KING KONG. (2005)
Muy
entretenido remake. Con motivo del 90 aniversario del estreno del mítico film
parteaguas de Merian C. Cooper
& Ernest B. Shoedsack “King Kong” (1933), me la he visto, y como afiche
también he hecho lo propio con sus dos remakes oficiales, el de John Guillermin
de 1976, con Jessica Lange como la bella Ann Darraw, y ahora le ha tocado al de
Peter Jackson el 2005, con Naomi Watts. Realizado y producida, coescrita (junto
a sus dos colaboradoras habituales, su esposa Fran Walsh y Philippa Boyens) por
el neozelandés justo después de salir de la trilogía de “El Señor de los
Anillos”, para Jackson el ver el film original fue el origen de su afición al
cine, seguramente por ello se mantiene fiel a la historia primigenia, aunque
casi extendiendo el metraje el doble, a más de tres horas (187 minutos), lo que
aprovecha el director para dar más fondo a los personajes y las situaciones.
Incluso añadiendo personajes nuevos, como es un marinero joven aficionado
(Jamie Bell) a leer “Heart of Darkness” de Joseph Conrad, su figura paterna en
el lugarteniente del capitán Hayes (Evan Parke), tiene su importancia el
cocinero del barco (al que da vida Andy Serkis, el actor experto en
capture-motion, famoso por dar vida al Gollum, y aquí embistiendo al gran
gorila), también está el protagonista galán (Kyle Chandler) del film que se
supone va a filmar el promotor del viaje a una misteriosa isla. Y están los
clásicos de la trama en el mencionado líder del proyecto al que da vida un
desubicado Jack Black, el guionista que se enamora de Ann al que encarna Adrien
Brody, y una maravillosa Naomi Watts como el deux machine del Kong. “King Kong”
de 1933 fue sensación de su época, y los efectos especiales stop-motion de
Willis O'Brien establecieron un estándar que no fue superado durante décadas.
El tema es el mismo que en 1933, como el ser humano es la peor de las bestias,
su codicia y megalomanía no tiene límites.
Esta es una cinta donde
Jackson hace continuas reverencias al de Cooper &
Shoedsack, ya desde en el inicio sobreimpresionar el mismo dicho árabe
inventado, colocar la historia en la misma fecha, haciendo guiños evidentes
como hablar de una tal actriz Fay Wray (la que protagonizó el film antiguo).
Incluso filma una escena descartada por la original, la del pozo de los
insectos que se daba tras la escena de acción de tronco-puente, donde salían
por grietas de un acantilado decenas de insectos gigantes. Pero Jackson para
bien sabe proyectar parte de lo que queda en los márgenes, mejorando y puliendo
aspectos de la del 33, escenificando con mayor peso dramático la Gran Depresión
en Nueva York, pero sobre todo otorgando mayor hondura a Kong, haciéndonoslo
ver como el último de su estirpe, una reliquia a punto de extinguirse, lo vemos
en su ‘hogar’ al filo de un acantilado junto a calaveras de grandes simios, lo
que le dota de un sentido melancólico, alguien condenado a la soledad, ello
realzado por esa lírica imagen del gorila mirando desde el filo del tajo hacia
el horizonte. La relación de Ann con el gran simio no es la de amor, de la
primera, o la de (ridícula) lascivia de la de 1976, es más de empatía y
entendimiento, él la protege y ella intenta divertirle, en lo que es un tributo
a la comedia slapstick y a los espectáculos teatrales bufonesco. Ann ya no es
la Scream Queen de la primigenia, aquí hay una relación de comprensión y cariño
mutuo que cala en el espectador (ósea yo)
Ambientada en 1933,
sigue la historia de un cineasta Carl Denham (Jack Black) ambicioso que obliga
a su elenco y contrata a la tripulación del barco a viajar a la misteriosa
Isla. Allí se encuentran con criaturas prehistóricas y un gigante legendario gorila
conocido como Kong, a quien capturan y llevan a la ciudad de Nueva York.
Tenemos al escritor Jack Driscoll (Adrien Brody), dramaturgo serio enormemente
admirado por Ann (Naomi Watts), la que será la protagonista del film. Carl
también trae consigo a un asistente (Colin Hanks) y al protagonista Bruce
Baxter (Kyle Chandler). El barco está a cargo del Capitán Englehorn (Thomas
Kretschmann), el primer oficial Hayes (Evan Parke), el joven Jimmy (Jamie Bell)
que aprende en el trabajo y el cocinero Lumpy (Andy Serkis).
