
LA ROSA PÚRPURA DEL
CAIRO.
Uno de los mejores
films de Woody Allen con todo lo grande que ello acarrea, una conmovedora oda
al poder mágico del cine, a su capacidad de transportarte de tu vida ordinaria
a un mundo idealizado donde todo es perfecto, armonioso, ello rebozado de
mordaz humor, ingeniosas situaciones, un desarrollo fascinante, un Woody Allen
en efervescencia creativa nos obsequia con un guión redondo, que basta rascar
un poquito para dar con una profunda y compleja reflexión sobre los sueños y su
dura confrontación con la realidad.

El escenario
es New Jersey durante la Gran Depresión americana, la protagonista es Cecilia
(gran Mia Farrow), una apocada camarera que trabaja con su hermana Stephanie
(buena Stephanie Farrow, hermana de Mia en la realidad), casada con Monk (buen
Danny Aiello), un mujeriego jugador sin trabajo que la maltrata, se aficiona a
ir a los cines “Jewell”, a ver películas que la saquen de su hastiada
existencia. Un día se mete en el cine a ver “La Rosa Púrpura Del Cairo”, sobre
un acomodado dramaturgo, Henry (Edward Hermann), de Nueva York que viaja de vacaciones a
Egipto, acompañados de sus amigos Jason (John Wood) y Rita (Deborah Rush), en
una pirámide hacen amistad con un arqueólogo, Tom Baxter (gran Jeff Daniels),
al que invitan a Nueva York para disfrutar de la buena vida, allí Tom traba
relación con una cantante del Copabana, Kitty Haynes (Karen Akers). Cecilia ve
el film varias veces en sesión continua, y en el quinto visionado el
surrealismo hace aparición, Tom Baxter salta de la pantalla tras haberse fijado
en Cecilia, la chica que ha pasado horas viendo la película, los dos marchan a
pasear por la ciudad, surgiendo el amor entre los dos. El problema es que la
huida de Tom ha provocado un terremoto de imprevisibles consecuencias. La copia
del film del que se escapó Tom permanece en el mismo plano donde se quedó, los
personajes charlan esperando a que vuelva Tom. El productor del film, Hirsch (Alexander
Cohen), teme una rebelión de personajes
y envía a New Jersey a Gil Shepherd (gran Jeff Daniels), actor que encarna a
Tom para que convenza a su creación para que vuelva a pantalla.
Escrita y dirigida por Allen
Stewart Konigsberg, se inspira en “Sherlock Jr.” (1924) de Buster Keaton,
“Hellzapoppin’” (1941) de HC Poter, y en la obra teatral de Pirandello “Six Characters in Search of an
Author”. De su relato mana un tremendo lirismo en formato homenaje al cine
clásico, “La Época Dorada De Hollywood” de los años 30 en que este ilusionante
medio ayudó a evadirse de sus dramas diarios a millones de espectadores en todo
el mundo, es un ácido retrato de cómo la gente sumida en crisis económica
intentaba transformarse por un rato en las actrices y actores glamurosos que
veían en pantalla, eran ricos, viajaban a sitios exóticos, bebían champán,
tenían criadas de color, se bañaban en leche de burra, visitaban los mejores clubs, vestían las
mejores galas, eran gente guapa y siempre con la mejor frase en la boca, se
producían romances perfectos, y los espectadores intentaban que el cine se
convirtiera en un espejo de sus esperanzas y anhelos, es una deliciosa fábula
fantasiosa, con humor, cinismo, romance, ironía, nostalgia, drama, mordacidad, con
toques de una ternura intensa, con diálogos bien urdidos, con mucha chispa y
frescura, con una construcción de personajes prodigiosa. Un ejercicio de
metacine que encuentra el humor en la confrontación entre realidad y ficción,
entre el mundo donde todo es maravilloso y la triste realidad, derivando en un surrealismo cercano al
buñuelismo. Se tocan temas como la fuerza del cine, el egoísmo, la codicia, la
ingenuidad, el machismo, los abusos, se reflexiona sobre que es el amor. Todo
con un marcado sentido de elegante ambientación, con un trémulo toque
melancólico, y es que es una cinta que su punzante humor enmascara lo que es un
drama sobre una mujer desorientada que busca en la imaginación del cine una
salida a su miserable existencia, ello coronado con un final Magno, nada
acomodaticio (spoiler). Allen aprovecha para criticar a la industria del cine,
el egocentrismo de los actores, la mezquindad de los productores o el
mercantilismo de los representantes de actores. Allen asimismo hace un canto a
los evocadores cines de barrio que tanto visitó en su niñez, de hecho el cine
que aparece en la cinta es el Teatro Kent en Coney Island, al que Woody iba en
su infancia.
