EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COBARDE ROBERT FORD
Sugestivo film
desmitificador del oeste, dirigido por el neozelandés Andrew Dominik (su
segundo largometraje tras la producción aussie “Chopper”), adaptando la novela
homónima de Ron Hansen de 1983, la dramatiza la relación entre Jesse James y
Robert Ford, centrándose en eventos conducen al asesinato titular. Protagonizada
por Brad Pitt como James y Casey Affleck como Ford, con Sam Shepard,
Mary-Louise Parker, Paul Schneider, Jeremy Renner, Zooey Deschanel y Sam
Rockwell en papeles secundarios. La mayor parte del relato se desarrolla en
1881, cuando Jesse James tenía 34 años y su asesino Bob Ford 19. Mientras
planea su próximo gran robo, Jesse continúa librando una guerra contra sus
enemigos, un grupo salvaje y diverso, todos tratando de cobrar la enorme
recompensa en dinero y, lo que es más importante, la gloria prometida que
vendrá con su captura.
En 1881, el joven Robert
"Bob" Ford (Afleck), deslumbrado por su edad, busca a Jesse James
cuando la banda de James está planeando un robo de tren en Blue Cut (Missouri),
e intenta unirse a la banda con la ayuda de su hermano mayor Charley (Sam
Rockwell), que ya era miembro. El tren resulta llevar solo una fracción del
dinero que se pensaba originalmente, y un desanimado Frank James (Sam Shepard)
abandona la banda y a su hermano. Jesse regresa a su casa en Kansas City,
Missouri, trayendo consigo a los Ford, Dick Liddil (Paul Schneider) y al primo
de Jesse, Wood Hite (Jeremy Renner). Jesse envía a Charley, Wood y Dick lejos,
pero insiste en que Bob se quede para ayudar a trasladar los muebles a una
nueva casa en St. Joseph (Missouri). Bob comienza a admirar más a Jesse antes
de que lo envíen lejos. Se queda en la casa de campo de su hermana viuda,
Martha Bolton (Alison Elliott), donde se reúne con su hermano Charley, Hite y
Liddil. Liddil le revela a Bob que está en connivencia con otro miembro de la
banda de James, Jim Cummins, para capturar a Jesse por una recompensa
sustancial. Mientras tanto, Jesse visita a otro miembro de la banda, Ed Miller
(Garret Dillahunt), quien da información sobre el complot de Cummins.
Hay una hermosa
introducción con una mano en primer plano (muy ‘gladiotoriana’) acariciando la
hierba, seguido por varios cortes de la figura serena de Jesse James, sexteado
por la poética voz en off del narrador. Luego vemos de espaldas al antagonista
Bob Ford, habla con Frank James (Shepard), este se comporta de modo hostil ante
los halagos del joven, tras lo que se acerca a su ídolo con el que intenta
empatizar con medias verdades. Es el 7 de septiembre de 1881 y está a punto de
ocurrir un robo a un tren. Y por la noche tenemos el
asalto al tren, donde la maravillosa cámara de Deakins embellece de modo
espléndido (el DP considera el encuadre al tren con su luz acercándose en la
noche a la figura de Jesse James uno de los mayores logros de su carrera),
desde esa forma de parar la locomotora con el farolillo en la noche en medio de
la cerrada oscuridad. El director de fotografía utilizó varias técnicas
cinematográficas para darle al tren más presencia cuando estaba en total
oscuridad. La idea era generar sensación de atmósfera amenazante utilizando
únicamente linternas sostenidas por los delincuentes y la luz PAR de 5K montada
en la parte delantera del tren. Para realzar los negros, Deakins hizo ligero
bypass de blanqueamiento en el negativo, especialmente importante en términos
de reproducción de detalles.
Dominik consigue
imprimir de un cutáneo sentido lírico la narración, ya desde la evocadora voz
del narrador omnisciente (el editor Hugh Ross), pero sobre todo por la
sensacional fotografía del gran Roger Deakins, que compone cuadros de una
beldad cercano al ‘Síndrome de Stendhal’, influenciado por las pinturas de
Andrew Wyeth y de la ‘malickiana’ “Días de cielo”, en tonos marrones y negros,
jugando con el alabastro de los cristales por donde se ven muchas imágenes, enmarcando
de forma evocadora muchas tomas, provocando impresión cuasi onírica. Aparecen
varias secuencias time-lapse, filmadas por el operador de Steadicam Damon
Moreau, m arcando de modo lírico el inexorable paso del tiempo.
Ello aderezado por
unas actuaciones brillantes de todos, pero sobre todo de su pareja protagónica,
un Brad Pitt probablemente en la mejor de sus actuaciones en cine, superlativo
como transmite amenaza constante, como te mira y te desarma pareciendo en sus
silencios que penetra en tu mente; y un Casey Afleck extraordinario
transmitiendo un ser complejo y convulso en sus medias sonrisas y sus poses
inocentes; Todo esto adornado por la melancólica y trémula música del
australiano Nick Cave y Warren Ellis (habían colaborado previamente para crear
la premiada banda sonora de la película australiana “The Proposition” de 2005).