La cinta se extiende en
el tramo del comienzo en Nueca York, mostrando la pobreza del tiempo en las
colas de los vagabundos para comer, también en las carencias de la protagonista
Ann, que malvive como actriz. También asistimos a la pasión desmedida por el cine
que él pone el productor Carl Denham a su trabajo, llegando a manipular a unos
y otros para sus objetivos, embarcando a un variopinto grupo de personas en
esta enigmática travesía.
Luego tenemos el segundo
tramo, que es la navegación en sí, donde los caracteres siguen desarrollándose,
sobre todo la relación del autor Driscoll con Ann, este romance, como en todas
las anteriores es un parche, dodne Brody solo puede llegar a cumplidor con un
rol de acompañante. Realmente estos caracteres, sobre todo los nuevos
mencionados, forman una película aparte un tanto impostada, pues estorba con
respecto a lo importante, tanto que en la parte final desaparecen.
El tercero y más grueso
y que se hace esperar, es el tramo en Skull Island, a la que se llega en medio
de una intensa secuencia donde el barco debe sortear hostiles farallones de
piedra en medio del mar junto a la ínsula. Aquí Jackson vuelve a referenciar a
la original con la visión de un mastodóntico muro, al igual que la antigua con
un discordante portón (si no quieres que pase a este lado lo que hay tras él,
para que poner una entrada?). Tenemos (tras una calma tensa) a una tribu
violenta. Tenemos el rapto de Ann por esta tribu, aquí cambiando la forma del
secuestro con una imaginativa secuencia de pértigas. Esta como colocan a Ann
amarrada para ser ofrecida en sacrificio a algo que no hemos visto aún. Y
aparece en el minuto .. el gran gorila, y Jackson vuelve a poner imaginación
visual, pues vemos como el simio se la lleva por la selva, pero desde el
nervioso punto de vista de Ann. Tras ella (como en el original) la tripulación
del barco. Entrando con ellos en una especie de revisión de la novela de Arthur
Conan Doyle “The Lost World” (1912), que a su vez también era inspiración para
Michael Crichton y su “Jurassic Park” llevada al cien por Spielberg. Y es que
los perseguidores se toparan con todo tipo de animales prehistóricos. El primero
de los encuentros será con una estampida de brontosaurios por un desfiladero con
algunos velociraptors, donde los humanos intentan no ser aplastados, en una
secuencia chapucera en lo que respecta a los f/x, se nota demasiado el CGI,
casi se pueden ver las enormes patas traspasando en modo fantasma a los
humanos. Tenemos el viaje de vuelta a su hogar de Kong con su ‘regalo’, pelea
con un ciempiés gigante, y tres T-Rex (en la original era contra uno, aunque si
acaba con el último de la misma forma abriéndole la mandíbula hasta …), donde
los efectos visuales mejoran bastante, hasta ser impresionantes. Lo que me hace
preguntarme como ha sobrevivido Kong para hacerse grandioso si este hábitat es
tan salvaje. Tendremos la mencionada secuencia descartada en 1933, con todo
tipo de insectos y arañas de metros de envergadura intentando devorar humanos,
tremendo como van emergiendo de las cavidades de las paredes oscuras. Hay otra
secuencia propia de Jackson, donde muestra a Kong en su ‘hogar’ un alto
promontorio en medio de un acantilado, desde donde el gorila disfruta de modo
nostálgico (marcado esto por las calaveras y esqueletos de sus antepasados que
le rodean) de la puesta de sol. Ann al verlo contemplativo denota no es una
amenaza para ella, e intenta crear un vínculo afectivo haciéndole números de
comedia de vodevil y malabarismos, el gorila se muestra curioso ante lo que ve,
esto nos lleva tras una elipsis a ver a Ann durmiendo sobre el brazo cálido del
simio, el gorila se ha convertido en su protector. En este lugar tendremos una
colosal batalla de Kong frente a unos enormes murciélagos. Tendremos como los
visitantes capturaran a Kong (como en la original), lo hacen de forma distinta,
aunque al igual que en la del 33 hay una elipsis y no nos enteramos como lo
pueden llevar (no en a del 76 que si dan sentido a como se lleva en la bodega
de un petrolero); El tramo en Skull Island
me ha resultado ameno, pero demasiado extendido, aquí lo importante es Kong,
el ver caer uno tras otro a personajes con los que apenas hemos conectado resulta
entretenido, pero Jackson se excede en lo aparatoso (aunque sin sangre, para
hacer el producto para todos los públicos), perdiendo el núcleo de lo crucial,
Solo sirve esto para mostrar la obsesión enfermiza de Jack Driscoll por su
película. Ah, como en la del 33, aquí a la vuelta han desaprecido los nativos (¿?).
