jueves, 26 de octubre de 2023

 


KING KONG. (2005)


Muy entretenido remake. Con motivo del 90 aniversario del estreno del mítico film parteaguas de Merian C. Cooper & Ernest B. Shoedsack “King Kong” (1933), me la he visto, y como afiche también he hecho lo propio con sus dos remakes oficiales, el de John Guillermin de 1976, con Jessica Lange como la bella Ann Darraw, y ahora le ha tocado al de Peter Jackson el 2005, con Naomi Watts. Realizado y producida, coescrita (junto a sus dos colaboradoras habituales, su esposa Fran Walsh y Philippa Boyens) por el neozelandés justo después de salir de la trilogía de “El Señor de los Anillos”, para Jackson el ver el film original fue el origen de su afición al cine, seguramente por ello se mantiene fiel a la historia primigenia, aunque casi extendiendo el metraje el doble, a más de tres horas (187 minutos), lo que aprovecha el director para dar más fondo a los personajes y las situaciones. Incluso añadiendo personajes nuevos, como es un marinero joven aficionado (Jamie Bell) a leer “Heart of Darkness” de Joseph Conrad, su figura paterna en el lugarteniente del capitán Hayes (Evan Parke), tiene su importancia el cocinero del barco (al que da vida Andy Serkis, el actor experto en capture-motion, famoso por dar vida al Gollum, y aquí embistiendo al gran gorila), también está el protagonista galán (Kyle Chandler) del film que se supone va a filmar el promotor del viaje a una misteriosa isla. Y están los clásicos de la trama en el mencionado líder del proyecto al que da vida un desubicado Jack Black, el guionista que se enamora de Ann al que encarna Adrien Brody, y una maravillosa Naomi Watts como el deux machine del Kong. “King Kong” de 1933 fue sensación de su época, y los efectos especiales stop-motion de Willis O'Brien establecieron un estándar que no fue superado durante décadas. El tema es el mismo que en 1933, como el ser humano es la peor de las bestias, su codicia y megalomanía no tiene límites.

 

Esta es una cinta donde Jackson hace continuas reverencias al de Cooper & Shoedsack, ya desde en el inicio sobreimpresionar el mismo dicho árabe inventado, colocar la historia en la misma fecha, haciendo guiños evidentes como hablar de una tal actriz Fay Wray (la que protagonizó el film antiguo). Incluso filma una escena descartada por la original, la del pozo de los insectos que se daba tras la escena de acción de tronco-puente, donde salían por grietas de un acantilado decenas de insectos gigantes. Pero Jackson para bien sabe proyectar parte de lo que queda en los márgenes, mejorando y puliendo aspectos de la del 33, escenificando con mayor peso dramático la Gran Depresión en Nueva York, pero sobre todo otorgando mayor hondura a Kong, haciéndonoslo ver como el último de su estirpe, una reliquia a punto de extinguirse, lo vemos en su ‘hogar’ al filo de un acantilado junto a calaveras de grandes simios, lo que le dota de un sentido melancólico, alguien condenado a la soledad, ello realzado por esa lírica imagen del gorila mirando desde el filo del tajo hacia el horizonte. La relación de Ann con el gran simio no es la de amor, de la primera, o la de (ridícula) lascivia de la de 1976, es más de empatía y entendimiento, él la protege y ella intenta divertirle, en lo que es un tributo a la comedia slapstick y a los espectáculos teatrales bufonesco. Ann ya no es la Scream Queen de la primigenia, aquí hay una relación de comprensión y cariño mutuo que cala en el espectador (ósea yo)

 

Ambientada en 1933, sigue la historia de un cineasta Carl Denham (Jack Black) ambicioso que obliga a su elenco y contrata a la tripulación del barco a viajar a la misteriosa Isla. Allí se encuentran con criaturas prehistóricas y un gigante legendario gorila conocido como Kong, a quien capturan y llevan a la ciudad de Nueva York. Tenemos al escritor Jack Driscoll (Adrien Brody), dramaturgo serio enormemente admirado por Ann (Naomi Watts), la que será la protagonista del film. Carl también trae consigo a un asistente (Colin Hanks) y al protagonista Bruce Baxter (Kyle Chandler). El barco está a cargo del Capitán Englehorn (Thomas Kretschmann), el primer oficial Hayes (Evan Parke), el joven Jimmy (Jamie Bell) que aprende en el trabajo y el cocinero Lumpy (Andy Serkis).