La cinta está
regada de momentos de gran carga emocional, y este es Antológico: Cecilia es
despedida de su trabajo de camarera, vaga llorando por las calles, hasta que
decide evadir su mente en el cine, se mete a ver por enésima vez en sesión
continua “La Rosa…”, las lágrimas de Cecilia conforme pasan proyecciones del
film cesan, y la vemos en trance de placer, Tom Baxter por enésima dice <A
punto de lanzarme a un fin de semana loco en Manhattan>, de pronto Tom se
gira y mira parece ser hacia Cecilia, y le habla directamente <Señorita, veo
que le encanta esta película>, ella responde <Es a mi?>, el continua
<Lleva aquí todo el día, la he visto antes 2 veces>, ella <Me habla a
mí>, él <Si, ha visto esta película por quinta vez>, uno de los
personajes de la gran pantalla susurra alertada <Henry, ven aquí rápido>,
y Tom <He de hablar con usted>, y
a los 18 minutos de metraje, traspasa la cuarta pared (salta de la
pantalla), se escuchan gritos en la platea, una mujer entre el público se
desmaya, desde la pantalla le dicen <Que haces Tom? Vuelve a la
pantalla…Estamos a mitad de la historia!>, Tom <Dejadme en paz, quiero
echar un vistazo por aquí. Seguid sin mi>, se acerca a ella y comienza a
charlar como si nada con Cecilia, el resto de espectadores observa el
acontecimiento con asombro, una mujer se desmaya, otros siguen comiendo
palomitas como si se tratará de un espectáculo más, e hilarantemente el
encargado del local está preocupado sobre cómo va a hacer para terminar de
proyectar la cinta, este momento Mágico-Imaginativo-Poético es uno de los
momentos cumbres de la Historia del Cine, pocas veces el cien se ha mirado con
más dulzura el ombligo, hace real algo que todos hemos deseado en tantas
ocasiones ante el cine, instantes como este hacen que el Séptimo Arte sea ARTE,
o sea lo capacidad de hacernos sentir, emocionarnos, estremecernos, SUBLIME.
Además
resaltaría otros: Cuando el productor Raoul Hirsch discute con su equipo el
caos que ha producido la huida del cine Tom, y el efecto mariposa que parece
haber desencadenado; Los malentendidos de Tom chocando con la realidad con su
dinero falso, la bebida, el arranque de los automóviles, los besos en los que
no hay fundidos a negro o su desconocimiento del sexo; El primer encuentro
entre Tom y Gil, punzante y sibilino, enfrentándose la bondad del personaje con
la rapacidad del actor; La delirante visita que Tom hace llevado por la
meretriz Emma (buena Diane Wiest) al prostíbulo donde su ingenuidad resulta
enternecedora frente a la picardía de las prostitutas; La visita que junto a
Tom hace Cecilia al mundo de la película, una noche apoteósica de felicidad; El
último enfrentamiento en el cine entre Tom y Gil por el amor de Cecilia, con
réplicas y contrarréplicas gloriosas; Y por supuesto su punzante final
(spoiler).
