domingo, 23 de noviembre de 2014



LA LEY DEL SILENCIO.

Clásico imperecedero del Séptimo Arte, magistral dirección de Elia Kazan basándose en hechos reales, a lo que se suma una interpretación cuasi-sobrenatural de un Marlon Brando en la cresta de la ola, un Titán sobre Titanes. Obra tan famosa como polémica por su intrahistoria, el director acababa de delatar a gente de su gremio ante el Comité de Actividades antiamericanas del nefasto Sewnador Mccarthy y los críticos interpretaron este film como un modo de justificar la delación, yo en mi crítica voy a intentar separar los enormes valores de esta épica cinta de su back-stage de ideología. Cinta que fue premiada con 123 nominaciones a los Óscar,. Ganando 8,  incluyendo película , actor, actriz de reparto, y director,  además ganó el León de Plata en el Festival de Venecia, en 1997 el AFI (American Film Institute) la clasificó como el mejor film de todos los tiempos.

El escenario principal es el puerto de Nueva York, el protagonista es Terry Malloy (magno Marlon Brando), un ex-boxeador que trabaja de estibador en el puerto, el poderoso sindicato de los estibadores es llevado por Johnny Friendly ( Lee J. Cobb ), un despiadado mafioso que tiene como lugarteniente al hermano de Terry, Charley (Rod Steiger). Terry es manipulado por Friendly para que lleve a Joey Doyle, a la azotea de su edificio donde le esperan unos sicarios que lo tiraran al vacío letalmente, Joey estaba dispuesto a testificar en contra de Johnny en la Comisión del Crimen del Puerto. Terry tras esto entabla relación con la hermana de Joey, Edie (buena Eva Marie Saint), esto, conocer la volcánica personalidad del padre Barry (gran Karl Malden) y posteriores acontecimientos, le hacen a Terry tomar conciencia de lo que está bien y mal, teniendo que enfrentarse al código del puerto, SM (Sordo y Mudo), o sea, la Omertá.

Este film es Marlon Brando, una fuerza desatada de la naturaleza, buque insignia del Actor´s Studio, Colosal actuación rebosante de sentimiento, energía, vigor, rabia, sensibilidad, es la viva imagen de un perdedor, un títere mangoneado por todos, encuentra un sentido a su patética existencia en su toma de conciencia sacudida por amor, haciéndole ver el mundo de otra forma, encontrándose con la dignidad, la nobleza y la redención, esto el mítico actor lo transmite con magnetismo, con empatía, con matices, con aristas, con plena fisicidad, con vulnerabilidad, con carisma, con un modo de hablar frágil, con un lenguaje gestual fascinante, improvisando sobre la marcha y con esto emitiendo frescura, como el momento en que juega con el guante de Edie, o cuando en la charla en el taxi con su hermano, Charley le apunta con una pistola y Brando lo aparta como si nada, Sublime, o en el tramo final su Vía Crucis hacia el trabajo, Grandioso. El productor Spiegel quería a Frank Sinatra para Terry Malloy, Kazan aceptó, pero Spiegel ante la eclosión al estrellato de Brando con “Un tranvía llamado Deseo”, “Viva Zapata!” y “Julio Cesar” cambió de idea, este actor hizo duplicar el presupuesto, esto cuando Kazan ya había comenzado a trabajar con Sinatra, haciendo pruebas de trajes. El guionista dijo haber escrito el libreto con John Garfield como Terry, pero este murió.

Eva Marie Saint compone en su debut en cine a una chica de enorme fuerza, de poderío vital, de personalidad, enternecedora,  con un gran química con Brando, se compenetran fenomenalmente, entre los dos saltan chispas de cariño y pasión, ejemplo máximo la escena en que Terry rompe la puerta del apartamento de ella para fundirse los dos en un ardiente beso contra la pared, trémulo. Karl Malden encarna con fuego al sacerdote del puerto, derrocha brío, adrenalina, ira, furia, teniendo su zenit en el sermón de la bodega del barco con un cadáver presente, de una fuerza arrolladora, transmitiendo nobleza. Rod Steiger en su debut en cine exhibe ambigüedad, complejidad, se encuentra en medio, entre su despiadado jefe y su voluble hermano, estupendo, su zenit en la pletórica escena del taxi con su hermano Terry. Lee J. Cobb magnífico como el villano, con un gesto torcido apabullante, con pose de malo malísimo, con voz ronca que acojona, con mirada que te atraviesa, con arrogancia, sibilino, y con arranques de rabia contenida enérgico, muy bueno.