 

La cinta se extiende en el tramo del comienzo en Nueca York, mostrando la pobreza del tiempo en las colas de los vagabundos para comer, también en las carencias de la protagonista Ann, que malvive como actriz. También asistimos a la pasión desmedida por el cine que él pone el productor Carl Denham a su trabajo, llegando a manipular a unos y otros para sus objetivos, embarcando a un variopinto grupo de personas en esta enigmática travesía.

 

Luego tenemos el segundo tramo, que es la navegación en sí, donde los caracteres siguen desarrollándose, sobre todo la relación del autor Driscoll con Ann, este romance, como en todas las anteriores es un parche, dodne Brody solo puede llegar a cumplidor con un rol de acompañante. Realmente estos caracteres, sobre todo los nuevos mencionados, forman una película aparte un tanto impostada, pues estorba con respecto a lo importante, tanto que en la parte final desaparecen.

 

El tercero y más grueso y que se hace esperar, es el tramo en Skull Island, a la que se llega en medio de una intensa secuencia donde el barco debe sortear hostiles farallones de piedra en medio del mar junto a la ínsula. Aquí Jackson vuelve a referenciar a la original con la visión de un mastodóntico muro, al igual que la antigua con un discordante portón (si no quieres que pase a este lado lo que hay tras él, para que poner una entrada?). Tenemos (tras una calma tensa) a una tribu violenta. Tenemos el rapto de Ann por esta tribu, aquí cambiando la forma del secuestro con una imaginativa secuencia de pértigas. Esta como colocan a Ann amarrada para ser ofrecida en sacrificio a algo que no hemos visto aún. Y aparece en el minuto .. el gran gorila, y Jackson vuelve a poner imaginación visual, pues vemos como el simio se la lleva por la selva, pero desde el nervioso punto de vista de Ann. Tras ella (como en el original) la tripulación del barco. Entrando con ellos en una especie de revisión de la novela de Arthur Conan Doyle “The Lost World” (1912), que a su vez también era inspiración para Michael Crichton y su “Jurassic Park” llevada al cien por Spielberg. Y es que los perseguidores se toparan con todo tipo de animales prehistóricos. El primero de los encuentros será con una estampida de brontosaurios por un desfiladero con algunos velociraptors, donde los humanos intentan no ser aplastados, en una secuencia chapucera en lo que respecta a los f/x, se nota demasiado el CGI, casi se pueden ver las enormes patas traspasando en modo fantasma a los humanos. Tenemos el viaje de vuelta a su hogar de Kong con su ‘regalo’, pelea con un ciempiés gigante, y tres T-Rex (en la original era contra uno, aunque si acaba con el último de la misma forma abriéndole la mandíbula hasta …), donde los efectos visuales mejoran bastante, hasta ser impresionantes. Lo que me hace preguntarme como ha sobrevivido Kong para hacerse grandioso si este hábitat es tan salvaje. Tendremos la mencionada secuencia descartada en 1933, con todo tipo de insectos y arañas de metros de envergadura intentando devorar humanos, tremendo como van emergiendo de las cavidades de las paredes oscuras. Hay otra secuencia propia de Jackson, donde muestra a Kong en su ‘hogar’ un alto promontorio en medio de un acantilado, desde donde el gorila disfruta de modo nostálgico (marcado esto por las calaveras y esqueletos de sus antepasados que le rodean) de la puesta de sol. Ann al verlo contemplativo denota no es una amenaza para ella, e intenta crear un vínculo afectivo haciéndole números de comedia de vodevil y malabarismos, el gorila se muestra curioso ante lo que ve, esto nos lleva tras una elipsis a ver a Ann durmiendo sobre el brazo cálido del simio, el gorila se ha convertido en su protector. En este lugar tendremos una colosal batalla de Kong frente a unos enormes murciélagos. Tendremos como los visitantes capturaran a Kong (como en la original), lo hacen de forma distinta, aunque al igual que en la del 33 hay una elipsis y no nos enteramos como lo pueden llevar (no en a del 76 que si dan sentido a como se lleva en la bodega de un petrolero); El tramo en Skull Island  me ha resultado ameno, pero demasiado extendido, aquí lo importante es Kong, el ver caer uno tras otro a personajes con los que apenas hemos conectado resulta entretenido, pero Jackson se excede en lo aparatoso (aunque sin sangre, para hacer el producto para todos los públicos), perdiendo el núcleo de lo crucial, Solo sirve esto para mostrar la obsesión enfermiza de Jack Driscoll por su película. Ah, como en la del 33, aquí a la vuelta han desaprecido los nativos (¿?).

