HIJOS DE LA ANARQUÍA [SERIE TV 7TC] (SONS OF ANARCHY 2008-2014)
Acabo
de terminar de ver el último capítulo de la séptima y última temporada de esta
violenta serie, 95 capítulos, producto que combina la acción de tiroteos,
peleas, sangre, persecuciones, muertes con una historia que pretende dar fondo
y motivaciones complejas a los personajes, esto queda algo desequilibrado. Es
una entretenida serie de acción creada por Kurt Sutter (“The Shield”), ha
escrito 62 de los capítulos de esta especie actualización del ‘Hamlet’ de
Shakespeare, ambientada en el mundo de los moteros, el club ‘Sons of Anarchy’.
También se puede ver como una especie de western en el que una banda de
forajidos compuesta por tipos duros con principios éticos dominan un pueblo del
oeste, su tapadera -cuartel general es un taller, al sheriff lo tienen comprado
y su verdadero modus vivendi es el tráfico de armas, sus caballos han sido
cambiados por Harley Davidson y sus trajes del género, es decir chalecos,
sombreros o pañuelos pasan a ser cascos, chupas de cuero y tatuajes, la música
clásica del western es reemplazada por un vibrante elenco de temas pop. A los
que les guste el género de acción, con sus tiroteos, peleas, persecuciones y
explosiones disfrutaran, incluso de vez en cuando se ven escenas de sexo
subidas de tono. Su desarrollo argumental esconde por debajo de su aparente
frivolidad una reflexión sobre las consecuencias de la violencia, de cómo esta
te puede destruir y que nada bueno puede salir de ella.
El relato va sobre este club
que vive en Charming, villa pequeña californiana, tienen un pacto con el
sheriff, Wayne Unser (Dayton Callie), ellos pueden realizar sus trapicheos
delictivos mientras no haya en la urbe más delincuencia, mientras todo esté
tranquilo, no haya drogas, tiroteos o asesinatos, hará esto peligre multitud de
problemas con otras bandas, los Bastards, los Niners, los Mayas, chinos, arios
y hasta con el grupo terrorista irlandés Ira. Este producto discurre con
personajes complejos, su ambigüedad moral se une a sus principios morales, el
príncipe-vicepresidente del club, Jax Teller (Charlie Hunnam) se encuentra
atormentado por el legado de su padre muerto, un manuscrito que encontró pone
en entredicho todo lo que suponía, este pretendía alejarlo de este salvaje
entorno, y ahora él se encuentra con que su carismática madre Gemma (Gran Katey
Sagal) es la mujer del presidente del club, Clay Morrow (excelente Ron
Perlman), y se ve abocado a continuar en este sucio negocio. Se producirán
choques entre el padrastro y el hijastro sobre cómo desarrollar las
actividades, esto es el verdadero motor de la serie, los conflictos de Jax con
su pareja, un nuevo hijo que le hace evolucionar, le hace atormentarse sobre el
futuro, y en el otro lado Clay y Gemma, dos personajes de fuerte carácter,
cuasi shakesperianos, ella es una especie lady MacBeth que sopla a su marido lo
que hacer, ella pretende controlarlo todo, quiere manejar a su hijo.
Una serie que en su devenir nos habla del poder, sacrificio,
de la amistad, de la lealtad, de la traición, de las relaciones familiares, del
amor en todas sus vertientes, de los lazos invisibles que nos unen, de la
manipulación, de la mentira, del destino, del odio, de la máxima maquiavélica
de lo importante es el fin, sin importar los caminos, todo esto insuflado de un
sentido trágico, de dilemas morales, y regado de algunas dosis de humor
desengrasante, esto se pierde con el paso de los episodios. Intenta ser una
odisea Un producto regado de un nada políticamente correcto tono misógino, casi
todas las mujeres que aparecen son floreros usados a antojo de los hombres,
estos poseen un alto grado de machismo arrogante y bravucones. Una serie
surtida de una tremebunda violencia, con torturas, acuchillamientos,
atropellos, degollamientos, humillaciones, descuartizamientos, violaciones de
féminas y masculinas, con notas de escabrosas como una embarazada drogándose,
un tipo con DMC (Desorden de Masturbación Compulsiva), incestos, abortos,
orgías con un cura o sexo de un hombre con un transexual. Toda esta línea de
incorrección la hacen sugerente, sumado a personajes que con el tiempo les coges
empatía, personas que deberán afrontar las consecuencias de sus decisiones, de
sus errores, del peso de lo que eres.
