sábado, 4 de marzo de 2023



LA CONQUISTA DEL OESTE.

Con motivo del reciente 60 aniversario del estreno de este popular film me lo he revisionado. Es un aparatoso y fallido intento de hace un pretencioso film Total sobre el género western, incorporando todo tipo de tópicos del género, como ladrones, tiroteos, salones con bailarinas, la fiebre del oro, tahúres, caravanas, ataques de indios, la Guerra de Secesión, el telégrafo, el Pony Express, estampidas de bisontes, la construcción del ferrocarril, o un asalto a un tren en marcha. Quiere abarcar demasiado y aprieta poquito (siendo generoso). Anhela contar la historia de los Estados Unidos a lo largo del siglo XIX en dos horas y media (se olvidan de mencionar la Guerra con México de 1846-1848, que multiplicó los estados e la nación norteamericana), producción que deseaba transmitir el espíritu de los pioneros que colonizaron y con ello expandieron la nación USA. Estábamos en los años 50, y la tv hacía pupa a las salas de cine, con lo que las grandes compañías de Hollywood querían ofrecer novedades que devolvieran a las masas de espectadores frente a la gran pantalla y los alejara de la ‘caja tonta’, de ahí los grandes formatos panorámicos (e incluso se intentó con el 3D) para epopeyas ‘More Than Life’ como “Cleopatra”, “Spartacus”, o “El Cid”, la MGM había triunfado con “Ben-Hur” e inició una serie de grandes producciones épicas como fueron las nuevas versiones de “Cimarron”, “Four Horsemen of the Apocalypse” y “Mutiny on the Bounty”. Y en esto nació el Cinerama, proceso de filmar con tres cámaras sincronizadas y proyectadas por medio de tres proyectores de 35 mm trabajando en igual sincronía, una imagen panorámica, incrementando su detalle y tamaño, sobre una enorme pantalla curva como pantalla que envolviese al espectador, con el hándicap que si te fijas ves los cortes de cada cámara, y en pantalla plana ves las tomas panorámicas en ojo de pez, con trenes doblados, horizontes curvos, cruce de indios atacando en sentido contrario. Solo se filmaron dos películas en este modo, la otra fue “El maravilloso mundo de los hermanos Grimm”. Aunque el western se filmó primero, se estrenó en segundo lugar. Aun siendo éxitos de taquilla el proceso era muy complicado y traía demasiados inconvenientes técnicos. Siguió habiendo títulos estrenados en Cinerama en los años siguientes y hasta incluso en el siglo XXI, pero ninguno de ellos fue filmado con el proceso de tres cámaras.

 

En este caso no escatimaron en presupuesto, prueba de ello es su nutrido elenco de estrellas como James Stewart, Gregory Peck, Karl Malden, Walter Brennan, John Wayne, Henry Fonda, Lee J. Cobb, Eli Wallach, Debbie Reynolds, Thelma Ritter, y Richard Widmark, también salen en roles muy secundarios Harry Dean Stanton y Lee Van Cleef, testimonial y sin decir palabra aparece en su última actuación antes de su muerte Raymond Massey como Abraham Lincoln (rol mantra para él), ah, en este reparto coral se le puede llamar protagonista a George Peppard (el eterno Annibal de “El equipo A”). Narrando la acción nada menos que Spencer Tracy, brillando los fenomenales escenarios naturales en toda su ampulosidad en las tomas de paisajes que desbordan la pantalla desde las infinitas praderas, el río Ohio, el rio Missisippi, los desiertos, la cordillera de los Apalaches, el Monument Valley.

 

Pero como film de entretenimiento o que emocione dramáticamente va dando tumbos sin conseguir ni lo uno, ni lo otro. Es un producto tan impersonal y artificioso que lo dirigieron nada menos que cuatro cineastas en diferentes niveles, la historia está dividida en cinco fases temporales más un epílogo, cada una con un título, Henry Hathaway dirige tres (‘The Rivers’, ‘The Plains’, y ‘The Outlaws’), John Ford (encargado del interludio de ‘The Civil War’) y George Marshall (se encarga del tramo de ‘The Railroad), mientras escenas adicionales filmadas por Richard Thorpe (no acreditado), siendo el guion de James R. Webb (“El cabo del Terror” o “El gran combate”).

