una cosa petulante, hastiante, cansina en
su mensaje de tristeza infinita en que vive la Diva rubia. Y encima nos atacan
con un metraje desmedido para lo que cuentan, fruto de esa moda de que si son
más de dos horas y media es una película trascendente, y en este caso es densa
y agónica.
Un minutaje alargadísimo
poblado de seres detestables con los que nunca conectas, no hay brújula moral
alguna, donde incluso la protagonista es un personaje insípido, siempre
lloriqueando, haciendo pucheros, siempre dejándose mangonear, sin personalidad,
siempre siendo manipulada sexualmente por unos y por otros, en el colmo de esto
tenemos que el propio director, cual juego de espejos meta, mangonea a la
actriz protagonista para que haga desnudos gratuitos (ejemplo el que hay cuando
DiMaggio llega iracundo para pegarle y la vemos en top les en la cama, que
necesidad dramática había para esto?). Súmense unos diálogos entre banales y
idiotescos, con alegorías visuales que podría hacerlas un adolescente con acné
(lo de las cataratas del Niágara como símil de un orgasmo [ “UN TORRENTE DE
EMOCIÓN RAGING”, llena la pantalla del cine mientras la Diva observa
nerviosamente a la audiencia]; la constelación estelar se transforma en carrera
de espermatozoides en busca de un óvulo; o lo de los misiles en la tele durante
una felación es muy sutil [ataque de cinismo]), lo de acudir a homenajes
visuales de imágenes míticas es algo de cajón. Notándose la pompa que se da
Dominik al filmar en innecesario blanco y negro, con algunos fogonazos a color,
gracias a la cinematografía juguetona de Chayse Irvin, saltando por varios contrastes de
luces, por diferentes formatos de imagen queriendo trasladarnos un estado
emocional de modo artificioso y con poco éxito. Con filigranas visuales bastante
grimantes como la cámara sobre un feto, la del interior de la vagina viendo los
fórceps abrirse camino, o la del fondo del lavabo para ver en primer plano un
vómito, hay otra ‘virguería’ visual que comento abajo (con JFK de co
protagonista); Pero que necesidad había de todo esto? Solo me ha gustado en
este sentido la de la filmación "The Seven Year Itch" en la Icónica
imagen de Marylin con el Icónico vestido blanco, sobre la Icónica rejilla que
le levanta el vestido a la diva de forma sensual ondulando por la ventilación,
donde vemos a cientos si no miles de hombres viendo la secuencia in situ de
modo carroñero, con rostros desencajados, monstruos depredadores, en una
situación híper realista perdiéndose en la inmensidad las miradas aviesas que quieren
comérsela.
Me ha sido un melodrama
sensacionalista lleno de conjeturas escambrosas y asquerosas, sin base alguna, simplemente
soltar y filma exabruptos para (supongo) escandalizar y de este modo impactar y
atraer público, me resulta un anzuelo muy barato que solo refleja mediocridad
de miras y sobre todo de talento. Una exposición grotesca de alguien que quiso
ser vista como actriz seria, para lo que acudió al icónico Actor’s Studio
neoyorquino de Lee Strasberg, donde tuvo asistenta personal de actuación a su
esposa Paula, y nada de esto aparece reflejado en la película (ya sé que hay
unos pequeños apuntes), como mucho un bosquejo dentro de un esbozo, nada hay de
sus problemas de informalidad a la hora de rodar pelis, nada de su paternalista
relación con Clarke Gable, nada de su relación con Tony Curtis, nada de su
viaje a Inglaterra para rodar con Laurence Olivier, nada de la relación con los
directores de cine con los que trabajó, nada de sus compañeros con los que
filmó, nada de sus problemas en la última de sus películas y que se quedó
inacabada con George Cukor de director, siendo despedida y vuelta a readmitir,
todo queda reducido a que estaba obsesionada con el padre que no conoció, a que
era un objeto sexual, ah, y que quería tener un bebe, tanto que abortó cuando
quedó preñada (puaj!”).
