martes, 2 de agosto de 2022

 


Una invención diabólica

Maravilloso film checoslovaco (Se considera la película checa de mayor éxito jamás realizada), de los que me hace sentir que el cine es infinito, nunca deja de sorprenderme, cuando creo haberlo visto todo, descubro joyas como esta que me hacen revitalizarme con el Séptimo Arte. Un fascinante homenaje al cine de aventuras centrado en la figura totémica del francés Julio Verne y su amplia bibliografía perteneciente a este género, dirigida por Karel Zeman, fanático del autor de Nantes, guion de Frantisek Hrubín (“Juraj Herz”) y diálogos de Milan Vácha (“Pysná princezna”), basándose en varias obras de Verne, principalmente su novela de 1896 “Frente a la bandera” (con la que la película comparte su título checo), obra a la que se insertan elementos de otras novelas ‘vernianas’, ejemplo claro son las alusiones submarinas que indefectiblemente nos llevan a “Veinte mil leguas de viaje submarino y al avión Albatross  de “Robur el Conquistador”, también hay cosas de “La isla misteriosa”, “Los quinientos millones de la Begún”, “El dueño del mundo” o “La asombrosa misión Barsac”. E incluso un a la “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson, en el rol del pirata Long John Silver. Obra de una creatividad arrolladora de las que ha influenciado claramente a cineastas como Terry Gilliam, Wes Anderson o Tim Burton.

 

Una banda de piratas al servicio del malvado Conde Artigas (Miloslav Holub) secuestra al científico Roch (Arnošt Navrátil) y a su ayudante Simon Hart (Lubor Tokoš), para obtener el secreto del arma futurista del científico. Esta arma está destinada a ser utilizada en el plan del Conde para dominar el mundo. Roch es secuestrado por un grupo de piratas, liderados por el sin escrúpulos Capitán Spade (František Šlégr).

 

La película también rinde homenaje al estilo del cineasta pionero Georges Méliès, del que Zeman probablemente vio su trabajo en el Archivo Nacional de Cine Checo en Praga, donde estaban disponibles copias coloreadas a mano de “El viaje imposible” (1904), “La bruja” (1906) y “El inquilino diabólico” (1909). Zeman usó libremente detalles del estilo de Méliès como inspiración; por ejemplo, la máquina de vapor a pistón y el submarino de Vynález zkázy son variantes creativamente adaptadas de las de “The Impossible Voyage”. Otras posibles influencias cinematográficas pueden ser el Fritz Lang de “Metropolis” (1927), la película de 1925 de Sergei Eisenstein “El acorazado Potemkin” y posiblemente incluso la versión de 1916 de Stuart Paton de “20.000 leguas de viaje submarino”. Con la ayuda de los tres directores de cinematografía Antonín Horák (“Cesta do praveku”), Bohuslav Pikhart (“El dirigible robado”), y Jirí Tarantík (“El Barón Fantástico”), en comunión epicúrea con el diseño de producción del propio Zeman y el decorador Zdenek Rozkopal (“El Barón Fantástico”), evocan en su filmación en un proceso denominado "Mysti- mación", implica mezclar acción, animación, cut-out, trabajo con modelos, títeres, o stop-motion, sumado a una estética cuasi-hipnótica en su belleza recreando con fidelidad los grabados victorianos (de Édouard Riou,Léon Benett y otros; estilo Gustave Doré) que aparecen en las ediciones originales de las novelas ‘vernianas’. Según la hija de Karel Zeman, Ludmila Zeman: "De niña, recuerdo que tenía todos los libros con esos hermosos grabados. Realmente no puedo visualizar la historia de otra manera. Y mi padre sentía, porque adoraba a Verne [ ...] solo puede ser una buena [re]narración usar las mismas técnicas". Evocando la magia de las novelas, proyectando un espíritu juvenil aventurero donde todo es posible.

 

Zeman y su equipo compusieron la película con varias formas de animación mencionadas, junto con efectos en miniatura y pinturas mate, dibujos, marionetas, todo diseñado para mantener el estilo de grabado uniforme. Incluso clips de material de archivo de pájaros, olas del mar y otros detalles se adaptaron para lograr el efecto imprimiendo la película con filtros alineados y fondos de cielo enmarañados. El director coloca a sus actores frente a telones de fondo pintados y grabados bidimensionales, antes y al lado de accesorios planos pintados y recortes animados, y los rodea con pinturas, recortes y títeres de cosas como peces extravagantes, un pulpo gigante, y varias máquinas fabulosas, todas ellas movidas mediante animación stop motion. Zeman edifica un mundo de ensueño que nos hace sentir adolescente y disfrutar de forma extasiante con una imaginación que desborda la pantalla con sus artilugios como aviones extraños e imposibles que vuelan por los cielos, extrañas máquinas animadas, un cañón gigantesco, dibujos articulados de peces e incluso camellos en patinetes.

 

Para igualar las imágenes, Zeman ordenó a sus actores que se movieran de una manera decorosamente estilizada, comentando: "A mis héroes ni siquiera se les permitía estornudar o rascarse la cabeza; tenían que adaptarse completamente a su entorno irreal". Hay una utilización de actores sobre un fondo de grabados en blanco y negro de los libros típicos del siglo XIX. Gran parte de esta impresión se creó en la cámara, gracias al diseño de producción de la película. El equipo de Zeman fabricó y usó rodillos de pintura de goma dura para agregar un sombreado similar al grabado en el escenario y el vestuario. Mezcla con actores y objetos reales, creando escenarios en los que la continuidad entre uno y otro medio es casi perfecta. Zeman hace sus intérpretes posen, se pongan en lugares precisos o se muevan de modo que se armonizan a la perfección con su entorno. Diferentes incidentes de los personajes acaecen sobre esos grabados de novelas vernianas con submarinos, minisubmarinos impulsados por aletas, dirigibles, navíos blindados, cañones gigantescos, globos aerostáticos, bicis submarinas, buzos con escafandras, islas huecas con fábricas, ataques de calamares o pulpos gigantes, héroes y heroínas.