 

Y bajo el esgrimido lema capitalista de Carl Denham: “El mundo entero pagará por ver esto. Por el precio de una entrada… Kong, la Octava Maravilla del Mundo!”. Entramos en la capital del mundo en el cuarto y climático tamo. Cuasii calcado de la original, con Kong atado con grilletes y cadenas en un escenario de teatro en Manhattan para ser atracción de feria. Aquí destaca aquello de que ‘Cuando la leyenda se convierte en un hecho, se escribe la leyenda’, me refiero a que la verdad no te estropee una buena noticia, sobre quien fue realmente el que ‘salvó’ a Ann en Skull Island. Y por supuesto, a pesar de que Carl dice al público que no puede escapar, lo hace. Está la huida por Manhattan, destrozando todo a su paso, homenajeando la escena en que el simio del 33 coge un vagón de tren con gente y ‘juega’ con él. Tenemos un encuentro entre Ann y King Kong mucho más natural que el muy forzado de la del 33, donde ‘paseando’ Kong por Nueva York la encuentra en un apartamento, mete la mano y la coge y está solo grita), aquí mejora con naturalidad emocional el reencuentro. Nos regala un poético patinaje por un estanque de Central Park, roto este hermoso momento por la violencia atávica del hombre. Y llegamos, como no, al clímax en el Icono Empire State Building, emparejando esto hábilmente a Kong en el promontorio en Skull Island. Pero el hombre será el peor de las bestias, y tendremos el ataque con aviones de combate., resulta conmovedor este tramo, de los que cala y te pone el vello de punta, y me considero frio. La relación entre el Gran Gorila y la mujer resulta mucho más entrañable que en las anteriores, para ello Naomi Watts tiene mucho que ver en su complicada actuación (recordar que esta actuación frente al simio sería frente a un croma), cargando de sentimiento su expresividad. Pero también vibrante y vigorosa es la encarnación de Andy Serkis del mico en capture-motion, ¡brillante dotando de emociones su rostro, su mirada, fenomenal. Entre los dos hay una química magna, su intimidad se roza, y te hace estremecer en su catárquico final.

 

Entre el reparto destaca por lo fuera de lugar de Jack Black, lo veo poco creíble en un rol que hacia falta un actor con carisma, y Juan Negro no es de ellos, esto hace que decaiga por este lado en cada aparición del humorista; Resto son meras perchas para las escenas de acción.   

 

La fotografía de Andrew Lesnie (el del oscarizado de la saga de los anillos) crea una prodigiosa fotografía arenosa en miscelánea con los efectos especiales, con tomas suntuosas de manhattan desde el cielo, creando una ciudad idealizada maravillosa, pero sobre todo apoteósica en Skull Island. Todo ello atomizado por el gran diseño de producción de Grant Major (otro oscarizado en la saga anillar), sobre todo homérico en la creación de la legendaria Isla Calavera; las criaturas creadas por Richard Taylor; siendo el supervisor senior de efectos visuales Joe Letteri (otro de la saga oscarizado [5]); La música de James Newton Howard (“El sexto sentido” o “Batman Begins”), sustitución de último minuto de Howard Shore, sabe amoldarse con brío a las escenas en cada tono, pero sin trascender.

 

‘Jackson vio a King Kong como una oportunidad para innovaciones técnicas en captura de movimiento y encargó a Christian Rivers de Weta Digital que supervisara todos los aspectos del desempeño de Kong; Serkis para King Kong se preparó trabajando con gorilas en el Zoológico de Londres. Luego viajó a Ruanda, observando las acciones y comportamientos de los gorilas en libertad. Rivers explicó que la captura detallada de la actuación facial de Serkis se logró debido a las similitudes entre los rostros humanos y de gorila. Serkis tuvo que pasar dos horas de maquillaje de captura de movimiento todos los días, con 135 pequeños marcadores colocados en diferentes puntos de su rostro. Después de la fotografía principal, Serkis tuvo que pasar dos meses adicionales en un escenario de captura de movimiento, imitando los movimientos de Kong para los animadores digitales de la película.’