 

Un argumento que sigue a una familia de pioneros a lo largo de varios lustros, recorriendo eventos cruciales en el país con varias generaciones, todo ello narrado a salto de mata, donde la idea está por encima de la hondura emocional, el querer ser didáctica termina devorando al propio film. Ello poblando la pantalla de personajes clichés, sin carácter definido, con apariciones de estrellas que parecen excusas baratas como gancho del público, donde pasan situaciones que se exponen con poco atractivo, ni siquiera en la acción es una producción con imán, no hay una escena que realmente aguante para el recuerdo. Es un despliegue sin más de tópicos del genero, pero sin nada que aportar.

 

Comienza con la narración de Spencer Tracy mientras la cámara aérea recorre las Montañas Rocosas. "Esta tierra tiene un nombre hoy", dice Tracy en las primeras líneas de la película, "y está marcada en los mapas".

 

Los ríos (1839) sección dirigida por Henry Hathaway:  Vemos pioneros, sus duras condiciones de avances hacia el oeste, los roban, pasan por peligrosos rápidos (vista hoy día, el montaje cata es falso lo que vemos, con primeros planos con fondos trampantojos, y planos abiertos donde se ve no son los protagonistas los que están sobre las balsas, ejemplo chistoso es las mujeres que cambian de físico notoriamente), mueren, y sin embargo me deja frío. Queda la forma en que muere gente en elipsis y te quedas, ‘De verdad han fallecido? Pues vale’.

 

Vemos la Fiebre del Oro de un modo tangencial ridículo, mediante una cabaretera encarnada por Debbie Reynolds, a la que le legan una mina de oro y viaja con una wagon master a por sus ganancias. Esto sirve para introducir las caravanas que marchaban al oeste con las familias y sus sueños, en esto hay tropencientas mil pelis mejor que este anodino tramo, donde por supuesto meten un ataque de indios cheyenes (puaj). También está ahí para que veamos a los tahúres que había por el oeste, encarnado en un Gregory Peck que parece disfrutar en su rol de tópico con patas y ojos. Nada me mueve a estar viendo algo especial hasta ahora. Ah, nos meten un chirriante número musical ("Raise a Ruckus Tonight") en medio del viaje de la caravana (supuestamente en medio del desierto, cuando canta ser en un set) con la Reynolds saltando entre la gente como poseída no se sabe porque o quien (ridículo). Tiene dos canciones más, "A Home in the Meadow" con la melodía de "Greensleeves", pero estas al menos son sobre un escenario. La idea del sueño del triunfo efímero adornado de un romance plano, me ha dejado entre frío y bajo zero. Lo único reseñable, es la presencia de una siempre carismática y visceral Thelma Ritter.

 

Estamos en la Guerra Civil, narrada con un preámbulo desconcertante, donde no se hace mención a los negros esclavizados en el Sur, un insulto a la inteligencia. Vemos a Raymond Massey como Lincoln sin decir palabra. Zeb, rol que da vida George Peppard vive como granjero, no le gusta, y a pesar de las reticencias de su madre se alista. John Ford rueda con brío la Batalla de Shiloh, pero sin ser algo notable. Tras ello una reflexión superficial sobre la guerra en como se unen dos desertores, uno de cada bando, tras ello los dos escuchando a hurtadillas una conversación privada entre los generales Ulysses S. Grant (Harry Morgan) y William Tecumseh Sherman (John Wayne, que aparece en dos escenas contadas), el sudista ver la oportunidad de atentar contra los cabezas bélicos contra la Confederación y … pues lo esperado, sin sorpresa alguna. Y ya hemos cumplido con la guerra, nada del final, quien ganó o las consecuencias para el sur. Comparar este tramo con las decenas de películas sobre el conflicto filmadas es un insulto para el resto.