Nick Cave tiene un papel menor en la última parte de la película, hace de un
baladista ambulante en un bar lleno de gente interpretando "La balada de
Jesse James", canción popular que describe a Robert Ford como un cobarde,
que no sabe que el propio Ford está presente.
Un western revisionista,
donde están los elementos inherentes al género estadounidense por antonomasia,
asaltos a trenes, tiroteos, revólveres, cabalgadas a caballo, praderas surcadas
por jinetes, pero pasados por un tapiz donde todo resulta realista por la forma
seca y anti glamurosa con que acontece, aquí no hay héroes épica alguna, todos
los personajes son malvados en diferente medida. En lo que es una mirada serena,
pero ácida a las celebridades reales del wild west, y con ello proyectándolo a
todas las leyendas que idealizamos en una visión poética del pasado, cuando el
mítico Jesse James nos es presentado como un sanguinario paranoico, un
solitario misántropo, y frente a él un ‘gruppi’ joven que admira al mito con
devoción, lo ha seguido en el pasado a través de comics que lo ensalzaban. Ello
deriva en la obsesión, en las decepciones entre lo que esperas y lo que es
realmente, un retorcido estudio sobre la evolución de las amistades, sobre los
mecanismos de manipulación, sobre el fatalismo de sentirse arrollado por lo que
eres, preso de tu pasado y con un futuro sin escapatoria. Ello con tramos de
tensión cortante por la forma de encarar Jesse a sus ‘colegas’, con sequedad,
aridez, adustez. Estando en el núcleo el duelo psicológico entre Jesse y Robert
Ford, sentimos como el mítico forajido siente la inevitabilidad de su funesto
destino, ve enemigos por todos lados, y proyecta que es consciente que al final
será traicionado por uno de sus allegados; Por otro lado, está Bob, pusilánime
joven con relación devota de cuasi discípulo de Jesse termina siendo, por el
miedo, su particular Judas. Se transpira que Bob anhelaba sentimientos homoeróticos
por Jesse, esto atomizado en la escena en que este espía a Jesse que se baña en
la bañera, este lo percibe y Bob acaba diciéndole todo lo que tienen en común
ambos (¿?).
Hay que reseñar desarrollándose
de modo irregular, con gustándose demasiado a sí mismo Dominik, y olvidándose
del ritmo. Abriendo la historia a sub tramas que estiran de modo amorfo el
film, como la del choque entre los socios Wood y Dick, con una madrastra
hermosa de por medio, nada aporta y si desvía la atención de lo importante, aunque
el tiroteo que provoca esto es brutal en su recreación salvaje. En realidad, es
que como entretenimiento el film resulta muy denso, adolece de solidez, se
reitera en exceso en lo que ya sabemos, como inseguro el director repite la
idea y con ello se atasca en fases. Amen de que la parte final tras lo que da
forma al título es de gran fuerza dramática pero apresurado. Deberían haber liposuccionado
michelines y haber dado más poso a la parte del pos asesinato.
La cinta se puede ver como un estudio de personajes, en este sentido, a Jesse James lo conocemos ya en su zenit de fama, se dice que era más conocido que el presidente USA, ya es una leyenda del oeste indómito, es una figura mitológica de la cultura popular, se emparenta con Robin Hood por robar a los bancos y ferrocarril, dos grandes corporaciones abusivas, incluso era un símbolo de la causa sudista atacando símbolos yankis. Pero en la cumbre es en realidad un tipo solitario, temeroso de la traición de su entorno. Y también era visto como un carismático tipo Libre, viviendo como el quiso, al límite, por ello un Icono estadounidense. Lo tenemos en su presentación marcando su particular código ético en el asalto al tren, golpea con su pistola a un guardia, Jesse espeta a sus impactados cómplices: ‘Ellos tienen las reglas de su empresa, y yo tengo mi lado malo, y así es como hacemos las cosas aquí". Lo vemos en su otra faceta de hombre familiar con su esposa e hijitos. Se le intenta humanizar cuando lo vemos dar una paliza a un joven para sacarle una información y termina llorando por ello. Parece gustar de ser lisonjeado por Bob Ford, ello reflejado sobre todo en una turbadora escena en que Jesse, sentado en su mecedora en el porche corta cabezas de serpientes mientras su admirador le halaga con las ‘hazañas’ que este ha leído en historietas gráficas pulp, que Jesse ni afirma, ni desmiente haber perpetrado. Conforme avanza la trama Jesse es embestido como una figura con reminiscencias a Jesucristo (hay una secuencia en que camina sobre las aguas [heladas] de un lago, al que se le confiere una especie de poder místico para detectar secretos y mentiras en los que le rodean, y ya en el rush final, cual Jesús en la Última Cena, nada menos que en Semana Santa (Domingo de Ramos) parece saber quién será su Judas, y aceptará de modo estoico su aciaga muerte, cual sacrificio deidífico por su fama. Brad Pitt lo encarna con una seguridad en sí mismo portentosa, le otorga una fuerte personalidad, inquietante, enigmático, cansado, de mirada intensa, de sonrisa turbadoramente psicópata, emitiendo violencia latente en como manipula a los demás, como deja abiertas grietas (como cuando llora tras pegar a un niño), o como se deja ir en el tramo final de forma elegiaca.
