EN BUSCA DEL FUEGO.
Notable film
franco-canadiense del singular y humanista realizador galo Jean-Jacques Annaud,
la mayor épica aventura prehistórica jamás filmada, hecha con un mimo por el
detalle y la autenticidad prodigioso, una obra de un enorme valor pedagógico y
didáctico. El guionista Gérard Brach (“En el nombre de la rosa”) adapta la
novela homónima (1909) de JH Rosny, seudónimo
de los hermanos Joseph Henri Honoré Boex y Séraphin Justin François Boex, de la
que existe una primera versión cinematográfica de 1914, dirigida y protagonizada por Georges Denola. Estamos en los albores de la
Humanidad (en el libro 80.000 años antes de Cristo) en un lugar indeterminado
del planeta, los seres protagonistas (Ulam según el libro) pueden ser
neandertales, conviven con otras especies humaniformes, la de la chica pintada
(los Ivaka según el libro) pueden ser homo sapiens, o los que atacan al
principio a los Ulam (Wagabou según el libro), humaniformes muy peludos pueden
ser homo erectus, resultan muy
primitivos, expuestos como seres brutos y primarios, que no poseen un lenguaje
propio, si no un conjunto de gruñidos por los que se expresan, este lenguaje
fue creado por el film por el experto lingüista y escritor Anthony Burgess (“La
Naranja Mecánica”), este estuvo influenciado por la creencia de que la raíz de
la mayoría de lenguas proviene de la fusión de unas pocas, mezcló el Inglés, Francés, Italiano, el de los Ivaka según afirmó Annaud se inspiró
en los Cree, una tribu inuit del norte de Canadá, el lenguaje corporal y
gestual fue supervisado por el prestigioso etólogo y zoólogo Desmond Morris (“The Naked Ape”). Se nos habla de un modo épico de la importancia vital del Fuego
para el avance de la Humanidad. Se ha discutido el rigor del tiempo en que
suceden los hechos, el bipedismo tiene más de 3 millones de años, se muestra
falta de atención a los muertos, cuando se entierra a fallecidos desde hace
100.000 años, la lanza con propulsor de los Ivaka al parecer no se tiene constancia
de su uso has por lo menos 22.000 a.C., pues a pesar de esto queda un fresco
prehistórico atractivo, que nos da una idea sugerente de estos ancestrales
tiempos, con muchos puntos en común con el prólogo magistral de la “2.001” de
Kubrick. Con un
presupuesto holgado de 15 millones $ fue un gran éxito taquillero y de crítica,
ganando el Premio César al Mejor Film y Mejor director.
Estamos en el paleolítico,
una tribu (los Ulam en el libro en que se basa) utiliza el fuego como medio de
supervivencia, para cocinar, para dar luz, para calentarse, para ahuyentar a
bestias salvajes, sabe mantenerlo, pero no sabe producirlo. Un día son atacados
por otra tribu (los Wagabou en el libro), humaniformes muy peludos, que les
consiguen robar parte del fuego, muriendo varios de ellos y haciendo además
huir de su cueva a los Ulam, en su retirada el guardián del fuego que lo
llevaba resguardado por accidente lo apaga, esto es una tragedia para los Ulam.
Tres de ellos, Naoh (Everett McGill), Amoukar (Ron Perlman) y Gaw (Nameer El-Kadi), nombres del libro, deciden ir en
busca del fuego robado por los Wagabou, su búsqueda se convertirá en una odisea
del descubrimiento, con choque de tribus (los Ivaka y los Kzamm), y animales primitivos (dientes de sable,
mamuts u osos), tendrá importancia en la historia Ika (Rae Dawn Chong), una
Kzamm, homo sapiens.
Annaud realiza una fascinante
recreación de la prehistoria, demuestra una enorme valentía y arrojo al
construir un relato en que los personajes hablan a base de gruñidos, sin subtítulos, y a pesar
de esto el relato resulta diáfano y claro, con un brillante reflejo de estos
pretiempos, realizando un film ameno a la par que pedagógico, con un desarrollo
muy fluido, sumergiéndonos de modo cuasi-documental en una máquina del tiempo.
