LA GRAN APUESTA.
(THE BIG SHORT)
El realizador y guionista Adam Mackay
nos ofrece un sugerente acercamiento a la Crisis Mundial que aún padecemos y
comenzó en 2007, una comedia negra basada en hechos reales, irreverente y
mordaz, film comprometido y de denuncia que con un tono desenfadado bufo en
muchos casos intenta explicarnos de un
modo ágil, divertido y didáctico los orígenes, las causas y de cómo unos pocos
vieron el desastre que se avecinaba y se provecharon de ello. El director
escribe junto a Charles Randolph (“La intérprete”), basándose en el libro del
2010, “The Big Short: Inside The Doomsday Machine”, de Michael Lewis, que relata cómo estalló la
crisis a causa de la burbuja inmobiliaria y credicitaria, que provocó en
USA más de 8 millones
personas sin vivienda o pérdida más de 6 millones puestos trabajo, en el resto
del mundo se atomizaron las cifras. La Paramount adquirió los derechos
cinematográficos de la novela para hacerla (entiendo yo) una especie de
respuesta a la scorsesiana “El Lobo de Wall Street”, produciéndola la compañía
de Brad Pitt Plan B Entertaiment. Se poya la fulgurante estructura narrativa en
un rico elenco de actores, punteado por delñirantes cameos de personalidades
interpretándose a sí mismas.
En 2005, el gestor de fondos
de cobertura Michael Burry (Christian Bale) descubre que el mercado inmobiliario USA es muy inestable, se basa en préstamos de
alto riesgo y cada vez hay más morosos, con lo que el mercado se podría colapsar,
prediciendo que en algún momento del segundo trimestre de 2007 podría hacer
crack. Burry trama un plan para aprovecharse de la situación, en la que
involucrará a sus clientes inversores. Por otro lado, el ejecutivo del Deutsche Bank Jared Vennett (Ryan Gosling) se entera de las maniobras de Burry, y decide
seguir los pasos del gestor, con Jared está el idealista Mark Baum (Steve Carell), este tiene a su equipo de analistas, (Rafe Spall, Hamish Linklater, Jeremy Strong). En otro lugar los
jovenes inversionistas Charlie
Geller (John Magaro) y Jamie Shipley (Finn Wittrock) a trvés de información referida a
Vennett deciden taqmbién intentar aprobecharse del colapso inmobiliario que
ellos creen llegará, pero debodo a su inexperiencia deciden contar con la ayuda
del banquero jubilado Ben Rickert (Brad Pitt).
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Michael Burry y Christian Bale (haciendo de Burry) |
El
director utiliza un modo trepidante y ágil para contar la historia, con trucos,
cruza la cuarta pared, una cámara febril, rebosante de humor corrosivo, con
diálogos punzantes, con un montaje frenético cercano al videolipero, nos
quieren hablar de la farragosa economia, pero van a intentar hacernosla muy
amena y harán lo posible la entendamos lo mejor posible con artificios
ingeniosos y didácticos. McKay nmos sumerge en un microcosmos en el que se
mueven las altas finanzas, un subm,undo poblado de trileros, truhanes, lobos
con piel de cordero, todos dispuestos a seguir mintiendo para seguir m,anteniendo
en pie lo que fue la Mayor Estafa Piramidal de la Historia, un microcosmos
deshumanizado, en el que unos pocos ven de lejos el desastre y deciden sacarle
probecho, y aquí derivan los componenetes morales, es ético aprobecharse del mal ajeno? Y lo que es más turbador, y si
este mal ajeno es de millones de personas? La cinta no se posiciona en este
sentido, deja que el espectador tome sus propias conclusiones.

Una
sátira, que con muchas dosis de cinismo nos muestran todas las grietas y
fragilidades que nos llevaron al colapso mundial, una especie versión
dramatizada con mucho humor del excelente documental de Charles ferguson “Insode
Job” (2010), no cuenta nada que no se dijera en este gran trabajo, lo que si
intenta es hacerlo más cercano al público, más digeribles su aluvión de datos,
cifras y gráficos, ello con el genial recurso de que de vez en cuando algún famoso en propia
persona nos cuenta algún elemento farragoso al profano en economía, esto
arranca con una voz en off diciendo <Ahora vamos con Margot Robbie para que
nos explique cómo funciona el mercado>, y vemos una glamurosa imagen de la
bella actriz en una bañera llena de espuma y bebiendo champagne y hablando a
cámara (en lo que pienso es un guiño a “El Lobo de Wall St.”, donde ella
aparece), esto repetirá vartias veces con Selena Gomez mientras juega en un
casino, el chef Anthony Bourdain mientras cocina o el experto económico Richard Thaler, nos
hablaran de modo llano y divertido sobre los complejo del sistema financiero como las CDO o las hipotecas
subprime. El
realizador en su empeño de que entendamos este nebuloso entramado financiero
utiliza esto y algunas notables metáforas visuales como cuando Vennett utiliza
el juego del Jangle para nos llegue como eran pies de barro de la economia
mundial, apoyados sus cimientos en una cienaga a la que la gran mayopría hemos
ido a parar, esto hace que quede al aire la hipocresía, codicia, mezquindad,
fulleros, y buitres sin sentimientos que se mueven alrededor de la economia
mundial, sustentados en unas corruptas agencias de calificación que “regalaban”
triples AAA a diestro y siniestro, apoyados todos en unos gobiernos que por
complicidad o dejadez permitieron este Tsunami. Es una narración que intenta
moverte a la reflexión moral de lo que hubieras hecho tú en su caso, y de este
modo nos hace sentir incómodos, pues segurqamente hariamos como ellos, sacar
tajada de la desdicha ajena.