Peca de falta de realismo, hay
que darle esta licencia para entrar en ella, en muchas ocasiones se pasa de
vueltas. La serie, como la mayoría de las que se alargan, se va deteriorando
con el paso de las temporadas, convirtiéndose en situaciones que se alargan sin
más sentido que rellenar tiempo. Esto provoca en el espectador cierto hartazgo,
le hace seguirla por el gusanillo de saber cómo acabará, pero sus guiones se
van retorciendo demasiado, con giros incoherentes con la personalidad de los
protagonistas, haciendo que la serie se sienta reiterativa, sin rumbo fijo, con carencias de ideas alarmantes, que
intentan ocultar tras artíficos de aparatosidad, con tsunami de asesinatos que
de tanto excederse provocan indiferencia en el espectador, se banalizan de tal
modo los homicidios que no sientes emoción alguna, la amoralidad se propaga de
un modo pueril, sintiéndose en muchos tramos excesivamente tramposa. También
resulta bastante pobre en exteriores y en escenas de acción al aire libre, con
persecuciones por calles vacías, con tiroteos mal recreados, siendo una de las
cumbres de estas carencias cuando en la tercera temporada se trasladan a
Irlanda, y canta que no se han movido de California.


Por la serie han pasado multitud de actores en sus
siete temporadas, glosarlos sería interminable. Charlie Hunnam es el
protagonista, actor que empezó algo blandito, pero con el paso de los episodios
fue cogiendo carácter y peso dramático, siendo el que demuestra un mayor arco
de evolución, de cómo al inicio desea cambiar las cosas en el club y en su
vida, alejarse de la violencia que respira, pero cuanto más lo intenta más
emponzoñado está, los golpes que sufre le van hundiendo más y más en aquello de
lo que pretende rehuir, siendo cada vez más absorbido por el lado oscuro del
mal, llegando al final a coger un poso su Jax de rol de tragedia griega. Katey
Sagal como una especie de Lady Macbeth lo borda, es el papel por el que pasará
a la posterioridad, su poderosa personalidad traspasa la pantalla, su rabia y
energía son palpables, mujer de raza, visceral, posesiva, manipuladora, dejando
traslucir las grietas de su personalidad, manejando un lenguaje gestual y de mirada
impresionante. Ron Perlman está extraordinario como el complejo Clay Morrow,
desplegando un poderío interpretativo tremendo, es una fuerza de la naturaleza,
carismático, sibilino, egoísta, arrogante, tan grande es su actuación que
cuando él desaparece de la serie deja un hueco imposible de recuperar, es de
los que hace buenos a los que le rodean, maravilloso. Maggie Siff está notable
en su rol de complicado de amor de Jax, el contrapunto a su madre Gemma, la que
le hace reflexionar sobre el rumbo de su vida, destila vigor y emociones, con
grandes ententes con Katey Sagal, de los que brotan chispas. Dayton Callie como
el sheriff Unser deja estela de mesura,
de mundo interior, de perdedor que intenta convivir con sus sino con dignidad.