 

‘En preparación para su papel, Watts se reunió con la Ann Darrow original, Fay Wray. Jackson quería que Wray hiciera un cameo y dijera la última línea del diálogo, pero ella murió durante la preproducción a los 96 años; Los extras nativos de Skull Island fueron interpretados por una mezcla de actores asiáticos, africanos, maoríes y polinesios rociados con maquillaje oscuro para lograr una pigmentación consistente.’

 

‘Peter Jackson tenía nueve años cuando vio por primera vez la película de 1933 y estaba llorando frente al televisor cuando Kong recibió un disparo y se cayó del Empire State Building. A los 12 años, intentó recrear la película usando la cámara de cine Super 8 mm de sus padres y un modelo de Kong hecho de alambre y caucho con el abrigo de piel de su madre como cabello, pero finalmente abandonó el proyecto. King Kong finalmente se convirtió en su película favorita y fue la principal inspiración para su decisión de convertirse en cineasta cuando era adolescente. Leyó libros sobre la creación de King Kong y coleccionó recuerdos, así como artículos de Famous Monsters of Filmland. Jackson rindió homenaje a la película de 1933 al incluir la Isla Calavera como el origen de la plaga zombi en su película Braindead de 1992. Jackson inicialmente rechazó la oferta de la Universal de King Kong, pero "rápidamente se molestó por el hecho de que alguien más se haría cargo", continuó Jackson, "y la convertiría en una película terrible; eso me persiguió y finalmente dije que sí". a Universal".’

 

‘En la escena en la que Kong sacude a los marineros supervivientes que persiguen a Ann y a él mismo desde un tronco hacia el barranco, por ejemplo, los directores Merian Cooper y Ernest B. Schoedsack originalmente pretendían representar arañas gigantes que emergían de la roca para devorar sus cuerpos. Esto fue cortado de la impresión de lanzamiento original. Los fanáticos de Kong solo a través de una rara imagen que apareció en Famous Monsters of Filmland. Jackson incluyó esta escena y la desarrolló. Jackson, Walsh y Boyens también citaron como inspiración la novelización de King Kong de 1932 de Delos W. Lovelace, que incluía al personaje Lumpy (Andy Serkis).’

 

‘Camperdown Studios en Miramar, Nueva Zelanda. Camperdown albergó la aldea nativa y la Gran Muralla, mientras que las calles de la ciudad de Nueva York se construyeron en su terreno trasero y en Gracefield en Lower Hutt, Nueva Zelanda. La mayoría de las escenas de SS Venture se filmaron a bordo de una plataforma a gran escala construida en el estacionamiento de Camperdown Studio y luego se respaldaron con una pantalla verde, con el océano agregado digitalmente en la posproducción. Las escenas ambientadas en el teatro de Broadway de las que King Kong escapa fueron filmadas en la Ópera de Wellington y en el Teatro Cívico de Auckland. El rodaje también tuvo lugar en Stone Street Studios, donde se construyó un nuevo escenario de sonido para acomodar uno de los decorados. Durante el transcurso de la filmación, el presupuesto pasó de $ 175 millones a $ 207 millones más el trabajo de efectos visuales adicionales necesario, y Jackson extendió el tiempo de ejecución de la película en treinta minutos. Jackson cubrió él mismo el excedente de 32 millones de dólares y terminó el rodaje en marzo de 2005. La duración de la película también creció; Originalmente estaba previsto que durara 135 minutos, pero pronto creció a 200, lo que llevó a los ejecutivos de Universal a volar a Nueva Zelanda para ver un primer montaje, pero les gustó y se abordaron sus inquietudes.’

 

‘Cuando Driscoll busca un lugar para dormir en la bodega de almacenamiento de animales, una caja detrás de él dice Mono Rata de Sumatra: Cuidado con la mordedura! Esta es una referencia a la criatura que causa el caos en la película Braindead de Jackson de 1992, en sí misma una referencia a la rata gigante de Sumatra mencionada en Sherlock Holmes. En esa película, se describe que el mono rata se encuentra únicamente en la Isla Calavera; Jimmy lee parte de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad mientras se dirige a la Isla Calavera, y en un momento compara su viaje con el de la novela.’