Este
film se puede ver como especie de contraparte de “El lobo de Wall St.”, aquí no
hay glamur, ni dispenbdios, ni bacanales sexuales, ni drogas, ni fiestas
hedonistas, ni grandes supercoches, ni enormes yates, ni bellas top models, los
grandes ejecutivos son mostrados como casi anti-héroes, como cuasi-asociales,
esto me parece algo artificioso y forzado del director, muy empeñado en que
veamos a los protagonistas con simpatía, casi como a unos perdedores, quizás para nos sintamos incómodos cuando se
pueda desear que triunfen, pues su éxito fue nuestra desgracia, pero esto me es
dificil de creer, fueron gente mucho más inteligente que millones, y que se
aprobecharon de su vision del haciago futuro.
Pero
la cinta no resulta redonda, le falta hondura en los protagonistas, son un
esbozo de los que no sabemos algo de su pasado, su vida parece empezar con el
film, no sabemos sus motivaciones, sus sueños, sus anhelos, de sus familias, me
quedan personajes algo lineales, sin dimensión, son meras figuras cual si
estuvieran dramatizando el referido “Inside Job”, aunque con mucha calidad.
Tampoco MacKay sabe medir los tiempos, se le va la mano con la edición, hay que
saber que essto del montaje cuasi-epilético está bien para enganchar al
espectador, pero pasado un cuarto de hora puede llegar a saturar tanto nervio
en el cambio de plano constante. Asimismo a pesar de su agradecido formato de
intentar a toda costa hacernos una clase para neófitos en economía, su aluvión
de siglas, números, nombres, etc, terminan haciendose un mejunje en el que es
complicado no perderse (por lo menos Yo), a fe de que si ponen a la sexy Margot
Robbie desnuda en una bañero me es dificil atender a su clase de finanzas. Se
le puede achacar que hay cierrtosd tramos que se sienten reiterativos,
redundantes, queriendo regusrgitarnos algo que ya nos han contado antes. El
formato coral puede que para esta historia sea una tara, al dispersar lo que se
cuenta entre varias personas en diferentes lugares se pierde cohesión, y se
gana en dispersión, perdiendo la solidez narrativa, quizás si se hubieran
centrado unicamente en por ejemplo Michael Burry
Le
achaco falta de valentía, en su desarrollo está exenta de mensajes moralistas,
de maniqueismos politicamente correctos, como era la extraordinaria “El Lobo de
Wall St.”, creyendo el espectador es inteligente para sacar sus propias
conclusiones, sin que haya que guiarlo hacia la luz, pero este film parece que
en su tramo final tenga cargo de conciencia, los personajes mutan a atormentados
de modo algo chirriante conel tono que llevaba el film, se ven en una necesidad chirriante de decirnos
lo que supone la Crisis, no nos tienen que dar masticado lo que padecemos.
La puesta en escena resulta
vigorizante, con un buen diseño de producción de Clayton Hartley (“Somos los Miller”),
rodándose en Nueva Orleans (Louisiana), en las Vegas (Nevada), en malibú (Califronia), en
Reino Unido, para el exterior de un pub, “The Black Horse”, en Buckinghamshire
y en Manhattan (Nueva York), con una muy luminosa fotografía de Barry Ackroyd (“En
tierra hostil” o “Capitán Phillips”), sobresaliendo el adrenalítico y enardecido
montaje a cargo de Hank Corwin (“Asesinos natos” o “El árbol de la Vida”), un
protagonista más que deja marca por su furibunda alternancia de planos, que no
da descanso (para mi gusto pasándose en muchos tramos), destacando también la
iconoclasta galería de temas que suenan, como “Money maker”, “Milkshake” y “You
Know What” de Pharell Williams, “Lithium” de Kurt Cobain, “Masters of Puppets” y
“Eye of the beholder” de Metallica, “The Phantom of the Opera” de Andrew Lloyd
Webber, “Sweet child O’Mine” de los Guns N’Roses, “Rockin’in the free world” de
Neil Young o “When the levee breaks” de Led Zeppelin.