La puesta en
escena resulta brillante, con un gran diseño de producción de Stuart Wurtzel
(“Hannah Y Sus Hermanos”), con escenarios que nos trasladan a esta dura época y
un tristón lugar, enaltecidos los lares por la maravillosa fotografía de Gordon
Willis (“El Padrino II”), jugando hábilmente con el color deluxe y el glorioso
b/n, en color juego con colores apagados, ocres, grises, claroscuros, y en
patinados tenues, consiguiendo
trasladarnos la atmósfera macilenta de los agrios personajes reales, y con un
último primer plano turbador que nos deja tocados. Y todo esto adornado por la deliciosa
música de Dick Hyman (“Todos Dicen I Love You”), de reminiscencias jazzísticas,
con lindos temas de piano tocados por el propio Hyman junto a la trompeta de
Miles Davis, el trombón de Urbie Green y el cuerno de Romeo Penque, a esto se
suma la canción original de Hyman “One Day At A Time”, que canta el personaje
Kitty Haynes, siendo un dulce leitmotiv
para la protagonista el tema “Cecilia´s Choice”, sonando además dos temas de
los años 30, uno tocado graciosamente por Tom Baxter, “I Love My
Baby, My Baby Love Me”, de Harry Warren, en su final vemos un suntuoso baile
con Ginger Rogers y Fred Astaire (en el film musical “Sombrero De Copa” de
1935) con el tema “Dancing Cheek To Cheek” de Irving Berlin, tema que también
suena durante los créditos iníciales.
Los actores brillan con luz radiante. Mia Farrow
resulta conmovedora en su delicado y frágil rol, transmite ser un alma
desvariada buscando una esperanza a la que agarrarse, aunque sea una fantasía,
excelente. Jeff Daniels tiene la labor más complicada al dar vida a los dos
antagonistas,. Y sale muy airoso, sabe matizar cada personaje, los llena de
alma, uno idealizado y soñador, el otro pragmático y sibilino, con pequeñas
dosis de lenguaje gestual los distingue, fabuloso, como curiosidad Michael
Keaton comenzó el rodaje con esta doble interpretación pero en unos pocos días
el perfeccionista Woody Allen lo despidió por no ver feelling con su actuación,
y fichó a Daniels. Danny Aiello compone con fuerte personalidad al bruto y
machista Monk. Judy Davis resulta una encantadora meretriz encantada con Tom
Baxter.
Spoiler:
El tramo
final resulta conmocionante, primero Tom y Gil intentan convencer a Cecilia de
que se decida por uno de los dos, los dos esgrimen argumentos, al final a ella le convence Gil
con que Gil no es real, es de ficción y él (Gil) es de verdad, defrauda a Tom
que vuelve a la gran pantalla, Cecilia va a su casa a hacer la maleta para
viajar a Hollywood con Gil, cuando va al
lugar donde han quedado Gil no está, la ha engañado para que Tom vuelve al film
y le solucione el marrón, Cecilia encuentra que la ficción es siempre mejor que
la realidad, se ha equivocado, y va al cine donde ya han quitado “La Rosa …” y
han puesto “Sombrero De Copa”, entra con su maletita y de nuevo a través del un
antológico baile de Ginger y Fred se traslada al Idealizado y Ensoñado mundo
del cine, la cámara se acerca a su rostro y atisbamos una sonrisa, su mente
disfruta y se abstrae del este nuestro universo cruel y decepcionante. Es un
golpe de realismo que contrasta con el tono de cuento de hadas del relato, y nos
viene a decir que los Príncipes Azules Salva-mujeres-desvalidas solo existen en
los libros o el cine, en nuestra dura realidad la que Reina es la frustración.
Una Obra
Maestra, uno de los más electrizantes y Fascinantes homenajes al poder de
ensoñación del Cine. Fuerza y honor!!!
Charla entre
Gil y su manager sobre Tom:
-Gil: Con el
trabajo que me costó que Tom pareciera real.
-Manager: Si?
Pues te pasaste.
Un personaje
de la pantalla:
-Sabes la
condena por violación en un pueblo pequeño? Sobre todo si se lleva casco de
explorador.