Noe muestra con una naturalidad espléndida grandes avances de la Humanidad en
pequeños gestos, realizan sugestivas hipótesis sobre como algunas sensaciones y
sentimientos se fueron inoculando en la Humanidad, como avanzó el sexo, la
moralidad (posicionarse en contra del canibalismo), la exogamia, la monogamia,
cocinar, la risa, la medicina (las hierbas curativas), y por supuesto la
creación del fuego. Es una aventura de carácter darwinista donde prima la
inteligencia, los que mejor se adapten al medio sobrevivirán. Por un lado se
nos muestra el modo de vida primigenio cuasi-animal del Humano, el sexo a la
fuerza, el machismo imperante, el canibalismo, y por otro él como todo esto se
puede revertir
y por otro como él aprender,
el interactuar con otras tribus, con las bestias, esto les hará fuertes y
inmortales. Nos habla de la importancia de la sensibilidad humana que nos
diferencia de las bestias, del poder de nuestra conciencia para separar el bien
del mal, de la importancia de aprender unos de otros. Esto lo desarrolla el
realizador francés con un pulso narrativo maravilloso, alternando con tino la
acción, el humor, el sentido épico, e incluso el amor, consiguiendo un film
único.
Los actores resultan
fabulosos en sus roles. En un trabajo de casting fenomenal, nada se dejó al
azar, para los neandertales de rostro más prominente y fortachón, son
seleccionados de entre luchadores y halterófilos. Para los homo sapiens se
escogieron a mestizos. Cada protagonista refleja una cualidad humana: Naoh es
la curiosidad, la inquietud, el querer saber, el que crea conciencia de la
monogamia y el amor, Everett McGill lo interpreta
con energía y mucho temple, sabiendo emitir emociones con su lenguaje gestual; Amoukar es el egoísmo, la lujuria, la fuerza bruta, interpreta en su
debut en cine por un estupendo Ron Pearlman, aportando carisma y empatía; Gaw es el despistado del grupo, el temeroso,
el torpe, aporta las notas de humor más jocosas, Nicholas Khadi lo encarna con
inspiración, aportándole mucha humanidad y naturalidad; Ika es la homo sapiens
de los héroes, refleja la feminidad, la fuerza de voluntad, las armas de mujer
en la seducción, a pesar de ser el sexo débil es la inteligente, asimismo tiene
una tierna (prehistóricamente hablando) historia de amor, interpretada por Rae Dawn
Chong en su debut en cine a sus 20 años, lo hace con mucha naturalidad, a pesar
de tener que estar desnuda durante todo el metraje (peligroso esto pues
Pearlman y McGill llegaron a sufrir de congelación durante el rodaje), aunque
pintada corporalmente.
Posee una puesta
en escena que es uno de sus pilares más fuertes, emitiendo un realismo tremendo,
empezando por un diseño de producción extraordinario, rodándose en Canadá, Escocia, Islandia y Kenia, en parajes de enorme belleza,
enaltecidos por la mahnífica foitografía de Claude Agostini, de un colorido
tenue, resaltando las hermosas tomas generales, por momentos la cámara se
siente un elemento que se cuela por una rendija del tiempo, espiando nuestro
pasa de modo casi documental. Sublime el trabajo de maquillaje y prótesis que
aporta veracidad, no sintiéndose artificioso y falso, algo que si afecta a los
mamuts, se notan falsetes. Deliciosa la música de Philippe Sarde (“Tess”), imprime un gran halo épico al relato, de resonancias trémulas,
música cláscias con añadidos senibles de coros, grabada la partitura en Londres
en los Estudios Abbey Road por la Orquesta Sinfónica de Londres, se añaden Percusiones de Estrasburgo (coro de 35). Estos elementos sumados nos dan una atmósfera soberbia.
