viernes, 8 de agosto de 2014


EL PATRIOTA.
La Patria Es La Familia.
Muy entretenida cinta de aventuras realizada por el alemán Roland Emmerich en lo que es su mejor trabajo hasta entonces, de una factura visual impresionante, con una historia épica enmarcada en un momento histórico crucial, tomando para ello referencias de los personajes en reales, aunque tomándose algunas licencias. Hecha a mayor gloria del carismático Mel Gibson, con un guión de Robert Rodat (“Salvar Al soldado Ryan”) inteligente que construye grandes momentos, siendo una reflexión sobre la familia y como al final es lo único por lo que vale la pena luchar, la familia es la verdadera Patria.

El escenario es el estado de Carolina Del Sur durante la Revolución Americana en 1776, Benjamin Martin (buen Mel Gibson), es el viudo patriarca de una familia con 7 hijos, es dueño de una plantación, veterano de la Guerra contra los franceses y los indios en la que se hizo famoso y por la que es conocido como “El Héroe De Fort Wilderness”, sufre las secuelas de los salvajes estragos del conflicto. Cuando comienza la guerra contra los ingleses Benjamin se abstiene de alistarse, no quiere dejar solos a sus hijos. El mayor de sus vástagos, Gabriel (buen Heath ledger) se lo echa en cara y más tarde se alista en con los rebeldes contra de la opinión de Benjamin, pero los acontecimientos que se suceden lo fuerzan a unirse a los Continentales, el coronel continental Harry Burwell (buen Chris Cooper) le conmina  a formar una milicia, sembrará el pavor entre las tropas inglesas con su estrategia de guerra de guerrillas, en la que estará su hijo Gabriel,  le ayudará en el adiestramiento el Mayor francés Jean Villeneuve (buen Tchéky Karyo), provocando que Lord Cornwallis (gran Tom Wilkinson) ordene al sádico coronel de los Dragones William Tavington (buen Jason Isaacs) que acabe a toda costa con él, mientras se suceden las batallas cruciales por la hegemonía en el continente. En la historia tendrá importancia la cuñada de de Benjamin, Charlotte (correcta Joely Richardson) que cuidará de los hijos de este en su ausencia, así como el capitán de los Dragones James Wilkins (buen Adam Baldwin). 


Robert Rodat escribió el guión con Mel Gibson proyectado como el protagonista, haciendo que Martin tuviera 6 hijos como tenía Mel mientras lo hacía, pero Gibson tuvo un séptimo vástago y Rodat aumentó la prole del protagonista a 7. Benjamin Martin guarda paralelismos con el anterior personaje mítico interpretado por Gibson (“Braveheart” 1996), el William Wallace escocés, los dos son hombres que no desean guerrear, prefieren estar al margen de disputas, hasta que la Guerra llega a sus casas, el americano por el asesinato de un hijo y el escocés por el de su mujer, y entonces se vuelven abanderados de la causa a la que en principio dieron la espalda, metáfora de que para defender a tu familia debes defender tu patria (un poco maniqueo y simplista). La cinta resulta un tremendo cine de acción, algo manipulador y un poco previsible, pero no cabe duda que el realizador germano le imprime un ritmo trepidante, en medio de situaciones que rezuman emociones, sabiendo dosificar el humor con los acontecimientos dramáticos, utilizando con ingenio y habilidad elementos que provocan sensaciones como los soldaditos de plomo del hijo asesinado, Thomas (Gregory Smith), convirtiéndolos en proyectiles, o el running-gag de la mecedora, o el de una bandera destrozada que Gabriel cose para enarbolarla, son manejados con agudeza para imbuirnos del espíritu epopéyico del relato. Es una historia que intenta exponer la fuerza de los valores familiares, tocando temas como la venganza, el racismo, la crueldad extrema, el dolor por la pérdida, el salvajismo atávico que mana de las Guerras, ello con el telón de fondo de unos hechos históricos amoldados lucidamente a la narración. Emmerich sabe conjugar los diferentes tonos del film, los espectaculares de las batalla, los momentos íntimos, los de tensión, los románticos, los de humor, describiendo muy bien a los personajes, siendo cada unos en el grupo de milicianos un reflejo diferente de porque luchan, algo estereotipado pero exhibido estupendamente.