Jimmy smits entra en la serie en las 3 últimas temporadas, lo hace aportando
raciocinio, contención, siendo en muchos casos la voz de la conciencia de Jax,
discutiendo sus métodos, y manteniendo un atormentado romance con Gemma, muy
bueno. Mark Boone Junior es “Bobby”, personaje que empieza con fortaleza,
avanza siendo el único que discute las formas de un Jax desatado, pero en las
últimas temporadas su comportamiento se traduce en errático, desdibujándose en
la última a favor del rol de Nero Padilla. Ryan Hurst está poderoso en papel de
Harry 'Opie'
Winston, el fiel amigo de Jax, deja
poso de buen actor. Tommy Flanagan como “Chibs” demuestra que sabe emitir
sensaciones, consejero leal de Jax. Kim Coates como “Tig”, tipo duro que es en
muchos casos un recurso de humor, con su mezcla de lujurioso, violento y
temperamental “son”, en las últimas temporadas entabla una turbadora relación
con una transexual. Theo Rossi imprime en su “son” “Juice” un gran componente
de sufrimiento, de angustia, de auto-tortura, padeciendo dilemas morales que a
medida que discurre la serie se agudizan y asfixian. Drea de Matteo aporta una actuación sentida,
un carácter voluble sabedora de su fatalismo, buena. Hay muchos más. Destacar
una galería de personas populares que aparecen en la serie con papeles de
alguna importancia, como Peter Weller (también director de algunos episodios),
los cantantes Courtney Love, Lea Michele, Ashley Tisdale y Marilyn Manson, el escritor Stephen King, CCH Pounder, Tom Arnold, Joel
McHale, Malcolm Jamal Warner, Michael Paré (productor de la serie), y más,
además el creador de la serie, Kurt Sutter se reserva un personaje recurrente
como atormentado preso, uno de los pioneros de los “sons”. Mención especial
para Michael Chiklis que aparece en el penúltimo y último episodio.
De lo reseñable de la serie
es su elenco de temas pop-rock&roll, muchos de los 70 y 80, algunos temas
cantado por actores de la función, como Katey Sagal,
Mark Boone jr o Maggie Siff, asimismo suenan grupos conocidos como Pearl Jam, y
Soundgarden o Black Keys, u otros menso conocidos pero que dejan huella como
Jason Isbell, Battleme, Jesse Dayton o el White Buffalo. Son una antología de
565 temas que suena en la serie, siendo clave algunos de estos temas en el
final de cada capítulo que suenan a modo de hacer reflexionar al espectador con
lo que ha pasado con cada personaje y lo que puede pasar.
Kurt Sutter arrastró su
homenaje solapado al Hamlet de Shakespeare hasta los créditos finales del
último capítulo, en el que vemos sobreimpresionados unos versos del dramaturgo
británico: “Doubt thou the stars are fire, doubt that the
sun doth move, doubt truth to be a liar, but never doubt i love” (en castellano: “Duda que las estrellas son fuego, duda de que el sol se
mueve; duda que la verdad es mentira, pero no dudes que te amo”), precisamente
con los que el Bardo de Avon acaba “Hamlet”.
El club comenzó cuando John
Thomas Teller y Piermont “Piney” Winston fundaron SAMCRO (acrónimo de Sons of
Anarchy Motorcycle Club, Redwood Original) en 1967 a su vuelta de Vietnam,
entre primeros miembros Clay Morrow (Ron Perlman), el más joven del grupo
original, el club se fue haciendo más grande y se fueron creando más sedes por
todo Norte América. Aunque su negocio era el tráfico de armas, John Teller
quiso sacar al grupo de los negocios sucios y volver a su idea del principio, solo
ser un club de moteros y vivir con sus propias reglas. Su trágica muerte en
1993 llevó a Clay Morrow a convertirse en el líder del club y también se casó
con su viuda Gemma. Cuando comienza la primera temporada vemos a Clay Morrow
presidir la mesa de los “Hijos de la Anarquía” y el vicepresidente es Jackson
Teller (Jax), hijo de Gemma y John Teller. Cuando encuentra unos manuscritos de
su padre comienza a replantarse su vida, la violencia salpica al club, hay una
guerra abierta contra otras bandas rivales.