El director crea un
micro universo de seres malignos que rodean a la Blonde, desde la madre, el
primer productor con el que la vemos la violó (Mr. Z es un nada disimulado
Zucker); una relación tóxica con dos hijos de papa, ("Somos los jóvenes de
los hombres que nunca nos quisieron") Charlie Chaplin Jr. (Xavier Samuel) y Edward G. Robinson Jr. (Evan
Williams), con los que la vemos en Ménage à trois, el único tramo donde está lo
más parecido a feliz, con (jartibles) resonancias cósmicas se le quiere dar.
Todo esto podría ser definitorio para dar hondura a la protagonista, pero es que,
si sabes que todo esto es más falso que el Nobel de astrofísica para Forrest
Gump, nunca ocurrió (pero si hasta comentan en vida la muerte ahogado por su
vómito del hijo de Charlot, cuando murió 6 años después del fallecimiento de la
diva, en 1968 y de una embolia pulmonar), pero qué más da si nunca
coincidió con los dos, que la verdad no te estropee una escena de trio sexual
que tanto morbo da (puaj). Les dan vida Xavier Samuel y Evan Williams de forma
plana; La relación con el beisbolista retirado Joe DiMaggio, pocas veces he
visto un entente más chirriante en pantalla, menuda forma grimante en que le
pide matrimonio, y por supuesto él es un machista que la maltrata físicamente.
Con un Bobby Cannavale dando vida al deportista de modo tosco y sin fuerza dramática
alguna; está la que tiene con el dramaturgo Henry Miller, otro romance que si
en vez de a Adrien Broody hubieran puesto a un arenque no hubiera desentonado
tanto, un tipo que más parece un tío que ha venido a visitarla que su esposo.
Brody es tan gélido como el Iceberg que hundió el Titanic; A ambos esposos Marilyn
les llama Papi, forma sutil (ataque de cinismo) de decirnos que la Diva solo
buscaba a Papa en sus relaciones.
La película se siente
como un Vía Crucis continuo de Norma Jean Baker, la vida puede ser sufrimiento,
pero no toda, y menos para alguien que lo tuvo todo al alcance de su mano, no
parece tener un momento de respiro, nunca se la ve feliz. Son casi tres horas
de ver a la sex symbol padeciendo por un mundo que la cosifica, y tras eso se
repite, y luego se subraya, y después más de lo mismo. Una travesía sádica que
llega a momentos tan hediondos como esa violación de Mr. Z donde se nos hace
ver es una ingenua que no se da cuenta lo que le pasa, y por supuesto uno de
los momentos más asquerosos vistos en cine, como es el encuentro de JFK (Caspar
Phillipson) con la Diva, es de buenas a primeras, sin que sepamos cuando se han
conocido, aparece en su dormitorio mientras habla por teléfono, ella se sienta
a su lado, y JFK la obliga a masturbarle mientras continua hablando por
teléfono, le ‘indica’ que no sea tímida unas cuantas veces, a lo que sigue que
la obliga a hacerle una felación, y esto en el colmo del mal gusto lo vemos en
primer plano de una cariacontecida Marilyn, la vemos bombear mientras JFK sigue
a lo suyo, para adornar la escabroso tramo vemos a un
guardaespaldas al lado observando distraído todo y en la tv encendida
hay una sucesión de imágenes de misiles despegando contra platillos volantes
que termina incrustando contra el obelisco de Washington DC de la película “La
Humanidad en Peligro” (será una metáfora de algo). Ello insultando la memoria
de un presidente asesinado como JFK, que no sería un santo, pero de ahí a lo
que vemos en pantalla resulta aberrante., una relación de dos años sintetizada
en una asquerosa y abusiva mamada (puaj!).