Bob Ford es un joven
idealista, que se ha creado en su mente una visión mesiánica de Jesse James,
pero muchas veces lo que esperas y lo que es no son lo mismo, y encuentra en
Jesse a un psicópata amenazante, inquietante, violento. Este advenedizo que despierta
de su inocencia a hachazos de realidad, es encarnado por Casey Afleck de forma sensacional,
proyectando una turbadora mezcla entre inocencia y picardía, notándose en su
rostro como va desencantándose de Jesse en los diferentes ententes que tiene
con él. En el último acto del film Afleck se apodera de la pantalla con una
honda melancolía fatalista, se sabe marcado como símbolo de la cobardía,
asqueado por ello, pero a la vez viviendo de ello en sus más de 800
representaciones teatrales del magnicidio. Casey fue premiado con el Oscar por
su interpretación.
Aparte hay unos
secundarios que dan apoyo con vigor a la trama. Un Sam Rockwell notable, Sam
Shepard de fuerte personalidad que deja huella en su poco tiempo en pantalla, Jeremy
Renner bueno en su rol, y un tanto similar Paul Schneider como otro más de la
banda.
Spoiler:
‘La última media hora es
esencialmente una larga coda dedicada a la vida de Bob después, que comenzó con
15 minutos de fama mientras él y su hermano recreaban el asesinato en un
espectáculo itinerante. Charley se quita la vida, mientras Bob soporta una famosa
balada sobre "ese cobarde sucio" (interpretada en pantalla por Nick
Cave) antes de ser asesinado a tiros por otro buscador de fama.’
En los Óscar, obtuvo dos
nominaciones: Mejor actor de reparto para Affleck y Mejor fotografía para
Deakins. Affleck también fue nominado a un Globo de Oro, un Premio del
Sindicato de Actores de Cine y un Premio de la Crítica de Cine al Mejor Actor
de Reparto, mientras que Pitt ganó la Copa Volpi al Mejor Actor.
Ron Hansen hizo un cameo
como reportero de frontera; La narración estuvo a cargo de Hugh Ross, editor
asistente de la película; Nick Cave también aparece como cantante de folk en un
salón; Brad Pitt tenía escrito en su contrato que el estudio no podía cambiar
el nombre de la película.
El rodaje comenzó en
Calgary. El rodaje también tuvo lugar en otras partes de Alberta, incluyendo la
Iglesia McDougall en Morley-Alberta, McKinnon Flats, Heritage Park, el Fairmont
Palliser Hotel, el área de Kananaskis, varios ranchos privados y el histórico
Fort Edmonton Park. La ciudad histórica de Creede- Colorado, fue recreada a un
costo de $1 millón cerca de Goat Creek en Alberta. El rodaje también tuvo lugar
en Winnipeg en el histórico Exchange District de la ciudad; el Teatro Burton
Cummings (antes conocido como The Walker Theatre) y el Pantages Playhouse
Theatre.
La película fue
inicialmente editada por el director Dominik para ser "un examen oscuro y
contemplativo de la fama y la infamia", similar al estilo del director
Terrence Malick. El estudio se opuso al enfoque de Dominik, prefiriendo menos
contemplación y más acción. Una versión de la película tuvo una duración de más
de tres horas. Los productores Pitt y Ridley Scott y los editores Dylan
Tichenor y Michael Kahn colaboraron para ensamblar y probar diferentes
versiones. Tichenor abandonó la producción temprano para cortar There Will Be
Blood y fue reemplazado por el editor Curtis Clayton, quien finalmente terminó
la producción. Kahn fue contratado durante varias semanas como el editor
"de referencia" del estudio.
El forajido comenzó como guerrillero de la Confederación y tuvo una carrera llena de tiroteos como ladrón de bancos, trenes y diligencias. Se convirtió en un héroe popular y sigue siendo una sensación de la cultura pop, protagonista de más de 10 películas, un episodio de "Twilight Zone" e incluso una aparición en "The Brady Bunch".
“El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” ha estado en el estante durante un año, y Warner Bros. habría probado hasta media docena de cortes diferentes ante una respuesta indiferente del público. Los acontecimientos que aquí se describen fueron cubiertos de manera mucho más entretenida por Sam Fuller en su debut como director, “I Shot Jesse James”, tiene la mitad de duración. objetivo aclarar un poco las cosas mientras canibaliza una cultura de celebridades. hubo una película, "Jesse James Under the Black Flag" de 1921, el hijo de Jesse interpreta a su padre y contaba la saga como una historia real.
Me queda un film
precioso, exquisito sensorialmente, con una historia con calado emocional, con
personajes atractivos, actuaciones fenomenales, pero que la megalomanía del
director es su peor enemigo. Gloria Ucrania!!!
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