Spoiler:



Momentos recordables: Los
instintos básicos que demuestran estos neandertales cuando desean sexo cogen a
la mujer que pillan y la “copulan” cual perros por detrás, esto contado se
contrasta con Naoh que entabla relación con Ika, esta le enseña otra postura,
la clásica del misionero, en la que los dos se ven, esto provoca en el
neandertal el deseo de monogamia, algo nuevo, deseo de estar con una sola
pareja, e incluso la exogamia remanece, gente de una tribu relacionándose
sexualmente con gente de otra, rompiendo la ancestral endogamia; El jocoso momento en que se produce un intento
de seducción homosexual, Amoukar pide sexo a Gaw y este último lo rechaza; Cruenta la batalla
entre los Ulam y los Wagabou, destapa los instintos atávicos inherentes a la
Humanidad; Como los tres héroes deben huir como pueden de un dientes de sable,
solo les queda subirse a un árbol y permanecer sobre sus ramas hasta el animal
se canse y se vaya, el hambre les acucia y empiezan a comerse las hojas del
árbol, se produce una elipsis y vemos el árbol ya sin hojas, bonita forma de
decirnos que ha pasado mucho tiempo; Cuando los tres héroes Ulam tras días sin comer, siguiendo a los que les
han robado el fuego, llegan a unas cenizas con carne tostada (descubrimiento de
carne cocinada) y la roen desesperados, entonces uno de ellos encuentra en las
cenizas un cráneo humano, hecho que les repele y les hace escupir lo comido,
nos enteramos que a pesar de su personalidad arcaica tienen ética moral para no
ser caníbales, los que dejaron allí la carne no; El momento en que los tres
consiguen recuperar el fuego, se lo roban a los caníbales, que además tienen a
dos mujeres presas (con pinta de homo sapiens); El tramo en que Naoh descubre
el amor, la monogamia, sentimiento nuevo, deja a sus amigos Ulam para intentar
volver con Ika que les ha abandonado; La sutilidad con la que vemos que hay
muchas tribus conviviendo sobre la tierra, unas más avanzadas que otras, los
protagonistas viven en cuevas, los homo sapiens con los que se cruzan viven en
chozas, tienen utensilios para comer, e incluso pintan (también sus cuerpos); El
épico descubrimiento de la risa por parte de los Ulam, sobre la cabeza de uno
de los tres exploradores Ulam cae una piedra, Ika que está con ellos que lo ve
suelta carcajadas de risas, los Ulam ve
estos “extraños” sonidos desconcertados, esto es encadenado con otro momento
más tarde en que otro de los Ulam suelta una piedra adrede sobre la cabeza de
uno de sus amigos, y entonces todos (él sufriente del golpe tarda un poco) ríen
a mandíbula suelta junto a Ika; El rostro de asombro de Naoh al ver como un
homo sapiens hace fuego frotando un palo, ello acompañado de forma homérica por
una enervadora música; La batalla de los Ulam contra otros (más numerosos) que
les quieren quitar el fuego, y de pronto aparecen un par de mamuts que por el
ingenio de Naoh se alían con estos haciendo huir al enemigo; Su tramo final
resulta apasionante, llegan los “héroes” a su tribu, están en un cenagal, los
reciben alborozados al verlos aparecer con el Fuego, el guardián de este
excitado lo coge pero por los nervios cae al agua y apaga el Fuego, todos los
Ulam entran en pánico, Naoh intenta entonces hacer fuego como le enseñaron los
homo sapiens, frotando un palo, tras intentarlo mucho no lo consigue, entonces
Ika le releva, frota con su experiencia y consigue formar chispas de Fuego, los
Ulam se asombran alterados, ya pueden volver a tener una hoguera; Y está su
Bello epílogo, Naoh de noche está sentado mirando la luna y estrellas, la
observa con devoción, Ika se le acerca y se abraza a él, y los dos miran la
luna, muy lírico visualmente.
El relato de la novela se
sitúa en el 80.000 a.C., periodo glacial, pero el director del film, Annaud
cree que según los estudios más modernos la acción que vemos debió ser mucho
anterior, para convivir neandertales con homo erectus y mucho de los hechos que
suceden debió ser mínimo hacia 150.000 a.C..
Film no solo recomendable, si
no que debería de ser de visión obligatoria en los colegios, toda una Clase de
Prehistoria de 100 minutos. Fuerza y honor!!!
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