Cecilia y
Mopnk discutioendo:
- Cecilia: Ya
no me quieres, te portas mal conmigo y me pegas.
- Monk: Bueno,
te pego cuando te pasas. Pero te aviso, siempre te aviso antes. Y si no
espabilas entonces te sacudo.
Cecilia y Tom
en una Iglesia:
- Tom: Esto
es precioso, pero no sé lo que es.
- Cecilia: Es
una Iglesia. Creerás en Dios, verdad?
-T: Y Dios
que significa?
-C: La razón
de todo. Del mundo. Del universo.
-T: Comprendo.
Como los que escribieron “La Rosa Púrpura Del Cairo”. Irvine Sachs y R.H.
Levine, los guionistas.
- C: No, es
aún más grande. No, piensa un momento, la razón de todo. Si nno, todo sería
como una película sin argumento, sin un desemlace final.
Cecilia y Tom
tras darle a este una paliza Monk:
-Cecilia: Te
encuentras bien?
-Tom: Si, muy
bien.
-C: No te ha
quedado ni una señal. Tu peinado está perfecto.
-T: No me
lesiono, ni sangro, y tampoco me despeino. Es una de las ventajas de ser
ficticio.
El jaleo
final en la sala de cine, con la proyección en curso de “La Rosa…” y con
Cecilia, Tom y Gil peleando por el amor de ella:
-Gil: (a Tom)Si no fuera por mí tú no
existirías.
-Tom: Eso te crees. Me podría haber
interpretado Fredric March o Leslie Howard.
-Desde la pantalla, la ricachona: El
papel es insignificante para interesar a una estrella.
-Gil: Insignificante? Tonterías, que estás
diciendo. Que dices? (Gil hacia Cecilia) Desde que nos conocimos solo pienso en
ti. Quiero estar contigo y mostrarte como es la vida real de dos personas que
se aman.
-Cecilia: La semana pasada nadie me
quería, ahora dos personas me quieren y son la misma persona.
La ricachona: Ve con el mundo real,
nosotros somos limitados.
Rita desde la pantalla: Ve con Tom, no
tiene defectos.
La criada de color de la pantalla: Quédate
con cualquiera, porque me estoy aburriendo.
Tom: Se casará conmigo, así que no
pierdas el tiempo.
Gil: Oye quieres volver a la pantalla?
Intento decirle que la amo.
Tom: Te amo. Soy sincero., responsable,
valiente, romántico y beso de maravilla.
Gil: Pero yo soy real.
El marido de la ricachona: Venga Cecilia.
Elige a uno y acabemos con esto. El mejor atributo de los humanos es la
capacidad de elegir.
Henry desde la pantalla: Un momento. Si
elige a Tom, como acabaremos la historia? Nos quedaremos aquí para siempre.
Tom: El padre Donnelly nos casaría ya
mismo.
Gil: Eso no es legal. El cura ha de ser
humano.
El padre Donnelly en pantalla: La Bíblia
no nos prohíbe estar en una película.
Cecilia: Pero si ya estoy casada.
Gil: Vente conmigo a Hollywood.
Ceciulia: Así, sin más?
Gil: Así, sin más. Dejate llevar por una
vez en la vida. Haz la maleta y vente conmigo. Y no olvides el ukelele.
Tom: Que ukelele?
Gil: Te quiero. Ya sé que solo pasa en
las películas, pero es verdad.
Rita: Cecilia estas rechazando la
perfección.
Henry: No le digas eso. Necesitamos que
Tom vuelva.
Rita: Es tan romántico.
Henry: Las mujeres.
Tom: Estoy completamente abatido. Estoy
anodado.
Gil: Tom, trata de entenderlo. Te
sobrepondrás. En tu mundo las cosas siempre acaban bien. Yo soy real y por muy
tentada que esté debo elegir el mundo real. He disfrutado contigo en todo
momento, y nunca olvidaré la noche que pasamos en la ciudad.
Tom: Adiso. (y se introduce en la
pantalla)
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