 

‘Referencias al King Kong original de 1933: Jackson le pidió a Fay Wray, la Ann Darrow original, que apareciera en un breve cameo en el que pronunciaría la última frase de la película: "Fue la belleza la que mató a la bestia". Al principio ella se negó rotundamente, pero luego pareció considerar la posibilidad. Sin embargo, murió poco después de su encuentro con Jackson. Como en la película original, la línea finalmente fue dirigida al personaje de Carl Denham; Se ve un anuncio de Universal mientras Kong destroza Times Square. En la película de 1933, apareció un anuncio de Columbia Pictures en el mismo lugar y los diseñadores de producción lo replicaron, pero Columbia pidió una gran cantidad de dinero por su uso, por lo que los artistas de efectos lo reemplazaron; Cuando Denham está considerando quién interpretará el papel antes de conocer a Ann, sugiere "Fay", pero su asistente Preston responde: "Ella está haciendo una película con RKO ". Se escucha música de la película de 1933 y Denham murmura: "Cooper, eh? Podría haberlo sabido". Fay Wray protagonizó la película de 1933, dirigida por Merian C. Cooper y estrenada por RKO. En ese momento ella estaba actuando en otra producción de Cooper/Schoedsack, The Most Dangerous Game con Robert Armstrong; En la película de 1933, Cooper inventó un "proverbio árabe" sobre "la bella y la bestia". La nueva versión de 2005 repite el falso proverbio; Al principio de esta película, Denham filma una escena para su película en la que Ann, en el personaje, proclama que nunca antes había estado en un barco y Bruce Baxter improvisa líneas que proclaman molestia. El diálogo que intercambian está tomado textualmente de las primeras escenas entre Ann y Jack Driscoll en la película de 1933. Irónicamente, en esta película, Jack Driscoll expresa su desaprobación por tales palabras hacia Ann; La aparición de Kong en el escenario de Nueva York se parece mucho a una recreación de la escena del sacrificio de la película de 1933, incluidos los postes a los que está vinculada la "bella" y la actuación, el vestuario y el maquillaje de cara negra casi idénticos de los bailarines . Además, la música interpretada por la orquesta durante esa escena es la partitura original de Max Steiner para la película de 1933; La batalla entre Kong y el último V. rex es casi movimiento por movimiento como la última mitad de la pelea entre Kong y el T. rex en la película de 1933, hasta que Kong juega con la mandíbula rota del dinosaurio y luego se pone de pie golpeándose el pecho y rugiendo victoriosamente; Después de que el equipo captura a Kong en la playa, Denham pronuncia una frase de la película de 1933: "El mundo entero pagará por ver esto! Somos millonarios, muchachos! Lo compartiré con todos ustedes. En unos meses, Su nombre estará iluminado en Broadway! KONG, LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO!"’

 

Fue un éxito comercial, recaudó más de 562,9 millones de dólares y se convirtió en la cuarta película más taquillera en la historia de Universal Pictures en ese momento y la quinta película más taquillera de 2005. Generó 100 millones de dólares en ventas de DVD tras el lanzamiento de su vídeo doméstico en marzo de 2006. Ganó tres Oscar: Mejor Edición de Sonido, Mejor Mezcla de Sonido y Mejores Efectos Visuales.

 

El director Jackson aparece con el maquillador Rick Baker como el piloto y artillero del avión que mata al personaje principal, sus hijos aparecen como niños de Nueva York, el coproductor de “El Señor de los Anillos”, Rick Porras, y el director de “The Shawshank Redemption”, Frank Darabont. Aparecen como artilleros en los otros aviones, y Bob Burns y su esposa aparecen como espectadores de Nueva York. Howard Shore, colaborador frecuente de Jackson, hace un cameo como director del teatro de Nueva York del que Kong escapa. Inicialmente, Shore iba a componer la película antes de su salida.

 

Nunca puede ser mejor que la primera, pues pierde de inicio en la originalidad, la frescura, el encanto, e incluso parte de su inocencia crearon una seducción eterna. Esta es un buen homenaje, incluso mejorando algunos aspectos, aunque a Jackson le pierde su (como a Driascoill) megalomanía, queriendo meter mucho, cuando no era necesario atiborrar al espectador, cuando ya tienes de por si una historia cautivadora. Gloria Ucrania!!!

 

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