Una invención diabólica
Maravilloso film checoslovaco (Se considera la película checa de mayor éxito jamás realizada), de los que me hace sentir que el cine es infinito, nunca deja de sorprenderme, cuando creo haberlo visto todo, descubro joyas como esta que me hacen revitalizarme con el Séptimo Arte. Un fascinante homenaje al cine de aventuras centrado en la figura totémica del francés Julio Verne y su amplia bibliografía perteneciente a este género, dirigida por Karel Zeman, fanático del autor de Nantes, guion de Frantisek Hrubín (“Juraj Herz”) y diálogos de Milan Vácha (“Pysná princezna”), basándose en varias obras de Verne, principalmente su novela de 1896 “Frente a la bandera” (con la que la película comparte su título checo), obra a la que se insertan elementos de otras novelas ‘vernianas’, ejemplo claro son las alusiones submarinas que indefectiblemente nos llevan a “Veinte mil leguas de viaje submarino y al avión Albatross de “Robur el Conquistador”, también hay cosas de “La isla misteriosa”, “Los quinientos millones de la Begún”, “El dueño del mundo” o “La asombrosa misión Barsac”. E incluso un a la “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson, en el rol del pirata Long John Silver. Obra de una creatividad arrolladora de las que ha influenciado claramente a cineastas como Terry Gilliam, Wes Anderson o Tim Burton.
Una banda de piratas al
servicio del malvado Conde Artigas (Miloslav Holub) secuestra al científico Roch
(Arnošt Navrátil) y a su ayudante Simon
Hart (Lubor Tokoš), para obtener el secreto del arma futurista del científico.
Esta arma está destinada a ser utilizada en el plan del Conde para dominar el mundo.
Roch es secuestrado por un grupo de piratas, liderados por el sin escrúpulos
Capitán Spade (František Šlégr).
La película también
rinde homenaje al estilo del cineasta pionero Georges Méliès, del que Zeman
probablemente vio su trabajo en el Archivo Nacional de Cine Checo en Praga,
donde estaban disponibles copias coloreadas a mano de “El viaje imposible”
(1904), “La bruja” (1906) y “El inquilino diabólico” (1909). Zeman usó
libremente detalles del estilo de Méliès como inspiración; por ejemplo, la
máquina de vapor a pistón y el submarino de Vynález zkázy son variantes
creativamente adaptadas de las de “The Impossible Voyage”. Otras posibles
influencias cinematográficas pueden ser el Fritz Lang de “Metropolis” (1927),
la película de 1925 de Sergei Eisenstein “El acorazado Potemkin” y posiblemente
incluso la versión de 1916 de Stuart Paton de “20.000 leguas de viaje submarino”.
Con la ayuda de los tres directores de cinematografía Antonín Horák (“Cesta do
praveku”), Bohuslav Pikhart (“El dirigible robado”), y Jirí Tarantík (“El Barón Fantástico”), en comunión epicúrea
con el diseño de producción del propio Zeman y el decorador Zdenek
Rozkopal (“El Barón Fantástico”), evocan en su filmación en un proceso
denominado "Mysti- mación", implica mezclar acción, animación, cut-out,
trabajo con modelos, títeres, o stop-motion, sumado a una estética
cuasi-hipnótica en su belleza recreando con fidelidad los grabados victorianos
(de Édouard Riou,Léon Benett y otros; estilo Gustave Doré) que aparecen en las
ediciones originales de las novelas ‘vernianas’. Según la hija de Karel Zeman,
Ludmila Zeman: "De niña, recuerdo que tenía todos los libros con esos
hermosos grabados. Realmente no puedo visualizar la historia de otra manera. Y
mi padre sentía, porque adoraba a Verne [ ...] solo puede ser una buena
[re]narración usar las mismas técnicas". Evocando la magia de las novelas,
proyectando un espíritu juvenil aventurero donde todo es posible.