La cinta s sustenta en unas escenas rebosantes de adrenalina, unas escenificaciones de batallas sublimes, magníficamente coreografiadas, de un realismo crudo soberbio, fruto de un colosal diseño de producción de Kirk M. Petruccelli (“Blade”), recreando evocadoras haciendas, un hermoso Charleston colonial, con un impresionante vestuario de Deborah Lynn Scott (“Titanic”), con unos efectos especiales colosales al servicio de la historia, haciendo que los enfrentamientos huelan a auténticos, con un vibrante montaje de Christopher Holmes (“Bugsy”), que ayuda a dar el tempo adecuado a cada tramo, esto embellecido por la extraordinaria fotografía de Caleb Deschanel (“La pasión De Cristo”), de un cromatismo resplandeciente, inspirándose en pinturas de la época para crear tomas de una belleza sibarita fascinante, recordando nítidamente al “Barry Lyndon” de Kubrick, y todo adornado por la épica y trémula música de John Williams (“Star Wars”), jugando con maestría con los segmentos de acción y con los íntimos.

Mel Gibson compone con naturalidad a su arquetípico personaje, un tipo duro, atormentado por algún trauma del pasado, muy buena la frase que lo describe < Durante mucho tiempo he temido que mis pecados vendrán a mí y que los costos serán más de lo que puedo soportar visitar>, pero con un sentido del deber y de la venganza imparable, esto lo hace Mel aportando su portentosa personalidad, es la viva estampa de la honestidad, de la integridad, del honor, de la lealtad, excelente, mostrando una bis familiar conmovedora, deliciosa su relación con la hija muda, o la tremenda química que tiene con Heath Ledger, sabe equilibrar los momentos de acción física (apoteósico en la escena en que se gana el sobrenombre de “El Fantasma”), como en los minimalistas que emite cariño y devoción por los hijos, Mel es de esa rara raza de actores con los que empatizas con facilidad, te identificas con él, Arrollador. Mel no estuvo de acuerdo con que los productores lo pusieran como que no tenía esclavos, si no libertos negros, ello para hacerlo más bueno, Mel opinaba que restaba veracidad al film. Heath Ledger derrocha humanidad, matices, idealismo, ilusión, se compenetra brillantemente con Mel, poseedor de una simpatía y un don de gentes meritorio, con una mirada que transpira inocencia, lástima de su temprana muerte, para su rol se barajó a Elijah Wood, Jake Gyllenhaal o Brad Renfro entre otros. El rol del villano es para Jason Isaacs, más malo que un terremoto, encarna de modo plano al malo malísimo, sin aristas, sin matices, mata con saña y amoralidad todo lo que se mueve, con frases bastante burdas, es un actor que da mucho más de sí, una pena un papel tan ajado, me quedo con una definición desternillante que he leído para su final (spoiler). Tom Wilkinson da vida al gerifalte Cornwallis con su abrumador carisma, dota a su sibilino personaje de elegancia y sutilidad, impregnándolo de la característica flema británica. 




De la cinta manan escenas espléndidas: La de cómo Benjamin con sus hijos asiste a una batalla viendo en el ocaso del día los fogonazos de los cañones y el estruendo de las bombas, o la Colosal de cómo Benjamin con sus dos hijos pequeños (nunca los veremos disparar, ¿censura?) embosca a 20 soldados ingleses, matándolos para recuperar a su hijo Gabriel, con una coreografía grandiosa, Mel parece flotar por la pantalla, acabando con el último en una carnicería definitoria de que Benjamin ha sido poseído por ser primario que todo llevamos dentro, cosiéndolo a hachazos, llenándose de sangre el rostro demente, o la espectacular batalla que Gabriel y Benjamin ve a través de un ventanal de una casa, con cientos de extras (multiplicados por los f/X), las balas de cañón mutilan cuerpos desgarradoramente (descomunales f/X), o la espléndida batalla final, rodada con exuberancia, con prodigioso manejo de los muchísimos extras, filmada con una gran grúa de más de 20 metros para conseguir travellings aéreos espectaculares, o el emocionante duelo entre Gabriel y el Col. Tavington en slow para enfatizar el dramatismo, o en el plano más minimalista, la tierna relación de amor Gabriel con la idealista Ana (buena y encantadora Lisa Brenner), o cuando Benjamin engaña a Cornwallis para recuperar a su gente, o la subtrama entre el negro esclavo, Occan (buen Jay Arlen Jones), y el tipo blanco, Dan Scott (buen Donald Logue), la tirantez del racista blanco se torna en respeto y tolerancia al conocerlo, alegoría de la incultura de la xenofobia (por cierto, lo de que los rebeldes continentales daban la libertad a los que sirvieran un tiempo en sus filas es cierto, pero también es cierto que lo hacían asimismo los ingleses, dato que se omite), o cuando Benjamin cuenta a Gabriel porque es considerado el héroe de Fort Wilderness, se lo relata angustiadamente, no orgulloso de lo que hizo, demostrando Mel lo fenomenal actor que es, o el estremecedor momento en que Benjamin enarbola la bandera barras y estrellas que su hijo había apañado, la comunión de la música con las imágenes es Gloriosa, por supuesto que es manipuladora, pero debo ser muy sugestionable porque a mí me emociona, y más…