 

El ferrocarril (1868) sección dirigida por George Marshall: La voz en off de Tracy narra (como parte de las arterias que vertebraron USA nada menso que la unión de las dos costas) como se construyeron dos líneas ferroviarias que compiten ferozmente, Central Pacific Railroad y Union Pacific Railroad, una construida hacia el oeste y la otra hacia el este, abren un nuevo territorio para colonos ansiosos. Ello en claro conflicto con los territorios nativos a los que se les engañó una y otra vez contratados de usar y tirar. Esto si queda claro en este segmento, pero narrado sin garra alguna, en modo teletexto, aunque se da la justificación al expolio y marginación de los nativos por los emigrantes europeos ávidos de nuevas tierras de esperanza, se siente la autocrítica muy condescendiente (tampoco podemos pedir más por el tiempo en que se rodó). El clímax es una estampida de bisontes (sin sentido por ser una táctica ridícula de los indios contra los colonos) que realmente es espectacular como se rueda, pero nunca vemos durante ello las consecuencias de lo que pasa, hasta el final, y con ello resulta claramente impostado, amén del como el Cinerama hace que los animales vayan en una extraña curva que desvía la atención e intensidad requerida del espectador, acaba el caos, hay muertos, pero como casi siempre que ocurre resulta de una gelidez ambiental plúmbea.

 

Los forajidos (1889) dirigida por Hattaway: Este segmento supongo está para dar una escena climática sobre un tren. Muy liso todo lo que acontece, todo tan previsible como el día y luego la noche. Una rivalidad entre el bueno y el malo que acaba en un tren en marcha. Coronado con una escena de acción con un puñado de troncos amarrados con cadenas en un vagón teniendo importancia. Solo destacable pro la presencia de un siempre brillante Eli Wallach. Si este tramo estaba para decirnos que en el salvaje oeste había forajidos, al parecer se les olvidó que en el primer bloque estaban los piratas de rio. Y llegamos al final y no hay sentimiento alguno que me haya aflorado.

 

Hay un epílogo dirigido por Henry Hathaway con imágenes aéreas (supongo de helicóptero), donde se hace pompa sobre la evolución de USA a lo largo del SXX, vemos la presa Hoover, ciudades modernas como Los Ángles con su red intrincada de autopistas atestadas de coches, o el icónico puente sanfranciscano del Golden State. Algo muy petulante para ensalzar un film rutinario, con muchas más ínfulas que calidad.

 

Películas con transiciones torpes, sin asideros de personajes a los que agarrarnos, todo muy buenista, sin querer hacer sangre con las tropelías USA con por ejemplo las masacres de indígenas. John Ford en su magistral "El hombre que mató a Liberty Valance" contaba un trillón de veces mejor la evolución estadounidense que este pastiche autocomplaciente.

 

La película marcó la última aparición de Raymond Massey, entonces de 66 años, como Abraham Lincoln, un papel que interpretó anteriormente en el escenario (Abe Lincoln en Illinois y la adaptación teatral de John Brown's Body), en la pantalla (Abe Lincoln en Illinois) y en televisión ( The Day Lincoln Was Shot , y dos producciones más de Abe Lincoln en Illinois ).

 