Zeman y su equipo
compusieron la película con varias formas de animación mencionadas, junto con efectos
en miniatura y pinturas mate, dibujos, marionetas, todo diseñado para mantener
el estilo de grabado uniforme. Incluso clips de material de archivo de pájaros,
olas del mar y otros detalles se adaptaron para lograr el efecto imprimiendo la
película con filtros alineados y fondos de cielo enmarañados. El director
coloca a sus actores frente a telones de fondo pintados y grabados
bidimensionales, antes y al lado de accesorios planos pintados y recortes
animados, y los rodea con pinturas, recortes y títeres de cosas como peces
extravagantes, un pulpo gigante, y varias máquinas fabulosas, todas ellas
movidas mediante animación stop motion. Zeman edifica un mundo de ensueño que
nos hace sentir adolescente y disfrutar de forma extasiante con una imaginación
que desborda la pantalla con sus artilugios como aviones extraños e imposibles
que vuelan por los cielos, extrañas máquinas animadas, un cañón gigantesco,
dibujos articulados de peces e incluso camellos en patinetes.
Para igualar las
imágenes, Zeman ordenó a sus actores que se movieran de una manera
decorosamente estilizada, comentando: "A mis héroes ni siquiera se les
permitía estornudar o rascarse la cabeza; tenían que adaptarse completamente a
su entorno irreal". Hay una utilización de actores sobre un fondo de
grabados en blanco y negro de los libros típicos del siglo XIX. Gran parte de
esta impresión se creó en la cámara, gracias al diseño de producción de la
película. El equipo de Zeman fabricó y usó rodillos de pintura de goma dura
para agregar un sombreado similar al grabado en el escenario y el vestuario. Mezcla
con actores y objetos reales, creando escenarios en los que la continuidad
entre uno y otro medio es casi perfecta.
Zeman hace sus intérpretes posen, se pongan en lugares precisos o se muevan
de modo que se armonizan a la perfección con su entorno. Diferentes incidentes
de los personajes acaecen sobre esos grabados de novelas vernianas con
submarinos, minisubmarinos impulsados por aletas, dirigibles, navíos blindados,
cañones gigantescos, globos aerostáticos, bicis submarinas, buzos con
escafandras, islas huecas con fábricas, ataques de calamares o pulpos gigantes,
héroes y heroínas.
Ello en una historia,
que nos muestra los tintes proféticos de Julio Verne con los avances tecnológicos
de la historia, como ejerciendo de amargo pitoniso en cómo se anticipó a la
Bomba Atómica con ese artefacto que construye un científico que claramente es
un aviso sobre lo que está por venir en la era atómica, ello en el contexto de
entonces de la Guerra Fría, dejando un substrato pesimista en la
autodestructiva Condición Humana, erigiendo uno de esos villanos megalómanos
tan del gusto de la saga ‘bondiana’, incluso con sus exótica residencia (en este
caso dentro de un volcán), colosal su pistola ametralladora con manivela.
Es una cinta de un
fuerza visual sublime, con momentos tan hermoso como cuando observamos las
profundidades marinas desde la óptica de Zeman, con seres bizarros, extraños, impactantes,
y siempre enfocado a un sentido lúdico fascinante. Impregnándolo todo de un sutil
sentido del humor, de es que nos hace esbozar una mueca de sonrisa, y permaneciendo
está tiempo en nuestro rostro, ya desde los ingenioso inventos, pero también
con secuencias, como el tipo de tren que lee un periódico y este es atravesado
por una bala, y con mucha flema no sigue leyendo como si nada; la joven que
seca su ropa sobre un cañón y alentándola con el calor de una baqueta calentada
al fuego; esa enorme grúa utilizada para recoger con delicadeza un lápiz;
cuando el protagonista (desde su óptica vemos toda la historia), logra introducirse
por la ventana del dormitorio de Jana Zatloukalova, pero debe salir y esperar
colgado del quicio mientras ella se viste; cuando vemos a los piratas surcar
las profundidades sub marinas en bicis acuáticas para ‘visitar’ un barco
hundido; hasta tenemos una escena con primitivo y ‘pionero’ proyector de cine donde
vemos en la pantalla escenas vitriólicas, como unos camellos sobre patines; la
escena en que Simos baja al desfiladero sub marino para arreglar un problema y
se encuentra con un pulpo gigante, en la confusión Simon huye y cuando se está quedando
sin oxígeno aparece un mini sub marino de los ‘buenos’, impulsado por unos
remos con aletas, y lo rescata, pero a continuación tienen un sensacional duelo
con un gran sub marino de Artigas; Y todo desembocando un bien manejado clímax,
*spoiler.