Y bajo el esgrimido lema
capitalista de Carl Denham: “El mundo entero pagará por ver esto. Por el precio
de una entrada… Kong, la Octava Maravilla del Mundo!”. Entramos en la capital
del mundo en el cuarto y climático tamo. Cuasii calcado de la original, con
Kong atado con grilletes y cadenas en un escenario de teatro en Manhattan para
ser atracción de feria. Aquí destaca aquello de que ‘Cuando la leyenda se
convierte en un hecho, se escribe la leyenda’, me refiero a que la verdad no te
estropee una buena noticia, sobre quien fue realmente el que ‘salvó’ a Ann en
Skull Island. Y por supuesto, a pesar de que Carl dice al público que no puede
escapar, lo hace. Está la huida por Manhattan, destrozando todo a su paso, homenajeando
la escena en que el simio del 33 coge un vagón de tren con gente y ‘juega’ con
él. Tenemos un encuentro entre Ann y King Kong mucho más natural que el muy
forzado de la del 33, donde ‘paseando’ Kong por Nueva York la encuentra en un
apartamento, mete la mano y la coge y está solo grita), aquí mejora con
naturalidad emocional el reencuentro. Nos regala un poético patinaje por un
estanque de Central Park, roto este hermoso momento por la violencia atávica del
hombre. Y llegamos, como no, al clímax en el Icono Empire State Building,
emparejando esto hábilmente a Kong en el promontorio en Skull Island. Pero el
hombre será el peor de las bestias, y tendremos el ataque con aviones de combate.,
resulta conmovedor este tramo, de los que cala y te pone el vello de punta, y
me considero frio. La relación entre el Gran Gorila y la mujer resulta mucho
más entrañable que en las anteriores, para ello Naomi Watts tiene mucho que ver
en su complicada actuación (recordar que esta actuación frente al simio sería frente
a un croma), cargando de sentimiento su expresividad. Pero también vibrante y
vigorosa es la encarnación de Andy Serkis del mico en capture-motion, ¡brillante
dotando de emociones su rostro, su mirada, fenomenal. Entre los dos hay una
química magna, su intimidad se roza, y te hace estremecer en su catárquico
final.
Entre el reparto destaca
por lo fuera de lugar de Jack Black, lo veo poco creíble en un rol que hacia
falta un actor con carisma, y Juan Negro no es de ellos, esto hace que decaiga
por este lado en cada aparición del humorista; Resto son meras perchas para las
escenas de acción.
La fotografía de Andrew
Lesnie (el del oscarizado de la saga de los anillos) crea una prodigiosa fotografía
arenosa en miscelánea con los efectos especiales, con tomas suntuosas de
manhattan desde el cielo, creando una ciudad idealizada maravillosa, pero sobre
todo apoteósica en Skull Island. Todo ello atomizado por el gran diseño de
producción de Grant Major (otro oscarizado en la saga anillar), sobre todo
homérico en la creación de la legendaria Isla Calavera; las criaturas creadas por
Richard Taylor; siendo el supervisor senior de efectos visuales Joe Letteri
(otro de la saga oscarizado [5]); La música de James Newton Howard (“El sexto
sentido” o “Batman Begins”), sustitución de último minuto de Howard Shore, sabe
amoldarse con brío a las escenas en cada tono, pero sin trascender.
‘Jackson vio a King Kong
como una oportunidad para innovaciones técnicas en captura de movimiento y
encargó a Christian Rivers de Weta Digital que supervisara todos los aspectos
del desempeño de Kong; Serkis para King Kong se preparó trabajando con gorilas
en el Zoológico de Londres. Luego viajó a Ruanda, observando las acciones y
comportamientos de los gorilas en libertad. Rivers explicó que la captura
detallada de la actuación facial de Serkis se logró debido a las similitudes
entre los rostros humanos y de gorila. Serkis tuvo que pasar dos horas de
maquillaje de captura de movimiento todos los días, con 135 pequeños marcadores
colocados en diferentes puntos de su rostro. Después de la fotografía
principal, Serkis tuvo que pasar dos meses adicionales en un escenario de
captura de movimiento, imitando los movimientos de Kong para los animadores
digitales de la película.’