Al final de 7 temporadas y 95
episodios, lo que más queda en la memoria es su temporada final, y por ende su
capítulo conclusivo, en el que se debían cerrar las diferentes tramas, puesto
esto se hace de modo irregular, partiendo de una buena idea, como una mentira
arrastra a los “Sons” a una vorágine de violencia, una vendetta personal empuja
al Club de moteros a un akelarre salvaje, esto es desarrollado de forma
desequilibrada, alternando buenos momentos con otros torpones y confusos,
algunos tramos caen en lo superficial y cándido, resulta que los “Sons” inician
su espiral de venganza con un alambicado plan y las bandas rivales se muestran
bastante inocentonas, con tiroteos y matanzas sin ton ni son, que en un mundo
real hubieran provocado el estado de sitio y la llamada a la Guardia Nacional,
pero aquí se muestra como algo normal, cuando solo sería normal esto en un
escenario de Guerra, esta huida hacia delante de los “Sons” queda muy
descuidada orgánicamente, la muerte de la Tara da patente de corso a jax para
involucrar a todos en una carnicería tras carnicería, nadie le discute, cuando
en un caso similar el gran amigo de Jax, “Opie” quiso vengarse del asesino y
Jax le convenció de hacer lo mejor para el Club, de hecho el asesino sigue
vivo, Tig, pero Jax no se aplica esto mismo. Aparece en escena una sheriff,
Jarry (Anabeth Gish), auténtico despropósito de personaje, que de buenas a
primeras se lía con un “son”, con el que mantiene una relación cuasi-sado, un
pegote. Esto coronado por un episodio final aturullado, mezclando buenos
momentos con otros chuscos, recursos muy simplones, con trampas hacia el
público chirriantes, está muy bien la visita al cementerio de Jax para visitar
a Tara (le deja su alianza) y a su mejor amigo Oppie (le deja el anillo del
Club, señal de un destino trágico, la charla con Nero sobre sus hijos, Jax a
Nero <Cuando llegue el momento
tienes que contarle a mis hijos quien soy en realidad. No soy un buen hombre.
Soy un delincuente y un asesino. Necesito que mis hijos crezcan odiándome>, esto entronca con la imagen de Abel (que actor tan horrible)
acariciando el anillo (pone SON) de su padre, señal de ambigüedad, el encuentro
con la vagabunda (aparece en todas las temporadas), cuasi-místico, la charla
con el espíritu de su padre en donde murió, rebelando su aflicción <Creo que la lucha que mejor entiendo incluso más que las cosas que
querías para SAMCRO y en lo que al final nos convertimos… la que más entiendo
es la lucha en tu cabeza. Ocurre cuando intentas compaginar la familia y el
cargo. Ese miedo y esa culpa me han atenazado. Me he dado
cuenta como creo que tú también, de que un buen padre y un buen delincuente no
pueden convivir dentro del mismo hombre. Lo siento J.T. Era demasiado tarde
para mí. Ya lo tenía dentro y Gemma… tenía planes no es demasiado tarde para
mis hijos. Te prometo que ellos nunca conocerán esta vida de caos. Ahora sé
quién eres y lo que hiciste. Te quiero, papá>, pero esto está salpicado de recursos, toscos, muertes mal expuestas
(ejemplo el poli corrupto que debe saber van tras él y está en la pastelería
tranquilamente, o la de Markus), forzadas y sin sentido alguno, ejemplo la de
Unser, o la absurda confesión que hace Jax a la fiscal, le confiesa varias
muertes en la comisaria, y ella lo deja irse tan ricamente, surrealista, o el
recurso de mal trilero de hacernos creer que Tig va a ejecutar a Jax, cuando lo
que sucede es que le pegan un tiro en el brazo a un “son”, para fingir una
huida (un sin dios). Y todo coronado por el clímax final, muy lírico visualmente,
pero metido con calzador, no puede ser que tantos coches de poli le persigan a
velocidad del pavo, queda muy poético como Jax se lanza en la moto de su padre
con los brazos abiertos diciendo “I got this”, lo mismo que Oppie, contra un
tráiler (conducido por Milo, tipo que recogió a la madre en el capítulo
anterior, en realidad Michael Chiklis), qué culpa tiene el camionero? Pero
queda alegórico como vemos el choque fuera de campo, vemos la sangre deslizarse
por la carretera, y un cuervo (quizás el alma de Jax) posado en el piso, la
misma carretera, la interestatal 580 en la que murió su padre, ello con un tema
de fondo escrito para este tramo por Kurt Sutter.