Por supuesto que no es redonda, de hecho con este último visionado las costuras de artificiosidad relucen más. Se pinta a los británicos como cuasi-demonios, no resultan tridimensionales, son malos, sin grises, pintados como pomposos poco inteligentes que menosprecian a sus rivales, mientras los rebeldes continentales son tratados como buenos buenísimos que son vejados y masacrados por los sádicos británicos, estos matan a heridos, a niños, queman Iglesias con gente dentro, un ejército de Horcos resultan ursulinas a su lado. No me ha tocado el romance de Benjamin con su cuñada, Charlotte (correcta Joely Richardson), me llega chirriante, imposición comercial inane. Tampoco me ha gustado que no aborden con algo de enjundia por que los continentales se pusieron en armas contra los ingleses, que fue por los abusivos impuestos a los que eran sometidos, le falta algo de empaque en este aspecto para dar solidez a u fondo histórico.

En conjunto y poniendo en la báscula lo bueno y malo le pongo un notable por lo mucho que me a amenizado casi 3 horas, he vista la versión extendida, un prodigio de producto que engancha, abstenerse los enfermizos patológicos que les da urticaria la exaltación de los USA. Fuerza y honor!!!

P.D. Dos frases para el recuerdo:

Benjamin: <Soy un padre-no tengo el lujo de principios>
Un oficial inglés ante una batalla frente a los rebeldes: <Estos rústicos son tan ineptos que casi deshonran nuestras victorias>

Spoiler:

La definición para el final de Coronel Tavington que he leído es la de que su maldad infinita merece la peor de las muertes en un film, la muerte a cámara lenta.

Muchos de los personajes y hechos vistos en el film están inspirados en reales, aunque en algunos casos son mezclas, Robert Rodat dijo sobre Benjamin <Es un personaje compuesto formado por Thomas Sumter , Daniel Morgan , Andrew Pickens, y Francis Marion , y algunos fragmentos de una serie de otros personajes> y del Coronel Tavington <Basado libremente en el Coronel Banastre Tarleton , especialmente conocido por sus brutales actos>. Benjamin iba a ser el personaje real Francis Marion (líder en Carolina del Sur de la milicia “Swamp Fox”), el más aclamado guerrillero de la Revolución americana, pero se desechó por encontrar historiadores algunas aristas en su biografía, como que había tenido relaciones sexuales con sus esclavas, pues tenía esclavos y no libertos como se dice en la película, de hecho los medios de comunicación ingleses criticaron activamente el film por tergiversar y retorcer la verdad, de Francis Marion es tildado por el periódico The Guardian como un violador que cazaba indios por diversión. Tavington es reflejado como un aristócrata inglés venido a menos, se inspira en Tarleton, perteneciente a una adinerada familia de comerciantes de Liverpool, este no murió en batalla alguna en Norteamérica, falleció en 1833 en Inglaterra alos 78 años, 50 años después de acabada la Guerra de Independencia, curiosamente vivió mucho más que su enemigo Marion, este murió en 1795 con 38 años. La batalla final es una combinación de las de Cowpens y Guilford Court House. 



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