Christian Bale (único protagonista cuyo verdadero nombre se utiliza, Michael Burry) realiza una enorme actuación en un rol caramelo para un buen actor, un
personaje lleno de manía tics, excentricidades, con un ojo de cristal, de mirada
estrábica, tipo asocial, de vestimenta sport ajada (el verdadero Michael Burry le envió su propia ropa para el film), aficionado a
escuchar música heavy y a tocar la batería para desconectar, a pesar del poco
fondo que se le da sabe emitir hondura dramática y mundo interior. Steve Carell
(con pelucón, como en la anterior llevaba un narizón, “Foxcatcher”) vuelve a
dar muestras del gran actor que había tras su encasillamiento de cómico, deja
sello de intérprete de raza, de carácter, es la creíble brújula moral del
relato, el tipo iracundo que se mueve en esta piscina de tiburones con cierta
ética y dolor ante lo que ve, expone viscerabilidad y tormento de modo veraz. Ryan
Gosling muy enérgico y divertido en su rol de pragmático que ha visto la herida
de la economía y el piensa recoger la sangre, un artero encantador, rompe la
cuarta pared en ocasiones para remarcar de forma humorística una idea. Brad Pitt
(productor del film) realiza un papel ambiguo, pretende ser políticamente
correcto cuando está aprovechándose de la crisis, lo encarna con el piloto automático
puesto.
Spoiler:
Momentos recordables: Cuando
Michael Burry comienza a hacer reuniones con directivos de bancos para apostar
en contra de su solvencia, como estos se ríen de él, <el que ríe el
último...>, y es que al final vemos como Michael escribe en una pizarra el
beneficio sobre los arriesgado, un 489%; La demostración que Vennett hace a su
gente sobre como es de frágil el mercado crediticio inmobiliario mediante el
juego del Jenga; La divertida reunión de Charlie Geller y Jamie
Shipley con un subalterno de un banco, donde sus ideas son
despreciadas con displicencia; El delirante flash-back en que vemos a Mark Baum
de niño, su madre y el rabino charlan sobre él, y es que el rabino cree que el
pequeño estudia la Torá, no por fe, si no para encontrar fallas en la palabra de
Dios; La reunión de Mark con una gerente de una agencia de calificación en la
que esta extroficalmente le dice los tejemanejes que estas traman para seguir
en “el juego”; Cuando Charlie Geller y Jamie
Shipley con su mentor Ben, están exultantes pues sus vaticinios
de apostar contra la banca les va a ser exitosa, Ben les pone los pies en el
suelo recordándoles lo que esto significa, una Hecatombe social de proporciones
inabarcables; La reunión de estos, Charlie y Jamie con un periodista para de la
noticia de la crisis que se avecina y a ver si aún se puede salvar algo al
alertar a la gente, y como el periodista se niega a escuchar por miedo a
molestar a la gente que le ha dado el trabajo; Hay más.

La Crisis Mundial que todavía
padecemos ha tenido gran presencia en el cine como medio de denuncia de lo
sucedido, ejemplos: “Collapse” (2.009) de Chris Smith, documental que atrvés de
una entrevista a un ex agente de policía de Los Ángeles convertido en periodista
de investigación, que predijo la Crisis financiera cuando la mayoría de
analistas de Wall Street y Washington la negaban; “Company men” (2010) de John Wells,
que hacia un análisis humano a los hechos, un retrato de cómo familias que vivían
cómodamente instaladas en la clase alta colapsaran de golpe y porrazo con la
crisis, bajando muchos peldaños en la escala social; “Los últimos días de
Lehman Brothers” (2.010) de Michael Samuels, relataba con humor sardónico la
caída de la gran compañía de inversión que se considera el inicio de la Crisis;
“Margin call” (2.011) de J.C. Chandor, una crónica coral de 24 previas al
hundimiento de un gran banco de inversión de Wall St., con el que se despedazaba
la ética moral de estos carroñeros de las finanzas; “Marx reloaded” de Jason Barker
y Alexandra
Weltz, un documental germano que radiografía la Crisis desde una
perspectiva marxista, atacando al libre mercado y esbozando soluciones en el
comunismo; “To big to fail” (2.011) de Curtis Hanson, film para la HBO, adaptación
del best-seller de Andrew Ross Sorkin, cuenta cómo estalló la crisis económica
del 2008 y cómo actuaron los poderosos ante la situación, centrándose en Henry
Paulson, presidente de Goldman Sachs y posterior Secretario del Tesoro USA, y
en los conflictos entre Wall Street y el gobierno de Washington; “El Capital”
(2.012), film galo del griego Constantin
Costa-Gavras, retrato de los desalmados banqueros que en su avaricia no hacen
prisioneros; Hay bastantes más films y documentales que tocan el tema, pero la
mejor obra hecha sobre los trágicos hechos es el oscarizado y formidable
documental “Inside Job” (2010) de
Charles Ferguson, que a través de entrevistas, imágenes de archivo, y
explicaciones muy didácticas y pedagógicas nos mostraban las causas de cómo se
ha llegado a este drama, pues bien este film “The Big Short” toma como hilo argumental este documental.
Recomendable film, a pesar de
algunas de sus deficiencias, se agradece su valiente propuesta de aleccionar
sobre lo sucedido, a ver si no se vuelve a repetir (que iluso soy), haciendo
del film además una cinta amena, divertida y muy fluida. Fuerza y honor!!!
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