miércoles, 17 de septiembre de 2014




LA REINA DE ÁFRICA.

Clásico imperecedero de aventuras con emocionales dosis de romanticismo, un John Huston en plena etapa efervescente creativa nos traslada a un escenario exótico para contarnos una sugestiva historia de amor entre dos seres antagónicos, los polos opuestos se atraen. Una fabulosa mezcla de odisea, con humor, con cine bélico y con romanticismo sin elementos sensibleros. Huston nos hace participes con su buen hacer de unos protagonista empáticos con los que conectas fácilmente por lo humanos que nos los muestran, unos Katherine Hepburn y Humphrey Bogart geniales, con una química perturbadora.


El escenario es África Oriental al comienzo de la Gran Guerra en 1914, unos hermanos misioneros ingleses, Rose (gran Katherine Hepburn) y Samuel (buen Robert Morley) tienen montada una misión en Kungdu, hasta allí llegan soldados alemanes que queman las cabañas y maltratan a los indígenas, llevándoselos del lugar,  Samuel sufre un shock que le lleva a unas fiebres que hace pierda la vida, llegando a morir. El capitán canadiense Charlie Allnut (gran Humphrey Bogart), de un vapor, el Queen African (Reina de África), que recorre el rio llevando mercancías y correos recoge a Rose para ponerla  salvo, pero Rose al saber que hay un poderoso cañonero  germano (el Königin Luise), que domina un crucial lago bloqueando a los británicos, decide intentar convencer a Charlie para  que haga del “Reina de África”  un torpedo y hundir el buque de guerra, Allnut le hace saber las dificultades que entraña llegar al lago, con rápidos peligrosísimos, con un fuerte teutón por el camino, e incluso unos manglares terribles, pero Rose no se echa atrás en su objetivo, Charlie es reticente y confía que ante el primer obstáculo Rose se eche atrás, comenzando una gloriosa aventura en la que los dos caracteres opuestos chocaran, Charlie un bebedor empedernido y pragmático, y Rose una puritana de buenas costumbres, e idealista.


JOHN HUSTON
John Huston en su novena dirección de largometraje se empeñó en un proyecto al que muchos le decía se estrellaría, le espetaban que a nadie interesaría una historia de amor cuasi-otoñal de una pareja descendiendo un rio en la profunda África, consideraron un costoso capricho rodar en la selvática África, pero Huston pretendía dar realismo a su film en lugares reales, incluso remontando 1.500 km de rio, quería que el sufrimiento de los actores fuera lo más veraz posible, padecieran el entorno y lo transmitieran al espectador.
El guión es principalmente de James Agee (“La Noche Del Cazador”), con la ayuda de los no acreditados Peter Viertel (“Cazador Blanco, Corazón Negro”), John Collier (“El Señor De La Guerra”), y del propio realizador. Pueblan el relato de diálogos ingeniosos, mordaces, punzantes, en medio de una homérica aventura hacia lo desconocido, David contra Goliath, en medio de la Gran Guerra, donde se tocan temas como las injusticias, la opresión, la venganza, la comprensión, la frustración, la supervivencia, ello con un ritmo fluido, donde las situaciones manan con gran naturalidad, donde los protagonistas evolucionan inteligentemente, enmarcada la narración en un entorno que se convierte en un protagonista más, la  Salvaje Selva y el Río. El guión no juzga, ni pretende moralizar sobre el colonialismo, no ahonda en conceptos manido-religiosos, ni resulta un folleto panfletario patriotero, en realidad si se rasca es un concepto minimalista cuasi-teatral en el que dos personajes en una situación límite se completan hasta el amor en una linda historia de amor y comprensión.