Algunos momentos para el
recuerdo, se me quedaran muchísimos otros en el tintero: En el primer episodio
Wendy embarazada y pinchándose en el brazo, estremecedor; El devastador
asesinato de Donna(la mujer de Oppie); El intento de violación a Tara por parte
de un demente en su casa con turbador tema de fondo; El funeral de Donna (la
mujer de Oppie); El final de la temporada sonando de fondo ''John the
Revelator'' de Curtis Stigers & The Forest Rangers; Oppie con su venganza
matando al federal que provocó el asesinato de su esposa y sonando de fondo ''
Hey, Hey, Hey,'' de Battleme; La brutal violación de Gemma; La ejecución
consentida de Oppie ante la impotente visión de su amigo Jax, muy bien
escenificada, y rompedora por lo que influye en Jax; La memorable recreación de
cómo toma el poder del Club Jax, él en su trono, con Tara tras él abrazándolo
sonando un tema de fondo que eleva las emociones; La muerte de Clay; Al final
de la sexta temporada, la pelea entre Tara y Gemma, con la desgarradora muerte
de la primera; Y ya en la última temporada, el asalto a la casa del reverendo
pillado en medio de una orgía; el modo brutal que Bobby es mutilado por
Marshall; La trémula relación de amor fatal entre Venus (Walton Goggins),
teniendo su zenit en una emocional conversación entre los dos en el 7x10; La
conversación-confesión en la cárcel entre Juice y Jax en el 7x11; La ejecución
de Gemma por parte de su hijo Jax en el jardín de la casa familiar, entre las
flores ella acepta su aciago destino, y da las claves de la serie, le dice a
Jax <Es lo que somos>.
En 2008, tras siete temporadas
(2002-2008) finalizó la magnífica serie policiaca creada por Shawn Ryan “The shield”, protagonizada por el
carismático Michael Chiklis, Kurt Sutter había sido gran pilar en los guiones,
este creó para el canal FX “Sons of anarchy”, serie con muchos puntos en común
con la anterior, como es la odisea por el lado oscuro de la ley de un líder de
un grupo de hombres leales, deberá lidiar su vida personal con la profesional
en un complicado equilibrio, donde no podrá escapar a su pasado, además de
aparecer múltiples actores de “The shield” en roles secundarios: Jay
Karnes, Kenny Johnson, David Marciano, Benito Martínez, David Rees Snell,
Walton Goggins, CCH Pounder y Michael Chiklis. Goggins sorprendentemente de
transexual y Chiklis se da a dos episodios de cerrar la serie. Cuatro de los “Sons of anarchy” son en realidad miembros de la icónica
banda motera “Hell’s Angels” creada en 1948, David Labrava (asesor de la serie
y guionista de algún episodio) es Happy Lowman, Rusty Coones es Rane Quinn , Chuck Zito
(boxeador, guardaespaldas, doble de acción) es Frankie Diamonds, Sonny Barger
(veterano del Club) es Lenny Janowitz.
Katey Sagal y Kurt Sutter están
casados en la vida real, este último ha tenido un papel en la serie como miembro fundador del club encarcelado,
llamado Otto, Sagal contribuyó con varias canciones en la banda sonora.
En conjunto una irregular
serie, que sumado lo bueno y malo nos da un apreciable producto que te hace
pasar un rato ameno, eso sí con ínfulas pretenciosas más allá de lo que da.
Fuerza y honor!!!
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