Se le puede achacar (siendo
un tikis mikis), en la vorágine que supone la fabulosa estética, se olvida de componer
personajes con dimensión compleja, pero nadie puede esperarlo de un relato con sabor
juvenil. Todos los roles se definen en unos pocos trazos, buenos malos, el
científico ególatra que al final siete una epifanía, la chica guapa, todos son arquetipos,
opero es que tampoco son con muchos matices en la obra de Julio Verne. Es una narración
que se desarrolla con sencillez, directa, y con un gran mensaje sobre los
riesgos de jugar a ser Dioses.
Spoiler:
Muy adecuado ese rush
final en que el narcisista científico Roch se da cuenta (cual Coronel Nicholson
en “El puente sobre el rio Kwai”), de que su ego no le ha dejado ver la
realidad y al final decide inmolarse con su invento y con ello acabar con los
malos. Muy Épico, amén de la pareja de tortolitos escapando en globo.
‘La música de la
película escrita por Zdeněk Liška, compositor de cine de gran prestigio
conocido por su habilidad con las caracterizaciones musicales y el humor, así
como por su uso innovador de técnicas de música electrónica. A mediados del
siglo XX, fue el principal compositor checo de bandas sonoras de películas
fantásticas. Liska sugeriría editar cortes al director, para acelerar el ritmo
de la película y hacer que su música fluya más suavemente con lo que está en
pantalla. El tema principal, que recuerda a una caja de música, está escrito
para clavecín, acompañado por un conjunto de cámara de instrumentos de cuerda y
de viento. El tema del amor, aparentemente basado en la canción
"Tit-willow" de la ópera cómica de Gilbert and Sullivan The Mikado,
es interpretado por instrumentos de viento de madera y un clavicémbalo
silenciado. La partitura de Liška también incluye varios temas breves, como un
tema corto lleno de patetismo para el hundimiento del barco Amelie, golpes de
teclado que coinciden con los ataques al pulpo gigante y un final sereno para
orquesta de cuerdas. [dieciséis]La partitura de la película sigue siendo una de
las obras más notables de Liška.’
‘Karel Zeman, un
director de cine y animador checo, estuvo profundamente influenciado por las
novelas de Julio Verne, hizo cuatro largometrajes entre 1955 y 1970, y se basó
ampliamente en la serie Voyages Extraordinaires de Verne. El primero de ellos, “Viaje
al principio de los tiempos”, inspirado en Viaje al centro de la tierra y presentaba
una escena en la que sus héroes reconocían directamente su afición por leer a
Verne. La segunda de las películas basadas en Verne de Zeman fue esta “Vynález
zkázy”; los últimos fueron “The Stolen Airship”, basado en Two Years' Vacation,
y “On the Come”, basado en Héctor Servadac.’
Entre 2014 y 2015, se
realizó una restauración digital que incluye la reinserción de una escena
cortada no incluida desde los avances originales de la película de 1958. Ahora
tanto la versión original en checo, con subtítulos en inglés, como la versión
doblada al inglés están disponibles internacionalmente, restauradas en video de
alta definición bajo el título “Invención para la destrucción”. Esta versión es
la que he visto yo.
Film a reivindicar en su
explosión de originalidad y de demostrar que el cine es disfrute visual ante
todo. Gloria Ucrania!!!
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