La puesta en escena rezuma un tremendo realismo, fruto de la utilización de escenarios naturales, con una vibrante dirección artística de Wifred Singleton (“Holocausto” la serie), aprovechando al máximo unos lares espectaculares, con imágenes de animales salvajes, selva, escalofriantes rápidos, unos desasosegantes manglares, extraordinariamente fotografiados por Jack Cardiff (“Guerra Y Paz”), en radiante technicolor, con unas cámaras grandes complicadas de manejar, emitiendo aventura, energía, un cromatismo apabullante de tonos cálidos, hace que la lluvia nos cale, que nos salpique el agua del rio, embellecidos los parajes los sonidos incidentales creados por Allan Gray (“Coronel Blimp”), con audios de ambientes selváticos de animales, y el rio, con una exuberante música durante los créditos iníciales interpretados por la  Royal Philharmonic Orchestra, todo esto dinamizado por el trepidante montaje de Ralph Kemplen (“Oliver”), que hace que las escenas de acción se vivan con magnetismo. Los efectos especiales son creados por Cliff Richardson (“Lawrence de Arabia”), hay que juzgarlos en el contexto de cuando se hicieron, hoy en día resultan anticuados y bastante falsote, pero en su tiempo fueron , muy avanzados traspasando adrenalina, haciéndonos a la idea de la fragilidad de la barcaza en un medio que la podría destrozar, los rápidos, el tiroteo alemán desde el fuerte, o el ataque de mosquitos, son prueba del buen hacer de este elemento, aunque como ya he dicho hoy resulten muy cándidos en sus maquetas de la barcaza, o la pantalla de fondo (verde) que canta a distancia.


Katherine Hepburn compone a una carismática heroína, una valiente, estirada, religiosa, de educados modales, a la que vemos evolucionar progresivamente, ejemplo como coge al principio el timón con temor, y al final lo agarra con autosuficiencia, sabe emitir una ggran fuerza de carácter, con sutileza la vemos encariñarse Charlie. Humphrey Bogart (en su quinta colaboración con Huston de las 6 que hubo), realiza una sentida interpretación, aportando humanidad, debilidad, cortesía, ternura, y dotándolo de un humor muy divertido, un borrachín, desaliñado, socarrón, pragmático, nihilista, que por el amor a una mujer da sentido a su vida. Bogart dijo de Charlie Allnut que el mejor rol de su carrera. Tan amigo era Huston de Bogart que en el funeral de Humphrey dio un panegírico. Y entre la Hepburn y Bogart una de las químicas más frescas de la Historia del Cine, su interacción ocupa la práctica totalidad del metraje, y de su relación brota una tremenda naturalidad y chispas de réplicas y contraréplicas, magníficos.


La cinta posee momentos que combinan gran carga emotiva, con otros de humor y otros de acción espléndidos: El primer rápido coin el rostro disfrutando de Rose; El rápido frente al fuerte alemán; Cuando se bañan cada uno por lado de la barcaza y Rose tiene que pedir ayuda para subir a Charlie; Cuando llueve a mares y Charlie quiere ponerse a resguardo en el lado de Rose, esta la echa, se da cuenta de que llueve y lo llama, él se tumba en un lateral por donde le cae algo de agua, ella dulcemente le coloca un paraguas; Cuando comprernden que están enamorados se abrazan, se produce una elipsis los vemos a los dos con rostros de felicidad, y ella le pregunta <Sr. Allnut, querido, cual es su nombre?>, él responde <Charlie>, el juego de miradas entre ambos arrolla; Cuando henchido de felicidad Charelie comienza a imitar a los animales salvajes con los que se cruzan , como el mono; El apocalíptico tramo en la ciénaga; Su final cuando se produce una de las frases más famosas del Cine (spoiler); hay alguna más pero no quiero spoilear.


La Columbia Pictures compró los derechos del libro homónimo de C.S. Forester de 1935, pretendía que sus protagonista fueran el matrimonio de conveniencia Charles Laughton y Elsa  Lanchaster (el era homosexual y ella lo sabía), pero los 2 fracasaron en “Vessel of Wrath” (1938), hizo desistir a los productores, en 1939 vendieron los derechos del libro a la Warner Bros, pasando por el proyecto nombres como David Niven, Paul Henreid, John Mills o James Mason para Charlie, Rose sería Bette Davis pero esta se peleó con el productor y los derechos se vendieron a la 20th Century Fox, que sería la que se lo ofrecería a Huston que la haría definitivamente.