El mordaz guión de Budd Schulberg desarrolla un relato opresivo, angustioso, y por momentos asfixiante, nos habla, de la lealtad, de la fraternidad, de corrupción, chantajes, lealtad, fraternidad, marginación, justicia social, traición, delación, dignidad, del sentido del deber, del individualismo, y sobre todo de la capacidad de redención del ser humano, con una denuncia social contra los corruptos y sus sicarios, lo hace con un ritmo fluido, acentuando gran intensidad dramática, con puesta en escena espléndida, con música prodigiosa, transmitiendo en fases un lirismo visual de profundidad, recreando con naturalismo este microcosmos humilde que se mueve alrededor del puerto,  construyendo personajes de fuerte personalidad, tallados a fuerza de ser más y más perdedores, con diálogos de tremendo vigor emocional, ingeniando escenas de inmenso poderío sugestivo, a lo que ayudan unas actuaciones superlativas, salidos todos los protagonistas del Actor´s Studio neoyorkino, co-creado por Elia Kazan, donde la expresión corporal y la improvisación eran primordiales. Es una obra de carga reflexiva, con una evolución de gran crudeza, emitiendo autenticidad,

El argumento se basa en una serie de 24 artículos publicados en el New York Sun, “Crime on the Waterfront” de Malcolm Johnson, por los que ganó en 1949 el Premio Pulitzer, describen el mundo del hampa que se movía alrededor de los muelles de Manhattan y Brooklyn, chantajes, sobornos, robos, extorsiones y asesinatos. El personaje de Terry Malloy está inspirado en Anthony DiVincenzo, que testificó en contra del poder corrupto del puerto de Hoboken (New Jersey) ante la Comisión Waterfront, y tras esto sufrió la marginación de sus compañeros de gremio, DiVincenzo demandó a la Columbia Pictures por apropiación de su historia, dijo haber estado un mes relatando a Budd Schulberg su vida. Johnny friendly está inspirado en el mafioso Albert Anastasia. El padre Barry se basa en el padre John M. Corridan, un jesuita, que trabajaba en la escuela laboral Católica Romana en el oeste de Manhattan, fue entrevistado por Schulberg, además escribió el guionista el prólogo de su biografía, “Frente al sacerdote”, de Allen Raymond. Kazan contrató en 1950 al dramaturgo Arthur Miller para escribir un guión  sobre los estibadores en la zona de Red Hook de Brooklyn tomando ideas de los artículos de Malcolm, se llamaba “The hook”, teniendo trama parecida al film final, el jefe de la Columbia, Harry Cohn presionó a Miller para convertir a los villanos de mafiosos a comunistas, para ser propaganda pro-americana en plena Guerra Fría, Miller se negó y fue reemplazado por Budd Schulberg, que al igual que Kazan había testificado ante la Comisión McCarthy, con lo que sus “sensibilidades” eran similares. Budd Schulberg tras el film publicó una novela titulada “Waterfront” que estaba mucho más cerca de su guión original de la versión publicada en la pantalla (spoiler). El film contó con un exiguo presupuesto de menos de un millón de dólares, hizo más de 10 en taquilla, rodado en solo 36 días, actuando de extras matones reales de la mafia portuaria.


ELIA KAZAN
Elia Kazan en su juventud se adhirió al partido comunista estadounidense, como muchos otros artistas, pero al poco tiempo renegó de su ideario político, en 1952 fue llamado a declarar (eufemismo de delatar a compañeros) ante el  Comité de la Cámara de Actividades Antiamericanas (HUAC)  y su Caza de Brujas, primero se negó, pero al final dio los nombres de 8 colegas de la compañía de teatro, nombres que ya tenía con anterioridad el Comité, a los que además Elia dijo haber avisado, lo hizo para no entrar la Lista Negra que le hubiera impedido trabajar en el cine, esta delación le hizo poder rodar cintas como esta, pero se ganó el repudio de muchos miembros del mundo del cine. Esta “La ley del silencio” se vio como una respuesta fílmica a los que le atacaban, en lo que puede parecer una alegato favorable a su soplo, aunque Kazan decía que el proyecto era muy anterior a su testimonio, esto no apaciguo a los que le atacaban, y entendían que convertía a la mafia en émulos de los comunistas, a la sociedad en obreros miedosos de estos mafioso/comunistas, y a él mismo en el rol de Terry Malloy, especie de mártir incomprendido en medio de todos, sufriendo un calvario, pero que siente hace lo correcto al delatar a los villanos, esto irritó más todavía a sus ofensores. Kazan escribió en su autobiografía que cuando rodaba este film se decía mentalmente a críticos y al mundo entero <To go and fuck themselves (Ir y joderos)>" . Kazan en la noche de los Óscars con 8 y el suyo propio dijo disfrutarlo como una venganza. En 1999 le fue concedido el Óscar Honorífico a su carrera, tras 47 años de su declaración culpadora la polémica seguía, muchos presentes en la sala se negaron a aplaudir como Nick Nolte , Ed Harris , Ian McKellen o Amy Madigan, otros se levantaron y lo hicieron  como Kathy Bates , Meryl Streep o Warren Beatty. Me surge la eterna pregunta si el arte es indivisible de su creador, si se puede juzgar una obra sin saber de su autor, pues pienso que el arte tiene vida propia una vez que su hacedor la ha terminado, ya nos pertenece a todos, se ha separado de su  artista, yo no puedo menospreciar la grandeza de las pirámides por que las hicieron esclavos, muriendo muchos en su edificación, son apoteósicas, no puedo entrar a juzgar la locura de Van Goch cuando veo una de sus pinturas, este es un film vivo, donde su intrahistoria puede hacer enfocarla de modo diferente, pero no por ello merma su brillante calidad.