‘En preparación para su
papel, Watts se reunió con la Ann Darrow original, Fay Wray. Jackson quería que
Wray hiciera un cameo y dijera la última línea del diálogo, pero ella murió
durante la preproducción a los 96 años; Los extras nativos de Skull Island
fueron interpretados por una mezcla de actores asiáticos, africanos, maoríes y
polinesios rociados con maquillaje oscuro para lograr una pigmentación
consistente.’
‘Peter Jackson tenía
nueve años cuando vio por primera vez la película de 1933 y estaba llorando
frente al televisor cuando Kong recibió un disparo y se cayó del Empire State
Building. A los 12 años, intentó recrear la película usando la cámara de cine
Super 8 mm de sus padres y un modelo de Kong hecho de alambre y caucho con el
abrigo de piel de su madre como cabello, pero finalmente abandonó el proyecto.
King Kong finalmente se convirtió en su película favorita y fue la principal
inspiración para su decisión de convertirse en cineasta cuando era adolescente.
Leyó libros sobre la creación de King Kong y coleccionó recuerdos, así como
artículos de Famous Monsters of Filmland. Jackson rindió homenaje a la película
de 1933 al incluir la Isla Calavera como el origen de la plaga zombi en su
película Braindead de 1992. Jackson inicialmente rechazó la oferta de la
Universal de King Kong, pero "rápidamente se molestó por el hecho de que
alguien más se haría cargo", continuó Jackson, "y la convertiría en
una película terrible; eso me persiguió y finalmente dije que sí". a
Universal".’
‘En la escena en la que
Kong sacude a los marineros supervivientes que persiguen a Ann y a él mismo
desde un tronco hacia el barranco, por ejemplo, los directores Merian Cooper y
Ernest B. Schoedsack originalmente pretendían representar arañas gigantes que
emergían de la roca para devorar sus cuerpos. Esto fue cortado de la impresión
de lanzamiento original. Los fanáticos de Kong solo a través de una rara imagen
que apareció en Famous Monsters of Filmland. Jackson incluyó esta escena y la
desarrolló. Jackson, Walsh y Boyens también citaron como inspiración la
novelización de King Kong de 1932 de Delos W. Lovelace, que incluía al
personaje Lumpy (Andy Serkis).’
‘Camperdown Studios en
Miramar, Nueva Zelanda. Camperdown albergó la aldea nativa y la Gran Muralla,
mientras que las calles de la ciudad de Nueva York se construyeron en su
terreno trasero y en Gracefield en Lower Hutt, Nueva Zelanda. La mayoría de las
escenas de SS Venture se filmaron a bordo de una plataforma a gran escala
construida en el estacionamiento de Camperdown Studio y luego se respaldaron
con una pantalla verde, con el océano agregado digitalmente en la
posproducción. Las escenas ambientadas en el teatro de Broadway de las que King
Kong escapa fueron filmadas en la Ópera de Wellington y en el Teatro Cívico de
Auckland. El rodaje también tuvo lugar en Stone Street Studios, donde se
construyó un nuevo escenario de sonido para acomodar uno de los decorados.
Durante el transcurso de la filmación, el presupuesto pasó de $ 175 millones a
$ 207 millones más el trabajo de efectos visuales adicionales necesario, y
Jackson extendió el tiempo de ejecución de la película en treinta minutos.
Jackson cubrió él mismo el excedente de 32 millones de dólares y terminó el
rodaje en marzo de 2005. La duración de la película también creció;
Originalmente estaba previsto que durara 135 minutos, pero pronto creció a 200,
lo que llevó a los ejecutivos de Universal a volar a Nueva Zelanda para ver un
primer montaje, pero les gustó y se abordaron sus inquietudes.’
‘Cuando Driscoll busca
un lugar para dormir en la bodega de almacenamiento de animales, una caja
detrás de él dice Mono Rata de Sumatra: Cuidado con la mordedura! Esta es una
referencia a la criatura que causa el caos en la película Braindead de Jackson
de 1992, en sí misma una referencia a la rata gigante de Sumatra mencionada en
Sherlock Holmes. En esa película, se describe que el mono rata se encuentra
únicamente en la Isla Calavera; Jimmy lee parte de El corazón de las tinieblas
de Joseph Conrad mientras se dirige a la Isla Calavera, y en un momento compara
su viaje con el de la novela.’