 

Ello en una historia, que nos muestra los tintes proféticos de Julio Verne con los avances tecnológicos de la historia, como ejerciendo de amargo pitoniso en cómo se anticipó a la Bomba Atómica con ese artefacto que construye un científico que claramente es un aviso sobre lo que está por venir en la era atómica, ello en el contexto de entonces de la Guerra Fría, dejando un substrato pesimista en la autodestructiva Condición Humana, erigiendo uno de esos villanos megalómanos tan del gusto de la saga ‘bondiana’, incluso con sus exótica residencia (en este caso dentro de un volcán), colosal su pistola ametralladora con manivela.

 

Es una cinta de un fuerza visual sublime, con momentos tan hermoso como cuando observamos las profundidades marinas desde la óptica de Zeman, con seres bizarros, extraños, impactantes, y siempre enfocado a un sentido lúdico fascinante. Impregnándolo todo de un sutil sentido del humor, de es que nos hace esbozar una mueca de sonrisa, y permaneciendo está tiempo en nuestro rostro, ya desde los ingenioso inventos, pero también con secuencias, como el tipo de tren que lee un periódico y este es atravesado por una bala, y con mucha flema no sigue leyendo como si nada; la joven que seca su ropa sobre un cañón y alentándola con el calor de una baqueta calentada al fuego; esa enorme grúa utilizada para recoger con delicadeza un lápiz; cuando el protagonista (desde su óptica vemos toda la historia), logra introducirse por la ventana del dormitorio de Jana Zatloukalova, pero debe salir y esperar colgado del quicio mientras ella se viste; cuando vemos a los piratas surcar las profundidades sub marinas en bicis acuáticas para ‘visitar’ un barco hundido; hasta tenemos una escena con primitivo y ‘pionero’ proyector de cine donde vemos en la pantalla escenas vitriólicas, como unos camellos sobre patines; la escena en que Simos baja al desfiladero sub marino para arreglar un problema y se encuentra con un pulpo gigante, en la confusión Simon huye y cuando se está quedando sin oxígeno aparece un mini sub marino de los ‘buenos’, impulsado por unos remos con aletas, y lo rescata, pero a continuación tienen un sensacional duelo con un gran sub marino de Artigas; Y todo desembocando un bien manejado clímax, *spoiler.

 

Se le puede achacar (siendo un tikis mikis), en la vorágine que supone la fabulosa estética, se olvida de componer personajes con dimensión compleja, pero nadie puede esperarlo de un relato con sabor juvenil. Todos los roles se definen en unos pocos trazos, buenos malos, el científico ególatra que al final siete una epifanía, la chica guapa, todos son arquetipos, opero es que tampoco son con muchos matices en la obra de Julio Verne. Es una narración que se desarrolla con sencillez, directa, y con un gran mensaje sobre los riesgos de jugar a ser Dioses.

 

Spoiler:

 

Muy adecuado ese rush final en que el narcisista científico Roch se da cuenta (cual Coronel Nicholson en “El puente sobre el rio Kwai”), de que su ego no le ha dejado ver la realidad y al final decide inmolarse con su invento y con ello acabar con los malos. Muy Épico, amén de la pareja de tortolitos escapando en globo.

 

‘La música de la película escrita por Zdeněk Liška, compositor de cine de gran prestigio conocido por su habilidad con las caracterizaciones musicales y el humor, así como por su uso innovador de técnicas de música electrónica. A mediados del siglo XX, fue el principal compositor checo de bandas sonoras de películas fantásticas. Liska sugeriría editar cortes al director, para acelerar el ritmo de la película y hacer que su música fluya más suavemente con lo que está en pantalla. El tema principal, que recuerda a una caja de música, está escrito para clavecín, acompañado por un conjunto de cámara de instrumentos de cuerda y de viento. El tema del amor, aparentemente basado en la canción "Tit-willow" de la ópera cómica de Gilbert and Sullivan The Mikado, es interpretado por instrumentos de viento de madera y un clavicémbalo silenciado. La partitura de Liška también incluye varios temas breves, como un tema corto lleno de patetismo para el hundimiento del barco Amelie, golpes de teclado que coinciden con los ataques al pulpo gigante y un final sereno para orquesta de cuerdas. [dieciséis]La partitura de la película sigue siendo una de las obras más notables de Liška.’

 

‘Karel Zeman, un director de cine y animador checo, estuvo profundamente influenciado por las novelas de Julio Verne, hizo cuatro largometrajes entre 1955 y 1970, y se basó ampliamente en la serie Voyages Extraordinaires de Verne. El primero de ellos, “Viaje al principio de los tiempos”, inspirado en Viaje al centro de la tierra y presentaba una escena en la que sus héroes reconocían directamente su afición por leer a Verne. La segunda de las películas basadas en Verne de Zeman fue esta “Vynález zkázy”; los últimos fueron “The Stolen Airship”, basado en Two Years' Vacation, y “On the Come”, basado en Héctor Servadac.’

 

Entre 2014 y 2015, se realizó una restauración digital que incluye la reinserción de una escena cortada no incluida desde los avances originales de la película de 1958. Ahora tanto la versión original en checo, con subtítulos en inglés, como la versión doblada al inglés están disponibles internacionalmente, restauradas en video de alta definición bajo el título “Invención para la destrucción”. Esta versión es la que he visto yo.

 

Film a reivindicar en su explosión de originalidad y de demostrar que el cine es disfrute visual ante todo. Gloria Ucrania!!!

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