Aun no he hablado dela
protagonista, la cubana Ana de Armas, y me ha resultado cargante, lejos de las
alabanzas con que la crítica general la ensalza e incluso con nominación al Oscar,
me ha sido una interpretación plana en el sentido que no tiene dimensión
humana, es una muñeca llorona, y cuando no está con rostro de sorprendida, no
tiene registros dramáticos, no tiene arco de desarrollo, se atiene a imitar a
la Diva real. Lleva el peso de 166 minutos de pantalla encarnando a un mito y
lo hace cual figura monocorde, de una sola nota, ser traumatizado desde su
infancia y punto, no la vemos con dilemas morales, no la vemos dudando, no la
vemos decidida (la única ocasión que se acerca a esto es cuando se niega a
hacer “Los caballeros las prefieren rubias”, cuando si resulta que la hizo y
por los 5000 $). Es una sobreactuación sin freno.
A que viene la escena en
que le ofrecen a MM unas mujeres que cocinan un huevo duro y ella responde
‘esto se come?’
Spoiler:
Comienza con Norma Jean
de niña a los 7 años con una madre desequilibrada mentalmente4 que pretende
matarla en un incendio, y acaba con una onírica escena de ella desprendiéndose
de su cuerpo cuando está acostada tras haberse drogado con pastillas y con ello
con sobredosis de barbitúricos el 4 de agosto de 1962 y con ello acercándose a
la imagen de su supuesto padre (puaj!). El motivo que nos cuelan para querer
matarse es que unas cartas del padre de ella que le habían llegado en realidad
eran de Chaplin Jr., y me pregunto que sentido tiene inventarse esto, no es una
especulación posible como que fue el FBI por lo que sabía de JFK, admisible
como teoría, es una zafia mentuira asquerosa la que nos endilgan.
La película también obtuvo
controversia y notoriedad por su reparto principal, contenido sexual gráfico y
el estatus como la primera película con clasificación NC-17 que se estrena a
través de un servicio de transmisión
Armas recibió
nominaciones para el Premio de la Academia a la Mejor Actriz, el Premio BAFTA a
la Mejor Actriz, el Globo de Oro a la Mejor Actriz en una Película - Drama y el
Premio del Sindicato de Actores de la Pantalla a la Actuación Destacada de una
Actriz en un Papel Protagónico. La película también recibió ocho nominaciones
principales en los 43rd Golden Raspberry Awards, incluyendo Peor Película.
Dominik dijo que las
escenas iniciales de la película se rodaron en el mismo apartamento donde
Monroe había vivido con su madre. La escena de la muerte de Monroe también se
filmó en la misma habitación donde murió en la vida real.
En esta película se
utilizan imágenes reales de la filmografía de Monroe mezcladas con escenas
recreadas por Ana de Armas, quien apareció en las películas All About Eve
(1950), Don't Bother to Knock (1952), Niagara (1953), Gentlemen Prefer Blondes
(1953) y Some Like It Hot (1959). Andrew
Dominik dijo que inicialmente no obtuvo permiso de MGM para usar imágenes de
sus películas, por lo que tuvo que filmar versiones de respaldo, como para la
escena con De Armas y Tony Curtis en Some Like It Hot, que filmó con un actor
que interpretaba a Curtis en caso de que no pudiera obtener permiso para usar
el metraje original. A Dominik se le permitió usar las imágenes después de que
un ejecutivo de MGM fue despedido y fue reemplazado por Michael De Luca, quien
finalmente le dio permiso para usarlas.
Michelle Williams encarnó
y protagonizó “Mi semana con Marilyn”, maravillosa en su rol, nada que ver con
la mojigata a la que da vida Ana de Armas, estando justamente nominada a
multitud de premios, incluyendo el “Oscar”, y da la casualidad que la actriz
Williams vuelve a estar este año nominada por otro papel cinéfilo, en este caso
por hacer de madre del alter ego de Steven Spielberg.
Grotesco producto con
ínfulas de biopic. Gloria Ucrania!!!
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