‘Referencias al King
Kong original de 1933: Jackson le pidió a Fay Wray, la Ann Darrow original, que
apareciera en un breve cameo en el que pronunciaría la última frase de la
película: "Fue la belleza la que mató a la bestia". Al principio ella
se negó rotundamente, pero luego pareció considerar la posibilidad. Sin
embargo, murió poco después de su encuentro con Jackson. Como en la película
original, la línea finalmente fue dirigida al personaje de Carl Denham; Se ve
un anuncio de Universal mientras Kong destroza Times Square. En la película de
1933, apareció un anuncio de Columbia Pictures en el mismo lugar y los
diseñadores de producción lo replicaron, pero Columbia pidió una gran cantidad
de dinero por su uso, por lo que los artistas de efectos lo reemplazaron;
Cuando Denham está considerando quién interpretará el papel antes de conocer a
Ann, sugiere "Fay", pero su asistente Preston responde: "Ella
está haciendo una película con RKO ". Se escucha música de la película de
1933 y Denham murmura: "Cooper, eh? Podría haberlo sabido". Fay Wray
protagonizó la película de 1933, dirigida por Merian C. Cooper y estrenada por
RKO. En ese momento ella estaba actuando en otra producción de
Cooper/Schoedsack, The Most Dangerous Game con Robert Armstrong; En la película
de 1933, Cooper inventó un "proverbio árabe" sobre "la bella y
la bestia". La nueva versión de 2005 repite el falso proverbio; Al
principio de esta película, Denham filma una escena para su película en la que
Ann, en el personaje, proclama que nunca antes había estado en un barco y Bruce
Baxter improvisa líneas que proclaman molestia. El diálogo que intercambian
está tomado textualmente de las primeras escenas entre Ann y Jack Driscoll en
la película de 1933. Irónicamente, en esta película, Jack Driscoll expresa su
desaprobación por tales palabras hacia Ann; La aparición de Kong en el
escenario de Nueva York se parece mucho a una recreación de la escena del
sacrificio de la película de 1933, incluidos los postes a los que está
vinculada la "bella" y la actuación, el vestuario y el maquillaje de
cara negra casi idénticos de los bailarines . Además, la música interpretada
por la orquesta durante esa escena es la partitura original de Max Steiner para
la película de 1933; La batalla entre Kong y el último V. rex es casi movimiento
por movimiento como la última mitad de la pelea entre Kong y el T. rex en la
película de 1933, hasta que Kong juega con la mandíbula rota del dinosaurio y
luego se pone de pie golpeándose el pecho y rugiendo victoriosamente; Después
de que el equipo captura a Kong en la playa, Denham pronuncia una frase de la
película de 1933: "El mundo entero pagará por ver esto! Somos millonarios,
muchachos! Lo compartiré con todos ustedes. En unos meses, Su nombre estará
iluminado en Broadway! KONG, LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO!"’
Fue un éxito comercial,
recaudó más de 562,9 millones de dólares y se convirtió en la cuarta película
más taquillera en la historia de Universal Pictures en ese momento y la quinta
película más taquillera de 2005. Generó 100 millones de dólares en ventas de
DVD tras el lanzamiento de su vídeo doméstico en marzo de 2006. Ganó tres
Oscar: Mejor Edición de Sonido, Mejor Mezcla de Sonido y Mejores Efectos
Visuales.
El director Jackson
aparece con el maquillador Rick Baker como el piloto y artillero del avión que
mata al personaje principal, sus hijos aparecen como niños de Nueva York, el
coproductor de “El Señor de los Anillos”, Rick Porras, y el director de “The
Shawshank Redemption”, Frank Darabont. Aparecen como artilleros en los otros
aviones, y Bob Burns y su esposa aparecen como espectadores de Nueva York.
Howard Shore, colaborador frecuente de Jackson, hace un cameo como director del
teatro de Nueva York del que Kong escapa. Inicialmente, Shore iba a componer la
película antes de su salida.
Nunca puede ser mejor
que la primera, pues pierde de inicio en la originalidad, la frescura, el
encanto, e incluso parte de su inocencia crearon una seducción eterna. Esta es
un buen homenaje, incluso mejorando algunos aspectos, aunque a Jackson le
pierde su (como a Driascoill) megalomanía, queriendo meter mucho, cuando no era
necesario atiborrar al espectador, cuando ya tienes de por si una historia cautivadora.
Gloria Ucrania!!!