John Huston gran amigo de Bogart lo telefoneó para ofrecerle el papel, Humphrey se lo comentó de este modo a su esposa Lauren Bacall <El Monstruo quiere que vaya a rodar en plena selva africana, con cuarenta grados a la sombra, en una aldea plagada de mosquitos y rodeada de animales salvajes. Naturalmente, he aceptado>, el apelativo de “Monstruo” se lo decía cariñosamente Bogart a Huston porque decía <Es la única persona capaz de beber más whisky que yo en una sola tarde>. Bogart debía vocalizar con acento cockney (dialecto utilizado en Londres y alrededores por la clase obrera), pero su nulidad para ello hizo que su personaje pasara de ser inglés como en la novela a canadiense.


La mitad del film se rodó en Inglaterra, cuando vemos a Hepburn y Bogart en el agua es en un estanque en los Isleworth Studios en Middlesex, consideradas de riesgo para ser hechas en África, además de muchos primeros planos realizadas en estudio. El rodaje se convirtió en si en digno de ser contado en un film, siendo el zenit las 9 semanas de rodaje en el Congo Belga y Uganda (Protectorado Británico), donde tuvieron que afrontar varias desventuras propias del inhóspito entorno, lluvias torrenciales, accidentes, una marabunta de hormigas, plagas de mosquitos, temperaturas de calor inaguantables (las latas de película debían ser enterradas en fosas para evitar que el calor y humedad las estropeara), derivando en que casi todos enfermaron de malaria y disentería, Katherine Hepburn filmó ocultando los temblores producidos por el estado febril. Katherine en sus memorias recogió que todos los miembros del equipo enfermaron de disentería, menos Huston y Bogart, los 2 no probaron agua en su estancia allí, solo bebían whisky, incluso Humphrey tras lavarse los dientes se los enjuagaba con este alcohol. El guionista Peter Viertel viajó al Congo por encargó de los productores para controlar un rodaje que les iba de las manos, Viertel atisbaba un desastre sin solución, tanto que renunció a aparecer en los créditos del film, después escribiría sobre sus experiencias con Huston durante el rodaje un libro “Cazador Blanco, Corazón Negro”, libro que llevó en 1990 Clint Eastwood a la gran pantalla. En la escena que las sanguijuelas cubren el cuerpo de Bogart, Huston le hizo creer a este que algunas por error podrían ser reales, Bogart rodó la secuencia lo más deprisa que pudo, el rostro de horror que le vemos es real, con lo que la autenticidad fue máxima. Los censores pidieron algunos elementos de la historia, por lo de que dos amantes que conviven en una barca sin estar “civilizadamente” casados, por lo que se tuvieron que hacer algunos cambios.



La cinta cambia el final del libro. Como en la novela los dos son apresados por el Königin Luise y son juzgados como espías, pero al contrario que en la película el comandante germano decide que sería inhumano ejecutarlos, y se acerca a las posiciones británicas con bandera blanca y los entrega al comandante inglés, este envía a la pareja a la costa donde el Cónsul los casará, terminando con el comentario del narrador <Ya sea o no que vivieron felices para siempre no se decide fácilmente. Con lo que la famosa frase del comandante teutón tras casarlos a bordo es creación de los guionistas. Y lo de que el “Reina De África” hundió al Luisa después de muerto es una licencia también de los escritores. 


En conjunto es una muy recomendable película de aventuras con toques de romanticismo y humos magnos. Fuerza y honor!!!


Spoiler:

Me refiero al final Glorioso cuando Rose y Charlie ya han sido apresados por los alemanes y van a ser ahorcados por espías, Charlie pide al comandante germano (Peter Bull) que si puede casarlos antes, entonces se produce la frase mítica <Por la autoridad investida en mí por el Kaiser Guillermo II, os declaro marido y mujer. Proceda a la ejecución> delirante, y a continuación cual Cid campeador el Reina de África hunde al Luisa después de muerto, con lo que se produce el final feliz con los reciencasados huyendo a nado entre la confusión. Lo de que el barco tarde apenas segundos en sumergirse y que ningún alemán este cerca de ellos cuando están nadando es una licencia que hay que concederles por el grandioso rato que nos han hecho pasar hasta entonces.




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