La puesta en escena resulta sobresaliente remarcando el drama con una formidable dirección artística de Richard Day (“Las uvas de la ira”, “Un tranvía llamado Deseo” o “Tora, tora, tora”), rodada en lugares reales de Hoboken (Nueva jersey), en el puerto, en bodegas de carga de navíos, en entornos feistas como bares, calles mugrientas, edificios superpoblados, azoteas que son una ventana de esperanza, con sus palomares, aves, el símbolo de búsqueda de libertad, y esto fotografiado en glorioso b/n por Boris Kaufman (“12 hombres sin piedad”, “Esplendor en la hierba” o “El prestamista”), jugando con los contrastes de luz, con los grises, con las sombras, los contraluces, con sugerentes primeros planos, con angulaciones primorosas, con contrapicados llamativos, recordando al estilo neorrealista italiano, y todo elevado por la magistral música de Leonard Bernstein (“West Side Styory”) en su debut en cine, que acentúa la tensión, fundiéndose con la intensidad de las imágenes, mezclándose con los sonidos de los muelles o con los trenes, convirtiéndose en catalizadora de sensaciones, provocándonos tensión y zozobra, hermosa. 


Escenas para el recuerdo, algunas ya comentadas, otras: El inicio toda una declaración de intenciones dramáticas, con un plano expresionista soberbio cuando Terry en la noche llama Joey desde la calle, este se asoma, Terry le reclama suba a la azotea, se abre el plano y dos siniestras sombras se alzan en el tejado; Cuando el capataz tira un puñado de fichas a la calle y los estibadores luchan por ellas como animales, emitiendo desesperación a la vez que desprecio por los obreros los jefes; La emocionante charla que tienen Edie y Terry en un bar, donde con sus miradas se nos muestra su amor naciente; La prodigiosa de la confesión de Terry a Edie, rodada con originalidad, vemos todo desde el punto de vista del sacerdote Barry que observa a la pareja a lo lejos, los observamos sin oírlos, sus expresiones corporales son un poema de expresividad, lo único que escuchamos es el ruido de un tren que pasa junto a ellos, sublime; La extraordinaria del último encuentro entre Terry y Charley, este último intentará convencer en asiento trasero de un taxi a su hermano de que no testifique, la conversación deriva en un fresco del pasado de Terry y de su relación con Charley, Terry con gran intensidad pero sin ira le reprocha que siempre se aprovechó de él, que hubo un momento en que pudo ser alguien y él se lo hurtó, el apartó de su sueño por un poco de dinero, Charley llega a amenazar con una pistola a Terry, este no le da importancia y la aparta, Terry derrocha frustración y esto le llega a Charley que entiende que su hermano no es un bruto sin sentimientos y siente el peso de la culpa, decide apoyarlo e intentar ayudarlo, escena conmovedora, donde los sentimientos se desbordan; Y por supuesto su tramo final, tras testificar, Terry decide ir como cualquier día al puerto a trabajar, pero no es cualquier día, se pone la chaqueta de Joey (otro que se enfrentó a la mafia) que Edie le ha regalado, se acerca al muelle, los estibadores le marginan, a todos le dan curro menos a Terry, entonces Terry explota frente a la guarida de Johnny Friendly, le increpa su villanía, hasta que terminan en una cruenta pelea, cuando Johnny está siendo vapuleado los sicarios de este le ayudan y le propinan una descomunal paliza a Terry, ante la mirada de los estibadores, llega Edie y el padre Barry, Terry yace molido a palos en el suelo, Johnny ordena a los estibadores vayan al trabajo, estos han visto la dignidad y orgullo de Terry al enfrentarse al opresor Friendly, y dicen no trabajaran si no les acompaña Terry, con el aliento del sacerdote Terry saca fuerzas de done no las tiene, se levanta todo herido y ensangrentado, se sube la cremallera de la chaqueta, se pone el garfio en el hombro y comienza un viaje sin retorno, corto en metros pero de mucha recorrido, un agónico y angustioso caminar(muchos lo han emparejado al Vía Crucis), Terry será líder y símbolo que se puede acabar con los tiranos, Homérico.
 
Por buscarle alguna tara, está la escena de la declaración ante el Gran Jurado, mal planificada y torpemente desarrollada, se siente poco realista y sobresaltada, no parece que pertenezca al resto del metraje dirigido por Kazan, chirría ante tanta maestría, parece realizada con desgana. También si rascas un poco te puede ser chirriante que Edie esté por salir de bares, por bailar, por pelar la pava con un chico cuando su hermano acaba morir. Se le puede encontrar otra tara en lo que cantan los dobles de Lee J. Cob y Brando en la secuencia de la pelea, mediocre el plano largo.

Como curiosidad, en el libro que escribió con posterioridad Budd Schulberg sobre la misma historia, el personaje de Terry muere asesinado.



Un Clásico Magnífico de los que ha influenciado a muchos cineastas y actores, me atengo a sus imponentes valores cinematográficos, quien quiera escarbar en la intrahistoria podrá criticarle cuanto quiera, yo prefiero disfrutar con film formidable. Fuerza y honor!!!

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