En 1960, MGM llegó a un acuerdo para producir cuatro películas en el proceso de Cinerama y Bing Crosby se acercó al estudio con una propuesta. Estaba desarrollando un espectáculo televisivo llamado How the West Was Won basado en fotografías del Viejo Oeste en vida, con ganancias destinadas al St. John's Hospital, junto con un álbum inspirado en el mismo artículo grabado con Rosemary Clooney. MGM compró los derechos cinematográficos de Crosby. MGM anunció el proyecto en junio de 1960, originalmente titulado The Great Western Story. El plan era filmar una historia de seis segmentos con 12 estrellas, con una trama general cohesiva. Entre las figuras históricas que se presentarán se encuentran Buffalo Bill, los hermanos James y Billy the Kid. La presidenta del St. John's Hospital, Irene Dunne, y otros persuadieron a las estrellas de la película para que aceptaran menos de sus honorarios habituales. Sin embargo, el hospital luego demandó por una parte de las ganancias de la película. Bernard Smith fue asignado como productor y contrató a James Webb para escribir el guión. George Peppard fue anunciado como protagonista, e Irene Dunne y Bing Crosby fueron originalmente anunciados como estrellas. Laurence Harvey y John Wayne también estaban programados para aparecer juntos en una secuencia. Wayne y Spencer Tracy habían confirmado sus planes de interpretar a los generales Sherman y Grant para un segmento dirigido por John Ford, y también se había contratado a James Stewart. Otros papeles serían para Gregory Peck, Debbie Reynolds, Russ Tamblyn y Carroll Baker, mientras que Henry Hathaway y George Marshall también dirigirían a partir de un guión de James Webb. Crosby estaba programado para proporcionar la narración. Jim Hutton estaba destinado a aparecer en el segmento de la Guerra Civil. Eventualmente, Harry Morgan apareció como Grant cuando Tracy no estaba disponible. En última instancia, la película contenía cinco secciones: la migración de la década de 1830, la fiebre del oro de la década de 1840, la Guerra Civil, la construcción del ferrocarril y la "domesticación" del Salvaje Oeste, con la historia de una familia a lo largo de tres generaciones proporcionando el puente entre cada período de tiempo. El presupuesto se fijó en al menos $ 8 millones. John Ford dirigió el segmento de la Guerra Civil, George Marshall el segmento ferroviario y Henry Hathaway el resto. "Queríamos tres viejos profesionales, no jóvenes genios", dijo Smith. [dieciséis]

 

Ampliamente considerada una de las mejores epopeyas de Hollywood. recibió elogios generalizados de la crítica y fue un éxito de taquilla, recaudando $50 millones con un presupuesto de $15 millones. En Los Oscar obtuvo ocho nominaciones, incluida la de Mejor Película, y ganó tres, por Mejor Historia y Guión Escrito Directamente para la Pantalla , Mejor Sonido y Mejor Edición de Película. En 1997, fue seleccionado para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso como "cultural, histórica o estéticamente significativo".

 

Un problema más difícil fue que la filmación requería que los actores se colocaran artificialmente fuera del marco dramático y emocional y fuera de sincronización entre sí. Solo cuando el proceso Cinerama de tres copias se proyectó en una pantalla Cinerama se sincronizaron las posiciones y las emociones de los actores, como el contacto visual normal o la armonía emocional entre los actores en una secuencia dramática. Debido a la naturaleza de Cinerama, si la película se mostrara en proyección de pantalla plana, parecería como si los actores no hicieran contacto visual.

 

El especialista Bob Morgan, esposo de Yvonne De Carlo, resultó gravemente herido y perdió una pierna durante un descanso en la filmación de un tiroteo en un tren en movimiento mientras filmaba la parte de Outlaws. Las cadenas que sostenían troncos en un automóvil de plataforma se rompieron y aplastaron a Morgan cuando se agachó junto a ellos.

 

Spencer Tracy en su soliloquio final: ‘El oeste que fue conquistado por sus pioneros, colonos y aventureros ya no existe. Sin embargo, es de ellos para siempre, porque dejaron huellas en la historia que nunca serán erosionadas por el viento o la lluvia, nunca sepultadas por tractores, nunca enterradas en un abono de eventos. De la dura sencillez de sus vidas, de su vitalidad, de sus esperanzas y tristezas, nacieron leyendas de coraje y orgullo para inspirar a sus hijos ya los hijos de sus hijos. Del suelo enriquecido por su sangre, de su fiebre por explorar y construir, salieron lagos donde antes hubo desiertos ardientes, salieron los bienes de la tierra; minas y campos de trigo, huertas y grandes aserraderos. Todos los tendones de un país en crecimiento. De sus toscos asentamientos, sus puestos comerciales surgieron ciudades que se ubicaron entre las más grandes del mundo. Todo el patrimonio de un pueblo libre para soñar, libre para actuar.’

 

Me queda una película irregular, desequilibrada, que como mucho llega a entretenidilla. Gloria Ucrania!!!

 

PD. La película en 1978 inspiró un spin off serie de televisión homónima.

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